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Entrevista tras su última visita oficial a Magallanes

Entrevista tras su última visita oficial a Magallanes Lagos insta a efectuar estudio para optimizar recursos de leyes de excepción
-Presidente se mostró confiado en que la perforación de Lago Mercedes confirmará importantes reservas de gas y también valoró el potencial carbonífero de la isla Riesco. - Se va satisfecho porque cree que su mayor logro fue correr la frontera de lo que los chilenos estiman que es posible esperar y hacer. - Dijo que, más que soberbio, es asertivo y reveló que, cuando salió de su casa el 5 de octubre de 1988, no sabía si iba a volver. 
 
Por Elia Simeone R. www.laprensaaustral.cl
esimeone@laprensaaustral.cl

Su última visita oficial a Magallanes. Era, entonces, necesaria una última entrevista al Presidente Ricardo Lagos, quien se mostró ampliamente satisfecho de los avances que se lograron en la región al cabo de sus seis años de gobierno.
Más relajado que en ocasiones anteriores, admitió que su asertividad y su confianza en cómo se deben hacer las cosas pudo confundirse, a ratos, con soberbia.
Reconoció como un momento “desagradable” las vinculaciones que se intentaron hacer con hechos de corrupción en torno a los casos Mop-Gate.
Dijo que su mayor legado fue correr la frontera a los chilenos de lo que es posible esperar y hacer.
En cuanto a Magallanes, su mensaje fue directo: hay que hacer un estudio que permita determinar en qué forma se pueden aprovechar mejor los millonarios recursos que invierte el Estado a través de las leyes de excepción.
Señaló que eso pidió a poco de asumir y que eso planteó ayer cuando se reunió con algunos consejeros regionales.

- ¿Cuál es, a su juicio, el mayor legado o logro de su gobierno?

- “Cuando uno camina por el país y conversa con la gente, creo que el mayor logro es que en estos años se corrió la frontera de lo que la gente cree posible. O sea, los chilenos creemos que hoy día somos capaces de hacer, no digo más cosas, sino proponernos desafíos más exigentes.
“Por ejemplo, iba llegando a Pargua y me salió un vecino y me dijo: “Oiga, Presidente, y la autopista cuándo va a llegar a Pargua?”. Claro, antes llegaba a Puerto Montt y, entonces, me quedé pensando y le dije: “Oiga, mi amigo, ¿y desde cuándo usted cree que debe llegar la autopista a Pargua?”. “Bueno -me dijo-, desde que la autopista llegó a Puerto Montt” y me lo dijo como si me recriminara: “¡La tontera que me está preguntando!”
“O sea, porque la autopista llegó a Puerto Montt, él se plantea eso, pero antes ni siquiera se había planteado la autopista a Puerto Montt. Entonces, creo que hemos hecho emprendimientos que nos permitan mirar más allá.
“Ahora, la gente no discute los acuerdos de libre comercio. Aquí, por ejemplo, cuándo se pensaba que se iban a instalar textileras en Porvenir para aprovechar la lana. ¿Es para exportar o no? ¿Cuál era la demanda en Porvenir seis años antes?: “Oiga, Presidente, ¿qué va a hacer con Porvenir porque se está despoblando?”. Y ahora, ¿qué es lo que te dicen?: “Oiga, Presidente, dígale al Serviu que construya más viviendas porque no tenemos dónde vivir”.
“Creo que, en ese sentido, se expandió la frontera de lo que los chilenos creen posible.
“Además, hay un Chile más seguro. Cuando abrí las puertas de La Moneda me dijeron: “Presidente, usted no entiende nada de seguridad”. Y en seis años no ha ocurrido nada y la gente sigue circulando a raudales”.

- ¿Y qué le quedó en el tintero?

- “¿Qué es lo que queda pendiente? ¡Tanto! Bueno, porque el progreso es así. Uno entrega una obra, entregas diez kilómetros de camino, el alcalde te da las gracias, a lo mejor te regala un galvano y luego te dice. “Oiga, bueno, nos quedan otros diez kilómetros pendientes porque tenemos que llegar a tal parte”, y eso forma parte del país, o sea, es un continuo que no para”.

