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Centros Chilenos en el Exterior

Trabajo

¿En qué condiciones trabajan los chilenos?

¿En qué condiciones trabajan los chilenos?

 “Voy a contarte en secreto

quién soy yo,

así, en voz alta,

me dirás quién eres

(quiero saber quién eres)

cuánto ganas, en qué taller trabajas,

en qué mina,

en qué farmacia,

tengo una obligación

terrible

y es saberlo,

saberlo todo:

día y noche saber cómo te llamas,

ése es mi oficio”

Pablo Neruda

  • El accidente de los trabajadores de la Mina San José provocado por la criminal negligencia de sus propietarios y la misérrima fiscalización estatal pone en el centro del debate nacional las condiciones laborales de los chilenos. Según datos oficiales, durante el 2009 se registraron 443 accidentes fatales en los lugares de trabajo;  191.685 accidentes de trabajo, incluyendo los de trayecto. De enero a marzo de 2010, las vidas perdidas en iguales circunstancias ya ascendían a 155 personas. Las cifras señaladas son entregadas por mutuales y patrones. Es decir que los números, en la realidad, son mucho mayores.

Por Andrés Figueroa Cornejo

periodistafigueroa@yahoo.es

 Jorge Hernández es el joven presidente del  Sindicato Único de Trabajadores de la Construcción y señala que “al año mueren alrededor de 100 obreros por derrumbe de excavaciones, electrocutamientos y caídas de altura. Y también al año, tenemos aproximadamente 200 mil accidentes laborales, desde leves hasta graves”.

Hernández explica que “las condiciones de los trabajadores de la construcción son muy precarias. Se violan prácticamente todas las leyes ligadas  a la salud, seguridad e higiene,  como el Decreto Supremo 594 y la ley 17.744,  que concierne a las instalaciones de faena (número de baños, duchas, lavamanos, bebederos, comedores, camarines).” El dirigente asegura que en los frentes de trabajo la situación  “es mucho peor ya que prima el apuro y la falta de condiciones para realizar faenas tanto en altura, como  subterráneas”.

Por su parte, el presidente de los trabajadores portuarios agrupados en la Confederación de Gente del Mar (CONGEMAR), Jorge Bustos, representa un sector de larga tradición productiva.

-¿En qué contexto se desempeñan los trabajadores del puerto?

“Los trabajadores portuarios son en su gran mayoría eventuales y transitorios, sometidos a estar dispuestos siempre para cuando sean necesarios. Es decir, si tenemos buques trabajamos y si no, esperamos, sin tener ninguna relación contractual. Después de las 7 horas y media de trabajo, somos cesantes otra vez, lo que nos lleva a carecer de los “goces del mercado” como son la continuidad laboral, densidad previsional, imposibilidad de ser avales de nuestros hijos para costear los estudios superiores, y negación al acceso a una vivienda digna.”

 -¿Qué aspectos son más frecuentemente  vulnerados por la autoridad?

 “La higiene y seguridad, la poca rigurosidad con que la Gobernación Marítima controla en accesos al puerto, la poli-funcionalidad.”

Jorge Burgos indica que el  promedio de accidentabilidad es de 1,5 muerto cada año y que las desgracias son casi siempre severas, con pérdida de miembros (brazos, piernas, manos y dedos). Además de las enfermedades profesionales de la industria como la artrosis, sordera, discopatías lumbares, cáncer a la piel, “cuestiones que no asume ni el Estado ni los patrones, por causa de la informalidad de nuestro empleo”, señala el dirigente.

Otro Jorge, esta vez, Jorge Peña, presidente del Sindicato de Trabajadores de Contratistas del El Teniente Codelco notifica que las remuneraciones promedio de los asalariados del área son de $280.000 pesos, mientras un trabajador de planta gana, en promedio, $900.000 pesos y que “ya no están en producción, sólo en labores administrativas.”

En materia de seguridad, Peña manifiesta que “es muy conocido que los trabajadores contratistas cuentan con medidas casi nulas, razón por la cual, la mayoría de los accidentes nos afectan casi por completo. Los elementos de protección personal son de muy baja calidad, y en su mayoría no cumplen con los estándares de seguridad exigidos para las faenas mineras” y agrega sobre el acatamiento de las leyes laborales que “en muy pocos casos se cumplen, por lo que resulta casi "natural" que existan varias denuncias en las inspecciones del trabajo, reclamando por el no pago de horas extras; exceso de jornada de trabajo; ocultamiento de accidentes del trabajo, derivando a los trabajadores a clínicas particulares; incumplimiento de contrato colectivo de trabajo; e incumplimiento de la ley de subcontratación, pues Codelco sigue siendo quien planifica, coordina y dirige el trabajo de la gran mayoría de los trabajadores contratistas”.

Cosme Caracciolo es secretario general de la Confederación de los Pescadores artesanales y cuenta que   “Los pescadores artesanales son 120 mil; es decir, hay 500 mil personas que viven del rubro. El momento actual es de sobrevivencia. Mi abuelo, con la pesca creó una familia, tuvo hijos, les dio educación. Mi padre hizo lo mismo. Yo medianamente. Pero ahora no quiero que ninguno de mis hijos sea pescador. Bajo las actuales condiciones, no hay futuro ni perspectivas. Hoy no sólo no es posible generar familias, sino que se destruyen. Y el ex Presidente Ricardo Lagos, operador de la privatización del mar, debe responder al país sobre la cantidad de suicidios de pescadores que en la Quinta Región al menos, es de uno a dos casos al mes. Muchos compañeros se van a vivir a las caletas.”

SERVICIOS

Manuel Ahumada, presidente de la Confederación General de Trabajadores (CGT) y dirigente histórico del sector gastronómico y hotelero, enfatiza que  “el principal problema que tenemos es  la jornada de trabajo. El sector tiene una jornada especial (al igual que las trabajadoras de casa particular que tienen jornada de 72 horas semanales), toda vez que  el artículo 27 permite hasta 60 horas en 5 días”, y Manuel añade que  “En muchos locales se descuenta por quiebre de loza, pérdida de ceniceros. En otros, el patrón se queda con las propinas y las distribuye entre los trabajadores (más allá de los garzones que son los que las reciben), usando este ingreso como parte del sueldo al contratar. Y son cientos  los establecimientos donde no hay baños en cantidad ni calidad suficientes. Además, no se envía a los trabajadores a la Mutual de Seguridad en caso de accidentes, y no se escrituran los contratos.”

En el ámbito de los trabajadores independientes, Avercio Parra, Coordinador General del Persa Zapadores y vocero de Sindicato “El Esfuerzo” de  Lampa, dice que “nuestros problemas están asociados al costo de las patentes; la mitad de los trabajadores son de la tercera edad y no tiene salud adecuada, hay competencia desleal de los grandes supermercados; enfermedades a los huesos y cardíacos por la baja temperatura en cual se trabaja.” En Chile, existen más de 100 mil feriantes y fuerza de trabajo asociada que sufren los embates de la tiranía de las supercadenas, donde sólo Líder (Wal-Mart en el país) ya se ha apropiado de alrededor del 35 % de todo el mercado.

