Violeta presente
A cuatro décadas de ese balazo autoinfligido, el reconocimiento del país hacia su trabajo muestra síntomas de mejoría. Este año se celebrarán los 90 de su nacimiento y a la exposición permanente de su obra plástica en el Centro Cultural Palacio La Moneda se suma una caja con cuatros discos con material inencontrable, un especial de Radio Cooperativa y un filme de Raúl Ruiz. Además, libros y nuevo disco de Javiera Parra festejan el legado de la cantautora.
Nación Domingo |
Por Marisol García
Foto: fernando krahn © 1965
El fallecimiento de Violeta Parra fue noticia discreta en los diarios más conservadores del 6 de febrero de 1967, pero su velorio y entierro contrastaron con miles de asistentes e incontables ramos de flores, lo que desde entonces ha sido la esencia de la, a veces, incomprensible difusión de su talento: afectuosa y agradecida entre anónimos seguidores, y fría y medida desde el mundo cultural “oficial”.
A cuatro décadas de ese balazo autoinfligido en su sien por la más universal de las creadoras chilenas, el reconocimiento del país hacia su trabajo muestra síntomas innegables de mejoría, aunque tampoco los suficientes para saldar la deuda con quien llevó el arte popular chileno al Museo del Louvre, los salones de tertulia intelectual de Santiago y Ginebra, y los primeros latidos de la reformulada canción de protesta que a mediados de los años ’60 comenzó a gestarse en todo el continente.
Podría concentrarse el grueso de la actividad conmemoratoria mañana lunes 5 de febrero, pero es mejor aplazar los tributos hacia el segundo semestre, propone Isabel, su hija mayor. “Desde hace años que en la fundación estamos tratando de que la gente recuerde a la Violeta por su nacimiento y no por su muerte. Yo no tengo nada que decir sobre el 5 de febrero, que para nosotros es un día doloroso”.
Por eso, y pese a ciertas actividades organizadas para este fin de semana, el grueso de los tributos a Violeta se concentrará alrededor de octubre, el mes de su natalicio, que este año se redondea en un significativo número 90. Fue el 4 de octubre de 1917 que llegó al mundo en San Carlos la más famosa integrante de la familia Parra Sandoval. Es ésa la excusa que prefiere dar su familia para agrupar una serie de proyectos recordatorios –gestionados por ellos o por seguidores independientes– que incluyen un “box-set” discográfico, documentales audiovisuales, nuevas grabaciones de sus temas y la exposición de su obra plástica a la altura merecida. Nadie debiese extrañarse, entonces, si a contar del segundo semestre al fin el país se colorea con su nombre.
HILOS DE LA MEMORIA
Recién a fines del año pasado, lo más valioso del legado plástico de Violeta Parra pudo salir del impresentable resguardo que mantenía hacía décadas (cajas selladas y repartidas en casas de familiares) para postular a una exhibición digna de su altura. A mediados de año debiera estar listo para su muestra pública el fruto del convenio establecido el año pasado entre la Fundación Violeta Parra y el Centro Cultural Palacio La Moneda. Un sector especialmente implementado para acogerlos, tendrá en condición de comodato indefinido veinticinco óleos, trece arpilleras y nueve obras en papel maché trabajadas en vida por la folclorista. Las obras se encuentran hoy en trabajos de restauración financiados por ese centro cultural.
Se establece así al fin un lugar fijo de exhibición para la obra que llevó a Violeta Parra a los salones del Louvre (en 1964 fue la primera artista latinoamericana en alcanzar el privilegio), y cuya falta de resguardo estatal constituía una de las principales urgencias de la fundación con su nombre. Hace poco más de un año se había confirmado la cancelación definitiva del difundido proyecto de museo que acogería al fin la obra plástica de Violeta (arpilleras, óleos, cerámicas, esculturas en alambre y papel maché) y facilitaría la difusión de su trabajo. El bien fotografiado mecenas que le daría cauce a la idea, el empresario Carlos Cardoen, no cumplió con el compromiso de gestión y búsqueda de financiamiento adoptado a mediados del año 2003 con la Fundación Violeta Parra, y para el cual la Municipalidad de Santiago (entonces con Joaquín Lavín como alcalde) había incluso cedido en comodato el llamado “castillito” del Parque Forestal.
LIBRO DE PINTURA Y REEDICIÓN
Llamó la atención, en las últimas semanas, que el cuarto tomo de la “Antología crítica de la poesía chilena”, a cargo de Naín Nómez, integrara en su selección de textos de 1953 a 1973, varias décimas de Violeta Parra, además de las estrofas de “Casamiento de negros” y “Gracias a la vida”. No se recuerdan iniciativas previas en el mundo de edición literaria; para los poetas, Violeta nunca ha sido uno de los suyos. Sin embargo, Nómez creyó justificable la inclusión de una mujer “cuyos textos son poéticos”.
