Frei e Insulza se habrían elevado moralmente si no defienden a Pinochet
9 de Octubre de 2008
Roberto Garretón, a diez años de la detención del ex dictador en Londres
En el marco de su participación en un seminario organizado por la Universidad Diego Portales sobre los efectos que produjo en el mundo judicial y político el arresto del general, el abogado de Derechos Humanos analiza el comportamiento de la clase política ante el caso y critica la actuación del entonces Presidente y su ministro de Relaciones Exteriores. Además, tiene duras palabras para los jueces chilenos y lo que el denomina la ‘’alianza pinochetista’’.
Por Miguel Paz / El Mostrador
Una década después de la detención de Augusto Pinochet en Londres, el impacto del caso es sujeto de revisión y análisis en el seminario “El Efecto Pinochet”, organizado por el Instituto de Investigación en Ciencias Sociales de la UDP, donde el ex abogado de la Vicaría de la Solidaridad Roberto Garretón, hizo un crudo balance respecto al comportamiento de los tribunales de Justicia chilenos y los argumentos que tuvo el gobierno de Eduardo Frei para insistir ante las cortes británicas y españolas de la necesidad de juzgar al general en nuestro país. Garretón, quien en la actualidad integra el comité asesor del secretario general de Naciones Unidas sobre prevención de Genocidios, asegura que Frei tuvo “todas las posibilidades” de haber dejado “que se haga justicia” fuera de Chile y declara que jamás imaginó que “un gobierno democrático hubiese salido a defender al dictador”.
*-En su presentación del seminario de ayer usted hizo una aseveración: “La clase política no ha cambiado nada desde el 11 de septiembre de 1973” ¿No le parece muy fuerte esa declaración? *
-Me refería al pinochetismo. Los pinochetistas siguieron exactamente igual el 11, el 12, el 13 de septiembre y siguen igual. Usted lo ve en el vocabulario del almirante Arancibia y en lo que dice la alianza pinochetista. Como reclaman e injurian a los jueces que ejercen sus cargos. La campaña que montaron contra Carlos Cerda. Son los mismos que fueron ministros, subsecretarios, alcaldes, rectores universitarios militares, miembros de las comisiones legislativas, gobernadores, intendentes, embajadores.
*-¿Cuándo firmó la orden de detención de Pinochet el juez español García Castellón tenía la convicción de que en Chile no se podía juzgar a Pinochet?*
-Yo estuve en España y declaré ante el juez García Castellón. Cuando la causa estaba en una apelación de la sentencia de la Corte Suprema de Londres, hice un informe dirigido a los lores donde sostenía que Pinochet podía perfectamente ser juzgado en Chile conforme a derecho pero que por el comportamiento de los tribunales chilenos en 25 años –los 17 de la dictadura y los ocho de la Transición-, que habían sido absolutamente complacientes con la dictadura y sus atrocidades, no había condiciones políticas para que Pinochet fuese juzgado en Chile.
*-¿Alguna vez pudo conversar de este tema con el juez Baltasar Garzón? *
-Con Garzón no lo conversé entonces. Lo conocí el año 2002 y lo conversé después con él, pero no entramos en detalles.
*-Cuando se inició la investigación de García Castellón, en Chile nadie daba crédito a que Pinochet pudiese ser juzgado en España.*
-Efectivamente el gobierno no le daba mucho crédito, no tenía mucha importancia.
*-Pero luego vino el arresto en Londres y la cosa fue en serio. ¿Alguna vez se imaginó que nuestro gobierno pudiese salir a defender a Pinochet, bajo la lógica de la defensa de "principios, no personas", como lo manifestaron repetidas veces el presidente Frei y José Miguel Insulza? *
-¡Cómo me iba a imaginar una cosa de esa naturaleza! Fue y es una cosa impensable que un gobierno democrático que nace de la deslegitimación de la dictadura por las violaciones de los Derechos Humanos ordenadas por Pinochet, hubiese salido a defender al dictador.
*-¿Usted cree que Frei e Insulza pudieron haber hecho otra cosa?*
-Tenían todas las posibilidades. Frei e Insulza no tenían porque salir a defender a Pinochet. Lo que tenían que decir es “nos da vergüenza que fueran los jueces ingleses y españoles los que detuvieron a Pinochet y como los jueces chilenos no quisieron, porque no quisieron, esperamos que se haga justicia”. Eso debieron decir. Y las figuras de Frei e Insulza se habrían elevado moralmente. No habría habido ningún golpe ni asonada militar.
*“El efecto Garzón”*
*-Para usted, jurídicamente hablando, ¿la tesis de la soberanía tenía validez? *
-Pueden inventarse cualquier cosa. Imagínese que ellos hablaban de la no colonización de España en Chile. Cuando en realidad España estaba cumpliendo con sus propias leyes y los juristas que asesoraron al gobierno debiesen haber dicho eso. *-Pero el tema era más político que jurídico. ¿Habló con José Miguel Insulza sobre este punto alguna vez? *-Lo hablé a raíz de unas declaraciones muy desafortunadas de él. Insulza y el presidente Frei estuvieron pésimamente mal asesorados.
*-¿Quiénes los asesoraron? *
-No tengo idea quienes eran los que asesoraban. Pero lo concreto es que se produjo el “efecto Pinochet” que cambió todo. Esto viene de un artículo en que yo hablé de que la detención produjo efectos a nivel mundial: primero el “efecto Garzón”, que significó que los jueces de todo el mundo, incluidos los chilenos, aprendieron una lección muy importante: que hacer justicia es posible. Y segundo, el “efecto Pinochet”: los dictadores y violadores de derechos humanos más les conviene no moverse que salir a viajar. Eso no lo entendieron ni Alberto Fujimori ni el fiscal militar Alfonso Podlech.
*-La Constitución del 80 es otro “efecto Pinochet” y perdura con reformas firmadas por Ricardo Lagos, que no es pinochetista que digamos. *
-Yo esa reforma constitucional no la he entendido nunca. Creo que los gobiernos y la gente de la Concertación han querido cambiar la constitución y que los amarres y los altos quórum lo hacen imposible y eso ha provocado una resignación de las aspiraciones democráticas. Hay gente que cree que todos los miembros de la Concertación están contentos con la actual constitución y por eso no la cambian. Yo sigo creyendo aún, no sé hasta cuando, que han querido y no han podido.
*-A la vuelta de los años personeros como Enrique Correa reconocieron haber pactado muchas cosas con Pinochet por miedo. ¿Usted está de acuerdo con esa versión?*
-La transición fue mucho más pactada o definitivamente pactada que lo que supimos nosotros los ciudadanos de a pie. Pero las leyes de amarre no las hicieron los Correa ni los Mapu. Sino Pinochet. Y la Concertación no las ha tocado. En parte porque necesita el apoyo de los ex funcionarios de Pinochet reconvertidos en parlamentarios. Esto que usted me está preguntando es causa directa y casi única de las razones de por qué los jóvenes no se inscriben en los registros electorales. Para votar por los pinochetistas o por los que quisieron proteger a Pinochet mejor no votar.
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