INTERESES MEZQUINOS DETRÁS DE CONCEPTOS ESQUIVOS
Enviado por Luisa Toro luisacofre@hotmail.com
Juan Carlos Mas C.
La ambigüedad de Obama está potenciando la sinuosidad del pensamiento tradicionalista latinoamericano. Decimos esto porque, aunque la enérgica y masiva condena internacional, aunada a la ambivalente posición norteamericana frente al caso de Honduras ha sido contundente, ella ha producido en el ámbito nacional el afloramiento de razonamientos tortuosos, que evidencian las limitaciones culturales y de intereses que dificultan la instalación de un genuino ambiente de democracia nacional. Todo ello se explica por razones internacionales de signo positivo unas y de signo negativo las otras.
De lo positivo lo primero es el rasgo objetivo inocultable del deslizamiento mayoritario de la opinión pública latinoamericana hacia posiciones cuestionadoras del neoliberalismo, pasando por encima de los obstáculos que los medios de comunicación de masas interponen a la compresión de la realidad. Estas posiciones tienen su natural antagonista en la resistencia de los grupos que se habían venido beneficiando de la sociedad de exclusión. Nada de esto debe parecer extraño, porque la realidad es contradictoria y la verdad esta constituida por la visión objetiva que es progresista y por la visión mentirosa que también es real.
Lo segundo es el cambio de mentalidad política de la opinión pública norteamericana, convencida de que se su clase empresarial es una sanguijuela que ha succionada la vitalidad que caracterizara a la otrora conocida laboriosidad de los trabajadores norteamericanos.
Eso ha posibilitado la llegada al gobierno de un presidente, de verbo y procedimientos distintos, que se ve obligado a manejar un Estado que tiene objetivos prefijados, ajenos estos a los intereses expresados por su propio pueblo.
De lo negativo lo primero es justamente que el sistema tiene una agenda imperial que funciona como un piloto automático autocorrigiendo rumbos diversos, cuando no son congruentes con objetivos de dominación. En Estados Unidos las estructuras duras de dominación: militares y de inteligencia; aunadas a las estructuras blandas de dominación: diplomática y financiera, funcionan sin reconocer el nuevo ambiente generado en el exterior y en el interior, y representado en alguna medida por su presidente.
Lo otro y negativo es que en el ámbito local de cada país siguen actuando las fuerzas que ven a los estadounidenses como padrinos mafiosos de sus mezquinos intereses. Es una imagen fija del padrino que fue, que no acepta la imagen que el padrino quiere mostrar. Hay un Estados Unidos que pasa de Lincoln, a Franklin Roosevelt, a Carter, y a Obama; mientras que hay otra que viene por Teddy Roosevelt, a Truman, Lyndon Johnson, Reagan y los Bush. Todo depende de cual Estados Unidos queramos mirar.
La nueva estrategia de la presidencia estadounidense estimula la producción de una unánime posición de condena del golpe de Estado en Honduras, pero se deslizan sospechosas reservas, según las cuales la mayoría de esos grupos económicos y grupos mediáticos que no dejan de apuntalar los argumentos que escudaron al golpe: aluden al comportamiento jurídico de Zelaya.
Algunos analistas serios se refieren a estas últimas posiciones y señalan que la matriz mediática es la misma: que no son demócratas, quienes intentan renovar las instituciones conservadoras afectando a los sacrosantos intereses privados, aunque hayan salido de elecciones; que no son demócratas por cuanto su gestión fractura la paz social. Ellos entienden que la paz social es la conformidad con un clima en que el estado de las cosas es a favor de pocos y en contra de muchos. En fin, cual fariseos, se han posesionado del templo de la democracia asegurando que ella es tal cuando defiende los intereses de las minorías empresariales.
