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Cumbre

¿Por qué no te callas Borbón franquista?

¿Por qué no te callas Borbón franquista?

Por José Manuel Martín Medem

La Republica 20:50h. del Sábado, 10 de noviembre.

Si alguien no tiene respaldo para callar a otro en las reuniones iberoamericanas es el rey de España que es el único jefe de Estado o de Gobierno que no ha sido elegido por sus ciudadanos.Si alguien tiene razón en sus intervenciones en la Conferencia Iberoamericana son los que acusan de fascista a Aznar y denuncian la voracidad imperialista de las empresas españolas en América Latina.Contra Aznar es suficiente recordar su complicidad con Bush y sus paseos en el avión del jefe de la mafia que desde Miami organiza los atentados terroristas en Cuba y colaboró en sus campañas electorales.Contra el rey Juan Carlos es suficiente preguntarle por qué no le pide que se calle al monarca marroquí cada vez que manifiesta su estirpe dictatorial.Contra las transnacionales españolas sólo hay que recordarles que hacen sus negocios en América Latina gracias a la complicidad con los gobiernos que privatizaron las empresas que compraron en rebajas y con la garantía de mercados cautivos.Contra la actitud de Zapatero lo más evidente es que prefiere reconciliarse con Bush en lugar de facilitar la nueva y auténtica integración de América Latina.

¿Quien le ha dicho al borbón franquista que tiene autoridad para quitarle la palabra al presidente latinoamericano que más veces ha sido ratificado por su electorado?¿Por qué se enmierda Zapatero defendiendo al fascista Aznar en vez de colaborar con la nueva insurgencia latinoamericana? En las hemerotecas puede comprobarse que el gobierno de Aznar y la CEOE fueron complíces de Estados Unidos en el golpe de Estado contra Chávez.Y puede comprobarse también que todos los grandes medios de comunicación aplaudieron aquel golpe y tuvieron que replegarse amargados cuando se produjo el restablecimiento de la legalidad.

¿Le pidió el rey de España a los golpistas venezolanos que se callaran?¿Por qué no te callas Juan Carlos?

 

CHÁVEZ: "AL REY SE LE FUERON LOS TAPONES"

CHÁVEZ: "AL REY SE LE FUERON LOS TAPONES"

Temas y Noticias 

Con su política de "diplomacia callada", el titular de Exteriores de España da alas al presidente venezolano, que dice esperar las "excusas" de don Juan Carlos

            Tras el "¿por qué no te callas?" del Rey don Juan Carlos a Hugo Chávez en la XVII Cumbre Iberoamericana, el presidente de Venezuela no parece dispuesto a seguir el consejo del monarca español y continúa con sus declaraciones incendiarias.

            "Al Rey se le fueron los tapones y lo menos que debería hacer es ofrecer excusas", dijo el miércoles, 14 de noviembre, en una entrevista en el canal Promar de Caracas. Chávez también había dirigido 24 horas antes sus dardos verbales contra las empresas españolas en Venezuela, que "no son imprescindibles".

            A pesar de ello, el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Miguel Ángel Moratinos, insiste en manifestar que "estamos en el camino correcto para superar la crisis".

            Moratinos es partidario de defender lo que él llama "diplomacia callada" para tratar de que las relaciones con Venezuela vuelvan a su cauce después del incidente de Santiago de Chile, pero Chávez prefiere aprovechar el rifirrafe surgido de la Cumbre para desviar la atención del problema interno que tiene en Venezuela, o sea las protestas estudiantiles contra la reforma constitucional que pretende implantar en su país.

"ENFRIAR" LA CRISIS

            El ministro español de exteriores habló ante la Comisión de Asuntos Iberoamericanos de la Cámara Alta para dar cuentas de lo sucedido en la Cumbre Iberoamericana.

            Moratinos se esforzó en la Comisión por tratar de hacer entender a los presentes que la mejor manera de "enfriar" la crisis y defender los intereses españoles en Venezuela es lograr la vuelta a la "normalidad diplomática", algo que espera se produzca en un "corto espacio de tiempo".

            Ante la petición realizada por el senador del Grupo Popular Alejandro Muñoz-Alonso de llamar al embajador español en Venezuela a consultas, el titular de Exteriores lo rechazó "porque cuando hay una crisis el embajador tiene que permanecer como pieza esencial para defender los intereses españoles (...) nunca nos hemos planteado la retirada y no lo vamos a hacer", dijo.

"OFRECER EXCUSAS"

            Por su parte, Hugo Chávez indicó que está esperando las "excusas" que el Rey don Juan Carlos I de España debería pedir a Venezuela y a Iberoamérica para evitar que el incidente deteriore las relaciones entre algunos países.

            "Al Rey se le fueron los tapones y lo menos que debería hacer es ofrecer excusas y decirle al mundo la verdad", declaró Chávez. El mandatario planteó que el incidente ha movido a algunos Gobiernos a tomar posición en favor o en contra de Venezuela o de España y eso puede dañar las relaciones internacionales.

            Puso como ejemplo a El Salvador y Chile, que se decantaron por defender al Rey y eso "puede alterar" las relaciones con esos países, de lo cual, según dijo, "el culpable sería el Rey".

