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Centros Chilenos en el Exterior

Recordando a Allende, Garzón y Castresana dijeron que jueces deben tener opinión política

Recordando a Allende, Garzón y Castresana dijeron que jueces deben tener opinión política

Declarados doctores honoris causa por la Universidad Central

Afuera, en la calle Lord Cochrane, diez mujeres pinochetistas llegaron con sus desempolvadas banderas y afiches del “salvador”. En la vereda del frente, unos doscientos jóvenes esperaban a las visitas españolas para manifestarles su aprecio y agradecimiento. La guerra de epítetos fue sabrosa.

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Por Jorge Escalante

Foto:  Tomándose de las manos, Guzmán, al centro, Garzón y Castresana, representaron la victoria sobre los crímenes de lesa humanidad

Baltasar Garzón y Carlos Castresana no encajan con la cultura chilena, al menos con la de los jueces. Para que Garzón haya dicho ayer por la tarde en la conferencia de la universidad Central que “cuando escucho decir que los jueces no deben tener ideología ni opinión política me río, porque debemos tenerla, yo me voy cada día a mi despacho con ellas, y eso no significa juzgar con parcialidad”, significa que pertenecen a otro mundo. Lo curioso es que no lo pifiaron los más de dos mil invitados, al contrario, lo aplaudieron fuerte. O sea, estaban de acuerdo.

En Chile, a un juez que diga eso, el pleno de la Corte Suprema al menos le llama la atención y lo pone en remojo para echarlo. Algo así sucedió con el ex ministro Juan Guzmán. Sin embargo, todos comentan en los pasillos de los tribunales que los jueces chilenos tienen ideología y opinión política, pero la esconden -según el concepto de la justicia de Garzón y Castresana- “para hacer creer que no la tienen y que por ello son imparciales”, comentó un ex miembro del Poder Judicial presente en la conferencia.

Por la mañana, el fiscal Castresana sorprendió con otra opinión cuando la referida universidad le entregó, junto a Garzón, el doctorado honoris causa: “las víctimas, nuestros seres queridos, no pierden la vida cuando mueren, sino cuando los olvidamos, y entonces es cuando nosotros también empezamos a morir”. Hablaba del olvido a las atrocidades cometidas por las dictaduras, incluyendo a la de Franco en España, donde hasta ahora todavía no se investigan sus crímenes.

Preguntas

“¿Será que la visita de Garzón y Castresana también tendrá que abrirnos los ojos para no olvidar el horror, además de habernos abierto el camino para atrevernos a juzgar a Pinochet en Chile”?, se preguntaban algunos abogados chilenos de derechos humanos asistentes a las ceremonias.

Por la mañana, la ceremonia con la que el juez Baltasar Garzón y el fiscal Carlos Castresana fueron declarados doctores honoris causa, revivió las pasiones desatadas cuando el dictador Augusto Pinochet fue arrestado en Londres en octubre de 1998.

Afuera, en la calle Lord Cochrane, diez mujeres pinochetistas llegaron con sus desempolvadas banderas y afiches del “salvador”. En la vereda del frente, unos doscientos jóvenes esperaban a las visitas españolas para manifestarles su aprecio y agradecimiento. La guerra de epítetos fue sabrosa. El momento culmine fue al final del acto, cuando Garzón y Castresana optaron por salir por donde habían entrado, y no por una puerta lateral para evitar la trifulca.

Un momento

Salieron por el ingreso principal y Garzón puso en jaque a su seguridad diciendo a los custodios: “¡déjenme, déjenme un momento, voy a ir a saludar a esos jóvenes chilenos que me están llamando!”. Cruzó la calle entre pisotones de los guardias, cámaras, fotógrafos, periodistas y policías de las fuerzas especiales que llegaron al lugar, y dio la mano a quienes lo vitoreaban.

“Siempre voy a estar del lado de las víctimas, nunca de los victimarios, y eso no me inhabilita como juez”, había dicho el magistrado español.

Por la mañana, Castresana dijo otra frase que retrató la independencia de opinión de los magistrados españoles (pertenece a la Unión Progresista de Fiscales de España): “en 1996, Chile era el paradigma de la impunidad, y la impunidad es el fracaso de los juristas, es la inefectividad del derecho, y es la otra ofensa a las víctimas”.

Y aludiendo a los avances de los procesos en contra de Pinochet y recordando el aporte entregado por él y Garzón desde España con el arresto de Pinochet en Londres, recordó a Allende: “Presidente Allende, puede usted descansar, porque ya se han abierto las grandes alamedas”.

Por la tarde, para la conferencia “Justicia sin fronteras”, los presentó el ex juez y actual decano de la Facultad de Derecho de esa universidad, Juan Guzmán. Cuando estuvieron los tres arriba del escenario con las dos mil personas ovacionándolos, Guzmán les tomó las manos y se las levantó.

“Esa es la imagen de lo que estos tres hombres representan para la dignidad y la justicia internacional”, comentó uno d e los invitados de las primeras filas.

“A veces me han dicho que me parezco a don Quijote peleando contra los molinos de viento, pero si esos molinos amenazan a las sociedades, siempre prestaré mi lanza para combatirlos”, dijo Garzón. LN

Programa

Baltazar Garzón y Carlos Castresana continúan hoy sus actividades en La Serena, todavía en el marco de las actividades con la universidad Central. Por la mañana serán investidos como “hijos ilustres” de la ciudad por la alcaldía.

Luego de un almuerzo en el hotel Costa Real con autoridades de la universidad y de la ciudad, por la tarde ambos darán una clase magistral en el hotel La Serena. A las 18.00 regresan a Santiago.

El miércoles ambos asisten a la universidad Arcis, donde serán investidos como doctores honoris causa. Luego asistirán a un almuerzo con las autoridades de la universidad y abogados querellantes en los juicios por violaciones a los derechos humanos.

Por la tarde, a las 16.00 horas visitarán el Memorial de los Detenidos Desaparecidos y Ejecutados en el Cementerio General, donde estarán acompañados por organismos de derechos humanos y las agrupaciones de los familiares de las víctimas.

Más tarde, a las 20:30 asistirán a un acto masivo en la universidad Padre Hurtado, en Alameda con Eleuterio Ramírez, organizado por la Asamblea Nacional de Derechos Humanos.

Castresana deja el país el miércoles, mientras Garzón viaja el jueves a Aysén, invitado por el comité de los desaparecidos de esa ciudad y el obispo de la ciudad. Regresa el viernes a Madrid.

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