EL ÚLTIMO SECRETO DE LA DINA Y LA CNI: DINEROS MALHABIDOS
La mujer, el ladrón y su amante
Dos detenidos. Dos testigos amenazados y con protección policial. Álvaro Corbalán y Manuel Contreras, interrogados. Personajes tan diversos como Miguel Piñera, Carolina Arregui y una ex amante del cura Tato se mezclan en una historia turbia que hoy comienza a investigarse bajo la sospecha de que lo que comenzó como una gran estafa era la forma de encubrir el rescate de dineros de la DINA y la CNI.
Por Luis Narváez |
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Al ex agente de la CNI, Patricio Lorenzo Castro Muñoz, detenido hace varios meses en la Cárcel de alta Seguridad de Santiago, no le gustó la noticia. Era la tarde del jueves 2 de febrero y el calor seco, sofocante de la capital se multiplica en ese recinto carcelario. El saber que su pareja había sido encarcelada esa misma mañana lo hizo salir de sus casillas.
Castro Muñoz, mayor en retiro del Ejército, comenzó a darse cuenta de que el plan que urdió para recuperar dineros de una supuesta herencia millonaria perdida en el extranjero, no sólo fracasó, sino que dejó sin camuflaje una operación encubierta para recuperar dineros que habrían pertenecido a organismos represores de la dictadura: la DINA y la CNI.
Después de su salto a la fama por ser uno de los captadores de la financiera ilegal La Cutufa, a finales de los ’80, Castro reaparece ahora al ser denunciado y procesado por cometer una millonaria estafa junto a otros dos individuos.
La coartada parecía perfecta, ya que para generar confianza reclutó al heredero de una ilustre familia de rancio abolengo, Gerardo Ariztía Irarrázabal, y a un cineasta: Pedro Peña Marquicio, un uruguayo que llegó en 1995 a Chile investigado en su país por una gran estafa, pero sin antecedentes.
UNA HERENCIA INEXISTENTE
Los tres ya fueron procesados el año pasado en el 31º Juzgado del Crimen de Santiago como autores de estafa y, aunque en esto no existen infracciones a la Ley de Bancos, su historia fue bautizada en la prensa como la “Cutufa II”.
Indicios de una operación encubierta hay muchos, aunque la justicia aún está Beatriz Ugarte Cardemil está con protección policial especial, tras denunciar una serie de delitos vinculados a la Cufufa II. |
Sin embargo, en diciembre del año pasado, una nueva querella irrumpió en el 33º Juzgado del Crimen. Y, pese a que el hecho ya estaba siendo investigado en otro tribunal, la jueza Eleonora Domínguez Dellepiane la acogió a tramitación, y ya lleva más de dos tomos de declaraciones de testigos e inculpados.
Según fuentes judiciales y policiales, la jueza está llegando a la convicción de que en esta supuesta estafa se esconde una operación encubierta donde aparecen personas y hechos vinculados a las disueltas DINA, CNI, y no precisamente en violaciones a los derechos humanos, sino que en actividades financieras ilícitas, desconocidas hasta ahora, cuyos alcances todavía hoy son un misterio.
UNA MUJER INQUIETA
Beatriz Ugarte Cardemil tiene 40 años, tres hijos y vive en un tranquilo sector residencial de Vitacura. Es una mujer inquieta, ambiciosa y buena para conversar. Pero por estos días no pasa por sus mejores momentos.
Por sus manos pasó la responsabilidad de presentar la querella que abrió una investigación en el 33 º Juzgado del Crimen. Pese a que ya se estaba investigando en otro tribunal (el 31º), la mujer desestimó jugarse allí su opción. “Es un tri El general (R) Manuel Contreras fue interrogado el viernes por la jueza Domínguez. |
Y su razón no es otra que los vínculos familiares que existirían entre el juez Jaime Balmaceda y la familia de Gerardo Ariztía. Sin ir más lejos, cuando Balmaceda procesó a los tres individuos, Ariztía fue el primero en salir en libertad con una fianza de 50 mil pesos, recuerda Marcelo Jadue, el abogado de Castro. Los otros dos, el propio Castro y Peña, debieron pasar más tiempo presos y pagar un millón de pesos de caución.