            Chávez confesó que más que la reacción del Rey, le sorprendió la del presidente Zapatero en defensa de Aznar, que comparó con una hipotética defensa de Adolfo Hitler por parte de la canciller alemana, Angela Merkel.

Estas son algunas de las "perlas" encontradas que Moratinos y Chávez han dejado ir en sus declaraciones desde que se produjo el incidente diplomático:


Miguel Ángel Moratinos

Hugo Chávez

“Acercarse al primer plano de la realidad genera inevitablemente un fuerte debate ideológico, desata pasiones” y da pie en otras ocasiones a “la atmósfera cargada que una chispa convierte en tormenta”

“Me dijeron que al Rey lo tuvieron que agarrar y se puso muy bravo, como un toro... Pero yo soy muy torero y ¡olé!”

La “normalidad diplomática” con Venezuela se producirá “en un corto espacio de tiempo a partir de los gestos que se están realizando por todas partes”

“El Rey será Rey pero no me puede hacer callar... Allá él, pero reclamo respeto porque yo soy también un jefe de Estado y electo democráticamente... El Rey es tan jefe de Estado como yo, con la diferencia que he sido electo tres veces”

“Creo que estamos en el camino correcto para superar la crisis”

“Yo no le dije nada al Rey, él fue el que me agredió en un tono violento... "No tengo ningún interés de afectar las relaciones con España, pero tampoco vamos a permitir ser agredidos y señalados. Venezuela se respeta y el Jefe del Estado se hace respetar"

“Cuando hay una crisis, el embajador tiene que permanecer como pieza esencial para defender los intereses españoles... Nunca nos hemos planteado la retirada y no lo vamos a hacer”

“Al Rey se le fueron los tapones y lo menos que debería hacer es ofrecer excusas y decirle al mundo la verdad”

“El interés de Estado, la defensa de nuestros intereses económicos y de los españoles residentes en Iberoamérica exigen una rápida recuperación de la normalidad diplomática y del diálogo con todos los países de la región”

Se “pueden alterar” las relaciones con otros países, de lo cual “el culpable sería el Rey”

 

Las inversiones de España en Venezuela “no son imprescindibles” y espera que el incidente “no las afecte, pero eso dependerá del Gobierno español y de que haya respeto”

 

“Creo que el Rey fue víctima del desespero, de la saturación, de oír discursos revolucionarios señalando las culpas que Europa no quiere reconocer”

 

Se habló “de la conquista, del genocidio indígena, de las empresas europeas que vienen para no invertir y llevarse los dividendos porque, con alguna excepción, es mentira que vienen a invertir para el desarrollo de nuestros países”

 

“Luego el Rey explotó, pero no oí lo que dijo, y creo que tuvo suerte el Rey, porque si lo oigo, lo dejo sentado en su sitio. No sé qué le hubiera dicho, pero el que quedó muy mal fue él”

 

“Señor Rey, responda: ¿Sabía usted del golpe de Estado en contra de Venezuela, contra el gobierno democrático legítimo de Venezuela en el 2002?”


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ESPAÑA EN EL EXTERIOR

ESPAÑA EN EL EXTERIOR

Temas y Noticias 

Recomponer la situación internacional exige un consenso previo entre PSOE y PP, plantea en su editorial "El País".

            El presidente Chávez anunció su intención de revisar las relaciones con España recurriendo a un tono amenazante para las inversiones y la presencia en aquel país. Ni siquiera un enfrentamiento como el que mantuvo en Chile con la delegación presidida por el Rey le autoriza a prescindir de la legalidad y la seguridad jurídica que rigen las inversiones internacionales, y que está obligado a respetar. Utilizar a España como enemigo exterior para hacer frente a la crisis interna abierta en su país puede resultarle rentable a corto plazo, pero no hará otra cosa que impedir que Venezuela ocupe el lugar internacional que le corresponde.

            La agudización de la crisis con Venezuela coincidió con el revés cosechado por el Gobierno español, al ser derrotada la candidatura del general Félix Sanz a la presidencia del Comité Militar de la OTAN. Hay apuestas que no hay que hacer si no se cuenta con los apoyos necesarios que garanticen el buen resultado. No es la primera vez que el Ejecutivo de Zapatero comete un error de esta naturaleza: en noviembre del pasado año presentó a Elena Salgado, entonces ministra de Sanidad y Consumo, como candidata a la dirección de la Organización Mundial de la Salud, aun sabiendo de antemano que sus posibilidades eran mínimas. La posición internacional que ocupa nuestro país, además del prestigio de los candidatos, aconsejaría que el Gobierno se condujera con más precaución y más habilidad en sus intentos de situar a españoles al frente de los organismos multilaterales. Probar suerte o instalarse en el optimismo panglosiano no puede ser en ningún caso una estrategia.

            El Gobierno de Rodríguez Zapatero se encontró con una herencia difícil de gestionar en política exterior. La última legislatura del Partido Popular en el Gobierno supuso una ruptura radical con las prioridades que la diplomacia española había ido fijando desde el inicio de la transición. Frente a la decidida apuesta por Europa, Iberoamérica y el Mediterráneo de sus predecesores en La Moncloa, José María Aznar antepuso la relación con Estados Unidos, un súbito viraje que no se realizó sin graves desajustes en la política exterior española.

