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Centros Chilenos en el Exterior

ESTUDIANTES CREEN QUE INTENCIONES DE CONVERSAR SÓLO BUSCAN DEBILITAR EL MOVIMIENTO

Jueves 25 de mayo de 2006
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Gastón Flores

Secundarios dicen que el Gobierno no está “en buen pie” para exigirles nada
El ministro Zilic invitó este lunes a retomar el diálogo a los escolares que no están en toma ni paro. Los jóvenes están dispuestos a conversar, aunque en los términos que ellos proponen. No sólo suman colegios, sino también nuevos adeptos en el Congreso y en organizaciones civiles.


La Nación

Katerinne Pavez

El Gobierno insistió en la lógica del diálogo y el ministro de Educación, Martín Zilic, los llamó a conversar el lunes. Eso sí, sin tomas ni paros. Aun cuando no está clara la decisión final de los jóvenes, algunos de sus dirigentes piensan que la intención del ministro es debilitar el movimiento y quebrarlo, “pero no lo van a conseguir porque aunque algunos colegios asistan a la reunión del lunes, la unión permanece”, señaló César Valenzuela, vocero de la Asamblea de Estudiantes Secundarios. En tanto Julio Isamit, del Instituto Nacional, declaró que le parece improbable que con este llamado se detengan las movilizaciones, ya que el movimiento secundario está desilusionado del diálogo que ofrece el Gobierno. Gonzalo Cabrera, presidente del Centro de Alumnos del Liceo de Aplicación, señaló que “el ministerio no está en condiciones de pedirnos que paremos las movilizaciones, porque hemos dialogado hace un año y seguimos abiertos a conversar, pero tenemos todo el derecho a organizarnos... las movilizaciones no va a parar”.

Luego de una reunión de gabinete en la Moneda, el vocero de Gobierno, Ricardo Lagos Weber, señaló que lo dicho por el ministro Zilic no es un ultimátum: “Lo que ha señalado el ministro de Educación hoy (ayer) es la invitación a seguir conversando con los estudiantes. Están abiertas las puertas del ministerio y ojalá pudieran reunirse el próximo lunes a primera hora en la mañana para seguir retomando el diálogo que sí tuvo lugar en un comienzo, que permitió solucionar un par de temas importantes para los estudiantes en el financiamiento de la PSU para 60% de los alumnos con menores recursos y el tema del transporte”.

Zilic, en tanto, señaló escuetamente que “esto no es un ultimátum, se los digo con claridad”.

Los dirigentes secundarios han despertado el apoyo de sus padres, profesores, parlamentarios y la propia Iglesia Católica, que se ha ofrecido como mediadora. Los padres y el Colegio de Profesores dieron su pleno respaldo a las movilizaciones estudiantiles. Jorge Pavez entregó una carta dirigida a la Presidenta Bachelet, con el fin de exigir “una mesa para que estos temas puedan ser resueltos, porque no nos parece que el ministro de Educación haya enfrentado esta situación de manera clara y enérgica… la preocupación de todos es que se instale el debate nacional, amplio y plural de estos temas de fondo”.

De la misma línea es René Ramírez, presidente de la Asociación de Padres y Apoderados Metropolitana. “Este es un movimiento social de orden transversal, como hace muchos años no se veía en este país... aquí estamos todos, con colores políticos y religiosos distintos, lo que nos une es que la educación pública retome los niveles que alguna vez tuvo”. Ramírez criticó de paso la mirada que algunos actores han dado al tema de las demandas estudiantiles: “La misma municipalidad ha dicho que ‘los niños están en paro y eso le significa a la municipalidad pérdidas por nueve millones diarios’ y pensamos que el foco no puede estar en las pérdidas monetarias sino en las ganancias en competencias educativas”.

DC y PS piden intervención del Parlamento

Luego de una extensa reunión de casi dos horas, las directivas del PS y la DC, encabezadas por los senadores Camilo Escalona y Soledad Alvear, respectivamente, pidieron al ministro de Educación, Martín Zilic, que convoque a las Comisiones de Educación de ambas ramas del Congreso, con el fin encontrar una pronta solución al conflicto que viven los estudiantes de enseñanza media.

Alvear explicó que con esto se busca generar un proceso de diálogo con los alumnos, así como con los distintos actores del sistema educacional a fin de poder encontrar un camino de salida y abordar las demandas estudiantiles.

En esta línea, agregó que “una vez más señalamos que las demandas estudiantiles hechas a rostro descubierto, a nuestro juicio, deben ser recogidas o escuchadas, lo que no puede ser es que existan rostros cubiertos o encapuchados que en definitiva dejen a estos movimientos en una situación compleja”.


LOS ROSTROS DESCUBIERTOS DEL CONFLICTO

Julio Isamit: Dice que sus héroes son Bernardo O’Higgins y Napoleón “por la estrategia”. Reconoce que en la casa le dicen “presidente”, porque como participa en el equipo de debates del Instituto Nacional, siempre tiene algo que decir. Está en cuarto medio y con 17 años tiene claro lo que quiere hacer: estudiar Derecho o Licenciatura en Historia en la Universidad Católica. Cuenta que su familia tiene afinidad política con la derecha, pero para él, en este momento lo más importante es el movimiento estudiantil y no pretende militar en ningún partido. A raíz de una entrevista publicada en un portal de Internet en la que decía admirar a Evelyn Matthei, declaró que “nunca he dicho eso, quizás se confundieron porque nos entrevistaron a varios al mismo tiempo”. Aún así, la senadora se contactó con él: “Dijo que quería conocerme”.

César Valenzuela: Estudiante de cuarto medio del Liceo A-113, ex Confederación Suiza, dice que las ganas de ser dirigente surgieron a los diez años, gracias a una iniciativa municipal de Recoleta que buscaba formar líderes. “Era una iniciativa para crear centros de alumnos, pero nos preocupábamos de cosas simples, como regar árboles”. Cuenta que a esa edad fue elegido presidente de curso y que de ahí no paró. “Me hice conocido y comencé a frecuentar a personas que me guiaron por el camino de la dirigencia”. Así, se hizo militante de las Juventudes Socialistas, aunque, tal como su compañero del Instituto Nacional, está consciente de que esta no es una lucha política sino gremial. Sus máximos referentes son Salvador Allende y Ricardo Lagos, por eso le da risa que piensen que están en contra del sistema: “Yo admiro la obra de Lagos, pero soy crítico porque quiero mejorar”. César vive con su mamá, su abuela y sus primos en la comuna de Recoleta. Se define como “súper relajado, pero cuando trabajo soy muy alterado porque quiero que todo salga bien... Soy un poco ‘milico’ para mis cosas y mis compañeros así lo reconocen”.

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