Multitudinario festejo revolucionario en Nicaragua
Lunes 20 de julio de 2009 La Nación / Agencias El gran ausente del principal acto conmemorativo fue el Presidente venezolano Hugo Chávez, así como también connotados dirigentes revolucionarios. Desde la alborada comenzaron a convergir desde distintos puntos del país, caminando, en transportes públicos o particulares. Ningún medio quedó descartado por los miles de nicaragüenses que ayer se reunieron en Managua para conmemorar el 30º aniversario de la Revolución Popular Sandinista, que derrocó, el 19 de julio de 1979, a la dictadura de Anastasio Somoza, que duró 45 años. Tras una noche de vigilia en los barrios capitalinos y de otras ciudades ambientadas con música testimonial, bailes y estallidos de petardos, la gente comenzó a llegar a la Plaza La Fe Juan Pablo II, sede de la actividad oficial. Una vez colmada, el Presidente Daniel Ortega hizo su entrada en medio de la agitación de banderas rojas y negras de su partido, el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). La multitud, entre ellos muchos empleados públicos, portaban mantas destacando los programas sociales que desarrolla el gobierno, como educación y salud gratuita, una vivienda digna o calles para el pueblo. La inserción de Nicaragua a la Alianza Bolivariana de las Américas (ALBA) no fue ajena al acto, en el que participaron delegados de los países miembros, entre ellos, el canciller venezolano Nicolás Maduro y el vicepresidente de Cuba, Esteban Lazo. También asistieron la Nobel de la Paz, Rigoberta Menchú, y la senadora colombiana, Piedad Córdoba. Delegaciones de organizaciones sociales de izquierda de más de 20 países, entre ellos Chile, México, Guatemala, El Salvador, Venezuela, participaron en una actividad que tuvo importantes ausentes, tales como el Presidente venezolano Hugo Chávez, y connotados dirigentes de la revolución que estuvieron al frente de la insurrección del ’79 y que ahora están alejados del FSLN. A ellos se suman muchos otros nicaragüenses que recuerdan la gesta histórica con nostalgia, al tiempo que critican al Frente Sandinista de apropiarse de un esfuerzo colectivo, acusando a Ortega y su esposa, Rosario Murillo, de utilizar la fecha para exaltar sus figuras. El principal acto conmemorativo estuvo marcado por la condena unánime al golpe Estado hondureño y contó con la presencia de la canciller del depuesto Presidente de Honduras, Patricia Rodas.
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