LA PROBLEMATICA DE LOS INMIGRANTES
Inmigrantes en Chile: Invisibles ante la ley
Por www.forociudadano.cl
28/07/2006
Cada vez son más los y las extranjeras que eligen a Chile como un país donde empezar la vida de nuevo. Personas que, por distintas razones, debieron dejar sus lugares de origen y buscar nuevos rumbos más allá de sus fronteras con la esperanza de mejorar su calidad de vida y la de sus familiares. Aventureros, osados, soñadores, pero también, muchas veces desesperados.
De acuerdo al Censo del 2002 el número de inmigrantes en Chile era de 200.000 personas, sólo el 1.2% de la población total. Sin embargo, esta cifra representa un aumento del 75% desde 1992. En la última década, el desarrollo económico de Chile, su estabilidad política y social y una serie de factores expulsivos es los propios países de origen, convirtieron a nuestro país en receptor, principalmente de personas provenientes de países vecinos. Se habla de una "nueva inmigración" desde mediados de los '90, de argentinos, peruanos, bolivianos y ecuatorianos que, a pesar de no ser tan masiva, la opinión pública la ha percibido como tal debido a la mayor visibilidad que han adquirido las y los inmigrantes gracias a la cobertura que los medios de comunicación le ha dado al fenómeno.
No obstante, las y los chilenos que viven en el extranjero son cerca de 800.000, es decir, por cada extranjero que hay en el país, otros cuatro chilenos y chilenas están fuera. Históricamente hemos sido un país de emigrantes y no de destino de oleadas migratorias, como Argentina, por ejemplo.
De todas formas, los pronósticos apuntan que la llegada de extranjeros seguirá aumentando. Las causas son variadas, pero una de las más relevantes, según explica Lilia Núñez, investigadora de las migraciones, es el envejecimiento de las y los chilenos y las bajas tasas de natalidad, una tendencia mundial cada vez más importante.
Sin política
A pesar del aumento de las inmigraciones hacia Chile y de los augurios de incremento, el país no cuenta con una política pública clara con respecto a las personas que ingresan y se quedan a vivir.
Si bien existen una serie de leyes y decretos que regulan la entrada y la salida, una vez que se instalan en Chile, las y los inmigrantes dejan de preocupar, al menos, así parece. Se reconoce como "residentes" sólo a las personas con contrato, estudiantes, temporarios, con asilo político o refugiados, pero esa no es la realidad de muchos inmigrantes. De hecho, se estima que son cerca de 15.000 quienes se encuentran en situación irregular en el país.
"El Estado chileno adolece de políticas públicas de acogida a los inmigrantes", que les otorguen facilidades en un primer tiempo para insertarse en la sociedad, afirma Luis Alejandro Rojas del Observatorio Interamericano de los Derechos de los Migrantes.
El 2001 se formó una comisión que congrega a los ministerios del Interior, Defensa, Trabajo y Relaciones Exteriores con el fin de elaborar una Política de Migración del Estado Chileno, pero hasta la fecha no ha salido "humo blanco".
Pero algo se ha avanzado en la materia. Los acuerdos de libre comercio que se han firmado en el último tiempo han incorporado cláusulas tendientes a disminuir las barreras que impiden la movilidad de las personas entre los países, por ejemplo, gracias al MERCOSUR se puede ingresar sólo con la cédula de identidad.
Más recientemente, el 1 de junio de 2005, entró en vigor la Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de todos los Trabajadores Migratorios y sus Familias, de Naciones Unidas, que Chile suscribió junto a una treintena de Estados. En la práctica implica reconocer la existencia de las y los inmigrantes e intentar mejorar su situación.
No obstante, los afectados señalan que en la vida cotidiana estas medidas no se perciben debido a la escasa información que tienen sobre las regulaciones, tanto las nuevas como las antiguas.
"Soy voluntaria en atención de familias extranjeras y me doy cuenta que no hay un conocimiento mínimo ni siquiera de antiguos reglamentos que los protegen (.) Existe el mecanismo, pero la gente no sabe cómo hacerlo. No existe un servicio expedito que te oriente y te facilite el proceso", recalca Lilia Núñez.