Muchas personas entregaron dineros, principalmente a Castro y Ariztía. Gente conocida, familiares y prestamistas. Cada uno recibió un cheque como garantía de que el dinero sería devuelto con jugosos intereses, una vez que la suculenta herencia fuera rescatada de bancos en el extranjero.
APARECE EL NEGRO
Miguel Piñera Echenique, el conocido cantante hermano del ex candidato presidencial Sebastián Piñera, fue uno de los conocidos que pasó dinero. Se habla de que comprometió 200 millones de pesos. En medio de la campaña, rechazó ir a declarar ante la jueza Domínguez. Por ello es que actualmente “el Negro” tiene un requerimiento policial por no presentarse cuando fue citado. Pero lo hará durante esta semana. Su abogado, Marcelo Jadue, el mismo que defiende a Patricio Castro, se comprometió con la magistrada para llevarlo sin necesidad de que sea escoltado por Carabineros.
Miguel Piñera es un viejo conocido de Castro. En noches de agitada juerga en el Paula Bocazz (en la foto) es la actual pareja de Patricio Castro. La semana pasada estuvo detenida durante dos días por falso testimonio. |
Ella es testigo de muchos hechos y eso le ha valido ganarse un gran encono de varios de sus amigos.
Castro la reclutó hace varios años, cuando Beatriz Ugarte tenía un restorán y el ex CNI se convirtió en cliente habitual. Los negocios no fueron muy bien y, cuando se vio necesitada de trabajo, Castro y Ariztía le propusieron que fuera asistente administrativa de ambos para gestionar el cobro de la famosa herencia, el 2003.
Como tal debió registrar a la gente que prestaba dinero y girar muchos cheques, incluso de ella misma, para garantizar futuros pagos. El trabajo no era gratuito, porque a ella le ofrecieron más de un millón de dólares por los servicios prestados.
LAS AMENAZAS
Pero los billetes verdes no llegaron, y lo que sí le llegó a Beatriz Ugarte fueron querellas por giro doloso de cheques y demandas. Ni Castro ni Ariztía cubrieron los documentos comprometidos por la mujer.
Antes de entregarse a la justicia, después de evadirse durante 12 días desde la cárcel, Patricio Castro (en la foto, al centro) estuvo en la casa de Beatriz Ugarte. |
-Yo siempre fui leal con Patricio Castro y Gerardo Ariztía, pero ellos me arruinaron porque cuando comenzaron a vencerse los plazos no respondieron y me dejaron sola con todos los compromisos que eran de ellos y no míos, -dice Beatriz Ugarte.
Pero la mujer no sólo presentó la querella buscando que sean sancionados quienes, abusando de su confianza, la hicieron comprometerse económica y legalmente.
UGARTE, APELLIDO SOSPECHOSO
En mayo de 2004, cuando parecía que todo estaba listo para iniciar un periplo por seis países buscando dineros heredados, Beatriz Ugarte viajó a Buenos Aires junto a Patricio Castro.
Estuvieron más de dos meses en la capital argentina, periodo en el que la asistente llevaba en su maletín seis poderes legalizados donde Ariztía le otorgaba amplias facultades a Castro para que realizara todo tipo de transacciones. O sea, retirar y enviar dinero.
Los poderes fueron legalizados ante las embajadas de Argentina, España, Egipto, Suiza, China y Alemania. Según la planificación e información que le habían entregado a sus acreedores, entre ellos la propia Ugarte, los dineros estaban ocultos en bancos de esos países.
Pero el viaje nunca se realizó, y nadie sabe por qué. “Durante los días en que estuvimos allá”, recuerda Ugarte, “yo me quedaba en el hotel y Patricio (Castro) salía durante todo el día, pero no me decía lo que hacía”.