- ¿Cree, sinceramente, que se avanzó en el eslogan de crecer con igualdad de oportunidades?

- “En lo grueso, creo que se ganó esa pelea y, porque se ganó esa pelea, es que en la reciente campaña el tema de la igualdad surgió con mucha fuerza. Lo que antes parecía un tema exclusivo de un sector político, ahora están todos preocupados de eso. Otra cosa es cómo se piensa lograr”.

- ¿Con qué calificativo le gustaría pasar a la historia y quedar registrado en los anales de los Presidentes de Chile?

- “No sé, realmente. Sé lo que tú me estás diciendo. Con Pedro Aguirre Cerda fue “gobernar es educar”, pero, la verdad es que no...
“Lo que he tratado de hacer es escuchar a la gente. Le han puesto mucho énfasis a esto de que voy a recorrer todas las comunas, pero el problema no es recorrer todas las comunas. El problema es que tú vas a una comuna porque tiene un sentido porque hay algo allí que vale la pena ver, mirar o aprender.
“Entonces, claro, cuando llegas a Laguna Blanca y va a ser la primera provincia rural que va a tener cien por ciento pavimento. A lo mejor es nada, nada desde el punto de vista de la inversión que eso implica, pero llegas allá a festejar algo importante que ellos consiguieron, que ellos organizaron. Entonces, claro, estás hablando de una inversión modesta porque eso, más el agua potable, el alcantarillado y más el pavimento que viene después son 800 millones, una cifra menor en el contexto global del presupuesto que es de 27 mil millones. Pero, tiene que ver con una cierta forma de construir el país.
“Como lo dije ayer (anteayer) en Río Verde, el privilegio de un Presidente es escuchar a la gente y tiene esta posibilidad por el hecho de desempeñar el cargo y desplazarse con una cierta infraestructura a lo largo del país y eso no es para beneficio del Presidente, sino para que pueda estar en contacto con la gente”.

Soberbia

- Cuando perdió la senatorial frente a Jaime Guzmán en 1989, él le enrostró que eso había sido un castigo a su soberbia. Ahora, que ha estado en el mando, ha tenido que ver y decidir una serie de cosas, ¿se va más o menos soberbio?