            Rodríguez Zapatero intentó regresar a las prioridades anteriores, pero su diplomacia está lejos de haber obtenido resultados palpables. Aunque se trata de un asunto que no depende de su iniciativa, lo cierto es que el proyecto de la integración europea atraviesa un periodo de crisis que afecta a España. Por lo que respecta a Iberoamérica, el Gobierno no ha sabido contener la tensión bilateral con algunos de los países con mayor presencia económica española ni preservar el espacio multilateral de las Cumbres. En el Mediterráneo se sustituyó la inclinación de Aznar hacia Argelia por una decidida apuesta por Marruecos que la visita de los Reyes a Ceuta y Melilla ha perjudicado, deteriorando la posición española en la totalidad del Magreb.

            El hecho de que la crispación de la vida política interna haya alcanzado a la política exterior no facilita la recomposición de la situación internacional de España. Los exabruptos de la oposición o del ex presidente Aznar contra algunos países y regímenes, así como su activismo internacional contra Zapatero, no sólo tienen efectos hacia dentro de desgaste del Gobierno; también los tienen hacia el exterior, como se comprueba con Venezuela. Gracias a la falta de acuerdo entre los dos grandes partidos se ha puesto en manos de Chávez la posibilidad de interferir en la política interna española, agudizando la crisis entre los dos países y, simultáneamente, incrementando la tensión entre el Gobierno y el PP. Algo que restará eficacia a cualquier posición que tenga que adoptar España.

Editorial

http://www.elpais.com/articulo/opinion/Espana/exterior/elpepuopi/20071115elpepiopi_1/Tes

 

POPULISMOS DE LA INDIGNIDAD

POPULISMOS DE LA INDIGNIDAD

Temas y Noticias 

Columnista del diario "ABC" opina que el impasse entre España y Venezuela en la Cumbre, demuestra por qué uno es Rey y el otro un gorila centurión con bate de béisbol.

            Hugo Chávez es uno de esos personajes de baja comedia que ineludiblemente terminan en la tragedia, la destrucción y la nada. Chávez tuvo respuesta cuando le preguntaron qué había más allá del final de la Historia. Dijo: "El chavismo". Eso significa que de la economía libre y del Estado de derecho poco quedará en Venezuela. Los países adictos al chute de la petropolítica siguen la misma senda. Putin le vende armas, el bielorruso Lukashenko le abraza y Almadinejad le bendice en nombre de Jomeini. Chávez propone vitaminar con petróleo el modelo de integración de ALBA para enfrentarlo a la economía de mercado del ALCA. Por supuesto, Chávez no puede garantizar un suministro infinito de petróleo a sus allegados; para lo único que tiene garantías es para la inestabilidad de la sociedad venezolana ---más crimen, más descontento, más autoritarismo con afán vitalicio--- y de todo su entorno geopolítico. A eso fue, como de costumbre, a la XVII Cumbre Iberoamericana. Ya desfondó la de 2005. La patología de su política interior le lleva a victimizarse en el exterior con tesis conspiratorias: la culpa de todo la tiene España, sus empresarios y banqueros, Aznar. El fiel y corrupto Daniel Ortega le secundó atribuyendo a la diplomacia española una estrategia de golpismo.

            Los insultos, ofensas y calumnias de Chávez contra España tuvieron la respuesta del Rey Don Juan Carlos. Su gesto de ausentarse de la discusión en aquel digno foro transmutado en gallera de arrabal corresponde a la calidad simbólica de su alta representación, la más alta representación del Estado español en las relaciones internacionales por ser símbolo que integra la unidad interna de España, especialmente con las naciones de su comunidad histórica, como dice la Constitución. Es el sabio reconocimiento de una potestad que dimana de cómo la Corona protagonizó históricamente el engarce de las naciones de la comunidad hispana. La eficacia de ese ser simbólico ha sido contrastada una y otra vez, fue sustancial en la vertebración de las Cumbres Iberoamericanas y ha sido solicitada como arbitraje en no pocas ocasiones.

            Las cosas tienen que decirse por su nombre y es un hecho que una escalada de episodios desiguales que van de la quema de fotografías del Rey a embestidas mediáticas injustificables ha podido dar la falsa impresión de que la naturaleza permanente de la Corona padecía en alguna medida. Al mismo tiempo, su esperada visita a Ceuta y Melilla tuvo por efecto indirecto desvelar la pusilanimidad de la política de Zapatero respecto a Marruecos. No ha sido brillante la actuación del Gobierno socialista en asegurar el regreso de los españoles retenidos en el Chad, de lo que tuvo que encargarse el hiperactivo Sarkozy. Más allá de esos avatares, la Monarquía parlamentaria tiene una magnífica salud para bien de todos.

            Al Zapatero inmovilista y a un Moratinos que concibe la política exterior como una actividad acomodaticia y desmerecedora de ambición nacional, no les suena bien que los intereses de las empresas españolas que trabajan en las difíciles circunstancias de Iberoamérica sean los intereses de España. Pero así es. La interrelación entre gobiernos y mercados que ha desembocado en la dinámica de la globalización es algo repudiado por Chávez pero no por Lula, ni tan siquiera por Alan García. Al final, los errores de Zapatero van a conseguir que una sociedad como la española, habitualmente inhibida de la política internacional, se pregunte por lo que nos va mal en el exterior. La temporada lo propicia: indefinición ante Marruecos y rebote en Argelia, parálisis en Chad, poco margen de maniobra en la Unión Europea, impotencia subliminal en Santiago de Chile.

