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Centros Chilenos en el Exterior

La protesta y su entorno.

 Por Roberto Tello 

 

               ¡ Que vivan los estudiantes, por que son la levadura, del pan que saldrá del horno con toda su sabrosura! Decía la canción de violeta parra y esta sencilla metáfora alejada del contexto histórico de su época propone una variada interpretación alusiva a los imberbes de hoy. Para quienes fuimos estudiantes en la década del 70. La levadura provenía del canto mismo de violeta quien a puro tropo elevaba la rebeldía innata  de los jóvenes. La estética cultural de los 70 tan rica en exponentes, le ponía un marco especial a esos conflictivos años.

               

 La cultura popular tenia a unos cuantos connotados exponentes, que rompían con la clásica idea, elitista por supuesto, que reservaba a esta la función de producto para unos pocos espirutos educados en la contemplación e interpretación del fenómeno cultural.Los versos de Neruda eran vividos con igual intensidad por profesionales y albañiles, Carteros o abogados, todos juntos en marcha hacia el paraíso de los hombres libres, cada canción ,cada poema tenia como destino el alma del hombre y la mujer puestos en esta ruta.

La cultura popular de esta época formaba parte sin dudas de una estética revolucionaria y profundamente humanística ya que rescataba los valores intrínsecos del hombre como la igualdad y la solidaridad, que a partir de estos juglares comenzaban a tener sentido real. Una canción de violeta parra podía remitirnos a lo más elemental de nuestra existencia o a templar nuestro espíritu rescatándolo de la sumisión y la indiferencia. Los poemas de Neruda, el gran maestro de la literatura chilena llenaban el entorno de la época aportando la palabra como medio de exponer una realidad perversa y a la ves perfectible.

Lejos de esta romántica y necesaria mención, se encuentran nuestros queridos estudiantes de hoy, tan rebeldes como los de antaño y desprovistos del horizonte utópico de los 70 intentan rearticular su rebeldía templándola en las calles de las ciudades más importantes de chile, en protesta contra un modelo impuesto por gerontes autoritarios de dudosa capacidad intelectual, los mismos que atrofian las mentes de los jóvenes con discursos sistemáticos acerca de las bondades de un sistema que los llevara a la excelencia de las aptitudes individuales.

Rodeados de una deformante visión sobre los valores y las virtudes humanísticas, pretenden llevarlos a la madures inculcándoles nuevos iconos de dudosas aptitudes morales y funcionales solo al éxito. Un consumismo irrefrenable es condición necesaria para medir logros, como también lo son una abultada cuenta bancaria, el mejor auto, la casa despampanante en el mejor barrio y por que no la mejor mina. La consigna  es ganar, el fracaso es el demonio en esta nueva sociedad que solo asegura el éxito a quien mejor practica el individualismo, el arribismo la indolencia y además cuenta con papitos adinerados, condición sine quanon para tales objetivos. 

En esta estética se desarrolla la vida de los estudiantes chilenos. Universidades cada ves mas caras y con objetivos cada ves mas comerciales crecen como yerba mala por todo chile, empujados por un modelo económico que tiene como premisa el lucro, se hace negocio hasta con los enfermos. ¿Cuantos estudiantes de medicina educados en estos parámetros estarán esperando ansiosos su diploma para entrar en el “negocio de la medicina” vomitando el juramento hipocrático?. Y como estos, ¿cuantos pichones de abogados, Psicólogos, en fin, esperaran ansiosos El cartón que los lanzara al nuevo paradigma?.

Con el afán de bastardear aun más el verdadero sentido del humanismo, presenciamos en la ultima campaña electoral, la disputa por el nuevo estándar de los valores humanísticos. Acorde con el discurso demagógico imperante, escuchamos al señor piñera adueñarse de estos principios basados en la fortuna acumulada por este, que ronda los mil millones de dólares, ¡He aquí el nuevo humanista!. No importa si detrás de cada millón ganado en sus negocios quedo sin poder ingresar a la universidad el hijo de algún ignoto trabajador, otros tantos tuvieron que hipotecar los primeros años de su vida profesional para pagar los prestamos conseguidos en el sistema educativo más desigual de la historia chilena.

 En medio de esta crisis de valores que apabulla y confunde, los estudiantes del nuevo milenio y la globalizacion, apuntalan la esperanza de aquellos mayores que se niegan a domesticarse y que no ganan la calle pues sus huesos ya cansados no soportan los garrotazos de los pretorianos de turno. Como al ave fénix, ven renacer los heroicos años del mayo francés, en donde estos imberbes sentaron las bases de profundos cambios sociales y se llevaron puesto a mas de un político mediocre e indolente, incapaz de reconocer la dinámica de los cambios sociales. Los mismos imberbes que una ves fueron echados de una emblemática plaza de mayo, para luego ya mayores y con la experiencia de sus años de rebeldía, le ponen el hombro a uno de los gobiernos que mas se esfuerza por instalar la justicia social en América latina.

                Roberto Tello.

             

               

  

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