La iluminación del talento escrito de Violeta Parra puede insertarse, estima Nómez, en un marco mayor de renovado interés por la poesía popular. En esa misma perspectiva debe abordarse otra nueva publicación de Lom, “Casa de hacienda, carpa de circo”. La investigadora Susana Münich realiza allí un paralelo entre el trabajo creativo de Violeta y la novelista María Luisa Bombal. El título del libro alude a los espacios definitorios de la actividad de ambas chilenas. Durante el año también trendría que conocerse la edición de un compendio impreso de su obra plástica y, posiblemente, una reedición del libro que Isabel Parra publicó en 1985 en Europa bajo el título de “El libro mayor de Violeta Parra”, con cartas y recuerdos de su madre.
SINTONIZA A LA VIOLETA
En etapa de producción y entrevistas se encuentra el extenso programa documental que por estos días prepara Radio Cooperativa. Con el financiamiento del Fondo de la Música, la estación ha aplicado a tres periodistas a conseguir material informativo y de audio que logre dar nuevas luces sobre la vida de Violeta Parra. Según Pablo Aranzaes, productor general, “lo ideal sería que quedara algo más testimonial que cronológico. Vamos a intentar que ni siquiera haya un narrador, y que la historia se articule a partir de las entrevistas”. Entre éstas, las voces fundamentales corresponderán a familiares cercanos de la artista. “Mi top one sería conseguir una entrevista con Nicanor”, admite el periodista, “pero no sé si sea posible”.
Como se hizo con la aplaudida investigación “Historia de la música chilena” (2006), el especial radial de Violeta se dividirá en emisiones de una hora cada una (de ocho a diez, según Aranzaes) y compromiso semanal de transmisión. Será un buen modo de darle difusión, aunque sea a una parte del material de entrevistas que hoy acumula polvo en cuidados o descuidados archivos de estaciones radiales, casas de amigos y hasta canales de televisión.
El especial de Cooperativa corre en el mismo espíritu que el “box-set” que prepara Warner Music, la primera antología gruesa, detallada y con material hoy inencontrable de la cantautora y recopiladora de folclore. Pese a los esfuerzos de esta etiqueta por ponerle orden a la discografía de Violeta, aún la situación de sus ediciones en el mercado es precaria y confusa. El grueso de las grabaciones que entre 1956 y 1965 realizó para EMI-Odeón (principalmente dentro de la serie titulada “El folclore de Chile”) se encuentra sólo en antologías parciales. La idea de Warner es publicar este año una caja con cuatro CD’s que rescaten algunas de esas grabaciones discontinuadas, incluyendo al menos parte del ya mítico disco grabado por Violeta en Argentina en 1961, y donde pueden escucharse raras versiones suyas para títulos como “¿Por qué los pobres no tienen?”, “Señores y señoritas” y “Qué pena siente el alma”. El proyecto cuenta con el apoyo y asesoría de la Fundación Violeta Parra y la supervisión directa de Isabel, su hija mayor.
También de una pariente provendrá otro atractivo proyecto discográfico pensado en esta seguidilla de tributos. Javiera & Los Imposibles, el grupo con Javiera Cereceda (Parra) en voz, publicará durante el segundo semestre el álbum que suceda a “El poder del mar” (2004) y que esta vez se centrará exclusivamente en el repertorio de Violeta. Con el trabajo en este disco, el grupo descarta los insistentes rumores de su supuesta separación, y supera al fin la distancia atávica de la propia Javiera con el registro de material de su famosa abuela. En declaraciones previas a este diario, la cantante de “Humedad” explicó que “las canciones de la Violeta tienen un peso específico que es imposible de superar. Por eso, no pretendemos ni acercarnos a su nivel de genialidad. Pienso que quizás podemos sacar el lado más dulce y cálido de la Violeta”. Hoy, Javiera Parra confirma que el disco a editarse este año tendrá “toda la apertura que se necesite. Yo soy súper desprejuiciada con este asunto y si tiene que haber invitados, cuerdas, o lo que sea, lo habrá. Sí creo que no saldrá nada rockero. La verdad, me lo imagino más parecido a un unplugged de la Björk que a un disco convencional de versiones folclóricas”.
La cantante habla desde Putaendo, donde hoy se ocupa en la filmación (como actriz) de uno de los “cuentos folclóricos” comprometidos por Raúl Ruiz para TVN. Precisamente de ese famoso cineasta se esperaba este año un trabajo de filmación basado en el más reciente libro de su amigo Ángel Parra, “Violeta se fue a los cielos”. La biografía impresionista de su madre, que el cantautor publicó el año pasado, será la base de una película que, pese a lo anunciado, no comenzará sus filmaciones sino hasta, al menos, el año 2008.
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irene -