              Desde sus orígenes en 1991, hubo en las Cumbres Iberoamericanas una doble vara de medir con la que Castro salía siempre beneficiado. En la cumbre del año 2000, se negó a condenar la ETA. Gradualmente, España y sus intereses han ido siendo los perjudicados. También el afán de los cubanos por ser ciudadanos libres. Con Castro ausente, su sustituto ya es claramente Chávez. Donde Castro fue el representante de Moscú, Chávez ostenta los poderes de la petropolítica y la delegación del Irán de Ajmadinejad. En esta ocasión, la doble vara de medir ha consistido en escuchar cómo el cubano Carlos Lage hablaba de los avances de la democracia en Cuba y aceptar que Chávez llamase fascista a un ex presidente del Gobierno de España. Fue así como el Monarca español hizo saber gestualmente qué respeto es debido a España y sus instituciones por muchos cómplices que tengan el populismo y sus indignidades. La carpintería teatral de la Cumbre ha escenificado un aislamiento de la política exterior de Zapatero. Sus amigos en Iberoamérica le han traicionado. Eso no quiere decir que España esté aislada ni que no tenga amigos en Iberoamérica. Lo que pueda afirmar sobre la llegada de las naves de Cristóbal Colón un corrupto como Daniel Ortega tiene el poco interés de los tópicos parasitarios. De tener Chávez tantos colegas en el hemisferio sur, no se explica que le urja rearmarse en Rusia: submarinos lanzamisiles, cazas de combate, sistemas de mísiles antiaéreos. Consecuentemente, la Hizbollá ya abrió delegación en Caracas. Siendo el eje Caracas-Teherán una evidencia, para los vecinos de Chávez someterse a sus peroratas en los encuentros internacionales podrá explicarse por los poderes del oro negro pero no por un penúltimo prurito de dignidad y soberanía. La intromisión iraní en la zona sólo puede ser negativa. Venezuela vota a favor de Irán en la IAEA, frente a las posiciones de Europa y los Estados Unidos. Por asumir, incluso asume la aniquilación del Estado de Israel.

                        Ese "Socialismo para el siglo XXI" que postula Chávez y que imitan Daniel Ortega en Nicaragua, Evo Morales en Bolivia o Rafael Correa en Ecuador, no es afortunadamente el paradigma de toda la izquierda latinoamericana, en el Chile de Bachelet, el Perú de Alan García o la Costa Rica de Óscar Arias. En el centro-derecha, Álvaro Uribe en Colombia o Felipe Calderón en México están por la sensatez y la eficacia. Por su parte, la Argentina de los Kirchner excava el pleistoceno peronista.

            Cuál pueda ser el futuro de las Cumbres Iberoamericanas depende de si acatan el chantaje chavista, los populismos y el incremento de democracias iliberales. Es más que probable que el propósito de Chávez haya sido dinamitar las Cumbres y quitar de en medio a España. Pero con un Chávez hegemónico serían menos los países que asumiesen lo que significa cooperar y trabajar juntos. Las comparaciones son sobreras. Chávez es un golpista que conoce la letra menuda del terrorismo de Estado y lidera la amputación de la libertad en el Cono Sur. El Rey Juan Carlos atajó un golpe de Estado, reina en una España de alternancia política y libertad plena que sufre el terrorismo de ETA. Por eso entendemos la Monarquía ---como dejó dicho un estadista--- como ley de gravedad, fuerza que se combina con todas las demás, que entra en todas las acciones y reacciones y con la cual tienen que contar cuantos quieran hacer cosa estable. O lo que es lo mismo: sin un mínimo de buenos modos, todo acaba por desagregarse. Así cae la democracia representativa en Venezuela, en manos de un gorila centurión con bate de béisbol.

 Valentí Puig

http://www.abc.es/20071112/opinion-la-tercera/populismos-indignidad_200711120312.html 

 

LA LECCIÓN DEL REY

LA LECCIÓN DEL REY

Temas y Noticias 

El editorial del ABC destaca que lo sucedido en la Cumbre refleja una pésima política internacional de Zapatero y que ni Bachelet lo respaldó oportuna y públicamente.

Ha pasado tiempo suficiente para empezar a valorar toda la dimensión del grave incidente que protagonizó el presidente venezolano, Hugo Chávez, cuya contumacia en interrumpir a José Luis Rodríguez Zapatero y en insultar a José María Aznar obligó al Rey Don Juan Carlos a requerirle que se callara. Se ha dicho que la intervención de Su Majestad no tiene precedentes. Tampoco cuando abandonó la sala como muestra de rechazo a los ataques contra España que perpetraba Daniel Ortega, presidente de Nicaragua. Y es cierto, pero nada de lo que pasó en la Cumbre Iberoamericana de Santiago de Chile tiene precedentes. Los mandatarios "chavistas" se adueñaron de este foro para reventarlo, en proceso paralelo al que ellos ---Hugo Chávez, Daniel Ortega, Evo Morales--- protagonizan con organizaciones políticas y económicas alternativas que están impulsando para extender sus ideas socialistas totalitarias por todo el continente. Parece que una vez comprobado que el antiamericanismo ya no recluta tantos adeptos en Iberoamérica como antes, Hugo Chávez lidera ahora un nuevo reclamo, el antiespañolismo, en el que combina todos los tópicos más falsos sobre el legado de España en Hispanoamérica con una peligrosa campaña de acoso a las empresas españolas, a las que el imaginario izquierdista ha convertido en trasuntos del demonio capitalista norteamericano.

