Estoy orgulloso de lo que hemos hecho en estos veinte años
Domingo 23 de diciembre de 2007
Por Boris Bezama y Mirko Macari
El ex Presidente Ricardo Lagos defiende la obra de la Concertación
Negándose a entrar a los dimes y diretes políticos, el ex gobernante califica de "secundario" el reproche sobre la falta de institucionalidad que hizo la Comisión Investigadora de la Cámara de Diputados sobre el Transantiago. Prefiere "pasar" a la hora de referirse al diputado Patricio Hales, y habla duro contra quienes, dentro del oficialismo, no reconocen los logros de la coalición. "Lo que ha ocurrido con el Transantiago es una sombra en medio de la luminosidad", advierte.
Foto: De Gastón Flores.
Algunos dicen que a Lagos se le pasó la micro. Otros que se quedó abajo del tren. Pero la verdad es que el ex Presidente va como avión. Y literalmente, arriba del avión. Eso al menos en lo que se refiere a su rol como delegado especial de Naciones Unidas para el Calentamiento Global, así como el de presidente del Club de Madrid y una serie de otras actividades que lo tendrán viajando a full durante 2008. Son esos temas, los grandes temas, los que, dice, le importan. "Ningún periodista me preguntó por la Cumbre de Bali, de donde vengo llegando, y en la que pasaron cosas muy importantes". Es cierto. Por algo Chile queda donde se acaba el mundo, y para nosotros la noticia ha sido que él rompió el silencio respecto de la trifulca política en torno al Transantiago. De esta y otras minucias locales la pequeña historia, la denomina él se hace esta entrevista, en la voz más esperada durante los últimos dos años.
-¿Qué no sabe la gente de lo que ha pasado dentro de Ricardo Lagos en esta semana, en que se aprobó el informe de la Comisión Investigadora de la Cámara de Diputados sobre Transantiago?
-Esta semana no ha pasado nada en particular. Ver que una cosa tan importante, como es el sistema de transporte público de la capital, sigue sin funcionar bien, y que eso afecta a la dignidad de la gente en su vida cotidiana, y por lo tanto da dolor, pena.
-Pero sí hay una fuerte tensión política por este asunto.
-Porque la derecha quiso que fuera el centro, pero el centro no es Ricardo Lagos. Cuando se dice "estas personas son responsables", no se trata de Ricardo Lagos, lo que aparece allí es algo muy distinto.
-Perdón, pero fueron los propios parlamentarios de la Concertación los que (se adelanta a responder)
-Ellos dijeron algo: se reprocha el tema de la institucionalidad. Eso es lo que dicen, ¿no? Usted me excusará, pero desde mi punto de vista es algo absolutamente secundario. Otra cosa es decir: mire, en un país no es el Gobierno central, no son el Presidente de la República y sus ministros los que están encargados de esto, es el gobierno de la ciudad el que está encargado del transporte. Los grandes centros urbanos no tienen una autoridad urbana, ese es el problema de Chile y a eso está apuntando el informe. Pero sí coincido en que los nuestros cayeron en terminar discutiendo al final a favor o en contra de Lagos. Parece que la figura de Lagos es un poco fuerte.
-¿Y qué sintió? ¿Rabia, pena, frustración, ingratitud ?
-Ninguna de esas cosas. La política es como es, nada más.
-Se ha comentado mucho sobre la relación de cercanía que tiene usted con Patricio Hales, el presidente de la comisión.
-Paso.
-La primera vez que usted rompió el silencio dijo que cuando se diseña no se puede prever todo. Pero el informe de los ingenieros de la Universidad de Chile, publicado por "El Mercurio" el domingo pasado, asegura que el plan de transporte era "premeditadamente" erróneo.
-No voy a entrar en esos detalles y en esos informes. Ni siquiera lo leí.
-¿Ni siquiera lo leyó?
-No. No vale la pena.
-Está el argumento de que todo se planificó privilegiando el interés de los privados, y que esto es causa de la tecnocracia neoliberal de la Concertación, como la denominó Carlos Ominami.
-Yo hice una declaración y ahí está lo que tengo que decir sobre el Transantiago, la hice a la comisión. ¿O soy comentarista de otros comentaristas?
-¿Pero en qué cree que se equivocaron los diputados de la Concertación que redactaron el informe aprobado?
-¡No quiero entrar en eso! Hice una declaración a la comisión y todo lo demás es parte del cotilleo cotidiano. Tengo otros temas.
-Pero por algo decidió romper su silencio y hablar en este minuto.
-Pero de las cosas que a mí me interesa hablar.
