Blogia
Centros Chilenos en el Exterior

Bolivia: ¿cómo salir del callejón?

Bolivia: ¿cómo salir del callejón?

Foto: "El asunto está ahora en que consecuencias va a asumir ahora cada una de las partes"

Tanto gobierno como oposición han salido fortalecidos del referéndum en Bolivia. ¿Cuál es el alcance de estos resultados? DW-WORLD consultó a Stefan Jost, politólogo alemán especialista en la región.

 

Los resultados del referéndum revocatorio en Bolivia han sido los esperados: el presidente ha sido ratificado en su cargo; la oposición ha recibido un espaldarazo.  Acerca de los motivos y el alcance de esta situación de empate, DW-WORLD conversó con Stefan Jost, catedrático de la Universidad de Tréveris y ex director de la oficina regional de la Fundación Konrad Adenauer en La Paz.

 

¿Cuáles son las razones de los resultados en el referéndum boliviano?

 

De acuerdo a los datos disponibles hasta ahora se ve claramente una disparidad entre el campo y la ciudad, que se traduce en un mayor apoyo a Morales en el campo y menos apoyo mientras más urbano es el contexto. Tiene que ver con durante la campaña Morales recorrió los campos con la maleta llena de dinero; millones fueron repartidos entre la gente. El segundo punto, que sin embargo no se puede cuantificar, son las crecientes sospechas de la OEA en cuanto a irregularidades en los locales electorales. Hace 14 días se anunció en La Paz que unos 35.000 registros eran irregulares. Eso sería un 5% en el departamento La Paz.

 

El factor decisivo radica en que la maniobra del mayor partido de la oposición, que pretendía que el referendo tuviera lugar en el Senado no funcionó porque los otros partidos opositores no la aceptaron. Se esperaban estos resultados, y entonces se quiso dejar a Morales culminar su período y no darle la posibilidad de asumir el papel de mártir. Por eso, mi tesis, es que también personas que se oponen a Morales votaron porque culmine su período presidencial.

 

La refundación de Bolivia se encuentra en un callejón sin salida asevera usted en un estudio publicado por el Instituto Alemán para Estudios Globales…

 

Sí. La refundación de Bolivia se basa, según Morales, en la nueva Constitución de 2007. Por diversos motivos -también por el cómo fue elaborada- ha encontrado mucha oposición. La nueva Constitución fue concebida para someterla a la opinión de la población en un sufragio, algo que aún no ha podido tener lugar. Y mientras eso no suceda, el proyecto de refundación de Bolivia se encuentra en un callejón sin salida. 

 

El país se encuentra en un “empate catastrófico” como lo reconoció el mismo vicepresidente Lineras; oposición y gobierno tienen la misma cantidad de poder…  Se trata mayormente ahora de qué consecuencias va a asumir cada una de las partes de los últimos acontecimientos.

 

“Morales ha perdido una gran oportunidad”,  asevera usted. ¿Qué debió haber hecho de otra manera?

 

Con los resultados electorales de 2005, Morales disponía de un punto de partido increíblemente bueno. El primer presidente desde 1982 que había sido elegido democráticamente; el primero que fue elegido por el pueblo en la primera vuelta electoral y no por el Parlamento –como está estipulado en Bolivia cuando no hay una mayoría absoluta en la primera vuelta. Además el descrédito de los partidos tradicionales –de los cuales no ha sobrevivido ninguno- era fenomenal.

 

Después de las elecciones, varios partidos pequeños se ofrecieron a trabajar con el gobierno en la refundación del país. Podemos –el mayor partido opositor- quiso aportar al proyecto. En vez de aprovechar esta buena disponibilidad y de comprometerlos con el proyecto, empezó ese debate interminable en torno a la Asamblea Constituyente. Otras acciones del gobierno también llevaron a la oposición a concluir que no se trataba de un proyecto mancomunado, sino de abrir nuevos frentes. En los primeros nueve meses de su período presidencial están las causas de este desarrollo.

 

No hay santos de ningún lado –no se trata de elogiar a la oposición y de condenar a Morales-, pero sí creo que un presidente con esta  legitimación directa pudo haber reaccionado de otra manera. Hay que decir también que Morales tenía que asegurarse la voluntad de sus bases, y ellas no están dispuestas a una política del tipo que hubiese sido necesaria. Habrá que ver después del referéndum, si eso cambia; yo tengo mis dudas.

 

Foto: Evo Morales y el vicepresidente Alvaro Garcia Linera.

Nuevos frentes ha abierto… si uno echa un vistazo a la historia boliviana, nota que la desigualdad que se vive en el país viene de siglos atrás. Ésos son los frentes. ¿Cree usted que un cambio de esa situación es posible sin esta confrontación?

 

Creo que es sumamente peligrosa. Ambas partes debe entender y aceptar lo siguiente: los unos tiene que aceptar que Evo Morales ha sido elegido democráticamente y es el presidente de Bolivia. Y que desde el 2005 en la conciencia de amplias partes de la población han sucedido muchas cosas y eso no tiene vuelta de hoja. Y así está bien. Por otra parte, Morales tiene que asumir que hay buena parte de la población en ciertas regiones que quieren autonomía.

 

Apenas ambos cuando bandos reconozcan este empate que ha sido ratificado en el referéndum se podrá avanzar. El error cardinal ha sido –como lo han reconocido miembros del gobierno- la postura ambivalente en el debate por la autonomía. Un tema que también es histórico, no es algo de los últimos 2 o 3 años. En vez de manejar los requerimientos del movimiento autonómico e incluirlo en la agenda de la Asamblea Constituyente, orientó el debate hacia el secesionismo. 

 

 

En cuanto a la posibilidad de la secesión, ¿tendría la economía boliviana alguna probabilidad de éxito sin las provincias que pretenden la autonomía? 

 

No lo creo. Por eso un sistema político decentralizado o federal tiene que incluir un pacto financiero entre las regiones. Criticable en el debate autonómico es que tanto las poblaciones indígenas como las provincias que quieren la autonomía insisten en que en sus respectivas regiones las riquezas son propias. Esto no puede ser una estado nacional. 

 

¿Cree usted que el gobierno de Morales va a ser capaz de encontrar la salida?

 

Ésa es mi esperanza, pues una mayor radicalización no le hará bien ni al país ni a la población. Las primeras declaraciones del presidente Morales así como de algunos prefectos indican una cierta disposición al diálogo. Sin embargo, en ambos bandos hay posturas radicales que no quieren dialogar; el peligro es que entonces cada uno se sienta ratificado en su postura por el referéndum. Por el momento, no creo que logren dialogar, pero lo espero.

 

¿Cuán grande ha sido el impacto real en Bolivia del eje Morales-Chávez? 

 

Lo que informan nuestros contrapartes desde Bolivia es que el efecto directo de Chávez es diferente del que siempre se le endilgó a Estados Unidos. Uno de los motivos del triunfo de Morales en 2005 fue, siguiendo su lema de dignificar el país, la carta antiestadounidense que jugó, apostando por la independencia del país. No obstante esta supuestamente anhelada independencia está a punto de perderse: Venezuela ha prestado un masivo apoyo financiero a Bolivia. El mismo presidente declaró hace poco haber pedido que los dineros para proyectos no pasen por las arcas estatales sino que sean dirigidos directamente al presidente. Esto prueba que hay un resquebrajamiento institucional y una pérdida de transparencia, algo que no le hace bien a ningún país, tampoco a Bolivia.

 

 

0 comentarios