Derechos fundamentales
Las mayores dificultades que enfrentan las y los extranjeros en Chile tienen que ver con el cumplimiento de sus derechos fundamentales. Si bien el Estado chileno recientemente anunció que todos los niños y niñas hijos de padres extranjeros residentes en Chile, cualquiera fuera su situación legal, tendrían acceso a educación, a salud en los consultorios y a leche, al igual que las embarazadas, con eso no se soluciona
el problema.
Diversos estudios señalan que las y los inmigrantes sufren de graves atropellos a los derechos humanos. El más notorio es la discriminación, sobre todo en el caso de las y los peruanos y bolivianos. Sufren agresiones verbales y físicas, los contratan para ocupar cargos en trabajos no calificados, viven en el hacinamiento y los sindican como los culpables de la cesantía en Chile.
Muchos son víctimas del tráfico y la trata de personas por parte de chilenos y de sus propios connacionales. Con falsas promesas de trabajo, documentación, casas, les cobran elevadas sumas de dinero y una vez que están al otro lado de la frontera, los abandonan a su suerte.
En el caso de los indocumentados la situación es aún peor. Aprovechando estas circunstancias, son objeto de tratos abusivos, trabajos excesivos y mal remunerados, incluso, a veces ni siquiera les pagan. Están en la indefensión.
"La responsabilidad no es del Estado receptor, de ninguna manera, la responsabilidad primera es del Estado que está egresando emigrantes y ahí empieza el ciclo que puede terminar en el decaimiento de la situación social del migrante", afirma Lilia Núñez.
El fenómeno de la inmigración es tan antiguo como la humanidad y no se trata de un problema nacional, es un fenómeno global que, según los expertos, debe abordarse como tal, pero, como dice, la caridad comienza en casa.
1 comentario
Marcelo Sánchez Ahumada -
Es necesario proyectar una política de unificación familiar al interior de la Migración.Las consecuencias más fuertes de la separación la sufre el que se queda. Se tiende a "Economizar" el vínculo familiar, reduciéndolo al tema de las remesas. Es por lo tanto un desafío trabajar el tema de la ruptura afectiva y del abandono. Se concluye que hay un buen concepto de la iglesia, sin embargo la participación es baja lo que nos cuestiona respecto a cómo acogemos, y qué les ofrecemos a los Migrantes.
Señala el Padre Bettin que es importante llegar a la persona en la intimidad más allá que en la gran estructura, son pequeños gestos , llegar a lo que mantiene la fe, en ese sentido se distingue que la creación de la parroquia personal como un instrumento altamente eficaz. En cuanto al Bienestar Social en Educación, salud, vivienda se evidencia que hay estructuras públicas que favorecen, pero aunque la institucionalidad brinda espacios públicos es necesario mejorar la cobertura e informar más. La iglesia debe exigir del Estado su rol, no reemplazarlo.
La verdad es que hay un excelente diagnóstico del trabajo desarrollado por la Vicaría Norte y desde esa perspectiva cabe preguntarse cuáles serán los próximos pasos.
Es necesario avanzar en Sensibilizar la Iglesia y la sociedad, Constituir equipo de pastoral con rostro visible. (La Hermana Fresia es un ícono de compañía y maternidad para los Migrantes, el rostro de la acogida, tales rostros deben multiplicarse), se debe trabajar en Redes para derivar, informar y acoger a los migrantes, finalmente y como una tarea permanente y profunda poner en marcha un trabajo de integración social, desde el respeto a la cultura y la valoración del aporte a nuestra sociedad.
Por último el Padre Bettin señala Hay que tener presente que el migrante no se conforma con la situación que vive sino que migra porque quiere y busca cambios y eso lo hace un profeta de las injusticias en el origen o donde llega, por ello el migrante es sujeto, no objeto , busca surgir, tiene anhelos de protagonismos de su historia, se reconstruye en la esperanza que nos salva . Personalmente agradezco la oportunidad de haber participado en este proceso, de conocer la seriedad de las instituciones involucradas y de la vocación del equipo que está abriendo este camino.
Dios asume el rostro del migrante, cruza todas las fronteras en la Encarnación, las de su naturaleza Divina como asimismo las fronteras sociales al acoger al pecador, al pobre, a los más humildes. Nuestra Santísima Madre, da a la luz a su hijo lejos de casa y se ve obligada a huir, María es la Virgen del camino que nos acompaña y que nos pide que la acompañemos en nuestra propia migración a la casa del Buen Padre.Dios ha nacido en el Exilio....