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“Pinochet debería haber muerto en la cárcel”

“Pinochet debería haber muerto en la cárcel”

En un balance de fin de año, el analista Manuel Antonio Garretón plantea que gran parte de los problemas políticos que marcaron la contingencia nacional en 2006 se debe a la institucionalidad defectuosa heredada de la dictadura. “Si Pinochet pudo refundar todos los sistemas políticos, por qué un gobierno democrático después de 16 años no puede hacerlo”, postula.


lanacion.cl

Ana María Otárola

La elección presidencial de Michelle Bachelet, la “revolución de los pingüinos” y la muerte del ex dictador Augusto Pinochet son para el sociólogo Manuel Antonio Garretón los grandes hitos que marcaron la contingencia noticiosa de este año.

El analista plantea que la llegada de una mujer a la Presidencia marca “un punto de inflexión de lo que ha sido la política chilena en los últimos quince años, que significa una renovación, un cambio, en la medida que se trata del primer gobierno paritario de hombres y mujeres, dirigido por una mujer. Esto es un fenómeno, a mi juicio, de alcance histórico y civilizatorio, que vale por sí mismo”.

-¿Cómo evalúa el primer año del gobierno de Bachelet?

-Entre los grandes logros está su nuevo estilo, el nuevo modo de hacer política, como el primer gobierno paritario y la profundización latinoamericana. Me parece que las señales que ha dado Michelle Bachelet en el proceso globalizador, a través de las relaciones con Bolivia, al no excluir de la agenda el tema del mar, es un avance. Un problema que lleva cien años podría ser resuelto por una mujer y un indígena, quienes han dado pasos como nunca en esa línea.

El gran problema de Bachelet, a mi juicio, es la ausencia de un proyecto político relativamente claro y de un equipo de conducción, a nivel ministerial o de asesores. Hasta el momento ha habido un conjunto de medidas, pero que no tienen un hilo conductor. La esfera de gobierno es donde debe haber una conducción que sea capaz de responder a las demandas ciudadanas, pero a la vez tiene que tener una línea política, para eso deben ser elegidos los gobernantes.

-¿Qué es lo que debería hacer el Gobierno para el 2007?

-Yo creo que no está cerrado el tema de los secundarios, se podría ver aún más el tema del consejo asesor y refundar el sistema educacional. Otra de las cosas que se podría cambiar es el modelo económico, fundamentalmente a través de una reforma tributaria.

“Si Pinochet pudo refundar todos los sistemas políticos, por qué un gobierno democrático después de 16 años no puede hacerlo, si la institucionalidad actual está hecha para una sociedad que la chilena ha rechazado”.

La herencia de Pinochet

La muerte de Pinochet quizás sea el hito más relevante para el futuro en términos políticos. Para Garretón, el ex dictador “debería haber muerto en la cárcel”, aludiendo a que falleció sin ser condenado en los múltiples procesos judiciales que enfrentaba.

Sin embargo, postula que su partida “abre la esperanza para dos cosas: uno, que se constituya por primera vez desde los años setenta en Chile, una derecha democrática. Y la otra es que si se renueva la derecha, es posible que la institucionalidad cambie”.

¿Cómo pasa Pinochet a la historia?

- Su legado político es ser el máximo criminal político y militar de la historia de Chile. Pinochet intentó destruir al país y creó una institucionalidad que se ha podido cambiar sólo de forma parcial. Por esto tenemos una democracia incompleta, estamos en un régimen post pinochetista. Aunque existan libertades públicas y los gobiernos sean democráticos, estamos entrampados en una institucionalidad pinochetista, o de las correcciones de la dictadura hechas a presión, por lo tanto, mal hechas. Lo único que hay que hacer con el legado de Pinochet es hacerlo desaparecer para siempre.

-En este escenario, ¿qué tipo de oposición es actualmente la Alianza por Chile?

-La actual es una derecha cuyos líderes y valores fueron creados bajo la dictadura. No es la oligárquica democrática que existió en el siglo XX, sino una derecha autoritaria neoliberal que fue el soporte civil fundamental para la dictadura, una oposición que no ha cortado el cordón umbilical. Existe un polo democrático, pero son los sectores más plutocráticos, y el problema con ellos es que no hacen distinción entre los negocios privados y la política.

-¿La Alianza es una opción para las presidenciales 2009?

-Dejando de lado lo que está ocurriendo en la Concertación, que podría llevar a una crisis importante, es imposible.

“La derecha en Chile es vista como la heredera de Pinochet y al frente tiene a los opositores de la dictadura, los sectores democráticos. Mientras se mantenga el fraccionamiento de la sociedad chilena, la intencionalidad del voto se mantendrá tal y como está. La única posibilidad de la derecha es que se desarme el otro polo que es la Concertación”.



El futuro de la Concertación

El académico es cauteloso al referirse a la crisis que vive el conglomerado oficialista y prefiere evitar hacer pronósticos. Sin embargo, distingue el conflicto entre “los problemas de fondo, de los generados por los medios de comunicación, por la oposición y por algunas personas de la Concertación motivadas por intereses políticos”. Por ello, critica de manera enérgica a la derecha y a la prensa por dar una importancia desmedida a la expulsión de Jorge Schaulsohn del Partido por la Democracia (PPD).

Según Garretón, lo más escandaloso son “las personas que han transformado un problema verdadero en una lucha de intereses”, refiriéndose a ciertos sectores al interior de la coalición “que han sido derrotados políticamente en las elecciones y buscan cobrarse revancha o desestructurar el partido al cual pertenecen. Yo creo que lo de Schaulsohn busca básicamente formar un referente con (Andrés) Allamand, pero para eso necesita que la Concertación se disuelva y que su partido también.”

A su juicio, el tema real o de fondo “es que la democracia chilena hace imposible gobernar sin cometer irregularidades, porque estaba hecha para preservar un gobierno de tipo autoritario”. En tal sentido, plantea que la única forma de solucionarlo sería refundar la institucionalidad chilena, porque el sistema actual favorece la proliferación de delitos.

La "revolución pingüina"

Garretón también destaca al conflicto y movimiento secundario como otra noticia que marcó la pauta nacional. A su juicio, en el campo educacional, esto “abrió la posibilidad de pasar de una época post pinochetista a la del bicentenario, que además apunta a reformar las instituciones”.

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