Pero… qué tipo de empresariado tenemos en Latinoamérica: uno que vulnera las teorías puras del capitalismo, aquellas que declaran aceptable la acumulación a expensas de la productividad del obrero, sino otro que atenta contra las bases de su propio Estado burgués y estima como plausible demostración de astucia la inversión sin riesgo, esquivando las reglas impositivas de su Estado, priorizando al capital no significado en la producción de bienes y servicios y al contario magnificado por el enjuague financiero. Un periodista ruso para ejemplificar el estado de ánimo en su país decía: apostamos por un capitalismo estilo europeo y nos encontramos con un capitalismo mafioso al estilo latinoamericano.
En ese sentido el reciente artículo aparecido en Panamá América del 4 de julio, escrito por Enrique de Obarrio, dirigente de la clase empresaria panameña es de una extraordinaria congruencia dando soporte a estas farisaicas posiciones que repudian a la democracia real cuando esta no sirve a sus intereses. Este escrito, insinuando la legitimidad del golpe de Estado en Honduras, permite inferir y aclara, sin necesidad de mayor prueba, cual es el verdadero motor de los golpes militares en América, son los empresarios acostumbrados a organizar la cosa pública como un patrimonio personal o de grupo.
Otros como Milton Henríquez, del campo mediático, señalan que la democracia no se puede sustentar en formas plebiscitarias, ignorando que la genuina democracia es por esencia plebiscitaria, de ágora, y es por defecto representativa, sino pregúntenles a los suizos que tienen establecido el referéndum vinculante dentro de su procedimientos normales.
Quienes en esto centran su argumentación manipulan el contexto legal y afirman que el Presidente Zelaya se había extralimitado al intentar una consulta pro referéndum pasando por encima del criterio de la Corte y del Senado. Bástenos citar al principal asesor jurídico del Ejército hondureño coronel Herberth Bayardo Inestroza, quien manifestó: "Cometimos un delito al sacar a Zelaya, pero había que hacerlo".
La consulta ciudadana en Honduras no es ilegal, porque la Ley de Participación Ciudadana de Honduras dice en su quinto artículo: “La iniciativa ciudadana es un mecanismo de participación mediante el cual el ciudadano podrá presentar las solicitudes e iniciativas siguientes:
1. Solicitar que los titulares de órganos o dependencias públicas de cualquiera de los poderes del Estado que convoque a la ciudadanía en general, a los vecinos de un municipio, de un barrio o colonia, a gremios, sectores o grupos sociales organizados, para que emitan opiniones y formulen propuestas de solución a problemas colectivos que les afecten. Los resultados no serán vinculantes pero sí elementos de juicio para el ejercicio de las funciones del convocante;
2. Ofrecer colaboración a la autoridad pública en la ejecución de una obra o la prestación de un servicio, aportando para su realización recursos económicos, materiales o trabajo personal para beneficio de la comunidad o del Estado. El órgano público competente de acuerdo con sus disponibilidades financieras, podrá aportar recursos para coadyuvar en la ejecución de las obras o en su caso, hacer un llamado público para que otros ciudadanos, empresas o grupos sociales colaboren con su ejecución.
Estas iniciativas ciudadanas podrán ser planteadas no solamente por ciudadanos individualmente considerados, sino que también por asociaciones civiles, patronatos, empresas, gremios o cualquier otro grupo social organizado.”
Por otra parte el Artículo Tres de la Constitución de la República de Honduras dice: “Nadie debe obediencia a un gobierno usurpador ni a quienes asuman funciones o empleos públicos por la fuerza de las armas o usando medios o procedimientos que quebranten o desconozcan lo que ésta Constitución y las leyes establecen. Los actos verificados por tales autoridades son nulos. El pueblo tiene derecho a recurrir a la insurrección en defensa del orden constitucional.”
En realidad asistimos a un deslinde político estratégico en el cual queda claro que los círculos oligárquicos-mediáticos-empresariales, una vez que se encuentren contra la pared, van a luchar con todo lo que tienen. La resistencia de los golpistas hondureños tiene valor continental, si se les deja pasar intentarán repetirlo en toda la región.
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