-Su hijo dijo que hubo un "laguicidio" en la Comisión del Transantiago. ¿Quiénes realizaron ese "laguicidio"?
-No sé si usar esas mismas expresiones. Hace muchos años, desde que desenmascaré a la derecha, que apunté con el dedo a Pinochet, están tratando de hacer lo mismo. Pero la impronta de lo que he hecho creo que es algo que ya existe.
-¿Usted cree efectivamente que se ha asesinado su imagen?
-No quiero usar esa palabra tan fuerte. El defecto de la política chilena es que hay demasiada crispación. Se pierde el respeto en las palabras y yo no voy a caer en eso.
-¿Qué le parece que los presidentes de los partidos de la Concertación llamaran a votar favorablemente el informe?
-Cada uno toma las posiciones que le parece. Cuando tengo interés en comentarlas las comento, si no me las guardo.
-Pero usted, en la carta que mandó al PPD, dijo que no se está defendiendo la obra de la Concertación.
-La carta que mandé no tiene nada que ver con este tema.
-¿Cómo debe interpretarse, entonces?
-Ha pasado en el último tiempo que buena parte de la gente de la Concertación no cree en lo que hemos hecho estos veinte años. No están convencidos. Y en estos veinte años le hemos cambiado el rostro a Chile. Tenemos otro Chile. Hemos hecho, en materia de derechos humanos, lo que ningún país del mundo ha hecho. En estos veinte años cambiamos buena parte de los enclaves autoritarios, nos queda la reforma del binominal. En estos veinte años fuimos capaces de plantear una política exterior digna y decir no a la guerra con Irak. En estos veinte años la línea de pobreza bajó de 38 a 13 puntos. En estos veinte años hicimos un Plan AUGE y le cambiamos el rostro a la infraestructura física de Chile. En estos veinte hemos puesto al ser humano en el centro de las preocupaciones. Me creo lo que hemos hecho y estoy orgulloso de eso. Y como dije en la carta al PPD, lo que ha ocurrido con el Transantiago es una sombra en medio de la luminosidad de lo que se ha hecho en estos veinte años. Si la clase política no se lo cree, con qué fuerza va a pedir entonces un nuevo mandato. Se es Gobierno a partir de lo que ya se hizo, y porque cambiamos a Chile tenemos que tener un discurso distinto en lo que sigue para adelante, después de cuatro gobiernos de la Concertación exitosos. Vea usted lo que pasó en medio de la crisis internacional financiera, en que los bancos están teniendo tremendas pérdidas. ¿Qué le ocurre a Chile? Le subieron el ranking, ¿no es verdad? Y eso, que da para un titular grande, enorme, pasa. En este país, es triste decirlo, pero son pequeñas piedrecitas de oro que aparecen, y nadie las compra. Nadie las constata, no existen.
-¿Ese es un síntoma de provincianismo de la clase política chilena?
-Es un signo de no querer creer lo que estamos haciendo. En el mundo nos miran, nos imitan. ¿Usted cree que cuando escribí la carta, al correr de la pluma, estaba pensando en el Transantiago? No, hice una reflexión sobre el Transantiago, que lo que allí ocurría no obnubilaba. Y eso es lo básico, eso es lo que siento, y eso lo expreso con fuerza, como lo estoy haciendo en este momento. Pero eso es lo que me preocupa. Un cierto sopor, y al frente ¿qué es lo que hay? Una derecha que piensa en el desalojo. Yo sé que alguien dijo que en España sacaron a Felipe González del poder con un diario, "con unos escándalos menores pero que los pudimos magnificar". Se dijo: "Acá tenemos dos diarios".
-¿Cuál cree usted que es la causa de ese sopor?
-Pregúnteles a ellos, yo lo estoy constatando. Algunos creen que pueden llegar un poco más allá, mi amigo. Y no se dan cuenta que para llegar un poco más allá, primero hay que haber llegado donde estamos ahora.
El bajo nivel de la política
-Usted quiere hablar de futuro. ¿Cuáles son entonces los desafíos del oficialismo para reencantar al electorado?
-Usted va a tener una sociedad más solidaria o menos solidaria, va a tener una sociedad más europea o más americana, con seguros privados en todo. Ningún país desarrollado tiene una tasa tributaria del 18%. Esos son los debates que Chile va a tener que enfrentar. Si vamos o no a tener política demográfica, pues con la actual tasa de fertilidad Chile va a disminuir su población. Tenemos que abordar cómo somos capaces de aprovechar los acuerdos comerciales que nos dan acceso a un mercado prácticamente infinito, pero eso implica hacer una fuerte inversión en ciencia, tecnología, aumentar productividad, que es lo que hacen los países modernos hoy. Y tenemos un talón de Aquiles importante ahí.
