El factor Bachelet entra en campaña
Domingo 15 de marzo de 2009
Por J. O. y L. P. / La Nación Domingo
El plan de La Moneda para traspasar la banda presidencial
Un intenso programa para proteger y generar empleo y medidas reactivadoras para mitigar los efectos de la crisis, junto a la oportunidad política que quedó abierta con el cambio de gabinete son algunos de los factores que comienzan a dibujar un nuevo escenario: el del año electoral. Carolina Tohá y Mahmud Aleuy son los nombres claves de la nueva estrategia para este último año de mandato.
La primera parte de la estrategia ya tiene quince días de despliegue. El programa es complejo y está diseñado con sumo cuidado, pero tiene un solo objetivo: empleo, empleo y más empleo. El operador táctico del plan es el subsecretario de Desarrollo Regional, Mahmud Aleuy, y la contraindicación más temida, que el desempleo se desborde, especialmente en las regiones más sensibles del país: la Araucanía, Arica-Parinacota, Valparaíso y Biobío.
Hace dos miércoles, cuando la Presidenta Michelle Bachelet inició una extensa gira nacional, la apuesta comenzó su ruedo. Y aunque el periplo tenía que ver con la conmemoración de los tres primeros años de Gobierno, el trasfondo principal era verificar, de primera mano, la aplicación de los programas de empleo hasta el último rincón del país.
Al interior de palacio reconocen que el énfasis del último tramo de la actual administración está puesto en implementar el sistema de protección social, cumpliendo así con un compromiso de campaña que cobra más valor en medio de la crisis internacional.
En el oficialismo prevén que, de implementar un sistema que atenúe los niveles de desempleo, La Moneda podrá mantener el 58,5% de aprobación que alcanzó en febrero pasado y dejar en mejor pie la campaña de Eduardo Frei, el candidato más probable de la Concertación para competir por La Moneda. El factor Bachelet irrumpe en campaña y la figura de una Presidenta cercana y protectora ante la crisis es la imagen que el Gobierno está decidido a explotar. ¿El fin último? Traspasar la adhesión ciudadana al presidenciable del arco iris. Para los más convencidos del oficialismo, es muy posible que si se enfrenta de buen modo la crisis económica, en diciembre la gente votará por un renovado candidato concertacionista. Los más escépticos plantean que no será tan fácil, pues las características personales de Bachelet uno de sus capitales más fuertes a la hora de las encuestas (ver páginas 6 y 7) , no son fácilmente transferibles.
Estrategia Aleuy
En su gira nacional, que será la primera de una serie, la Presidenta llegó a cada una de las regiones con un discurso claro. El énfasis de sus palabras estuvo puesto en las políticas sociales, las becas, los subsidios y, especialmente, la generación de empleo. Esa es la primera parte de la estrategia. La segunda es la que comenzó el subsecretario Aleuy a los pocos días de haber sido nombrado, en diciembre del año pasado. Tal como se lo encomendó Bachelet, su misión consiste en activar lo más rápido posible los programas de empleo en cada región del país. ¿Cómo? Aumentando el porcentaje de dinero para la ejecución presupuestaria en regiones y creando la figura de "personal de apoyo" para cada región. Dicho elenco está conformado por una serie de profesionales, uno por región, que asumen como jefes de gabinete o asesores técnicos, y orientan a las intendencias regionales sobre cómo acelerar las inversiones en planes de empleo. La idea es que los programas comiencen a funcionar in situ y prevengan los efectos de la cesantía que podría producirse en abril, cuando estallen las consecuencias de la crisis. Por otro lado, Aleuy ha recomendado intensificar, más que otros años, las visitas regionales, para que la Mandataria sea asociada por la gente con la protección de los sectores más pobres del país.
"El subsecretario puso el pie en el acelerador desde el primer día que llegó", aseguran en los pasillos de La Moneda. Sin embargo, Aleuy no es el único encargado de trabajar por mantener la adhesión ciudadana que alcanzó Bachelet el último mes. Carolina Tohá llega ahora con una misión similar.
La apuesta de La Moneda
La nueva ministra secretaria general de Gobierno, Carolina Tohá, tiene una misión distinta a la que tuvo su antecesor. La Presidenta Bachelet le encargó trabajar y actuar como si fuera una ministra de Comunicaciones, por lo que sus tareas serán de mayor amplitud y profundidad de las que hasta ahora han realizado quienes la antecedieron en el cargo. Y, por cierto, no se limitará sólo a la vocería. También deberá afinar la red de comunicaciones interministeriales para lograr una mejor y mayor coordinación de las reparticiones. El ajuste de gabinete inauguró un nuevo estilo en La Moneda que busca potenciar el "factor Bachelet" en su último año de mandato y, como objetivo final, traspasar la banda presidencial a Eduardo Frei.
La propia Tohá dijo que espera transformarse "en una herramienta para que el Gobierno pueda llegar a los ciudadanos de la mejor manera y sientan que a través de mí pueden entender, saber y confiar en que conocen lo que el Gobierno hace y por qué lo hace".
El cambio de gabinete del jueves abrió una nueva oportunidad a la Presidenta Bachelet para consolidar e incluso incrementar su apoyo ciudadano. En la evaluación de La Moneda, el ajuste que tuvo como epicentro a la Cancillería vino por rebote a fortalecer el equipo político. Con ello, evalúan en palacio, el Gobierno podrá afrontar en mejores condiciones el año electoral, la crisis económica y por qué no intentar traspasar la popularidad de Bachelet y sus ministros a la Concertación y, particularmente, a su candidato presidencial único.
