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¿Más años de trabajo, mejores pensiones para las mujeres?

¿Más años de trabajo, mejores pensiones para las mujeres?

Ángela Castellanos Aranguren SEMlac

SEMlac
Rebelión

Igualdad de edad para jubilación y creación de un bono por cada hijo nacido vivo son las principales modificaciones tendientes a mejorar las pensiones de las chilenas, según el gobierno, y que ahora constituyen ley.

En efecto, estas medidas se incluyeron en la legislación que reforma al Sistema de Previsión Social, aprobada el pasado marzo y que entrará en vigor gradualmente a partir de julio de 2008.

La Reforma Previsional, compromiso de la presidenta Michelle Bachelet, crea un "pilar solidario", que equivale a un sistema de pensiones solidarias destinado a las personas que no logran cotizar lo suficiente para financiar una pensión. El gobierno estima que serán las mujeres de menores ingresos las mayores beneficiarias de la Pensión Básica Solidaria de Vejez.

El monto de esta pensión ascenderá a 60.000 pesos (140 dólares estadounidenses) mensuales a partir del 1 de julio de 2008, beneficio que aumentará a un valor definitivo de 75.000 pesos (175 dólares) mensuales, a partir del primero de julio de 2009, cantidad que se irá reajustando anualmente. Esta suma no alcanza para cubrir la alimentación de una sola persona al mes.

De las reformas que impactan de manera específica a las mujeres, el aumento de la edad de jubilación de las chilenas de 60 a 65 años, es la más controvertida.

Para la Central Autónoma de Trabajadores (CAT), esta medida no mejorará las pensiones de las mujeres. Nos parece un retroceso en los derechos de las mujeres, pues aumentar el ahorro obligatorio de ellas por cinco años más no asegura tener una mejor pensión a la hora de jubilarse, afirmó a SEMlac Magdalena Castillo, secretaria General Adjunta de esa agrupación.
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"Para tener derecho a una ’unidad de fomento’ (unidad de valor) de pensión (19.851 pesos chilenos) debes tener ahorrado 3.000.000 en tu cuenta individual, y si tu sacas un estimado tomando sólo una persona que tiene un sueldo de 150.000, el monto que ahorrará en esos cinco años no va ha llegar nunca a ese valor, razón por la cual creemos que esto es un engaño y crea falsas expectativas en especial a las mujeres", abundó.

"Sabemos que con esta medida el Estado ahorrará más y quienes se verán perjudicadas serán las mujeres. No estamos de acuerdo con esta medida, porque no se toca un peso de las utilidades de las AFP (administradoras privadas de fondos de pensiones) y todo sale de las y los trabajadores y del Estado", agregó.

Para Karina Doña, académica del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, el aumento de edad sí mejora la pensión, pero no soluciona el problema de fondo.

"Aumentar la edad de las mujeres para mejorar la pensión es sólo uno de los factores, pero persisten los otros", afirmó Doña a SEMlac, refiriéndose al total de las remuneraciones, el número de años que se cotizan, y los que se dejan de cotizar.

Las mujeres por razones de género -maternidad, cuidadoras de enfermos y adultos mayores- entran y salen del mercado laboral, lo cual les resta años de ahorro. Además, muchas chilenas trabajan en el sector informal o de manera independiente y, por tanto, no cotizan.

A ello se suma la desigualdad de salarios por razones de género. Doña agregó que "las mujeres ganan un tercio menos que los hombres por igual empleo, diferencia que se acrecienta en la medida que aumenta el nivel de calificación entre hombres y mujeres".

El barómetro sobre Mujer y Empleo en Chile, realizado en diciembre de 2007 por la Organización Internacional del Trabajo y la ONG Comunidad Mujer, reveló que las tasas de cotización decrecen (para hombres y mujeres) desde los 30 años en adelante, y al disminuir el nivel socioeconómico (sólo para las mujeres).

"En realidad, aumentar la edad de las mujeres para permitir mejores pensiones no termina con el problema de fondo, tal es, la existencia de inequidades de género en el mundo laboral: brecha salarial entre hombres y mujeres, acceso a empleos precarios y, por tanto, mal remunerados y lagunas previsionales por cuestiones de género, por ejemplo, cuando las mujeres se ven "obligadas" a dejar sus empleos para atender a sus hijos", aseguró Doña.

"El hecho de que muchas mujeres abandonen voluntaria o forzadamente sus empleos por el hecho de convertirse en madres, debiera ser un hecho digno de destacar, pero lo que ocurre hoy día es que son castigadas por el sistema pues dejan de cotizar y eso repercute en el futuro. Ser madre y ser trabajadora no debieran ser cuestiones mutuamente excluyentes, ni menos objeto de ’sanciones sociales’", puntualizó la académica chilena.

La otra disposición que la reforma introduce para mejorar las pensiones de las chilenas, es la creación de un bono, o aporte monetario que el Estado entregará a partir de del 1 de julio de 2009 a toda mujer por cada hijo nacido vivo o adoptado.

Este beneficio cobija a todas las chilenas, hayan o no contribuido al sistema de pensiones durante su vida activa, no importando si son pobres o no. Sólo están exentas las pensionadas con anterioridad al 1 de julio de 2009.

El bono será el equivalente al 10 por ciento de 18 ingresos mínimos mensuales, correspondientes a aquel fijado para los trabajadores mayores de 18 años y hasta los 65 años, vigente en el mes de nacimiento del hijo. Actualmente correspondería a 259.200 pesos (603 dólares).

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