La Confederación de Trabajadores de Empresas Privadas (CEPCH) reúne entre sus sindicatos a asalariados del mundo del aseo, empresas normalmente externas que laboran para compañías grandes y medianas. El presidente de la CEPCH, Rubén Villanueva, expresa que  las situaciones de inseguridad laboral son las más frecuentes y que ellas “se presentan con especial regularidad en los sectores menos especializados de los trabajadores como son las empresas subcontratistas del aseo, y dentro de estos los trabajadores -aproximadamente 10%- que trabaja en la limpieza de vidrios en altura, donde las condiciones de seguridad son constantemente burladas por los empresarios. Esto ha significado en varias oportunidades la muerte de trabajadores o la discapacidad parcial que no es cubierta por indemnizaciones”.

Francisco Bravo es uno de los dirigentes sindicales de los nuevos tiempos: joven, limpio, luchador e informado. Representa a trabajadores de los call centers, los cuales “prestan atención a España y otros países. Con esto nos vemos perjudicados en los feriados legales ya que nos regimos  por calendarios extranjeros, y lo mismo pasa dentro del país” y suma que “en un reportaje de TVN y en el diario La Nacion, Nicolás Kokaly, presidente de la Asociación Chilena de Empresarios de Call Center,  pidió  una mayor flexibilidad para este sector ya que de lo contrario podrían emigrar sus capitales a Perú y Colombia, como ya ha ocurrido con Entel y Movistar, porque la mano de obra allá es mas barata. Sin embargo, el sector genera más de 350 millones de dólares anuales y tiene un crecimiento sostenido de un 20%”.

Los trabajadores de la industria financiera que opera en Chile, laboran en uno de los sectores  más rentables del país. Pero ello en caso alguno se corresponde con las condiciones de trabajo de sus empleados. El dirigente Luis Mesina denuncia que “Detrás de la ventanilla de los bancos hay un trabajador muy pobre. Ese que ve la gente cotidianamente, es uno de los trabajadores más pobres de la banca. Un trabajador cuyo salario oscila entre los $ 180 y $ 300 mil pesos. Ese trabajador que se esconde tras una apariencia tremendamente pulcra y celosamente presentable, es el más castigado de la banca. Sin embargo, está muy bien provisto de posibilidades estratégicas para convertirse en una persona con derechos que le permitan tener una familia y proyectos de vida. Y de manera contradictoria, por sus manos pasan millones de pesos a diario. Ese sujeto, por la prepotencia del sistema empresarial, vive humillado permanentemente.”

PROLETARIADO AGRÍCOLA: TEMPOREROS

Alicia Muñoz   es la presidenta de la Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas, ANAMURI, organización que sólo el 26 de agosto pasado, por octavo año consecutivo, conmemoró el Día Nacional de las Asalariadas Agrícolas.

La dirigenta del sector dice que  “lamentablemente cada año, más que evaluar avances, continuamos  sumando víctimas producto de las  condiciones en las que trabajamos, no solamente las mujeres de la agro exportación, las trabajadoras del campo, los trabajadores del campo y la ciudad, los mineros.  Cada temporada debemos lamentar la muerte o accidentes graves, que pudieron ser prevenidos, si los empresarios con sus gigantescas ganancias, hubiesen invertido en mejorar las condiciones de seguridad”.

Según las últimas investigaciones del Centro de Estudios de la Mujer (CEDEM),   las condiciones en que se realiza el trabajo asalariado agrícola, en particular de las mujeres, está ligado directamente a la calidad de vida y la salud, por tanto, los factores de riesgos “no sólo son físicos, ambientales o químicos, sino que están vinculados a la forma que adquiere la contratación de la fuerza de trabajo”.

Alicia comunica que “los y las asalariadas son contratadas generalmente por faena, lo que en la actualidad no se justifica, puesto que existe un ciclo regular y predecible, es decir cada año, cada temporada , se necesita la misma cantidad de trabajadores para realizar las mismas faenas”.

La principal representante de ANAMURI  lamenta que  “Sigue siendo normal  aplicar plaguicidas estando  las y los trabajadores en los huertos;  no respetar los períodos de reingreso, y el criterio de la ganancia prima por sobre la vida y la salud de las trabajadoras”. En ese contexto, Alicia Muñoz relata el caso de “Cecilia Ortiz, trabajadora agrícola de la región de Atacama, quien sufrió un grave accidente con resultado de pérdida de vida. Y hasta el momento, la empresa “La Ruta” de Copiapó sigue negando tener cualquier responsabilidad en su muerte, pese al informe forense.  El caso continúa en los tribunales de justicia, y hasta ahora no existe ningún pronunciamiento”.

Casos como “el de Cecilia,  de Victoria en Talca, Cristiana en la novena” se convierten en  cifras que  siempre quedan  en lo oscuro, incluso cuando en la región del Maule, en la temporada 2009  se constataron “más de 50 accidente con consecuencias fatales o sea 50 pérdida de vidas humanas  y más de 130 lesionados gravemente.  En la actualidad, van a  la fecha  94 accidentes, por  accidentes laborales en esta región, quedando los y las  trabajadoras en la más absoluta indefensión”, concluye Alicia Muñoz.

LAS CIFRAS Y LA ORGANIZACIÓN DEL TRABAJO

El capitalismo en el país se funda sobre la exportación de recursos primarios, pobremente elaborados. Las exportaciones representan el 40% del PIB (valor de todos los bienes y servicios finales producidos dentro de una nación en un año determinado), y los productos básicos constituyen las tres cuartas partes de las exportaciones totales. El cobre por sí solo, ofrece un tercio de los ingresos del gobierno. La venta de recursos se distribuye entre China 14,2%, EE.UU. 11,3%, Japón 10,4%, Brasil 5,9%, Corea del Sur 5,7%, Holanda 5,2% e Italia 4,4%.

El PIB está compuesto por un 50,5% de industria; 44,7% de servicios; y un 4,8% de agricultura. Dentro de los productos industriales están la exportación de celulosa, metanol, productos químicos y agroalimentarios; y la industria forestal, del salmón y el vino. Por el lado del trabajo, en Chile hay casi 7,5 millones de personas asalariadas, de las cuales en la agricultura labora un 13,2%; un 23% en la industria; y un 63,9% en el sector servicios. Un 10 % de la fuerza de trabajo está cesante, según moderadas cifras oficiales.

En general, la informalidad, deslocalización, fragmentación y precarización del empleo, son los modos y tendencias predominantes de la organización del trabajo en el país. Ello es parte de la estrategia de los que mandan para aumentar su tasa de ganancia.

Según la Universidad de Chile, del 100 % de los trabajadores, sólo un 40 % tiene contrato indefinido. El 60 % labora por cuenta propia, son empleados sin contratos, a honorarios, a plazo fijo o por faenas; tienen bajos sueldos, carecen de previsión, salud y capacitación. El 30 % restante tiene una calidad de empleo “más o menos decente”; y sólo el 10 % de “alta calidad”.