            Nada de esto surgió de la nada en la Cumbre de Santiago. Lo que dio la cara con toda su crudeza en presencia de todos los máximos mandatarios del continente fue un grave y acelerado proceso de degradación democrática en la región, al que el Gobierno español no sólo no ha hecho frente como debía, sino que ha legitimado al privilegiar las relaciones con Bolivia y Venezuela, ahora tornadas en lastre insoportable para su crédito diplomático. Por eso, la intervención directa, contundente y enérgica de Su Majestad el Rey fue el único gesto de dignidad que se vio en un foro herido de muerte por la indolencia de las democracias iberoamericanas ante el empuje de un movimiento socialista, totalitario y bien financiado por el petróleo venezolano, cuya ambición expansionista no va a dar tregua a ninguno de los Estados democráticos de la región. La Cumbre Iberoamericana ya no representa un punto de encuentro para el progreso de la libertad y de la democracia, porque quienes debían defender una y otra parecen intimidados por el matonismo verbal, económico y político del régimen "chavista", entronizado como heredero aventajado de la dictadura castrista. De ahora en adelante se impone una política de intereses bilaterales, en la que España despliegue una estrategia diplomática que vele principalmente por el beneficio de sus relaciones con gobiernos fiables y no con Estados que cultivan el totalitarismo a caballo del sentimiento antiespañol.     

            Para España, su posición política en la zona también ha quedado reflejada en esta Cumbre Iberoamericana porque ningún mandatario, ni siquiera la anfitriona, respaldó públicamente y en el acto ---porque de nada sirven los mensajes "privados" de apoyo--- al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, cuando estaba siendo interrumpido por un injuriante Hugo Chávez. Tiempo habrá de analizar ---y será imprescindible hacerlo--- el saldo de una política exterior fracasada en todos y cada uno de sus frentes, pero especialmente allí donde se supone que, como una cumbre entre Estados iberoamericanos, España debería contar con un ambiente más favorable y con un mayor control diplomático de los acontecimientos. La dirección política de la diplomacia española es un desastre sin paliativos.

            En este contexto de colapso diplomático y de falta de fuerza en la persona del presidente del Gobierno ---impotente ante la verborrea de Chávez---, la figura del Rey emerge como un pilar fundamental e insustituible del edificio institucional, de la imagen internacional de España y como el factor aglutinante de los sentimientos ciudadanos y de su proyección política en los momentos más necesarios, como sucediera el 23 de febrero de 1981. La severa intervención de Don Juan Carlos en la Cumbre Iberoamericana fue tan necesaria como notoria fue la ausencia de vigor político del Gobierno español. Su decidida interdicción de los insultos de Chávez es la propia de un Monarca que se siente, porque lo es, testigo principal, por legitimación dinástica y constitucional, de la unidad histórica de España y valedor de su dignidad. Por esto mismo, la firmeza patriótica de Don Juan Carlos será decepcionante para la derecha extrema antimonárquica, siempre huérfana de argumentos para pedir la abdicación del Monarca; y será irritante para la izquierda radical republicana, que confiaba en el debilitamiento de la Corona como efecto de la progresiva desafección por la Transición democrática y los consensos constitucionales de 1978. A todos ha desmentido el Rey con el ejercicio oportuno, digno e histórico de su función constitucional de ostentar la más alta representación del Estado.

                        Hay, además, una lección que el PP y el PSOE deberían anotar para ponerla en práctica cuanto antes. España necesita urgentemente el consenso de ambos partidos en los asuntos de Estado. Esta petición no es un tópico. Es una demanda apremiante para que el Estado funcione, para que los intereses nacionales estén bien protegidos y para que las alternativas políticas en el Gobierno no quiebren la confianza de los ciudadanos ni lancen mensajes equívocos a la comunidad internacional. Rodríguez Zapatero, al margen de los justificados reproches que merece su política exterior, salió en defensa de la figura política de José María Aznar ---algo que el PP debió reconocer en sus primeras valoraciones del incidente y no hizo---, y éste acertó plenamente al agradecer en persona al Rey y al presidente del Gobierno sus recriminaciones a Hugo Chávez. A nadie confundirá este gesto de concordia, por ocasional que sea, entre los dos últimos inquilinos de La Moncloa, porque las diferencias legítimas entre ambos son inamovibles. Pero al menos ha demostrado que es posible hallar ese punto de encuentro perdido tras una legislatura de discordias y rupturas, en la que nada sale gratis, como no ha sido gratis aquella irresponsable acusación que lanzó Moratinos contra Aznar, en noviembre de 2004, de haber apoyado el intento de golpe de Estado contra Chávez en 2002.     

