MONSEÑOR GOIC Y LA DIGNIFICACION DEL MUNDO LABORAL EN CHILE
MONSEÑOR GOIC Y LA DIGNIFICACIÓN DEL MUNDO LABORAL EN CHILE
Nuevamente la palabra serena pero comprometida con los conceptos de la justicia social y el bien común de Monseñor Alejandro Goic, interpelan a la sociedad chilena para que se abran espacios de mayor equidad con el mundo laboral.
De nuevo sorprenden las certeras palabras del Presidente de la Conferencia Episcopal y Obispo de Rancagua, Monseñor Alejandro Goic Karmelic. Hace ya 3 años el prelado remecía las conciencias de la sociedad chilena al hablar de la necesidad de tener un sueldo ético? En esa oportunidad Monseñor Goic afirmó: “Yo me dirigí a la conciencia cristiana de Chile, especialmente a los que comparten mi fe, pero también a todos los chilenos y chilenas que no profesan mi fe y que anhelan un país más justo”
Ahora, y en el marco del recuerdo del décimo aniversario de la muerte del sindicalista Manuel Bustos, vuelve Monseñor Goic a hacer un llamado que tiene que ver con las reformas que profundicen la justicia social en las relaciones laborales y pidió no postergar este debate con la excusa de no distraerse de la reactivación económica.
Valorando los acuerdos ya alcanzados que dicen relación con el empleo, Goic coincide plenamente con los dirigentes sindicales que se preguntan: “¿por qué éste no es el tiempo de estudiar reformas laborales? El presidente de la Conferencia Episcopal va más lejos y también pregunta: “¿Cuándo es entonces el tiempo?”.
En medio de una enconada campaña presidencial y parlamentaria estas reflexiones del Pastor son de la mayor importancia. Tanto por la oportunidad en que las expresa, normalmente ante un variado público en que destacan dirigentes sociales y políticos, como por captar la sensibilidad de una mayoría ciudadana que día a día lucha por tener una vida justa y buena para sus familias, reconociendo a estas como el pilar fundamental de toda sociedad civilizada y democrática.
También se observa en este compromiso de Monseñor con la dignidad de las trabajadoras y trabajadores chilenos, una particular sensibilidad que es propia de la conciencia cristiana recta: hacer un esfuerzo y ponernos en el lugar del pobre y los que sufren. Hemos de comprender que esta actitud básica es un elemento elemental para que se construya la vida como Dios quiere, es decir, sin abusos ni atropellos contra el otro.
Los candidatos a la presidencia deben asumir seriamente que el sindicato es un inequívoco medio para la praxis de la solidaridad y la justicia. En total contraposición a la avaricia humana que es un sinónimo de la idolatría que conduce, tarde o temprano a dolorosas confrontaciones sociales entre trabajadores y empresarios. Por esto y más es ineludible que toda sociedad democrática no pierda nunca el sentido de la justicia social.
Es de esperar que la sociedad toda asuma lo que nuestros obispos han dicho con claridad y objetividad en medio de esta crisis financiera mundial y que castiga con mayor rigor a los pobres y desempleados: “El cierre de fuentes de trabajo, la cesantía que ello significa, el derrumbe emocional de quienes están en esa situación, los tan dolorosos efectos en la vida familiar, la congelación de estudios superiores, la incertidumbre, son sólo algunos dramáticos efectos”.
Chile ad portas del Bicentenario no se puede desligar de la enorme importancia que tienen las organizaciones de trabajadores. Son las trabajadoras y trabajadores los que ayudan en gran medida a generar riqueza, por lo tanto esta debe estar mejor distribuida y no quedar solo en manos de banqueros y especuladores sin dios ni ley.
Por eso son tan importantes las organizaciones de trabajadores y la Iglesia “reconoce la función fundamental desarrollada por los sindicatos, cuya razón de ser consiste en el derecho de los trabajadores a formar asociaciones para defender los intereses vitales de los hombres (y mujeres) empleados en las diversas profesiones”. (Com. DSI, 305). Ojalá, todos escuchemos en conciencia estas sabias reflexiones!
Jaime Escobar / Sub director “Crónica Digital”
0 comentarios