Mis niños de Chile en huelga de hambre
Mis niños dulces, Azules como espadas que brillan en medio del reino de la injusticia y del mal gobierno, Mis niños escarchados, valientes y libres como el agua, Mis niños que con el sacrificio suyo averguenzan la vergüenza de la indolencia y de este país de terror. Mis niños ejemplo, ¿Cómo explicarles sin sabotearles la bronca libertaria y generosa Que todavía no vale la pena arriesgar las moléculas de sus cuerpos, malgastar su cabeza en una decisión implacable y dolorosa? Mis niños dulces, Sepan que este combate es antiguo como el aire y la espuma, Que tienen que estar muy fuertes para mañana, Cuando irremediablemente fabriquemos el único mundo posible, El pleno, solidario como eslabones fundidos, el de una sociedad donde gobiernen los todos y las todas. Mis niños, capitanes audaces del futuro, Que los necesitamos enteros, Que no fragilizados por el riesgo que ahora corren, Que los necesitamos blindados en cuerpo y cabeza y corazones en la dirección de la sociedad. Los niños y los jóvenes deben pelear. Pero como los jóvenes. Quedan tantas luchas, tanto camino de avances y retrocesos. Y sólo pueden conducir el gran movimiento del pueblo para su emancipación definitiva Los más compuestos, los más sanos, los más estelares. Mis niños dulces, Azules como espadas que brillan en medio del reino de la injusticia y del mal gobierno, Mis niños escarchados, valientes y libres como el agua, Mis niños que con el sacrificio suyo averguenzan la vergüenza de la indolencia y de este país de terror. Andrés Figueroa Cornejo
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