Respecto del fenómeno creciente del subcontratismo, en 1999 el 43 % de las empresas subcontrataban, porcentaje que el 2004 ya llegaba al 50, 5 % (Dirección del Trabajo). Sin embargo, desde 1999 hasta el 2004, la subcontratación en actividades económicas principales (ya no en funciones indirectas al servicio o producto eje de la empresa) aumentó del 14,5 % al 20,7 %. Estimaciones hablan de que hoy el contratismo y subcontratismo suman a 2 millones 500 mil trabajadores; esto es, alrededor de un 30 % de la fuerza laboral total. En este sentido, las relaciones de subcontratación viven una ampliación que junto y como parte también de la precarización del trabajo, constituyen la tendencia predominante.

 

 

Por qué Piñera no es Pinochet

Por qué Piñera no es Pinochet

Por Andrés Figueroa Cornejo

periodistafigueroa@yahoo.es

 1. En esta entrega, quien suscribe, no se referirá a las tendencias generales del capitalismo en Chile, como la concentración monopólica del capital; la ampliación precarizada del trabajo; la alienación comandada por el sobreendeudamiento, los medios de comunicación, la programación de contenidos escolares obsecuentes con el actual estado de cosas y  la dirección general de la iglesia católica; la acumulación por despojo –sin cuya comprensión resulta imposible explicar la tasa de ganancia del capital, más allá del solo plusvalor devenido de la sobreexplotación del trabajo-; y de la contradicción esencial resumida en la apropiación privada a escala superlativa de la producción social de la riqueza y de la propia naturaleza, como jamás nunca.

Más bien el objetivo de este pobre artículo es determinar por qué Sebastián Piñera no es Pinochet, ni el gobierno de la derecha en los marcos de la democracia burguesa –por más estrecha y antipopular que sea- no es la dictadura militar. Y por qué existen sectores a los que sí les interesa que lo anterior parezca la realidad.

2. Estratégicamente –y adelante con los lugares comunes- desde  la mitad de los 70 del siglo pasado el patrón de acumulación capitalista, la organización del trabajo y el campo de las subjetividades en todas las clases sociales fue conmovido estructuralmente por un estadio del capitalismo caracterizado ya no sólo por la destrucción del previo Estado desarrollista, redistributivo y de relaciones más compensadas entre capital y trabajo, sino por la apropiación privada de aquello que suele denominarse propiedad pública y social (industrias, derechos y recursos naturales). Lo que terminó con Pinochet fue una de las formas políticas que demandaba el capital para su reproducción en un momento dado. Los 20 años de Concertación, simplemente, garantizaron de mejor manera los mismos intereses de clase que la tiranía. De hecho, estimando que Chile es, por sobre cualquier partida vitivinícola o de harina de pescado, un paisito exportador de materias primas y en particular, de cobre, vale recordar que a 1990, las concesiones mineras a privados correspondían sólo a un 30 % de lo extraído por la gran minería. Al final del último gobierno de la ex presidenta Bachelet y  candidata de la Concertación para el 2013, las cifras se habían invertido. Es decir, un 72 % de la producción del metal rojo y sus ricos minerales adosados ya estaba en manos privadas, mientras el 28 % era estatal. Es cierto, durante la larga transición hacia ningún lado de los Ejecutivos concertacionistas ya no se asesinaba, ni desaparecía ni se torturaba gente como en el horror de la dictadura. Pero también es cierto, que durante esos gobiernos, para los dueños de todo, ya no había mucho que reprimir. La paz social se volvió el orden de las cosas, se desmantelaron las organizaciones populares, se domesticaron los rebeldes, y buena parte de los luchadores antifascistas se fueron para la casa propia o para la casa de La Moneda. Todo lo anterior matizado por excepciones estadísticas. Y, cómo no, por la extraordinaria revuelta estudiantil de 2006, y la huelga contundente de los mineros del cobre subcontratados en 2007.  Sin embargo, no ha habido huelgas generales, ni conatos de huelgas generales, ni protestas multitudinarias, ni crecimiento de la izquierda que represente  los intereses históricos de los siempre vilipendiados, ni un foco guerrillero, ni un “caracazo”, ni una guerra del agua, ni una crisis catastrófica de la partidocracia, ni disputas intercapitalistas que den pie a vacíos de poder o inestabilidad cierta. Salvo franjas del pueblo mapuche que vienen peleando por su territorio desde cuando el paisito no tenía ni nombre; una cultura libertaria emergente y multiforme; rémoras de los destacamentos de inspiración revolucionaria más resueltos; y ahora último, la sorpresiva –y feliz- aparición de un movimiento espontáneo de sólida sensibilidad ambientalista. En general, todo ha resultado muy marchoso para los que mandan. Esto es, para el capital transnacional e imperialista que subordina al nativo y cuya hegemonía descansa en el capital financiero. Su naturaleza especulativa se entrama y engorda a costa de los abultados ahorros de los trabajadores administrados por el sistema previsional de capitalización individual, la propia industria del cobre, la madera, y un par de exportaciones folclóricas. Se entiende, cómo no, que la mundialización capitalista ubica a Chile como exportador neto de minerales sin elaboración y plataforma de negocios para la subregión. Agregándose, sobre todo en los últimos tiempos y a propósito de la última crisis, la exportación no tradicional del programa económico fundado sobre ajustes estructurales y las líneas matrices –a toda carta y a gusto del consumidor- de las leyes laborales, el sistema previsional y de educación y salud privadas que las grandes mayorías chilenas han tenido la oportunidad de padecer por más de tres décadas. Esta pedagogía de la expoliación y el despojo más brutal, en rigor, es de origen anglosajón, pero la experiencia también tiene su valor y no son pocos los especialistas criollos que hoy asesoran al FMI, al Banco Mundial, a la OMC y a Estados y gobiernos que desean conocer los detalles de la aplicación de las fórmulas mencionadas.

3. Ocurre que políticamente -y porque aún no existe movimiento popular-, en la apariencia de los discursos y las componendas, tanto de la derecha tradicional, como de la Concertación, como comparten el mismo proyecto estratégico y sus  distancias son accesorias, le tocó el turno a Sebastián Piñera. La misma gente se percató que Piñera no era Pinochet, y, de la que fue a sufragar ese día, el 29 % de los habilitados para votar, le dio el triunfo pírrico al sujeto, hostigado por Frei Ruiz Tagle, el peor de todos. El multimillonario es un personaje que quiere ser mediático, quiere ser populista, quiere ser estadista, quiere que su alianza política al menos se extienda un turno más, quiere que lo quieran. Al pobre, como pretende demostrar cierta autonomía populista y tecnócrata, le han dado sus buenos jalones de pelo desde El Mercurio, La Tercera y el gremio empresarial (Confederación de la Producción y el Comercio). ¿Por qué? Porque es relativamente “chúcaro”, llevado a sus ideas, gerente general, caudillito, nervioso, impulsivo, teledramático, y rencoroso con parte de la dirección de la UDI –el partido más derechista, integrista, católico conservador y pinochetista que existe en el teatro político nacional de los de arriba y de donde viene Joaquín Lavín, candidato presidencial del sector para el 2013-. Quiso poner técnicos y no políticos en su gabinete, y lo golpearon por la derecha. Para paliar las consecuencias del terremoto, quiso subir impuestos, y lo golpearon por la derecha. Quiso crear una superintendencia de bancos, y lo golpearon por la derecha. Clausuró la construcción de una termoeléctrica en un santuario natural debido a protestas ambientalistas, y lo golpearon por la derecha. ¿Será un marxista tapado que le dará la espalda a su clase y un buen día, sin aviso, estatizará las industrias estratégicas, condonará todas las deudas, promoverá el poder popular, los comandos comunales y lo que va quedando de cordones fabriles? Como es difícil creer en un paisito tan flaco donde todo se sabe rápidamente que haya logrado convencer a la oficialidad de las Fuerzas Armadas, muy pentagonista para aventuras de ese estilo, lo más probable es que Piñera, de cuando en cuando, le haga una desconocida a sus hermanos de clase y salga con alguna pachotada de la cual debe arrepentirse al día siguiente, en portada y a todo color. Por lo demás, continúa ofreciendo palo y duro al trozo de pueblo que asoma la cabeza, encarcela mapuche –igual que la Concertación-, reprime estudiantes en lucha –igual que la Concertación-, continúa precarizando el trabajo y privatizando los derechos sociales y la naturaleza –igual que la Concertación-, detiene sin pruebas a los libertarios –igual que la Concertación- y es, nacional e internacionalmente, un remedo a escala de Uribe, y ahora de Santos en Colombia.

