DISCURSO EN LA CEREMONIA DE DEVELAMIENTO DE LA NUEVA FAMILIA DE BILLETES
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José De Gregorio
Presidente
Banco Central de Chile
18 de agosto de 2009
Este es un día muy importante para Chile. A nombre del Consejo del Banco Central de Chile, quiero anunciar oficialmente hoy que, por primera vez en 30 años, se inicia un proceso de cambio de toda la familia de billetes que circula en el país, para adaptarse a las exigencias del mundo moderno, altamente tecnologizado y globalizado.
Los billetes son parte fundamental de nuestra vida diaria. Están en las manos de los chilenos desde Arica a Tierra del Fuego, con un valor sustentado principalmente en la confianza.
Por eso es que este momento es una etapa relevante en un proceso que se inició hace ya más de tres años, cuando se trazaron las primeras líneas de lo que se convertiría en un ambicioso proyecto, que demandaría largas horas de trabajo, con equipos técnicos altamente calificados y profesionales de los más diversos ámbitos.
He señalado que es un día muy importante, porque la historia de Chile lleva en sus entrañas toda una evolución de sus sistemas de pagos, que se iniciaron con la acuñación de monedas y que hacia mediados del Siglo XIX incorporaron los billetes. Fue debido a la falta de circulante que aparecieron los vales como moneda de cambio. Poco después, este sistema derivó en la promulgación de la Ley de Bancos, que permitió no sólo la instalación y operación de bancos privados, sino también que estas instituciones pudieran emitir sus propios billetes.
Hasta la creación del Banco Central de Chile, en 1925, circulaba en el país una variedad de billetes, cada uno emitido por un banco privado diferente. No era extraño, entonces, encontrar también las representaciones más variadas, como paisajes urbanos, marinos,
rurales, medios de transporte como barcos y trenes, imágenes de la industria y la minería, retratos de personajes históricos, alegorías, personificaciones y representaciones mitológicas griegas y romanas. Todo ello, con tipos de letras, números, leyendas y motivos ornamentales clásicos.
El paisaje ocupaba un rol importante en los diseños, mediante la reproducción de grabados y pinturas, con valles, montañas, escenas agrícolas y urbanas. De esta forma, la representación masiva de un paisaje llegaba a chilenos que quizás no tenían forma de conocerlo.
El Banco Central como instituto emisor
Tras su creación en el año 1925, el Banco Central de Chile se convirtió en el organismo encargado del control y la emisión del dinero, lo que aparte de darle exclusividad, estructuró una línea iconográfica que marcó el siglo XX en nuestro país.
La emisión de billetes a partir de los años treinta, fue toda una renovación en el papel moneda nacional, con una clara intención de búsqueda de una identidad nacional, a través del retrato histórico y de alegorías correspondientes a la pintura historicista, dominada por hechos militares o del arte bélico.
Pinturas de estos temas, a las que se sumaron luego retratos de personajes ilustres de nuestra historia, fueron las imágenes que estuvieron en los diseños de los billetes chilenos, por lo que trascendieron al hecho de ser un objeto de cambio o transacción comercial, para convertirse también en un verdadero discurso sobre la identidad de la nación.
En agosto de 1975 y en medio de un proceso de alta inflación, el Banco Central cambió el signo monetario del escudo al peso, lo que significó también la emisión de una nueva familia con nuevos diseños, que estuvieron en consonancia con la nueva realidad política y social que vivía el país después del año 1973. Esta consonancia significó que se valorizara en especial a los héroes militares y las gestas bélicas, fundamentalmente de la Independencia y la Guerra del Pacífico.
En 1989, al Banco Central de Chile se le otorgó el estatus de organismo autónomo, con rango constitucional, de carácter técnico, con personalidad jurídica y patrimonio propio, dándole como objetivos el de velar por la estabilidad de la moneda y el normal funcionamiento del sistema de pagos. La confianza en los billetes es parte fundamental de estos objetivos.
Desde que se emitió por primera vez el actual billete de 1.000 pesos, al que le siguió muy poco después el de 5.000, Chile ha tenido un proceso de evolución y desarrollo, con una fuerte inserción en el mundo.
La tecnología con que fueron diseñados y elaborados esos billetes es cada vez más parte de un pasado. Un pasado en el que habitualmente, el nacimiento de una nueva familia de billetes estaba directamente asociado a procesos inflacionarios, que hacían perder el valor de la moneda de cambio y obligaban a agregarle ceros.