- “Eh -el Presidente se ríe-, o sea, yo creo que entiendo lo que quiso decir el senador Guzmán. El senador Guzmán tampoco nunca se puso en el caso de que había que decirle a los chilenos que había un camino posible, que había que tener una gran seguridad en ese camino. La gente no creía que era posible terminar un sistema dictatorial con un lápiz y un papel. En consecuencia, cuando tú dabas la pelea, primero, porque la gente se inscriba... Me acuerdo que hablábamos de que, si llegábamos a los siete millones 400 mil inscritos, íbamos a ganar porque, si no, quería decir que los que se estaban inscribiendo eran los partidarios del sí. Después, cuando dijimos si nos inscribimos, si somos capaces de contar los votos y hacerlo bien, de tener apoderados, o sea, había un conjunto de elementos que te obligaban a ser muy asertivo. Pero, con el mayor respeto, el día 5 de octubre (de 1988), yo salí de mi casa, miré para atrás y no supe si iba a volver en la noche. Pero, eso yo no se lo podía decir a los chilenos, de que yo tenía dudas si acaso iba a volver, porque, si no, se asustaban. Y, por el contrario, había que atreverse a decir cosas. Aquí en Punta Arenas, cuando vine, en el gimnasio, había mucha gente y, en un momento, les dije: “Y ahora, van a guardar silencio porque me voy a dirigir a las Fuerzas Armadas de Punta Arenas que me están escuchando”. Se produjo un silencio sepulcral y hablé...
“Bueno, eso visto ahora puede parecer una tremenda soberbia. Decir: “¿Qué se cree este caballero que se atreve a hablar así?” Pero, tenía que ver con las condiciones.
“Ahora, que uno es asertivo, que uno se cree la película, claro, yo creo que en este cargo tú estás pidiendo algo que es muy fuerte. Yo te estoy pidiendo tu voto para actuar en nombre tuyo y creo yo interpretar lo que tú quieres, y eso es una gran falta de humildad porque estás pidiendo poder. Siempre he dicho que sólo se justifica pedir ese poder si tienes un conjunto de ideas muy profundas en las que uno cree y que son buenas para el país, para la sociedad. Cuando no hay esa convicción, sino la búsqueda del poder desnudo, con lo que significa, es tal vez la más grande de las corrupciones porque es la búsqueda del poder por los honores, por el boato, porque te sacan fotos o porque alguien como tú lo entrevista. Entonces, a ratos, porque uno cree en ciertas cosas y golpea la mesa con cierta fuerza, se dice. “Pucha, ¡este caballero!”. Pero, claro, yo te puedo decir muy pocos países sacan una reforma de salud como la nuestra. Yo sabía que para sacar esta reforma iba a tener que enfrentar muchos intereses corporativos que se sienten afectados. Pero, cuando escuchas a alguien, como me pasó en Puerto Cisnes: “Yo tenía un marcapaso, me lo colocaron en el hospital de la Universidad Católica y me costó muy caro. Y tenía ya cinco años el marcapaso, se me echó a perder y estaba ya liquidado. Y yo no sabía que esta cardiopatía estaba dentro del Auge, me llevaron a Santiago en avión y en el hospital del tórax me pusieron marcapaso nuevo y me costó cero peso todo”. Cuando escuchas eso, sientes que valió la pena dar la pelea, pero eso es a partir de una convicción que uno tiene y, por eso, a ratos, uno parece soberbio, creído. Pero también reconozco que en este trabajo uno se pone más humilde por la magnitud de las tareas que hay que abordar y que uno sabe que, a lo mejor, no va a poder hacerlas”.

La complicación del caso Mop-Gate

- ¿El momento más complicado de su gobierno fue cuando se le quiso involucrar en los casos judiciales Mop-Gate y se sugirió el uso de recursos públicos para financiar su campaña presidencial?

- “Fue algo desagradable porque, primero, uno tiene valores en la vida y por esos valores actúa. Nunca ha sido un propósito de mi vida el hacerme rico. Tengo un buen pasar, profesionalmente hablando y sería muy injusto en quejarme de eso. Pero, hay personas que les parece muy importante ser ricos, lo cual no es mi caso. Lo cual no quiere decir que no está bien que en un país haya mucha gente que quiera ser rica porque eso es muy bueno para un país. Entonces, esto de querer vincular cosas, porque todas las cosas que se han dicho han terminado en cero, ¿verdad? Y cuando terminan en cero queda nada más que la tinta escrita y nada más”.

- Sin embargo, quedó la impresión de que el gobierno usó todos los medios por tapar el caso.

- “En eso no estoy de acuerdo. Cuando se dijo algo así tras mi encuentro con Pablo Longueira, de la Udi, yo digo que ni él ni yo nos hubiéramos prestado a tapar cosas que hay que investigar y que se siguen investigando hasta el día de hoy. Otra cosa es que, de una situación de crisis, emerja una oportunidad. Entonces, se puede legislar sobre política y dinero, sobre el nombramiento de altos funcionarios públicos a través de un sistema mucho más transparente, se puede legislar sobre cómo debe ser la contabilidad de una campaña electoral, que antes era tierra de nadie. Entonces, eso me parece tremendamente positivo. Pero, lo que no puedo aceptar - y leí días atrás una entrevista a Pablo Longueira en que decía algo similar- que él “salvó a Lagos”. A mí no me salvó de nada. Lo que sí se dio una respuesta y un paso muy importante para el país que fue bueno”.