¿Pero por qué, entonces, la Concertación extendida hasta el PC quiere mostrarlo como un Pinochet de los nuevos tiempos y a su gobierno como si fuera la dictadura en versión de baja intensidad, descafeinada? Porque esa es la única manera –por el momento- que tiene la Concertación de crear las condiciones subjetivas para derribarlo en las próximas elecciones presidenciales. Todos contra la derecha, todos contra el fascismo, dice la Concertación. Todas las perversiones del capitalismo más cruento que se aplicaron durante los 20 años de Concertación, ahora implementadas por Piñera, se vuelven horrores apocalípticos.

4. Ese es el juego de los de arriba que, con mano ajena, empleando la desgracia organizada de los de abajo, busca capitalizar la mal llamada oposición. El asunto es que si las fuerzas político sociales de los desheredados, de los trabajadores y los pueblos, por escasas y desrumbadas que estén (aunque no tanto, ni tan poco), no logran en un tiempo relativamente breve encumbrarse a estadios superiores de unidad política y orgánica, es decir, no alcanzan a constituirse disciplinada e inteligentemente en una alternativa que tercie entre las dos componendas dominantes, sus esfuerzos dispersos, su alta vocación solidaria y de lucha, se convertirán en disgusto amplio contra Piñera y electorado dispuesto para una Bachelet de retórica progresista e ilusoriamente, más popular y democrática política y económicamente. Toda vez que 20 años es suficiente en política para saber que intereses representa la Concertación, sea el nombre que se le ocurra ponerse para edulcorar el mismo capitalismo.

La independencia política de los intereses históricos de los trabajadores y las grandes mayorías no es una receta larvada por soñadores de brújula descompuesta. Es la condición sin la cual, una vez más, el empeño de tantos puede echar abajo a un derechista de cualquier tipo, pero resulta insuficiente para prologar la caminata contra la tiranía del capital, de los malos gobiernos, de la pésima vida de los más.   

 

 

10 mil firmas contra alzas del Transantiago

10 mil firmas contra  alzas del Transantiago

Andrés Figueroa Cornejo

periodistafigueroa@yahoo.es

 El Movimiento de los Pueblos y los Trabajadores –agrupación anticapitalista- junto a organizaciones sociales y políticas llegaron hasta las puertas del Ministerio de Transportes, en el centro de Santiago, a entregar 10 mil firmas colectadas entre la ciudadanía, expresando el malestar por las alzas permanentes del precio del transporte colectivo, Transantiago.

Uno de los voceros de la campaña iniciada el 8 de julio, Celso Calfullán, indicó que “el aumento del Transantiago afecta directamente el bolsillo de los trabajadores, y ya estamos aburridos de esa situación.”

Producto de que en los resultados de las encuestas los santiaguinos han manifestado como una de las principales críticas al actual gobierno el incremento incesante del precio de la locomoción, recientemente el Ejecutivo anunció que pretende detenerlo hasta fines de 2010. Sin embargo, Calfullán precisó que “más allá de los anuncios, que Piñera suele borrar con el codo, estaremos alertas. Además, sólo hasta septiembre está aprobado no subir el precio de los buses, pero aún tienen que ratificarse en el Congreso los dichos de Piñera. Las firmas son el primer paso para frenar las alzas. De ocurrir lo contrario, ya son muchas las organizaciones dispuestas a movilizarse masivamente contra los aumentos.”

En el mismo sentido, Calfullán recordó que los operadores del Transantiago –concesionarios privados de los recorridos y dueños de las máquinas- “son quienes más utilidades obtienen en el país, incluso, proporcionalmente, más que las eléctricas, las telecomunicaciones y la propia banca. Aquí existe un enorme margen de ganancia de los empresarios del sector, entonces el publicitado argumento de que la evasión de los usuarios estaría provocando las alzas, es absolutamente falso.”

Por otra parte, junto a la opinión pública y la entrega masiva de firmas, los estudiantes secundarios y universitarios tienen entre sus demandas centrales la gratuidad del pasaje escolar para el transporte colectivo, y el congelamiento de la tarifa adulta, considerando que un viaje en Transantiago ya tiene un costo superior a un dólar, prácticamente equivalente a medio kilo de pan.

 

 

 

CRIMEN DE LOS DUEÑOS Y EL ESTADO EN MINA SAN JOSÉ

CRIMEN DE LOS DUEÑOS Y EL ESTADO EN MINA SAN JOSÉ

Andrés Figueroa Cornejo

periodistafigueroa@yahoo.es

23-08-2010

 Mientras los medios de comunicación de los que mandan muestran a un Piñera cortando cabezas pequeñas y al ministro de Minería derramando lágrimas de cocodrilo, sospechosa y calculadamente, los propietarios de la mina se lavaron la cara en El Mercurio y La Tercera a 9 días de la catástrofe. Los familiares y dirigentes mineros piden castigo y responsables con nombre y apellido. Una vez más, Chile luce al mundo su condición de país desigual y empobrecido, sobre toda propaganda gubernamental.

 “Las noticias que los obreros daban del accidente calmó un tanto aquella excitación. El suceso no tenía las proporciones de las catástrofes de otras veces: sólo había tres muertos de quienes se ignoraban aún los nombres. Por lo demás, y casi no había necesidad de decirlo, la desgracia, un derrumbe, había ocurrido en la galería del Chiflón del Diablo, donde trabajaba ya hacía dos horas en extraer las víctimas, esperándose de un momento a otro la señal de izar en el departamento de las máquinas. Aquel relato hizo nacer la esperanza en muchos corazones devorados por la inquietud. María de los Ángeles, apoyada en la barrera, sintió que la tenaza que mordía sus entrañas aflojaba sus férreos garfios. No era la suya esperanza sino certeza: de seguro él no estaba entre aquellos muertos. Y reconcentrada en sí misma con ese feroz egoísmo de las madres oía casi con indiferencia los histéricos sollozos de las mujeres y sus ayes de desolación y angustia.”