En esos mismos días aparecieron Marcelo Jadue, el abogado de Castro, y Miguel Piñera. Testigo de esos encuentros no sólo fue la mujer, sino además una cantante que animaba veladas en un restorán de Palermo durante esos días: Marcela Corti.
Desde Buenos aires, Corti relata: “Recuerdo haber conversado con ambos (Castro y Piñera). Incluso uno de ellos me dijo que tenía interés en instalar un local en Buenos Aires, y me ofrecían la posibilidad de trabajar en eso. Pero nunca se concretó”.
Por esos días comenzaba en Chile la investigación sobre las millonarias cuentas que Augusto Pinochet mantenía ocultas en bancos extranjeros. Un nombre también comenzó a preocupar a quienes habían urdido este plan: Manuel Ugarte, titular de una cuenta en el Banco de la Nación Argentina.
UNA EXTRAÑA COINCIDENCIA
Según los antecedentes entregados al tribunal por Beatriz Ugarte y otros testigos, Castro tenía como misión ubicar la cuenta de Manuel Ugarte, para verificar si aún existían fondos y si esto tenía vínculos con Augusto Pinochet. Pero la cuenta estaba vacía.
En ese momento Gerardo Ariztía se acercó a hablar con el ministro Sergio Muñoz, por ese entonces a cargo de la investigación del caso Riggs. No está muy claro el contenido de esa conversación, pero el magistrado –hoy ministro de la Corte Suprema- no habría incluido el encuentro en el expediente del caso.
Según los antecedentes que se han comenzado a reunir, ese mismo año Ariztía en persona viajó a Argentina a buscar unos dineros. Con ello logró apaciguar la inquietud de algunos acreedores y personas interesadas, que estaban presionando para la devolución de sus dineros más las ganancias comprometidas.
Lo concreto es que más de 3 mil 500 millones de pesos fueron repartidos. Ariztía indicó que ese dinero tuvo su origen en la venta de un fundo ubicado en el sector de Longotoma (V Región), zona donde la familia Ariztía ha tenido miles de hectáreas durante largos años.
Pero Ugarte y otros testigos aseguran que ese dinero fue obtenido en Argentina. Uno de los personajes que habría recibido dinero es Álvaro Corbalán Castilla, el conocido agente represor, quien actualmente cumple cadena perpetua en la cárcel de Punta Peuco por el crimen del carpintero Juan Alegría Mundaca.
Pese a que en tribunales lo ha negado, se ha comprobado que Corbalán tuvo estrechos vínculos con Ariztía y Castro.
UN CINEASTA MISTERIOSO
El uruguayo Pedro Peña Marquicio tiene la convicción de que Corbalán era el verdadero cerebro de esta operación, hecho que le increpó personalmente en un careo efectuado en el 33º Juzgado.
En su primera declaración, Corbalán negó conocerlo. Sin embargo, ante la jueza y frente a Peña se retractó y lo reconoció. “Tendría que ser muy descarado si no lo hubiera reconocido. Lo fui a visitar en dos oportunidades al Comando de Telecomunicaciones, donde estaba preso, para saber qué iba a pasar con todo esto”.
Peña Marquicio dice que el objetivo de Corbalán, a través de Castro, era recuperar dineros guardados de los organismos de seguridad de la dictadura de Pinochet, obtenidos al margen del financiamiento que le impuso el fisco durante su existencia legal.
La DINA habría realizado acciones para recaudar dineros durante la década de 1970. Posteriormente, cuando esta fue disuelta y el general Manuel Contreras perdió poder, los hilos de esa fortuna fueron seguidos por los jerarcas del la CNI.
Los testigos mencionan al fallecido general Humberto Gordon, quien tenía en Corbalán como uno de sus principales lugartenientes. Tras la muerte del ex jefe de la CNI en el 2003, Corbalán habría mantenido toda la información relativa a los dineros.
Corbalán y Castro se conocían desde 1984, cuando este último pasó a formar parte de las filas de la Central Nacional de Informaciones. Posteriormente, la buena relación se mantuvo incluso cuando Castro se vio envuelto en la Cutufa, financiera ilegal que funcionó al interior del Ejército.
