MICHELLE BACHELET ASISTE A LA PRIMERA MISA EN HONOR A SAN ALBERTO HURTADO
Destacando la labor de San Alberto Hurtado por difundir valores como la solidaridad, la preocupación por los pobres y la justicia social, la candidata presidencial de la Concertación, Michelle Bachelet, asistió esta mañana a la primera misa del nuevo santo chileno celebrada en el Santuario del Padre Alberto Hurtado, ubicado a un costado de la sede central del Hogar de Cristo, en la comuna de Estación Central.
La abanderada progresista, que acudió acompañada del senador José Antonio Viera-Gallo, manifestó que el mensaje de San Alberto Hurtado pertenece a todos los chilenos, creyentes y no creyentes, y alienta a seguir trabajando por los más desposeídos, por un país más equitativo y con oportunidades para todos. “Lo que simboliza el Padre Hurtado, y a lo que nos convoca, es el trabajo con quienes más lo necesitan, con los más vulnerables, los más pobres. Su razón de ser sigue siendo plenamente válida y es la principal, la que también me mueve a mí como candidata a la Presidencia”.
La candidata afirmó que se siente muy contenta y orgullosa por el merecido reconocimiento de la canonización, que este es un momento de unidad y alegría para todos porque “el Padre Hurtado es de todo los chilenos y hoy día, además, del resto del mundo”.
Tras la ceremonia, que fue la primera misa en honor al sacerdote jesuita tras su canonización efectuada en la madrugada de este domingo, Michelle Bachelet resaltó la emblemática figura de Alberto Hurtado por ser un ejemplo de la lucha por los más pobres y la justicia social a través de la fundación del Hogar de Cristo, por impulsar la Acción Sindical Chilena (ASICH) que les permitió a los asalariados defender sus derechos. La abanderada añadió que el sacerdote jesuita también realizó un importante aporte a la renovación cultural impulsando medios de comunicación como la Revista Mensaje.
La candidata valoró especialmente la valentía del religioso para denunciar las inequidades existentes y combatir la hipocresía social de la época a través de su famoso libro “¿Es Chile un país católico?” que si bien en su momento despertó variadas y polémicas reacciones y le costó incomprensiones, defendió valores como la solidaridad, la preocupación por los pobres y la justicia social que hoy son compartidas por todos y que obligan a trabajar por un país más equitativo y con oportunidades para todos, asegurando condiciones laborales dignas y decentes, respeto por los derechos de los trabajadores y una mejora sustancial en la distribución del ingreso.
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