El texto anterior no es parte de la crónica de la tragedia ocurrida en la mina San José el 5 de agosto pasado, a 45 kilómetros de Copiapó, en la Región de Atacama. Es el fragmento del cuento “El Chiflón del Diablo” escrito por Baldomero Lillo hace 106 años.

LAS CIRCUNSTANCIAS Y LOS CRIMINALES

Los dueños de la Compañía Minera San Sebastián, de cuya órbita es la mina San José, son Marcelo Kemeny Füller (40 % de la propiedad) y Alejandro Bohn (60 %). El primero intentó vender infructuosamente el yacimiento de cobre y oro el año pasado. El fundador de la empresa fue su padre, Georges Kemeny Latay que, según miembros de la Sociedad Nacional de Minería, le dio “impulso” a la faena, cuya explotación tiene más de doscientos años. Ahora el directorio está formado por el gerente de la empresa, Pedro Simonevic; vicepresidente ejecutivo, Marcelo Kemeny; el gerente general, Alejandro Bohn; subpresidente Planta Tierra Amarilla, Marcelo Rodríguez; subpresidente Planta Copiapó, Víctor Lamas; y el jefe de abastecimiento, Jaime Cerón. Sin embargo, uno de los dueños, Marcelo Kemeny no dio señales de vida hasta el viernes 13 de agosto, 9 días después de los hechos.. Al respecto, Rafael Peña, hermano de uno de los 33 mineros enterrados desde las 14:00 hrs. el 5 de agosto, señaló que “Acá ni siquiera lo conocen, nunca aparece. Esto es para la risa, que el dueño no aparezca para nada”.

En una burda maniobra comunicacional –que debe estar muy bien pagada-, Alejandro Bohn y Marcelo Kemeny el viernes 13 aparecieron al mismo tiempo y diciendo prácticamente lo mismo, en las portadas de El Mercurio y La Tercera. Sueltos de cuerpo y con casacas rojas iguales a las que visten las autoridades piñeristas, por una parte, Bohn dijo lo que todo responsable de un accidente de estas proporciones debe decir correctamente: “…nuestra única prioridad han sido nuestros trabajadores y sus familias”, mientras, por otro lado, ante las sospechas de sus relaciones políticas para reabrir una mina inexplotable, Kemeny afirmó con inocencia que “Somos una hormiga, no tenemos capacidad para eso.” Sobre este dicho, la comunidad nacional, los familiares y los dirigentes mineros deben estar muy de acuerdo, pero en un sentido totalmente distinto. El lavado de imagen de los propietarios del yacimiento San José suena a pobre y desesperada estrategia mediática para procurar salvar ilesos de sus responsabilidades. Pero los trabajadores y la gente no son imbéciles.

Según el Ingeniero en Minas, Agustín Holgado, quien se desempeñó por más de 10 años en la zona de Copiapó, “Para nadie de la zona resultó una sorpresa el accidente, mucho menos para los fiscalizadores. Son innumerables los incumplimientos de la Minera San Esteban con la seguridad de los trabajadores, así como también con la legalidad ambiental. Baste decir que la reglamentación de seguridad que fiscaliza el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin), obliga a la minería subterránea a contar con al menos dos accesos alternativos a todas las labores, pero al parecer hay autoridades y empresas que están por encima de la ley.” El ingeniero indicó que en 2004 la Corte de Apelaciones rechazó un recurso de protección interpuesto por el sindicato en contra de la empresa y Sernageomin producto de la muerte del trabajador Pedro González Rojas, luego de un desprendimiento de roca en la mina San José. En julio de 2010, el minero Gino Cortés sufrió un grave accidente donde perdió una de sus piernas, una vez que un planchón (roca desprendida en la galería de acceso) le cayó encima cuando se desplazaba para almorzar. ¿Qué fuerzas permiten la apertura de un yacimiento extraordinariamente peligroso?

LAS AUTORIDADES EN EL LUGAR EQUIVOCADO Y

LA VOCACIÓN MEDIÁTICA DE PIÑERA

Por su parte, el ministro de Minería, Lawrence Golborne (ex gerente de sistemas de Esso Chile, filial de la petrolera norteamericana ExxonMobil; y ex gerente corporativo de Cencosud) aseguró la semana pasada que el miércoles 11 de agosto habría un primer contacto con los mineros atrapados en el refugio del yacimiento. Naturalmente ello no ocurrió. Y se explica, en parte, por su total inexperiencia en la industria del sector. Lo que, a su vez, se agrega al conjunto de irresponsabilidades gubernamentales en la materia. Sebastián Piñera, teatralmente se apersonó en la mina a casi tres días del ingreso de los trabajadores al yacimiento, y luego de hacerse de los antecedentes pidió “rezar por los mineros”. Días después Piñera cortó por lo más frágil, mediático y económico políticamente: destituyó al director de Sernageomin, Alejandro Vio, al subdirector de Minería y al director regional de Atacama de esa entidad, Rodolfo Díaz. Olvidó decir que Senageomin cuenta con sólo 17 fiscalizadores para alrededor de medio millar de minas del país. Por eso su anuncio de triplicar el presupuesto de la unidad fiscal suena bien, pero es ridículo para los requerimientos.

El ex director regional de Sernageomin –anterior al recientemente retirado de sus funciones-, Antón Hraste dijo que el gerente de la mina San José, Alejandro Bohn; el director expulsado de Sernageomin, Alejandro Vio, y el jefe del Departamento Nacional de Seguridad de ese servicio, Santiago Pinilla, “deben responder por qué se reabrió la mina. Ellos tomaron la decisión.”

Hraste abandonó su cargo el 30 de junio de 2007, y el 30 de mayo de 2008, el subdirector de Sernageomin, Patricio Leiva, autorizó “la reapertura de la mina San José”, luego de una largo historial de accidentes, muertos e irregularidades a granel.

LOS TRABAJADORES Y LA VERDAD DURA

Moisés Labraña, vicepresidente de la Confederación Minera de Chile y uno de los líderes históricos del sector, expresó que “La mina jamás debió reabrirse porque tiene fallas estructurales. Un derrumbe en una mina no puede producirse porque existen mecanismos para evitarlo: hay clavos de anclaje, enmallado, chorroteo de cemento, lo que asegura los avances en la mina. En la San José no había nada de eso. Se hicieron avances en forma irracional”, y agregó respecto del mítico refugio del que tanto se habló los primeros días que “no hay lugar para que los mineros puedan guarecerse de un derrumbe: lo que debería existir es un refugio contra incendios, no contra derrumbes.”

