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Guerra abierta en Gaza: La estrategia israelí para terminar con Hamás

Guerra abierta en Gaza: La estrategia israelí para terminar con Hamás

Abel Samir (especial para ARGENPRESS.info)

Foto: Soldados israelíes acarrean municiones para un puesto de artillería cerca de la frontera con Gaza. / Autor: Guo Lei - XINHUA

¿Se trata sólo de una venganza por los ataques de misiles artesanales como respuesta del bloqueo y de los asesinatos y ataques del ejército israelí o se trata de una operación más profunda que tendría como objetivo militar destruir de una vez por todas, la milicia de Hamás? Más bien creo que todo apunta a esto último. Si bien es cierto, hay una duda grande sobre el paso siguiente en la operación israelita, eso es parte de una estrategia de aproximación indirecta.

¿Cuál sería esta? Engañar a la milicia de Hamás sobre cual sería ese objetivo: que los ataques quedarán sólo en esa fase, la fase de bombardeo y destrucción del máximo de los medios y de los combatientes de Hamás y después sólo habrá un ataque terrestre a objetivo limitado. Esta primera fase, constituye la fase de ablandamiento y además de los objetivos militares, busca el objetivo psicológico de reducir el espíritu de lucha, pero eso creo que no va a resultar. Hamás luchará hasta el último y seguramente, mucha gente que simpatiza con Fatah se integrará a los combates contra los sionistas.

Al parecer, después de realizada la gran concentración de tropas y armas rodeando a la franja de Gaza, el paso siguiente va a ser la ofensiva terrestre desde diferentes direcciones tratando de acorralar a la milicia e impedir que esta se retire más allá de la franja. Para poder cumplir con este último objetivo ha sido necesario contar con el beneplácito de Mubarack, o al menos, su neutralidad, aunque sea por medio de un acuerdo secreto, cosa que pudo haber ocurrido hace algunos días con la visita a El Cairo de la representante del gobierno israelí que últimamente se ha pronunciado duramente sobre las bajas civiles, sobre todo de niños, que para ella son explicables en razón a un objetivo mayor: una “paz” romana. Para cumplir con ese propósito una fuerza israelí tendrá que desplazarse hasta la frontera entre Egipto y Gaza para impedir la llegada de refuerzos y la retirada posible de combatientes. Otra operará desde el norte para empujar a la resistencia hacia la ciudad de Gaza y probablemente conjuntamente con ello otra fuerza podría operar desde el oriente hacia el sur de la ciudad de Gaza. La concentración de tropas dice ya cuál es la verdadera intención de los judíos. Mientras tanto las calles de la ciudad están prácticamente desiertas. Los ataques aéreos se producen también contra los civiles y contra los automóviles que trasladan heridos hacia el hospital. Escenas terribles se producen en la morgue, hasta ahora repleta de cadáveres. Mujeres desesperadas buscando a sus hijos y a sus maridos, llamándolos a gritos desgarradores: es la desesperación llevada a los extremos infernales. La calle de la morgue llena de cadáveres que no han podido ingresar por no haber espacio, a pesar de que muchos cadáveres han sido retirados para darles un sepelio apresurado.

¿Está consciente Abbás del propósito de Israel? ¿Llegó a algún acuerdo con Mubarack en su visita reciente a El Cairo? Es sintomático y sospechoso que esta ofensiva se produzca precisamente después de las visitas a Egipto de Abbás y de la representante del gobierno judío. ¿Existe algún contubernio entre ellos? Aparentemente no lo habría y resulta difícil imaginárselo, pero los intereses particulares a veces son más fuertes que los nacionales cuando se trata de las clases que usufructúan de privilegios y del poder o cuotas de poder. En todo caso ya Ehud Barak, el ministro de defensa israelí ya había manifestado que su país se encuentra en una guerra sin cuartel contra el movimiento islámico Hamás. Esta declaración ocurre precisamente en el cuarto día de la fase de ablandamiento en la cuál la fuerza aérea ha atacado ya cientos de veces.

Naturalmente que siendo el Estado de Israel el más fuerte en esa región, desde el punto de vista militar, poseen una tecnología de punta que le permite hacer un daño muchísimo mayor que lo que pueden hacer los misiles caseros de Hamás. En contra de los palestinos está también la pequeñez del territorio, lo que les impide maniobrar y sólo les queda aferrarse al terreno y no concentrarse demasiado porque el daño sería mayor, sobre todo porque carecen hasta de la defensa más elemental contra los ataques aéreos.

Hasta aquí la reacción del mundo árabe ha sido muy tibia y no ha pasado de algunas declaraciones de condena y nada más. Típico de la acción tolerante que trata de sacarse de encima cualquier obligación hacia los verdaderamente necesitados y que son las víctimas de la ocupación de su territorio. La unión con USA es para ellos más importante y además le temen al renacimiento de los movimientos islamistas, sobre todo que esos gobiernos (como el jordano y el egipcio) son gobiernos corruptos que no cuentan con un verdadero respaldo popular. El “presidente” Mubarack se mantiene en el gobierno gracias a elecciones fraudulentas y protegido por sus fuerzas represivas. En tanto que el nuevo presidente norteamericano no ha abierto la boca, como si nada estuviese ocurriendo allí. La prensa occidental, sobre todo la más allegada a USA y a Israel se pronuncia culpando a Hamás de lo ocurrido. Nadie de ellos dice la verdad: en este año son cientos los palestinos asesinados por los israelitas. Razón más que suficiente para lanzar algunos misiles caseros que en su mayoría no producen daño alguno. El cinismo de los norteamericanos sigue como siempre: dicen que Hamás debe detener sus ataques terroristas si desean jugar un papel importante en el futuro del pueblo palestino. Nada dice el gobierno norteamericano de la masacre de palestinos, tampoco se acuerdan del sueñito que tuvo Bush de dos Estados antes del fin del año 2008. Como lo dije en su tiempo: Annapolis era sólo un show para los aliados de Oriente Medio y para el público alienado con la cultura norteamericana.

Egipto ha abierto el paso fronterizo de Rafah, pero sólo permite el paso de ayuda humanitaria y la salida de heridos, y lo más probable es que apenas se inicie la operación terrestre, este paso será cerrado y será controlado por fuerzas militares egipcias, al mismo tiempo que por territorio palestino será ocupado y controlado por el ejército sionista.

En Gaza se juegan los palestinos el futuro de un posible Estado Palestino. La destrucción de Hamás y la nueva ocupación de Gaza, alejan por muchos decenios la posibilidad de ese Estado. Debiera preocupar eso a Fatah, ya que ellos son responsables por su ambición y su alineamiento político, de la debilidad del movimiento palestino. Ahora bien, ¿es posible que Hamás desaparezca del todo? No lo veo posible. El movimiento Hamás es parte ya del pueblo palestino y su lucha continuará a pesar del revés militar. La guerra no es ninguna solución al problema palestino, no al menos para Israel. La ocupación debe terminar y para eso es necesario que los sionistas dejen de lado sus ambiciones del Gran Israel, que USA tenga un cambio de su geopolítica y que el pueblo palestino cierre filas alrededor de Hamás, por cuanto Fatah ya no es una alternativa viable, su tiempo pasó ya.


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Nuevas masacres en Gaza y la bancarrota política de la ANP


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