            Don Juan Carlos ha demostrado precisamente que las funciones de la Corona no están condicionadas a las coyunturas que producen las urnas y que los valores que encarna la Monarquía parlamentaria española no están sometidos al escrutinio de la rentabilidad política. Esto es lo que ha acreditado un gran Rey<<<<<

Editorial

http://www.abc.es/20071112/opinion-editorial/leccion_200711120314.html

 

Lo que hay detrás del ¿Por qué no te callas?

Para entender lo que hay detrás del ya famoso ¿Por que no te callas? del monarca español hacia el presidente tres veces electo de Venezuela, Hugo Chávez Frías, deberemos remontarnos un poco en el tiempo.

Claro que no hay necesidad de llegar a la época, hace algo mas de 500 años, en la que en el nombre de la corona de España fueron masacrados cientos de miles de habitantes de este continente, ya que no es momento para recordar que decenas de barcos llegaban a las Américas con soldados, colonos y armas, y regresaban cargados de oro, plata y otros bienes, a cambio de nada, es decir, robados. Tampoco vale la pena en este momento recordar que nada de eso fue devuelto.

Vamos a saltearnos también hablar de los cientos de años de "evangelización" de los indígenas salvajes a los que mas de un Rey ha catalogado despectivamente.

Hablemos mejor de los últimos quince o veinte años. Es decir, tomemos este pequeño último período de la historia que nos une a España. Eso sí tiene mas que ver con el famoso ¿Por que no te callas?.
Y no me refiero a que al Sr. Rey Don Juan Carlos de Borbón lo puso en el poder el gran dictador de Franco, ni a que haya apoyado el régimen fascista de Aznar a quien le ha sobrado el tiempo para demostrar que si lo es. Tampoco, por supuesto, a que no haya intentado siquiera interceder en la masacre contra el pueblo iraquí en la que su país se alió a los Estados Unidos, siendo él mismo el Capitán General de los ejércitos.

Hablo, en realidad de las privatizaciones. De la nueva modalidad de colonialismo que se ha extendido desde fines de los 80 hasta ahora. De las empresas españolas como Repsol, Union FENOSA, Telefónica, Ence, el BBVA, Endesa, Iberdrola, SCH y tantas otras.

Puesto que entre las funciones del Rey se encuentra la de velar por los intereses de la corona y, por lo tanto del Estado español, eso es lo que el buen Rey vino a hacer aquí. Vino a velar por los intereses de las empresas españolas radicadas en Latinoamérica, que proporcionan jugosísimos dividendos al Estado Español.

Pero resulta que esas empresas españolas han tenido y están teniendo una conducta absolutamente deplorable. Destruyen sin miramiento recursos naturales de áreas sensibles, expulsan a comunidades indígenas de sus territorios, contaminan el agua, el aire, la tierra y la sociedad. Envían a sus casas madre ganancias desmedidas sin realizar aquí las inversiones a las que se comprometieron. Hacen lobby para presionar a nuestros gobiernos con el fin de conseguir "mejoras" en las leyes en su beneficio, que es nuestra pérdida.

Entonces, cuando Latinoamérica se levanta ante esta neocolonización y comienza a gritar para que todo el mundo sepa lo que está sucediendo, para reclamar un trato justo, esta vez en la voz del Presidente de Venezuela y muchas otras en las del Presidente de Bolivia, de Nicaragua y otros, eso va en contra de los intereses que el buen Rey vino a defender. Por eso cuando el Presidente de Venezuela hablaba como un igual entre sus iguales, el rey de España, creyendo que aun somos colonias o que tiene algún poder sobre este continente libre, pretendió callarlo.

Pero estamos defendiendo nuestros derechos, estamos defendiendo la tierra, los ríos, las selvas, las montañas, la libertad, la soberanía alimentaria, la vida misma estamos defendiendo. Y por eso decimos, al Rey de España, a Bush, al FMI o a las trasnacionales, NO NOS CALLARAN.

Nos reencontramos la próxima semana, con una nueva entrega de esta publicación.

Ricardo Natalichio
      Director
mailto:nabad@ecoportal.net  http://www.ecoportal.net/content/view/full/74218

 

Siguen reacciones por impasse Chávez-Rey

Siguen reacciones por impasse Chávez-Rey

Miércoles 14 de noviembre de 2007   

La Nación / Agencias 

Mandatario venezolano habló del tema en rueda de prensa

Presidente reprocha "prepotencia" del monarca, pero aclara que desea una buena relación con España. Canciller hispano, en tanto, también espera normalización de relaciones.

Foto: Chávez estimó ayer que los periodistas manipularon su choque verbal con el Rey de España. Foto: EFE

El impasse entre el Presidente de Venezuela Hugo Chávez y el Rey Juan Carlos de España, durante la reciente Cumbre Iberoamericana realizada en Santiago, sigue dando que hablar. Ayer, el propio Mandatario venezolano se refirió al tema en una rueda de prensa con corresponsales extranjeros.

Aunque reiteró que "nadie puede venir a pretender que no digamos lo que somos, lo que sentimos, que no digamos lo que queramos (...) Son 500 años de prepotencia", Chávez insistió en que su intención no es afectar las relaciones entre los dos países.

