La Noche de los Cristales Rotos y la lucha contra la indiferencia
Foto: La canciller alemana, Angela Merkel, junto con la presidente de la comunidad judía de Berlín, Lala Süskind, izquierda, y la presidenta del Consejo Central de los Judíos en Alemania, Charlotte Knobloch, derecha.
La canciller alemana, Angela Merkel, demandó mayor coraje cívico por parte de sus conciudadanos al cumplirse el 70 aniversario de la Noche de los Cristales Rotos.
"Alemania necesita un clima que fomente el coraje cívico. No se puede dar nunca más oportunidad en Europa a la xenofobia, el racismo y el antisemitismo. La indiferencia es el primer paso para poner en peligro los valores esenciales", destacó Merkel en un discurso pronunciado delante de la antigua sinagoga de la Rykestrasse en Berlín.
Foto: La Sinagoga de la Rykestrasse in Berlin.
"Es un error pensar que a uno no lo afecta cuando los afectados son los vecinos. Este error nos lleva más y más hacia el mal" dijo, recordando los acontecimientos de hace un año en Fráncfort cuando golpearon en plena calle a un rabino.
La canciller recordó el horror desatado por los pogromos nazis contra los judíos y llamó a no callar ante el antisemitismo presente, venga de la ultraderecha o de quienes cuestionan el derecho a la existencia de Israel, "sea Hamas, Hizbulá o Irán".
"Los pogromos no fueron el primer capítulo del antisemitismo nazi, pero abrieron la puerta a la catástrofe de las catástrofes. Esa noche ardieron las sinagogas, luego ardió toda Alemania, luego toda Europa", indicó la canciller que exhortó a los alemanes a no caer en el error de ayer y a no callar ahora ante otras formas de antisemitismo.
La gran vergüenza del ciudadano entonces fue "no alzar un grito" mientras arrancaban de su hogar al vecino judío, al comunista, al socialdemócrata o al gitano, "porque creía que la cosa no iba con ellos". Lo sería ahora no hacerlo ante quienes "amenazan la existencia de Israel", afirmó.
"La xenofobia, el racismo y el antisemitismo no deben tener nunca más cabida en Europa", dijo, y eso debe ser extensivo también al mundo árabe y otras partes del planeta.
Las dos caras del 9 de noviembre
En la ceremonia en Berlín y en otras que se celebran en varias ciudades alemanas se evoca el pogromo de la noche del 9 de noviembre de 1938, en la que las fuerzas nazis dieron muerte a decenas de judíos y saquearon viviendas, tiendas y sinagogas.
La Noche de los Cristales Rotos ardieron más de mil sinagogas de toda Alemania y Austria. Unos 300 templos quedaron reducidos a cenizas, 7.500 comercios judíos fueron devastados y más de un millar de personas murieron esa noche.
Al día siguiente se procedió a la detención y deportación de 30.000 judíos a campos de concentración. Al término de la Segunda Guerra Mundial (1945), el Holocausto había cobrado la vida de cerca de seis millones de judíos.
Foto: Miembros de la SA nazi en campaña.
El ministro de la propaganda nazi, Joseph Goebbels, habló de una "explosión espontánea de ira" por el asesinato en París del diplomático alemán Ernst vom Rath por un joven judío.
Él mismo se encargó de lanzar una incendiaria arenga antisemita desde el Ayuntamiento de Múnich. Siguió una operación orquestada por la GESTAPO, las SA y las SS, entre la complicidad y el entusiasmo de parte de la población y la pasividad o la impotencia de otros.
La fecha del 9 de noviembre concentra una gran carga histórica en Alemania. Esa fecha se recuerda además de la Noche de los Cristales Rotos, también la Caída del Muro, en 1989.
"La noche de la alegría, la noche de la vergüenza", sintetiza el diario "Der Tagesspiegel" ambos aniversarios.
Los pogromos de 1938 siguen avergonzando a la Alemania actual. Pero el 9 de noviembre es a la vez la noche más hermosa en la historia berlinesa reciente. La Caída del Muro representó no solo el fin de décadas de división de Berlín, sino también de la bipolaridad en bloques de Alemania y el resto del mundo.
Benedicto XVI expresa su profunda solidaridad al pueblo judío
También el papa alemán Benedicto XVI pidió empeño a todos los niveles contra cualquier forma de antisemitismo y discriminación.
Foto: Adoquines con los nombres de las víctimas del nazismo, llamadas "Stolpersteine", del artista Gunter Demnig.
Durante el rezo del Angelus, el Papa aseguró que experimenta "aún dolor" cuando recuerda este episodio y abogó para que "estos horrores no se vuelvan a repetir".
Para ello, instó al empeño "a todos los niveles contra cualquier forma de antisemitismo y discriminación", comenzando por enseñar, "sobre todo a las nuevas generaciones al respeto recíproco y la acogida".
El Papa invitó "a rezar por aquellas víctimas" y mostró su "profunda solidaridad" a todo el pueblo judío.
Agencias / CHP
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