PAULA, LA AMANTE
Beatriz Ugarte mantuvo una estrecha amistad con Castro. Tanta era la confianza, que cuando el ex agente de la CNI se escabulló de la ex Penitenciaría -donde cumple condena por la Cutufa-, a finales de noviembre del año pasado, se fue directamente desde la cárcel hasta el departamento de la mujer, donde cenaron junto a Paola Bocazz, su pareja, conocida por haber sido amante del cura Tato.
Pero eso se terminó. Este jueves, tras careos de alta tensión, la jueza Eleonora Domínguez ordenó la detención de Paula Bocazz, por falso testimonio. La envió al Centro Penitenciario Femenino (ex COF).
Antes de ser ingresada, le entregó a Marcelo Jadue una nota que escribió a mano para su pareja, anunciándole que estaría detenida. Castro, al enterarse de que ella estaba presa, montó en cólera y declaró las penas del infierno contra quienes lo estaban acusando.
Mientras esto ocurría, la jueza Domínguez derivó todos los antecedentes al Ministerio Público, organismo que tendrá que determinar si la acusa formalmente por haber mentido en el tribunal.
Paula Bocazz sostuvo que vivía en la casa de Beatriz Ugarte y que incluso utilizaba su auto. Cosa que, se comprobó, era falsa. También debió reconocer ante la jueza que ella es la conexión que Castro tiene, desde su celda en la Cárcel de Alta Seguridad, con el resto de las personas comprometidas en el caso.
Mientras esto ocurre, más de 50 personas fueron denunciadas en el tribunal de haber participado en la operación de Ariztía y Castro para obtener la famosa fortuna, que aún no se comprueba si existe o no.
“ESTO ESTÁ REVENTANDO”
Una lista encontrada en el computador del abogado Marcelo Jadue demostraría que tanto Castro como Ariztía tenían millonarios compromisos con personas que les habían entregado dineros en forma de “mutuos”, una especie de letra de cambio.
Entre los conocidos de esa lista están la actriz de Canal 13 Carolina Arregui, quien anteriormente ya se había visto envuelta en un lío judicial por dos autos regalados por Castro, su ex pareja, con quien tiene una hija. Los autos resultaron ser robados.
Marcelo Jadue no niega la existencia de esos antecedentes, pero lo enmarca dentro de su relación como abogado de Castro. “A mi me encargaron preparar un listado con los datos que ellos me daban. Lo que debo aclarar es que esos mutuos nunca fueron formalizados y quedaron solo como una intención”.
Beatriz Ugarte acaba de interponer una denuncia por amenazas en contra de Marcelo Jadue, quien la increpó duramente en las afueras del 33º Juzgado del Crimen. “Las amenazas no me van a callar. Acá hay responsabilidades de quienes me engañaron a mí y a otras personas, muchas de las cuales tienen tejado de vidrio. Pero esto ya está reventando y no voy a parar”, fustiga la mujer.
El uruguayo Pedro Peña ha reconocido su responsabilidad, tanto en el 31º como en el 33º Juzgado, por haber pedido dineros para la operación de rescate de la herencia. Dice que asumirá las consecuencias que ello conlleve. Aclara tajantemente, en todo caso, que “no estoy dispuesto a que se me involucre en otros hechos, que se van a comenzar a saber, en los cuales no tengo nada que ver. Los responsables de eso son otros”.
La jueza Eleonora Domínguez alista nuevos cuestionarios para personas que deben declarar en el proceso. Entre ellas están los hermanos Miguel y Sebastián Piñera. A este último ya se le comunicó telefónicamente que el tribunal requiere su testimonios como testigo.
Tras la ronda de testimonios, la jueza decidirá si el caso pasa a una instancia de diligencias policiales concretas, destinadas a determinar si existen dineros en el extranjero y si estos pertenecen a alguna ilustre familia, o si efectivamente fueron recaudadas ilegalmente por agentes de la DINA o CNI, muy similar a lo que hizo Augusto Pinochet.
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