Labraña informó que los mineros venían exigiendo desde 1999 que se cerrara el yacimiento. El 2005 la Dirección del Trabajo decidió clausurarla porque no existía salida de emergencia, ni chimenea (para renovar el aire). Esto llegó a los tribunales de Copiapó y se lavaron las manos. Luego, y no se sabe por qué, la mina se reabrió el 2009. “¿Existen influencias políticas, gente importante involucrada? Eso tendrá que ser parte de la investigación. Puede que nos encontremos con más de una sorpresa” indicó el dirigente. El 30 de junio, en el marco de una reunión de trabajo de la comisión de minería donde estuvo el ministro Lawrence Golborne, Javier Castillo, secretario del Sindicato de Trabajadores de la Mina San José, le espetó al ministro que “No se puede trabajar a cualquier costo. En la mina San José la situación es catastrófica. En cualquier momento se va a producir un derrumbe, por lo tanto el gobierno debe tomar medidas.” Pero el ministro no tomó ni nota. Y el 5 de julio, a un mes del desastre, se le fue a dejar una carta para pedirle que la empresa, sino era cerrada, por lo menos fuera obligada a abrir la salida de emergencia y destapar la chimenea, porque el fondo de ella se había llenado de material estéril, lo que la volvía inoperante. El ministro no recibió a los dirigentes sindicales. “¿Qué esperanzas hay ahora? Pocas. Es muy difícil que estén con vida. Ya el primer día se optó como única vía de rescate, la chimenea. Y no ha habido ningún tipo de comunicación con los mineros enterrados. Aquí los empresarios tendrán que pagar por su responsabilidad criminal en el hecho, incluso si sobreviviera algún minero. También hay una responsabilidad de Estado, responsabilidades políticas. Sernageomín depende del ministro”, sentenció Labraña e ilustró que “Aquí transitamos por la vereda del siglo pasado. Tantos los convenios, como las recomendaciones del convenio 176 y de las recomendaciones 183 de la OIT, no han sido suscritas por el gobierno. De hecho, Chile no ha suscrito ninguna norma de seguridad, porque se tocan muchos intereses.”

-¿Y en qué consisten esas normativas no firmadas?

-“El convenio plantea tres principios: la participación de los trabajadores en materia de resguardo de la mina; el derecho a conocer e informarse plenamente del lugar y las condiciones en las cuales se labora; y el derecho a paralizar, que asume el sindicato, el comité paritario o el trabajador mismo cuando advierte una situación de peligro, sin perder la remuneración. Aquí está el temor de los dueños. Los trabajadores se accidentan y no son considerados como tales. Son enviados a una clínica particular y se busca la manera de esconder el accidente. Al respecto, existe una concomitancia entre la Mutual de Seguridad y las empresas.”

-¿Por qué?

“La seguridad es un negocio. Las mutuales gastan apenas un 6 % en prevención de accidentes y un 21 % en gastos administrativos. El Estado no tiene una sola política de seguridad. La política la improvisa “el guaripola” de turno. Si al ministro le interesa la inversión, como es el caso actual, Sernageomin actúa según ese criterio. Debe terminar la irracionalidad. Aquí los empresarios deben pagar con cárcel. Y el Estado debe responder. 60 días se demoraron en ratificar a las autoridades de Sernageomin. Después se pone un ministro que no tiene idea de minería, y que sólo quiere promover la inversión. Ahora bien, hasta hace poco había una mina clausurada en Las Pataguas, en la V Región, y volvió a estar en funciones, ¿Quién lo ordenó? En la II, III y V regiones debe haber un resguardo superior a la vida de los trabajadores.”

Néstor Jonquera es presidente de la Confemin. Expresó que los mineros bajo la mina derrumbada son socios del sindicato Mina de los Trabajadores de la Compañía San Esteban y afirmó que “Según los supuestos, hubo un acuerdo político con los propietarios para reabrir la mina. Aquí hay corrupción, paleteada o favor político. Con qué sector político, es un misterio.”

Jonquera manifestó que “El gobierno ha apoyado a la empresa a no dar la cara como corresponde. Y cuando, en otra situación, están involucrados los trabajadores, el Estado nos ataca.”

-¿Quiénes son los responsables de la tragedia?

“El primer responsable es el empresariado, los dueños de la mina. Y luego el Estado, Sernageomin, la Inspección del Trabajo, el Ministerio de Salud, y la Asociación Chilena de Seguridad, empresa que lucra administrando la ley 16.794 que tiene que ver con enfermedades profesionales y accidentes del trabajo. La ley dice que tiene que prevenir; para eso se le paga una prima todos los meses. Y los responsables son parte de este gobierno y del anterior. Todos tendrán que pagar.”

El máximo representante de la Confederación certificó que “Los mineros quieren seguridad. Para el empresario, el trabajador es un simple perno, una pieza cambiable rápidamente por otra. No importa que se muera o que se enferme, porque hay otro que hará la pega. Esto ocurre entre las 400 a 700 minas que existen.”

-¿Qué exigen y qué harán?

“Si los trabajadores entraron vivos a esa mina, tienen que salir vivos. El viernes 13 nos reunimos todos los dirigentes sindicales relacionados con la minería de todo el país. Aquí construiremos una política común, primero, asegurando el bienestar de las familias de los trabajadores de la mina San José y exigiendo su cierre total. Queremos ofrecer un mensaje a las otras industrias de la producción y al conjunto de los trabajadores de Chile respecto de la importancia de la unidad. Aquí los únicos que actúan unidos son los empresarios con el apoyo del Estado. En cambio, los trabajadores estamos dispersos. A nuestros compañeros enterrados bajo toneladas de roca y tierra no se les preguntó su color político. Por eso deben unirnos nuestros intereses comunes. Los dirigentes sindicales, el martes 9 de agosto, bajo el sol vertical del desierto, hicimos un juramento de que debemos juntarnos. Ya no hay tiempo que perder.”

-¿Y cómo evalúa la actuación de las autoridades?

“Piñera y el ministro de Minería han dicho que esa mina no está en condiciones de trabajar hoy día, pero si el empleador le hace alguna modificación en torno a la seguridad, puede seguir explotándose. Esa mina tiene más de doscientos años. Es muy rica en oro, y por eso es tan codiciada. Pero sus condiciones geológicas están formadas durante miles de años. Tendría que invertirse muchísima tecnología si se quisiera abrir. Pero aquí quedó demostrado que en Chile no existe tecnología de punta.”

Diario Uno tomó contacto con un minero de la zona, quien por razones de estabilidad laboral solicitó mantener su nombre en el anonimato. El trabajador, con amargura y rabia, aseguró que “lo más probable es que los compañeros murieron el mismo jueves 5 de agosto, en el primer derrumbe. El sábado, cuando los rescatistas llegaron al famoso refugio, ese ya no existía. Y las primeras faenas de rescate se hicieron con gente que no conocía la mina. Uno siempre guarda una esperanza, pero a esta altura ¿Cómo podrían estar vivos? Hasta el jueves 12, por lo menos, estaban excavando al “achunte” no más. Yo creo que la pega de encontrar a los “niños” va a tomar un mes, por lo bajo. Esto es muy duro. Pero todos saben la verdad y la callan.”

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ANEXO ACTUALIZADO

 MÁS DOCUMENTACIÓN QUE FUNDAMENTA RESPONSABILIDADES

 DE DUEÑOS DE MINA SAN JOSÉ

A menos de un mes de la tragedia de la Mina San José, el 9 de julio se realizó una fiscalización de la Inspección del Trabajo de Copiapó por el funcionario Herman Mery Véliz a ese yacimiento. Según la Resolución de Multas Nº 6279 / 10 / 42 a la que tuvo acceso D1, el fiscalizador documentó un conjunto de graves irregularidades en la mina.