"No tengo ningún interés en afectar las relaciones con España, pero no vamos a permitir ser señalados y quedarnos callados. Venezuela se respeta y el Jefe de Estado se hace respetar", afirmó el Mandatario.

En tanto el canciller español Migue Ángel Moratinos coincidió con Chávez en esperar una "rápida recuperación" de la "normalidad diplomática y del diálogo" tras el incidente.

"El interés del Estado, la defensa de nuestros intereses económicos y de los españoles residentes en Iberoamérica exigen una rápida recuperación de la normalidad diplomática y del diálogo con todos los países de la región. Este es el objetivo inmediato de la diplomacia española", manifestó el ministro español.

El incidente ocurrió el sábado durante el cierre de la cumbre, después de que el Mandatario venezolano llamará "fascista" de forma reiterada al ex Presidente del Gobierno español José María Aznar, al que acusó de haber apoyado el golpe de Estado en su contra en 2002.

OTRAS OPINIONES

Pero no sólo las partes directamente interesadas hablaron ayer del tema. Desde Cuba, el Presidente Fidel Castro catalogó de "Waterloo ideológico" el choque verbal entre Chávez y el monarca español.

"El sábado 10 de noviembre de 2007 pasará a la historia de nuestra América como el día de la verdad. El Waterloo ideológico ocurrió cuando el Rey de España le preguntó a Chávez en forma abrupta: ¿Por qué no te callas? ", escribió Castro en una de sus reflexiones.

"En ese instante todos los corazones de América Latina vibraron ( ), nunca había tenido lugar un diálogo parecido entre jefes de Estado y de Gobierno, que en casi su totalidad representaban países saqueados durante siglos por el coloniaje y el imperialismo", agregó el Mandatario que está convaleciente de una grave enfermedad que le obligó a delegar sus poderes en su hermano Raúl en julio del año pasado.

DEFENSA SOBERANA

Otro personaje de la política iberoamericana que también se refirió ayer al tema fue el ex Presidente mexicano Vicente Fox, quien solidarizó con el Rey de España y aseguró que "comprende" su reacción frente a Chávez, quien -a su juicio- es "muy agresivo".

Según afirmó Fox a la cadena de noticias estadounidense CNN, en el incidente salió a relucir el "afán de Hugo Chávez de destacar y de llamar la atención y de ser muy agresivo".

"Se estaba ofendiendo a un ex Presidente español elegido democráticamente, pero además a España misma", opinó Fox.

 

Cumbre por la Amistad e Integración de los Pueblos Iberoamericanos

Cumbre por la Amistad e Integración de los Pueblos Iberoamericanos

MANIFIESTO DE SANTIAGO

Reunidos en Santiago de Chile, los días  8 y 9  de noviembre de 2007, en el marco de la Cumbre por la amistad e integración de los pueblos iberoamericanos, los representantes de organizaciones sociales, políticas y culturales, de pueblos originarios, entidades académicas, artísticas y ciudadanos en general, hemos debatido, en un marco de pluralismo y respeto, las contradictorias realidades de nuestra región y concordado  acciones que permitan avanzar hacia la democratización, unidad, soberanía y autodeterminación de nuestros pueblos y naciones.

EL NUEVO PROTAGONISMO SOCIAL

Constatamos, esperanzados, el resurgimiento de un extendido protagonismo de los movimientos sociales, y fuerzas políticas progresistas cuyas luchas articuladas, cada vez más amplias y persistentes, han influido decisivamente en la elección -en diversos países- de gobernantes afines y sensibles al gran ideario de emancipación, unidad e integración latinoamericana, impulsando procesos de cambio en la región, que valoramos como un avance  de gran proyección histórica.

Ya podemos hablar de futuro y diseñar estrategias basadas en la solidaridad y la cooperación de nuestros pueblos, porque tenemos presente y evocamos, hoy, a líderes y movimientos que ayer derrocharon heroísmo y tenacidad inconmensurables. Lo decimos desde Chile, donde la codicia entró con la espada y la cruz para aplastar, después de 300 años, la resistencia ejemplar del pueblo mapuche; a 100 años de la masacre de trabajadores chilenos, peruanos, bolivianos, argentinos y españoles en la Escuela Santa María de Iquique. En este país, donde las empresas transnacionales activaron la maquinaria militar y financiera del imperio para derrocar al Presidente Constitucional Salvador Allende e impedir su proyecto de transformaciones sociales y de unidad latinoamericana; donde las bayonetas sirvieron a la plutocracia y al capital extranjero para entronizar un modelo neoliberal que se traduce en la extrema concentración de la riqueza, la exclusión social y política de las grandes mayorías, donde los poderes fácticos y el gran capital han pasado a controlar la política, los medios de comunicación y la institucionalidad.

La nueva realidad política del continente y sus promisorias perspectivas reconoce una multiplicidad de vertientes sociales,  culturales e ideológicas que adoptan originales métodos y estructuras, diversos lenguajes, formas de lucha y propuestas programáticas. En esa diversidad, antitesis del dogmatismo, sectarismo y hegemonismo, radica su fuerza y su legitimidad histórica.