Hoy no es así. El Banco Central autónomo ha sido actor fundamental para la estabilidad de precios. Pero la tecnología avanza a pasos agigantados y no podemos quedarnos atrás.
El Banco Central, como consecuencia de un proceso permanente de reconocer nuevas tendencias, adaptarse a nuevos escenarios e innovar conforme a la evolución natural, desarrolló una nueva familia de billetes que incorpora tecnologías de punta, para anticiparse a la posibilidad de que en un futuro no lejano, estas tecnologías transformen a los billetes actuales en medios de pago poco seguros.
Esta nueva familia de billetes nos permitirá tener un medio de pago moderno y desarrollado, con algunas de las tecnologías más actualizadas que hoy existen en el mundo.
En este contexto, vale la pena destacar la sintonía de este cambio con los procesos que se están llevando a cabo en otros países, entre los cuales están Estados Unidos, Canadá, Europa y México que, aún cuando se encuentran en diferentes etapas del proceso, también están dando un paso adelante en la incorporación de tecnologías de punta en sus medios de pago.
Hemos aprovechado esta modernización para introducir cambios en el diseño que harán que nuestros billetes sean más integradores, porque incorporan elementos de nuestra identidad (historia, paisajes naturales, raíces) y porque tendrán características que facilitarán su identificación para personas no videntes, con dificultades de visión o de la tercera edad.
Esta nueva familia de billetes nace a la luz de un contexto histórico sin igual, que es la próxima celebración de los 200 años de vida independiente de Chile. Un nuevo motivo para sentir orgullo de contar con medios de pago que son parte de esta fase de nuestra historia.
Características principales de la nueva familia de billetes
Esta nueva familia mantendrá sus personajes, con retratos más atractivos y recopilados de algunas famosas obras que son parte de nuestro acervo cultural. Pero sus reversos se modifican para rescatar algunos de nuestros más bellos paisajes naturales del norte, centro y sur del país.
Además, incorporan elementos que serán comunes a todas las denominaciones. Junto al personaje histórico verán el corazón de un copihue, nuestra flor nacional, y también un Antú, símbolo mapuche que representa el sol y la fertilidad y que estará presente de diferentes formas en cada una de las denominaciones. En el reverso, inserto en el paisaje en cada billete habrá un animal nativo que es propio de esa zona.
El trabajo de selección de paisajes y retratos ha sido fruto de un arduo trabajo de un comité de expertos presidido por don Milan Ivelic, Director del Museo Nacional de Bellas Artes e integrado por destacadas figuras del mundo de la cultura, la numismática y la arquitectura nacional.
Ellos han trabajado en largas sesiones con un equipo técnico del banco, dirigido por nuestro gerente general, don Alejandro Zurbuchen, e integrado por miembros de nuestro staff ejecutivo y profesional.
Señoras y señores:
En esta ceremonia, conoceremos el primero de los billetes con que se renovará esta familia chilena de medios de pago: el de 5.000 pesos, que comenzará a circular el 24 de septiembre.
Durante los próximos dos años iremos anunciando cada cierto tiempo el nacimiento de un nuevo integrante de esta familia, en las mismas denominaciones actuales.
Cada uno de ellos convivirá por un tiempo prudente con el billete actualmente existente, de manera que es muy importante señalar a la ciudadanía que el billete que hasta hoy conocíamos no perderá nunca su valor y que el reemplazo será gradual. Tarde o temprano, cada chileno tendrá acceso al nuevo billete.
Quisiera recordar que la memoria de una nación reside, en gran parte, en su pasado material. Las monedas y billetes son la expresión de ese patrimonio, que pasaron de ser objetos de transacción a símbolos de la historia de Chile. Tanto en monedas como en billetes se pueden apreciar los rasgos más significativos de la evolución económica y social de nuestro país, como también de su desarrollo artístico, plasmado en el metal o en los grabados en las emisiones de billetes.
Este patrimonio plantea una reflexión sobre la identidad de una nación, que se apronta a celebrar el bicentenario del inicio del proceso de su vida independiente. Estos pequeños objetos que conocemos como billetes, y que han formado parte de la cotidianidad de los habitantes de este país, nos hablan del pasado, del presente y ahora del futuro de nuestra nación.
Quiero decirles, a nombre del Consejo del Banco Central de Chile, que nos sentimos muy orgullosos por los resultados de este fascinante proyecto y que hoy día comenzamos a dar a conocer al público. Estamos confiados que este mismo orgullo será compartido por todos los chilenos cuando conozcan y hagan suya esta nueva Familia de Billetes.
Muchas gracias
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