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Medida polémica

Medida polémica Domingo 18 de diciembre, 3:46 PM
 
BUENOS AIRES, dic 18 (DyN) - La decisión del presidente Néstor Kirchner de cancelar la deuda con el Fondo Monetario Internacional, con un solo pago de 9.810 millones de dólares utilizando un tercio de las reservas monetarias nacionales, dividió aguas en el ámbito político, económico y social.
La medida es histórica porque pone fin a largos y difíciles años de ajustes económicos exigidos por el organismo internacional para el pago de una deuda en ascenso, pero los efectos concretos son escasos.
De hecho, la Argentina no está sometida actualmente a las condicionalidades del Fondo porque no hay un acuerdo en vigencia con el organismo, aunque la Casa Rosada vino pagando puntualmente todos los vencimientos con este acreedor.
El anuncio es un gesto político insoslayable y será una de las marcas de la Presidencia de Kirchner, pero como muchas otras acciones de este gobierno genera fuertes polémicas.
La oposición política y varios sectores sociales y económicos sostienen que no se condice realizar semejante desembolso para el FMI en un país con 40 por ciento de su población en la pobreza y la mayoría de sus jubilados cobrando haberes que casi no cubre el valor la canasta básica de alimentos.
Frente a eso, economistas que respaldan la decisión presidencial, como el caso de Aldo Ferrer, argumentan que destinar esos 9.810 millones de dólares para gastos corrientes no resuelve estructuralmente el problema de la pobreza y que lo que debe buscarse es mayor inversión para crear empleo.
El Gobierno sostiene que poner fin a la deuda con el FMI significará recuperar la total soberanía sobre la política económica y no soportar más exigencias sobre el tipo de cambio, el aumento de tarifas para las privatizadas o atender a los acreedores que no adhirieron al canje de la deuda.
Eso es verdad. Pero las presiones de las naciones desarrolladas nucleadas en el Grupo de los Siete, de dónde son originarias muchas de las compañías privatizadas y tenedores de bonos en default, siguen latentes.
Los detractores también recuerdan que es política del propio directorio del FMI instar a sus deudores más significativos -como Argentina o Brasil- a saldar sus obligaciones con reservas monetarias y sostienen que nuevamente se da privilegios a este organismo frente al resto de los acreedores.
En otras palabras, muchos acusan a Kirchner de criticar fuertemente en sus discursos al Fondo pero, paralelamente, pagar todas las acreencias.
De la otra vereda, muchos analistas y dirigentes políticos destacan la fuerte ratificación de la autonomía económica que significa terminar con la deuda del FMI y la consolidación de la unidad regional por el hecho de que Brasil también tomó la misma determinación.
En definitiva, la medida tiene un fuerte impacto para la memoria colectiva que hace tan sólo cuatro años veía cómo el país entraba en un default en medio de una profunda crisis política, económica y social y que soportó las consecuencias de los ajustes exigidos por el organismo. Pero apenas es un alivio para el grave problema de la deuda pública argentina que supera los 126.000 millones de dólares.

 

SA WS LW

 

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