A partir de las demandas por la protección del eco sistema, la defensa de la tierra, los territorios y los derechos de los pueblos originarios, el rechazo a la expoliación y enajenación de nuestros recursos naturales, las reivindicaciones de los trabajadores, el rechazo a la expropiación de los ahorros previsionales, la denuncia de las bases militares estadounidenses en sectores estratégicos del continente, la defensa de los derechos humanos, el fortalecimiento del rol del Estado en los emprendimientos productivos y para garantizar el derecho ciudadano a la Salud,  Educación y Vivienda, Trabajo y Previsión, contra la discriminación de la mujer y los adultos mayores, por los derechos de la juventud y otros sectores avasallados por las políticas neoliberales, los movimientos sociales avanzan hacia propuestas políticas unitarias ante los grandes problemas nacionales y contribuyen a levantar una nueva alternativa  que permita a Latinoamérica y el Caribe intervenir con fuerza propia en los candentes problemas que afronta la humanidad.

Por lo mismo es que rechazamos aquellas prácticas que buscan atomizar a las organizaciones sociales subordinándolas como insumo de políticas estatales funcionales que apuntan a perpetuar el modelo económico e institucional.

Los movimientos sociales ya no se conforman con cambios cosméticos sino plantean un rechazo total al actual modelo de dominación económica, política y cultural que implica la  comercialización de todos los ámbitos de la vida pública y personal y el ánimo de lucro como supremo valor de una sociedad que percibe a cada individuo como rival del otro. Lo anterior, en consonancia con la crítica que hacen los pueblos, a nivel mundial, a la globalización depredadora y a la guerra como solución a los problemas de la humanidad.

Por su parte, las fuerzas políticas que buscan alternativas al sistema imperante, tienen el desafío de encontrar nuevas formas de interlocución y complementación con las luchas sociales, en el entendido que ambas esferas se retroalimentan y se necesitan.

UNA INTEGRACIÓN DESDE LOS PUEBLOS Y PARA LOS PUEBLOS

Entendemos la integración regional como un proceso de enriquecimiento mutuo, de potenciamiento de nuestras fortalezas, de nuestra capacidad de intercomunicación con el mundo, partiendo del reconocimiento del ser humano a cuyo bienestar y felicidad deben subordinarse todas las políticas públicas.

En la forja del futuro de América Latina y el Caribe, podemos construir ciudadanía con lo mejor de cada pueblo y cultura que la compone. Su integración debe darse desde la misma base social, partiendo de las siguientes premisas esenciales:

  • La recuperación de los recursos naturales, mineros, hídricos, pesqueros, forestales y energéticos; la reforma agraria y la soberanía alimentaria como procesos que salvaguarden la participación y los intereses de los pueblos y naciones.
  • La integración energética en armonía con el medio ambiente.
  • Los acuerdos de integración económica deben poner el acento en las múltiples formas de economía solidaria, protegiendo el rol de la micro, pequeña y mediana empresa.
  • Este proceso admite múltiples modalidades institucionales en el ámbito sectorial y territorial, con diversos grados según la realidad de cada región. En tal sentido, apoyamos el surgimiento de instrumentos tales como el ALBA, Banco del Sur y otros, que son expresión de la voluntad integradora de nuestros pueblos.
  • La lucha democrática debe fortalecer los procesos constituyentes y la creación de una nueva institucionalidad que considere el rol protagónico del movimiento sindical, de los trabajadores de la ciudad y del campo, de los pueblos indígenas originarios y del conjunto de las fuerzas sociales. En ese contexto, saludamos la aprobación, por parte de las Naciones Unidas, de la Declaración Internacional sobre los derechos de los pueblos indígenas.
  • El desmantelamiento de los mecanismos de opresión que conjugan edad, clase, sexo, género y etnia.
  • La activa solidaridad con los pueblos y gobiernos que construyen caminos alternativos al capitalismo neoliberal. En este sentido, denunciamos al gobierno de Estados Unidos por su constante satanización y criminalización de las luchas sociales y sus actividades de agresión y hostigamiento a los gobiernos que adoptan el rumbo de la emancipación popular.
  • El respeto y reconocimiento a las culturas y autonomías de las comunidades originarias.
  • La resolución de los conflictos históricos entre las naciones, la reducción de los presupuestos bélicos, el desarme proporcional y progresivo en todos los países de la región para reorientar estos recursos a las necesidades de salud y educación.
  • El libre tránsito de las personas y sus derechos migratorios.

Nuestros pueblos están en capacidad de unirse a pesar de la diversidad geográfica, étnica, cultural y política, para imaginar y construir otras soluciones para este único mundo. Sabemos que esta lucha se enfrenta a enemigos carentes de escrúpulos, cuya voracidad y hegemonismo  han significado enormes tragedias para nuestros pueblos. Aún así, tenemos fe en la justicia de nuestros postulados  y nos hacemos cargo de las grandes epopeyas que a lo largo de cinco siglos nos han permitido avanzar hacia la condición de pueblos dignos, sujetos de nuestra propia historia.

www.cumbredelospueblos2007.cl

cumbredelospueblos2007@gmail.com

'La lucha democrática debe fortalecer los procesos constituyentes y la creación de una nueva institucionalidad que considere el rol protagónico del movimiento sindical, de los trabajadores de la ciudad y del campo, de los pueblos indígenas originarios y del conjunto de las fuerzas sociales'.