Primero, el hecho de que el empleador –Alejandro Bohn- no haya suprimido en los lugares de trabajo los siguientes factores de peligro: “Nivel 60 N/E: no realizar la fortificación del techo, habiéndose constado que no existía fortificación, razón por la cual ocurrió el desplome del planchón. No evaluar una situación de riesgo, dada la falsa sensación de estabilidad por un buen resultado obteniendo después de haberse realizado una operación de acuñadora mecanizada del sector y aplicación de pernos lechados existentes. Tal hecho constituye incumplimiento de las condiciones generales de seguridad de los lugares de trabajo e implica no tomar las medidas necesarias para proteger la vida, salud, y en general, la integridad física de los trabajadores”.

Segundo, “No contar con señalización visible y permanente en las zonas de peligro, indicado sector sin cobertura de malla en nivel 60 NSE donde ocurrió la caída de la roca. Tal hecho constituye incumplimiento a las condiciones generales de seguridad de los lugares de trabajo e implica no tomar las medidas necesarias para proteger la vida, salud y en general, la integridad física de los trabajadores”.

Y tercero, “No cumplir el Comité Paritario de higiene y seguridad las funciones de su competencia, consistentes en investigar las causas de los accidentes y enfermedades profesionales, en relación a lo ocurrido el día 03 / 07 / 2010 a las 00:15 hrs. por accidente ocurrido en interior de Mina San José de empresa Minera San Esteban Primera, que afectó al trabajador Sr. Gino Cortés Calderón. Tal hecho en un incumplimiento a las obligaciones legales sobre funcionamiento de los comités paritarios de higiene y seguridad e implica no disponer medidas que protejan eficazmente la mina, salud e higiene de los trabajadores al interior de la empresa”.

TAMBIÉN LA ASOCIACIÓN CHILENA DE SEGURIDAD

Por otra parte, la Asociación Chilena de Seguridad aseguró que en junio de este año, emitió el informe 227, en el que advertía a los propietarios de la Minera San Esteban sobre el riesgo de derrumbe en la Mina San José, y le pidió a la empresa que asegurara los procedimientos de fortificación, poniendo a los equipos de trabajo en lugares seguros de riesgo. “Lo que pedíamos era que la empresa afirmara la mina”, señaló Alejandro Pino, gerente de la mutual.

La investigación se habría efectuado luego de la caída de un planchón que provocó la herida contusa en la zona lumbar del trabajador Jorge Galleguillos el 1 de junio, un mes antes de otra caída de roca -3 de julio- que terminó con la pierna de Gino Cortés.

LOS ANTECEDENTES DE MARÍA ESTER FERES

Por su parte, la ex directora del Trabajo, María Ester Feres, indicó en un programa radial que en 2001 no se pudo cerrar el yacimiento San José por presiones del sector minero.

Feres dijo que "en la mina se hicieron trabajos menores, pero la percepción de los funcionarios de la Dirección del Trabajo era que esa mina era una bomba, no había por dónde, no tenía salidas de escape".

Las presiones empresariales y políticas argumentaron hace 9 años que el yacimiento   "generaba empleo, porque no había fuentes (de trabajo) de alternativa. Entonces, otra vez poniéndonos contra la espada y la pared: o queremos crecer y eso tiene costos en vida humana o priorizamos derechos fundamentales y eso nos replantea el crecimiento"

Respecto de la seguridad, Feres fue vehemente al afirmar que "Yo tengo estadísticas que pueden demostrar que en el año 2009 murieron más personas en Chile, en el lugar de trabajo, por accidentes predecibles más que los que murieron en el maremoto y terremoto".

Por otra parte, pese a que el jueves 19 de agosto la sonda empleada en la mina llegó a los 726 metros de profundidad, no se encontró el refugio del cual se habla desde el principio de la tragedia. Y las protestas de las familias de los trabajadores han motivado la vocación represiva del mal gobierno piñerista mediante el traslado de un fuerte contingente de carabineros y fuerzas especiales a la zona del desastre. Fuertes rumores señalan en Copiapó que podrían ser más de 33 los mineros enterrados debido a una cantidad no calculada de trabajadores que laboraban ilegalmente en el yacimiento.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

XENTILEZA DO:   COSAL   A CORUÑA

 

 

 

 

Sonda revela que mineros enterrados están vivos

Sonda revela que mineros enterrados están vivos

La Nación

Por Jeniffer Vega. Copiapó (Enviada Especial)

Un papel atado a la sonda que llegó ayer por la mañana a pocos metros del refugio desató la alegría. Con tinta roja, uno de los mineros mandó a la superficie la señal palpable de que los 33 trabajadores de San José sobrevivieron.

Lunes 23 de agosto de 2010

"Estamos bien los 33”. La frase escrita con letras rojas en un papel que venía dentro de una bolsa plástica atada a la sonda de rescate se transformó en la primera prueba de vida después de 17 días. Ayer, una de las sondas alcanzó los 688 metros de profundidad y llegó al túnel que conecta al refugio de la mina San José, lugar donde -ahora con certeza- se sabe que están los 33 mineros enterrados desde el mediodía del pasado 5 de agosto, día en que el yacimiento ubicado cerca de Copiapó colapsó cerrando todo tipo de comunicación desde y hacia el exterior.

A eso de las 15 horas, el Presidente Sebastián Piñera confirmó la noticia. La alegría llegó a raudales al campamento Esperanza. Primero las lágrimas de cada una de las personas presentes y que luego transformó la ladera de la mina en un verdadero carnaval.

Los cercanos de los mineros atrapados desde hace 18 días estaban en shock. Escucharon la información y de sus rostros no se borraron más las sonrisas y no sólo de ellos, sino que de un país completo que celebró que sus compatriotas atrapados en esa roca estaban con vida. La noticia corrió rápido en el campamento y a través de las redes sociales a lo largo del país que celebraron con bocinazos la noticia como si hubiese ganado la selección chilena.

Pero hubo una que se sorprendió más que todos. Lilian Ramírez, esposa del minero Mario Gómez, no sólo se enteró que su esposo estaba con vida, sino que recibió un romántico mensaje desde las profundidades de la tierra.

“En la reunión informativa, el ministro Golborne nos confirmó que habían tenido contacto con los mineros y me dijo: ‘Lili, tu marido te mandó un mensaje y dice que te quiere mucho a ti y las niñas’. No lo podía creer de felicidad”, dijo la mujer que llegó al campamento un día después del derrumbe y que no ha bajado a su casa en Copiapó desde esa fecha.

“Estábamos almorzando cuando una persona me comenzó a hablar de los milagros que había recibido de Dios y me mostró una imagen de Jesús en su celular. Estaba mirándola cuando llegaron personas de la municipalidad y me dicen que encontraron a los 33 mineros vivos. Sentí una punzada en el corazón y me desmayé. Apenas abrí los ojos, me compuse como pude y me arrastré hasta la reunión, donde me sorprendieron con lo de la carta”, cuenta la esposa de Gómez, el minero más experimentado del grupo que sobrevive al interior de la mina.

Ella y Mario llevan 30 años de matrimonio, tienen 4 hijas y 7 nietos, y un amor a toda prueba, según dicen sus familiares. “Yo sabía que Mario estaba encabezando el grupo de mineros, tiene 63 años y desde los 12 trabaja en minas. Él cada día en su mochila llevaba una libreta que yo le regalé donde anotaba sus vueltas en la mina. Siempre tenía un lápiz también en el bolso y creo que eso los ha ayudado mucho. Con eso me debe haber escrito la carta”, cuenta Lilian, quien sólo ayer por la noche pudo leer con sus propios ojos el mensaje de su marido.