- ¿Cree que, finalmente, se logró una oposición importante, constructiva, más democrática?

- “Creo que sí. Dentro de las dificultades, optaron por algo que me parece tremendamente democrático que es decir: “Bueno, aceptemos que la primera vuelta es una primaria, que es el sistema en que ha devenido la democracia francesa, y luego se definen las diferencias dentro de un bloque y después todos se unen en torno a la persona que pasa a la segunda vuelta”. Creo que la oposición hizo una muy buena performance y demostraron también que era una buena forma de actuar”.

Mejorar las leyes de excepción

- Pasando a los temas locales, hace un par de meses causó gran inquietud el anuncio del ministro Eyzaguirre de que se deben revisar las leyes de excepción. ¿Cuál es su postura sobre eso y qué les ha pedido a las autoridades regionales?

- “Bueno, es lo que les pedí hace seis años atrás. Les dije: “Miren, hagamos una cosa. No está en discusión la cantidad de recursos que llegan vía leyes de excepción. Pero, ¿habrá una forma mejor de utilizarlos? Entonces, por qué no se hace un estudio y ustedes me proponen una forma más adecuada de utilizarlos”. Les acabo de decir lo mismo a los consejeros regionales con los que me reuní: “Cuando una gran multitienda de las que están en Santiago decide instalarse en Punta Arenas, ¿usted cree que se decide a eso porque hay una ley de excepción? No, se decide a actuar acá porque hay un mercado que es interesante y que está creciendo y que ellos quieren cubrir. De yapa, descubren que les van a pagar tanto por cada persona que contratan. A lo mejor, esa yapa podría evitarse y destinarse a algo más útil”. Lo que yo digo es que, a lo mejor, hay forma más eficiente de usar esos recursos”.

- ¿Cree que es una deuda de las autoridades locales de no haber generado dicho estudio y formulado una propuesta?

- “Claro, porque ahora me comentaron eso y yo les recordé lo que les pedí hace seis años y les dije: “Mire, hagamos un acuerdo. No es tema de planta, no se va a quitar eso, pero pueden haber formas más adecuadas”. Y yo creo que es el momento de hacer un estudio y poderlo analizar. Nadie discute que si usted quiere dar igualdad de oportunidades tiene que discriminar en favor de aquellos sectores que tienen menor población. Ningún estudio le va a justificar pavimentar la Carretera Austral, pero se está pavimentado como una forma de mayor equidad. Tiene que haber un sentido de discriminación positiva, pero lo que sí me parece importante es que se investigue cuáles son las mejores herramientas para ello”.

- ¿Por qué no fue posible en su gobierno generar un sueldo mínimo diferenciado y mejorar las pensiones en igual sentido? ¿Cree que eso puede ser posible en el próximo gobierno?

- “Bueno, siempre se puede pensar en abordar eso, pero, a la larga, este tipo de cosas van quedando determinadas por las realidades propias del mercado”.

- ¿Por qué nunca se quiso subsidiar el gas, como se hace en el lado argentino?

- “Bueno, porque es un error plantear eso por la vía del subsidio. Creo que es mejor el poder hacer otro tipo de definiciones.
“Ahora, para qué vamos a hablar de ese tema cuando están todos pendientes con lo que pueda pasar en Lago Mercedes y con el carbón. Se habla de reservas muy grandes. O sea, hay perspectivas en ese sentido de optimismo. Ese aire de optimismo que se respira en el resto del país también lo respira acá”.

- Bueno, pero usted se fue sin cumplir con la planta de etileno.

- “La planta de etileno no depende de mí, sino del gas. Entonces de que haya o no va a depender del gas. Pero, sí me voy con una discusión que ya no existe: nadie insiste en la privatización de Enap y eso tiene que ver con una forma de entender el rol de Enap. Entonces, eso era imputable a mí y no el poder garantizar el gas para una planta de etileno. Pero, creo que se va a hacer una nueva planta de etileno porque creo que nos va a ir bien en Lago Mercedes”.

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