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Una defensora mapuche de los derechos humanos habla en Europa sobre la penosa situación a la que está sometida su gente

Una defensora mapuche de los derechos humanos habla en Europa sobre la penosa situación a la que está sometida su gente

Foto: Juana Calfunao Paillalef

Una de las jefas del mayor grupo indígena de Chile acaba de concluir su visita a Holanda, España e Irlanda, donde ha dado charlas de concienciación y se ha entrevistado con gobiernos y oficiales de la ONU así como miembros de ONG para informar sobre los abusos que sufre su comunidad.

Juana Calfunao Paillalef, de 47 años, es la "lonko" (jefa) de la comunidad mapuche Juan Paillalef del distrito de Cunco en Chile y lidera una campaña y una batalla legal desde 1998 para recuperar la tierra que pertenece a su gente y que actualmente está en manos de terratenientes vecinos. En su batalla también pretende lograr que se retiren las torres de alta tensión que se construyeron en sus tierras sin su consentimiento. La jefa Paillalef ha sido víctima en repetidas ocasiones de una persecución a nivel personal a causa de su labor de defensa de los derechos de su comunidad.

El objetivo de su visita a Europa era centrar la atención en la discriminación y la pobreza a que están sometidos los indios mapuches en Chile. Muchos de ellos viven sin electricidad ni agua corriente. Los tribunales suelen mostrarse indiferentes ante cualquier intento por parte de los mapuches de recuperar sus tierras ancestrales y hacer que se respeten sus derechos, intentos ante los que la policía chilena y los grupos paramilitares, formados por terratenientes ricos, reaccionan con violencia.

Los grupos de derechos humanos han señalado que los derechos de los indios mapuches están siendo violados sistemáticamente con medidas aparentemente legales. El gobierno chileno utiliza a menudo leyes antiterroristas introducidas durante la dictadura de Pinochet para castigar las manifestaciones pacíficas de los mapuches y presentar cargos contra sus líderes.

La lucha de Juana para la defensa de los derechos de su gente la ha llevado a ser víctima de amenazas, persecuciones, torturas, encarcelaciones arbitrarias e incendios provocados. El 22 de julio del presente año un incendio provocado destruyó la casa de Juana. La sencilla casa, hecha con madera y barro, albergaba, en el momento del incendio, a su hija de 7 años, Remultrai, que afortunadamente logró escapar.

Se trataba del tercer incendio provocado dirigido contra su casa. En uno de ellos, en junio de 2004, se encontraron los restos del tío de Juana, Don Pascual Namunacura Canulao, en la cabaña calcinada. Don Pascual no vivía en la casa en ese momento y se sospecha que habría sido asesinado previamente en otro lugar y el incendio se utilizó para cubrir el presunto asesinato.

Tanto Juana como su marido y sus tres hijos han sido víctimas de ataques físicos. En 2001, cuando estaba embarazada de tres meses, Juana fue detenida, golpeada y torturada por la policía. Pasó tres días encarcelada en solitario sin cargo de acusación y perdió el bebé que esperaba. Ha sido apedreada, se han quemado sus cosechas y su comunidad ha sido amenazada por terratenientes armados.

La justicia chilena y la policía han paralizado e ignorado cualquier intento de encontrar a los ejecutores de estos actos de violencia. La comunidad mapuche presentó una demanda ante los tribunales para conseguir la demarcación y el cercado de sus tierras en 1998. Tras siete años no ha habido progreso alguno en la obtención de sus derechos ancestrales.

Los indios mapuches son los habitantes prehispanos de las regiones del centro y el sur de Chile y del sur de Argentina. La tierra es una parte muy importante de su cultura. Los mapuches fueron los únicos indígenas de las Américas en resistir el ataque de los ejércitos incas y tampoco los españoles lograron conquistarles. El nuevo estado independiente chileno libró una guerra de conquista contra ellos a finales del siglo XIX tras la que se les obligó a vivir en reservas.

 

 

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