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Centros Chilenos en el Exterior

Pinochet habría ordenado el asesinato de cuatro profesionales en 1986

24 de Octubre del 2005

 

Según declaración de uno de los autores materiales
Por  Jacmel Cuevas P.

 

El Mostrador.cl tuvo acceso en forma exclusiva al testimonio judicial de algunos de los ejecutores de estos crímenes que se llevaron a cabo con un gran contingente operativo de la disuelta CNI. Hace poco más de 30 días, luego de 19 años de indagaciones judiciales, el ''pacto de silencio'' que selló esta sangrienta tarea comenzó a quebrarse.
Durante los primeros días del pasado mes de septiembre, la pequeña grieta en el férreo silencio que mantuvieron todos los autores materiales de los asesinatos del periodista José Carrasco Tapia, perteneciente al MIR; del profesor y artista plástico Gastón Vidaurrázaga Manríquez (MIR); del electricista Felipe Rivera Gajardo (PC) y del contador y publicista Abraham Muskatblit Eidelstein (PC), comenzó a plasmarse en el expediente judicial que por 19 años se tramita en los tribunales chilenos para esclarecer estos crímenes.
Pese a que desde 1999 la ministra Dobra Lusic procesó a ocho ex agentes de la disuelta CNI, otros siete años tuvieron que esperar los familiares y amigos de las víctimas de este operativo para conocer los detalles, por boca de los autores materiales de estos crímenes, de cómo y por qué los asesinaron.
El Mostrador.cl tuvo acceso a las declaraciones judiciales de algunos de los que confesaron su participación en la inmediata y feroz respuesta al atentado que sufrió la tarde del 7 de septiembre de 1986, el entonces jefe de Gobierno, general (r) Augusto Pinochet Ugarte, quien ordenó una respuesta implacable al organismo de seguridad que en esos años custodio su régimen.
Así lo sostuvo el mayor de Carabineros (r) Iván Quiroz Ruiz, autor confeso del crimen del entonces editor internacional de la revista Análisis, quien afirmó “no tener dudas” respecto a que la orden impartida por el entonces director de la CNI, general (r) Humberto Gordon, provenía de Pinochet. La respuesta a los subversivos debía ser inmediata, implacable y devastadora, escogiendo flancos emblemáticos de la izquierda dura como el MIR y el PC, más que de los círculos políticos de oposición que comenzaban a reaparecer de forma pública.

 

”Vamos a cobrar”

 

A la fecha, todos los autores materiales de estos cuatro homicidios se encuentran confesos y según sus declaraciones ante el ministro que instruye el caso, Hugo Dolmestch, los acontecimientos se desencadenaron entre las 02:00 de la madrugada del 8 de septiembre, hasta la tarde del 9 del mismo mes, cuando fue ejecutado Abraham Muskatblit.
Cerca de las 20.00 hrs. del 7 de septiembre de 1986, tras reunirse todo el aparato operativo de la entonces CNI en Santiago, el brigadier (r) del Ejército Manuel Provis utilizó la expresión “vamos a cobrar”, frente a la llamada División Antisubversiva Metropolitana “Bernardo O' Higgins”, compuesta por las Brigadas Azul (Mir) y Verde (FPMR), más varias decenas de hombres que esperaban órdenes.
En la oportunidad, fue el entonces capitán de Ejército Gonzalo Asenjo Zegers el encargado de distribuir cinco carpetas, con los antecedentes y nombres de quienes serían los “objetivos” de “esa cuenta” que requería urgentemente “cobrar” la CNI, ante una operación del FPMR que los había sorprendido y dejado en ridículo.

 

Dos días de terror

 

Según relató Quiroz, las ejecuciones tuvieron un orden estricto y sucesivo. Alrededor de las 02:00 del 8 de septiembre de 1986, el primero en ser detenido en su domicilio ubicado en Pudahuel fue Felipe Rivera Gajardo, electricista y militante comunista de 45 años.
Rivera Gajardo, apodado “el Mao”, fue violentamente aprendido frente a su compañera Alicia Lira, para después ser asesinado en una especie de fusilamiento, realizado para aleccionar tempranamente al escuadrón que concurrió y, por su intermedio, a los demás grupos en operación.
Sus ejecutores se trasladaron en dos vehículos. En el primero iban René Armando Valdovinos Morales, “El Catanga”; Víctor Lara Cataldo y el subcomisario de la policía de Investigaciones, Gonzalo Fernando Maas del Valle y Víctor Lara Cataldo ("El Diazepán"), más otro sujeto mencionado como Gerardo Charié.
A las 3:30 de la madrugada, el entonces capitán Krantz Johans Bauer Donoso recibió directamente del mayor Álvaro Corbalán Castilla la carpeta de Gastón Vidaurrázaga profesor y artista plástico de 30 años. Allí estaba plenamente identificado y se reseñaba que era hijo de la magistrado en ejercicio del 11º Juzgado de Mayor Cuantía de Santiago, Yolanda Manríquez Sepúlveda. En aquella oportunidad, Corbalán al entregar la carpeta le manifestó a Bauer: “Este es un terrorista investigado”.
Según los antecedentes recabados por este medio, la frase hizo alusión a la quinta carpeta que fue devuelta sin ejecutarse la orden y que correspondería a un dirigente de base del PC, quien no tenía mayor injerencia desde el punto de vista de la señal de terror que habría querido imprimir la ex CNI con estos asesinatos.
Alrededor de las 5:00 A.M., otro comando ajusticiaría en otro lugar de Santiago al periodista y dirigente del MIR, José Carrasco Tapia. Entre sus ejecutores estuvo el capitán Jorge Octavio Vargas Bories y el mayor Iván Belarmino Quiroz Ruiz, ambos del Ejército.
Para el día 9 de septiembre, una vez que ya se conocieran estas muertes en medio de un férreo estado de sitio, otro comando iría tras la vida del publicista PC, Abraham Muskatblit, de 40 años.

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