-Francisco Vidal dijo hace un tiempo que el desorden en la Concertación no daba para más, y que de seguir así la derrota electoral era lo esperable. ¿Ese es también su diagnóstico?
-Es la chimuchina cotidiana a la cual usted se está refiriendo. Que el desorden, que esto, que lo otro. No hay un sentido de propósito común. Y eso, claro, afecta mucho.
-Usted habla de los mismos temas que viene hablando el senador Flores hace rato.
-Del futuro tiene que hablar cualquier señor que esté en la vida pública.
-¿Sigue siendo amigo de Flores?
-Desde que se fue no he tenido contacto con él, no lo he visto, pero no por eso se deja de ser amigo de las personas.
-Él dice, cuando crea ChilePrimero, que la Concertación está agotada para estos desafíos de futuro.
-Lo que acabo de decir respecto de la Concertación indica que yo no creo en ese diagnóstico.
-¿Plantea una reinvención de la Concertación?
-No se trata de reinvención, se trata simplemente de ponerse al día. Tenemos que pensar, a partir de las políticas hechas en los últimos veinte años, el desafío para los próximos veinte.
-¿Hay muchos proyectos personales en la Concertación?
-Hay mucho de eso.
-¿Y cómo se lidia con esa nueva realidad?
-Los jefes de partido son los que tendrán que ordenar eso.
-Pero usted ha sido líder de la coalición, pensará en algo.
-Claramente.
-Por algo manda su carta al PPD
-No, no, no, mando la carta al PPD porque me la pidió Sergio Bitar. Yo había sido el fundador de ese partido y estaban celebrando veinte años de su fundación. Es una razón bien concreta. No es que ande mandando cartas por la vida.
-¿Y cuál es el origen de esta paradoja de que la Concertación por primera vez tenga mayoría nominal en el Congreso y no la haga efectiva?
-Yo creo que perdió la mayoría. En el Senado no tiene mayoría por las razones que usted ha dado.
-¿Este desorden en el oficialismo es causa, por ejemplo, de que Codelco y la Dirección del Trabajo zanjen diferencias en los tribunales pese a que ambos, al final, tienen el mismo jefe?
-Los ex presidentes somos cuidadosos para hablar del Gobierno que sigue a nosotros. No pretenda que me transforme en comentarista del Gobierno actual.
-Usted dijo en la televisión que está preocupado del nivel de la política. ¿A qué se refiere?
-Estoy preocupado de que en este país se le está perdiendo el respeto a las palabras. Y en democracia el respeto a las palabras es esencial, porque es una forma de entenderse.
-¿En qué piensa cuando dice eso?
-Los epítetos. A usted lo nombran ministro y en vez de desearle que le vaya bien, el primer día salen con un montón de epítetos de grueso calibre. Eso no lo había visto en el sistema político chileno.
-¿Su preocupación por el nivel de la política sólo tiene ese caso a la vista?
-¿Le parece poco? Creo que es una cosa mayor. La derecha piensa en lo que se llama la política negativa: usted destruye a su adversario. Es el caso del candidato Kerry, en Estados Unidos, el héroe más condecorado de Vietnam, y usted empieza durante un mes a decir que a tres señores los dejó botados en la guerra, y destruye al héroe más condecorado de Vietnam. Y todos sabemos que es así, ¿verdad? Todos sabemos que es una construcción publicitaria. Eso es lo que me preocupa.
-Eso se hizo también para el tiempo del Sí y el No con usted.
-Sí, por supuesto. Uno piensa que esas cosas han quedado en el pasado. Toda la derecha que se dice que tuvo que ver en el famoso episodio en el cual introdujeron a mi primera señora, que en paz descanse, en la franja del Sí, ha desfilado después diciendo "yo no fui, señor".
-Pero eso es en la política en general. No sólo la derecha usa esos métodos.
-Quisiera una elevación en el sentido del debate político. Que se debatan ideas. ¿Usted ha visto debate de ideas últimamente? A veces se dice cuál es el rol que debe tener Codelco; pero muy poco
-Y a veces algunos hablan de la necesidad de corregir el modelo, como Adolfo Zaldívar.
-Ojalá haya un debate sobre el modelo. Sería muy bueno un debate en serio.
-¿Y por qué la clase política chilena no está a la altura para debatir ideas entonces?
-Creo que es una mezcla. Mucha farándula. Alguien decía una vez que es el problema de la cuña televisiva. Usted tiene que hablar en 30 segundos. Cuesta desarrollar ideas en 30 segundos.