Aquí, la estrategia también es fortalecer la idea del Estado protector. No se trata de lo que la oposición denuncia como "intervención electoral", sino de algo tan simple reflexionan en La Moneda como que la ciudadanía se sienta resguardada ante la crisis, y que se noten las medidas de protección al empleo. Si todo eso funciona bien repite un alto funcionario de Gobierno el discurso del "cambio" que propone Sebastián Piñera podría transformarse en "amenaza e incertidumbre", más que en una bandera confiable para la ciudadanía. Además, la estrategia opositora de confrontar al Gobierno y a la propia Bachelet parece no dar resultados, o al menos así lo evalúan en La Moneda (ver entrevista páginas 8 y 9).
"Empoderamiento"
Las salidas de Alejandro Foxley, desde el Ministerio de Relaciones Exteriores, y de Francisco Vidal, desde la Secretaría General de Gobierno, se habían transformado en un secreto a voces al menos desde diciembre pasado. Ya entonces el canciller manifestó a la Presidenta su deseo de dejar el Gobierno, mientras Vidal no ocultaba sus ganas de algún día encabezar el Ministerio de Defensa.
Al optar por hacer efectivos estos cambios, la Mandataria operó directamente con el ministro del Interior, Edmundo Pérez Yoma, en un gesto de "empoderamiento" hacia quien le corresponderá conducir al gabinete en su último año de Gobierno, marcado por las elecciones de fin de año y en el marco de una aguda crisis cuyos efectos en Chile estallarán en plena campaña.
En La Moneda y en todo el gabinete es claro que los ejes de poder y decisión están radicados hoy en Pérez Yoma y en el ministro de Hacienda, Andrés Velasco, cuya popularidad ha quedado en evidencia en sus salidas a terreno. A ese equipo, donde además de Pérez Yoma y Velasco está José Antonio Viera-Gallo (Presidencia) y eventualmente también integre el ministro Vidal (ahora desde Defensa), llegan Carolina Tohá y Mariano Fernández, desde Washington a la Cancillería.
Vidal y el plan Tohá
"¡Pucha!, estábamos esperanzados en que Pancho iba a llegar hasta el fin del gobierno", comentó el senador RN Andrés Allamand el viernes en uno de los pasillos de TVN. Y es que en la derecha sabían que tener a Vidal en la vocería de palacio implicaba ciertos réditos. "Es que por su estilo confrontacional era más fácil pegarle", explican al interior del PPD.
Por eso, entre otras cosas, en la tienda de Pepe
Auth están más que contentos con el enroque: además de tener a dos de los suyos en ministerios clave, y a otro en la embajada de EEUU, se va de La Moneda un hombre que tenía los "puentes cortados con la dirigencia", asegura un integrante de la directiva. Tohá, dicen, llega cambiar el estilo de la vocería. "Ella tuvo la experiencia de ser dirigente pepedé, por lo que tendrá una relación mucho mejor con el partido que Pancho, quien tenía una comunicación muy mala", agrega el dirigente.
En La Moneda, en tanto, aseguran que el principal problema de Vidal era que estaba sufriendo un fuerte desgaste y que, aunque intentara comunicar los logros del Gobierno y sus políticas, inevitablemente salía en defensa de la Presidenta que a su vez ha comenzado a ser blanco de la oposición y contraatacaba con energía a la derecha, la que a su vez reaccionaba fustigando de nuevo al vocero. Un círculo vicioso que comenzó a incomodar al Gobierno y a la propia Mandataria.
La elección de Tohá como vocero, comenta un asesor de palacio, se hizo con pinzas, al punto de que el Gobierno estuvo dispuesto a pagar los eventuales costos que podría tener la nominación de una parlamentaria en ejercicio. En palacio recuerdan bien que la nueva secretaria de Estado ha sido dirigente social, parlamentaria y también ha trabajado en La Moneda, como subsecretaria en el mismo ministerio al que llega ahora. Además, hacen notar, es una mujer joven y de fuerte carácter, pero a la vez conciliadora y que facilita el trabajo en equipo. En la vocería podría transformarse entonces, explica el mismo funcionario, en algo así como "el espejo" de la Presidenta. "Carolina Tohá será el rostro de los logros de Bachelet", resume otro ocupante del palacio de Gobierno.
El arribo de Mariano Fernández también es entendido como un reforzamiento del equipo político. Diplomático de larga trayectoria, militante activo de la DC y conocedor además del área chica de la política dirigió la campaña parlamentaria de su partido en 1989 Fernández podría aportar nuevas energías, su visión globalizada del escenario internacional, su vasta red de contactos y además su cercanía a Eduardo Frei, que incluso tenía previsto integrarlo de alguna forma a su campaña.
En el Gobierno tienen dos certezas y una apuesta. La primera de las certezas es que Francisco Vidal será capaz de sacar adelante la reforma institucional del Ministerio de Defensa que quedó pendiente de la administración de José Goñi. La otra es que Mariano Fernández tendrá una clara sintonía con Bachelet en su agenda internacional, y que la modernización de la Cancillería también podrá avanzar porque, por primera vez, llega a la cabeza del ministerio un especialista que pasó por la Academia Diplomática.
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