PINOCHET: LA TORTURA ES NECESARIA PARA EXTIRPAR EL COMUNISMO"
Enviado por: "Política Cono Sur" politicaconosur@gruposyahoo.com gfwestphal
Vie, 17 de Nov, 2006 5:45 am (PST)
Testimonio del obispo luterano Helmuth Frenz:
"Cuando en [el] Copachi [Comité Pro Paz - Chile], como consecuencia del gran número de torturados y de las declaraciones de testigos, se
hizo evidente que en Chile la tortura era parte del sistema de gobierno, y que la DINA poseía centros de tortura en determinados sitios, donde incluso [se] adiestraba a los verdugos, decidimos dirigirnos directamente a Pinochet. Estábamos en posesión de una documentación cuidadosamente preparada que demostraba el empleo sistemático de la tortura en Chile: testimonios de torturados, con fotos y certificados médicos, con nombres de torturadores y con señas de centros de tortura (Villa Grimaldi, José Domingo Cañas, Cuatro Alamos, etc.).
El Obispo Fernando Ariztía y yo, ambos presidentes del Copachi, fuimos recibidos el 24 de julio de 1974 por el general Pinochet en el Edificio Diego Portales. Estábamos bien preparados, pero queríamos ir con precaución y habíamos decidido no emplear la palabra "tortura", sino el término "apremios físicos".
Pinochet nos recibió en su despacho oficial, completamente solo. Le entregamos la documentación, que examinó evidentemente interesado. Cuando comenzamos hablando de métodos de presión física nos interrumpió con una pregunta: "¿Quieren ustedes decir tortura?". Contestamos afirmativamente, y desde entonces se habló con toda claridad de tortura. Pinochet escuchó nuestras quejas y acusaciones con calma y sin interrumpirnos. Luego comenzó a hablar: "Miren, ustedes son sacerdotes y trabajan en la Iglesia. Ustedes pueden permitirse el lujo de ser misericordiosos y benevolentes. Yo soy soldado y tengo, como jefe del Estado, la responsabilidad de todo el pueblo chileno. El bacilo del comunismo ha invadido al pueblo. Por eso tengo que exterminar al comunismo. Los comunistas más peligrosos son los miristas (1). Hay que torturarlos porque si no, no cantan. La tortura es necesaria para extirpar el comunismo”.
Con estas palabras dio por terminada la audiencia”.
Texto reproducido de: Eugenio Ahumada et al. CHILE. La Memoria Prohibida. Santiago, Editorial Pehuen, 1989, Vol I, pág. XXVII.
"Cuando en [el] Copachi [Comité Pro Paz - Chile], como consecuencia del gran número de torturados y de las declaraciones de testigos, se
hizo evidente que en Chile la tortura era parte del sistema de gobierno, y que la DINA poseía centros de tortura en determinados sitios, donde incluso [se] adiestraba a los verdugos, decidimos dirigirnos directamente a Pinochet. Estábamos en posesión de una documentación cuidadosamente preparada que demostraba el empleo sistemático de la tortura en Chile: testimonios de torturados, con fotos y certificados médicos, con nombres de torturadores y con señas de centros de tortura (Villa Grimaldi, José Domingo Cañas, Cuatro Alamos, etc.).
El Obispo Fernando Ariztía y yo, ambos presidentes del Copachi, fuimos recibidos el 24 de julio de 1974 por el general Pinochet en el Edificio Diego Portales. Estábamos bien preparados, pero queríamos ir con precaución y habíamos decidido no emplear la palabra "tortura", sino el término "apremios físicos".
Pinochet nos recibió en su despacho oficial, completamente solo. Le entregamos la documentación, que examinó evidentemente interesado. Cuando comenzamos hablando de métodos de presión física nos interrumpió con una pregunta: "¿Quieren ustedes decir tortura?". Contestamos afirmativamente, y desde entonces se habló con toda claridad de tortura. Pinochet escuchó nuestras quejas y acusaciones con calma y sin interrumpirnos. Luego comenzó a hablar: "Miren, ustedes son sacerdotes y trabajan en la Iglesia. Ustedes pueden permitirse el lujo de ser misericordiosos y benevolentes. Yo soy soldado y tengo, como jefe del Estado, la responsabilidad de todo el pueblo chileno. El bacilo del comunismo ha invadido al pueblo. Por eso tengo que exterminar al comunismo. Los comunistas más peligrosos son los miristas (1). Hay que torturarlos porque si no, no cantan. La tortura es necesaria para extirpar el comunismo”.
Con estas palabras dio por terminada la audiencia”.
Texto reproducido de: Eugenio Ahumada et al. CHILE. La Memoria Prohibida. Santiago, Editorial Pehuen, 1989, Vol I, pág. XXVII.
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