-Esa es la lógica en todo el mundo.
-Pero un debate entre Sarkozy y Ségolène Royal es un debate de ideas. Ahí hubo ideas en la mesa. No es que no pueda haber un debate de ideas también acá en Chile
-¿No será la falta de ideas una consecuencia del agotamiento de una coalición que va a cumplir veinte años en el poder?
-¿Por qué va a estar agotado? ¿De dónde saca usted los agotamientos? En lo que tiene razón es que en el tiempo se ha renovado poco la elite dirigente de la Concertación. Eso es cierto. Y eso tiene mucho que ver con el sistema político nuestro. Usted fíjese en la renovación de cuadros políticos europeos, la rapidez con que surgen nuevos liderazgos. Un David Cameron en Inglaterra, un Tony Blair en su momento respecto de lo que había antes, ¿verdad?
-Los analistas atribuyen ese anquilosamiento de la elite dirigente, entre otras cosas, al excesivo presidencialismo, del que su Gobierno fue emblemático.
-Fíjese que cambié dos veces los intendentes por intendentes jóvenes, para introducir nuevos rostros. Y en eso no tiene nada que ver el sistema presidencial. El presidencialismo tiene que ver con otros problemas, pero no con eso.
-¿Y con qué tiene que ver, entonces?
-Si es más adecuado un sistema presidencial o un sistema parlamentario. Si me pregunta, siempre he pensado que el más adecuado es uno semipresidencial o semiparlamentario, con la figura de un Presidente o Jefe de Estado, y un Primer Ministro como Jefe de Gobierno. Pero no hay condiciones políticas para hacer eso en Chile.
Las obsesiones de este país
-Usted dijo que las responsabilidades las evalúa la ciudadanía en las urnas. ¿Espera que la suya en el Transantiago sea medida de la misma manera?
-No es la mía. Uno representa una corriente, y por lo tanto eso es lo que mide la ciudadanía. Claro, por supuesto, si fuera candidato a concejal por Santiago, sí, en eso consiste la democracia y la responsabilidad.
-Por lo tanto, usted cree que en las municipales el electorado va a cobrar esa responsabilidad.
-Siempre se hace, no es que yo crea. Cuando usted va a votar a la urna, ¿qué es lo que hace? A ver, esta gente cómo lo ha hecho, si sigue o no, que venga otro mejor
-Por primera vez su esposa dijo que usted es quien debe resolver si quiere volver a La Moneda. Al parecer, ya le están dando permiso en la casa.
-Normalmente, todos los temas en mi familia los hemos conversado. Cuando tuve que tomar la decisión, hace más de 25 años, de dejar mis actividades profesionales y encabezar al Partido Socialista en la coalición, la primera contra Pinochet, la Alianza Democrática, en ese entonces lo conversé con mi familia, porque era un paso muy importante. Y me dijeron que lo diera. De manera que la familia juega un rol.
-La pregunta es si va a ser nuevamente candidato presidencial.
-No está en mis planes ser candidato.
-Es necesario clarificarlo, porque hay muchos ciudadanos chilenos que quieren saber.
-Deje a los ciudadanos que sigan preocupados. No voy a hablar del tema. No me interesa hablar del tema, hay determinadas obsesiones en este país
-Una de esas obsesiones es Ricardo Lagos. Usted mismo lo decía.
-No creo que sea una obsesión Ricardo Lagos, pero he llenado un espacio en la política.
-¿Sigue creyendo que hablar de candidaturas perjudica a la Presidenta Bachelet?
-Por supuesto.
-¿Marzo de 2009 es su plazo para que se definan los que corren?
-Me parece normal ese plazo. Fíjese que en los regímenes parlamentarios, las campañas no duran más de un mes, más que suficiente para decidir las propuestas de unos y otros.
-¿Y por qué aquí siempre se especula por tanto tiempo?
-Porque nos gusta la "petit histoire".
-A propósito de candidatos, cuando estaba en el MOP hubo una fuerte presión para que abandonara el ministerio. ¿Cree que eso es lo que está pasando con José Miguel Insulza, luego que un asesor republicano dijera que la OEA había perdido peso con él?
-Eso forma parte de la campaña de imagen que le estoy diciendo.
-¿Por qué la política está tan atenta de la imagen y tan poco de los contenidos?
-Se piensa que eso llega más, que es más fácil. Para el contenido hay que tener ideas.
-¿Son pocos los políticos con ideas en Chile?
-Si las tienen, por lo menos no las expresan públicamente.
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