“Ahora van a pedir cigarros”

Temprano, Eduardo Guerra estaba sacando la sonda que durante la mañana había llegado hasta un punto cercano al refugio. En eso vio que la perforadora venía pintada de rojo y en su punta tenía amarrada una bolsa con dos papeles en su interior. Ahí sintió que el corazón se le salía. “Cuando vi las marcas en el tubo comencé a aplaudir, y cuando mis compañeros comenzaron a leer la carta no pude contener las lágrimas. Mis compañeros escribieron con plumón rojo y letras grandes que estaban vivos, me tire al suelo a llorar”, recuerda emocionado el mecánico en minas que apoya en las labores de rescate.

Eduardo pudo ser uno de ellos. Trabaja en la mina San José y un día antes del derrumbe salió con días libres. “Nosotros estábamos seguros que estaban vivos, conocemos la mina y sabemos que nuestros compañeros estaban bien”, comentó. Asegura que sus compañeros deben estar soñando con cazuelas y empanadas, pues la mayoría estaba pasadito en kilos. “Los viejos comenzarán a pedir cigarros, confort, comida, de todo. Deben estar locos por fumarse un puchito como lo hacían abajo todos los días, además la mayoría era gordito, así que esta fue la mejor dieta para ellos”, ríe, luego de la tristeza. LN

Todos pendientes de las primeras imágenes

El primer contacto visual que se logró durante la tarde de ayer era esperado con ansias por los diversos medios de comunicación apostados en el lugar.

Luego de mucha espera, se logró conocer la primera imagen con los trabajadores. En ellas se apreció al grupo en buenas condiciones. Paralelamente se trabajaba en la otra fase del plan que era enviarles agua y alimentación para que poco a poco puedan recuperarse. Finalmente se lograron filtrar imágenes que mostraban a una de las víctimas y algunos destellos de luz provenientes de las linternas de sus cascos.

 

DATOS

18 días atrapados cumplen hoy los trabajadores de la mina San José, luego que el 5 de agosto el yacimiento de oro y cobre colapsara.

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Piñera: Nunca tan pocas palabras produjeron tanta emoción

Piñera: Nunca tan pocas palabras produjeron tanta emoción

La Nación Por Rodrigo Chacón

El Mandatario no ocultó su emoción durante algunos momentos y felicitó fuera de cámara la labor del ministro Golborne. Además, reiteró que se encargará personalmente de mejorar las condiciones laborales de todos los chilenos.

Lunes 23 de agosto de 2010

"Viva Chile mierda”. La frase graficó de manera íntegra la felicidad que embargó al Presidente Sebastián Piñera cuando confirmó lo que hasta hace algunos días el mismo dijo que estaba muy complicado: encontrar con vida a los mineros.

Sin duda se trató de un día de variadas emociones para el Mandatario, luego que se conociera el deceso de Eduardo Morel, padre de la primera dama Cecilia Morel, quien dejó de existir horas antes. Pese a ello, Piñera viajó a Copiapó para enterarse en terreno de las buenas noticias que ya rondaban en el campamento.

“Estamos bien, los 33 en el refugio”, fue la frase que el Jefe de Estado mostró a los medios de comunicación y a las familias que se acercaron a él a confirmar la noticia.

“Esto salió hoy día de las entrañas de la montaña, de lo más profundo de esta mina y es el mensaje de nuestros mineros que nos dicen que están vivos, que están unidos, que están esperando volver a ver la luz del sol y abrazar a sus familiares”, señaló.

Un poco más reposado, el Presidente de la República comentó después algunos detalles de las jornadas vividas. “Yo sabía que esto era muy difícil. De hecho no hay un parangón en el mundo acerca de este rescate. Cada vez que una sonda fallaba, yo me decía que la próxima va a llegar y finalmente llegó”, sostuvo.

“Nunca tan pocas palabras habían producido tanta emoción a un país entero. Le agradezco a los mineros haber resistido unidos y agradezco a los familiares porque nunca perdieron la esperanza”, añadió.

contacto visual

Durante la tarde, el propio Presidente fue la primera persona en hacer contacto visual con los mineros. Y si bien, una vertiente en el lugar impidió que el contacto también fuera auditivo, según declaró pudo verlos a torso desnudo y agitando sus brazos en señal de felicidad por el contacto realizado. “Muchos de ellos se acercaron a la cámara con sus rostros y las ponían como los niños cuando se acercan a una cámara de video y pudimos ver sus ojos, su alegría, su esperanza”.

 

 

Las imágenes de un día clave en la mina San José

Las imágenes de un día clave en la mina San José
La Nación Domingo 22 de agosto de 2010
 
 
"Estamos bien en el refugio los 33´, esas sencillas palabras dieron finalmente la esperanza del futuro de estos mineros que permanecen atrapados a 700 metros en la mina San José.
 
 

Mineros de Copiapó: Que nadie se preste a engaño

Mineros de Copiapó: Que nadie se preste a engaño

Por Andrés Figueroa Cornejo

periodistafigueroa@yahoo.es

Que nadie se preste a engaño. La noticia feliz de la sobrevivencia de los mineros en el yacimiento San José se debe a la pericia, tradición, experiencia  y fortaleza de los propios trabajadores. Que esas propiedades de vidas completas dedicadas a la explotación minera –incluso desde la infancia- sean hoy capitalizadas políticamente por Piñera es otro asunto. Es cierto, subirán los bonos del mandatario y hasta los dueños de la mina procurarán salvar ilesos de las feroces irresponsabilidades que crearon las condiciones del trágico accidente.

Pero no hay que perder la brújula, incluso en medio del más extraordinario despliegue mediático que procura poner al gobierno y sus personeros como protagonistas de una gesta propia de los mineros.

La repetición enfermiza de las imágenes televisivas y el mensaje de los mineros mostrado por el multimillonario que está sentado en La Moneda, no pueden nunca provocar la desmemoria del conjunto de antecedentes que objetivamente prueban las pésimas condiciones de la mina y la minería en Chile, la menos que pobre fiscalización de los organismos estatales responsables de la supervisión de esos centros laborales, y el abandono y expoliación de un sector de trabajadores que han enriquecido durante siglos a una clase minúscula.

Piñera no cabe de gozo porque se jugaba porcentajes de popularidad en las encuestas.

Nosotros, los de abajo, estamos felices porque asalariados de una de las más terribles industrias del país están con vida.

Y nada de lo que ocurra terminará con lo realmente determinante: que el actual Ejecutivo representa pura y duramente los intereses de la minoría que manda y no de las grandes mayorías, la ampliación de la pobreza y las desigualdades sociales, y que la injusticia se funda sobre la apropiación privada y bajo cualquier condición de la producción social de la riqueza.

Estamos profundamente felices por nuestros hermanos mineros. Aunque, contradictoriamente, esa misma dicha nuestra sea convertida por la propaganda multiplicada, en un respiro momentáneo para los patrones del Estado empresarial chileno.