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Centros Chilenos en el Exterior

El Gobierno peruano impidió la marcha de seguidores de Humala

El Gobierno peruano impidió la marcha de seguidores de Humala

ACUSAN DE “POCO VALIENTE” AL EX MILITAR

La incursión hacia la frontera entre los dos países se saldó con violentos incidentes a 10 kilómetros al norte de la Línea de la Concordia. El Ejecutivo aprista justificó la decisión de bloquear la movilización.

Foto: Los violentos incidentes estallaron a 10 kilómetros de la línea de frontera luego que la policía interceptara la marcha de los humalistas e iniciara un registro de vehículos. Lima justificó la acción hablando de una “asonada” de un sector minoritario.

Agencias

Lima / Santiago

En el balneario Los Palos, ubicado en la carretera Tacna-Arica, a unos 10 kilómetros de la frontera entre Chile y Perú, culminó la marcha convocada por el Partido Nacionalista Peruano (PNP) y su líder, el ex candidato presidencial Ollanta Humala. La denominada “jornada patriótica” -que de acuerdo con medios peruanos congregó a cerca de 500 personas- tenía como objetivo “reafirmar la soberanía peruana” y presionar al Gobierno de Alan García sobre la delimitación marítima con Chile. Según Lima, la demarcación está pendiente, tesis que es refutada en Santiago.

La caminata de los nacionalistas no estuvo libre de obstáculos. Uno de los más importantes fue la ausencia del propio Humala, ya que una de las juezas que lo procesa en Lima -por violaciones de los derechos humanos cometidos cuando era militar y participaba en la lucha antiterrorista- no le otorgó permiso para ausentarse de la capital peruana por más de un día.

Pese a lo anterior, el dirigente ultranacionalista expresó su satisfacción pues “ya se ha logrado la finalidad de la marcha, que era despertar la conciencia en el Gobierno peruano” sobre las relaciones bilaterales con Chile.

El ex militar agregó que el Gobierno de García debe entender que “hay temas en la agenda política que son impostergables y debe definir cómo se van a llevar las cosas en el tema con Chile, si se va a recurrir a instancias supranacionales o no”. Aunque a juicio de la administración de García hay un diferendo con Chile, Palacio Pizarro ha optado por mejorar los vínculos con La Moneda y no pasar a la ofensiva llevando el problema a la Corte de La Haya.

Asimismo, Humala criticó la advertencia realizada por Chile en la víspera respecto de que la frontera con Perú está minada y que Carabineros tenía órdenes de detener y expulsar a quienes ingresaran indebidamente a territorio nacional. En ese sentido, Humala afirmó que estas declaraciones fueron “un acto de provocación del Gobierno chileno hacia una marcha pacífica y patriótica”.

“El asunto va por la suspicacia y el nerviosismo de las autoridades chilenas, que han salido a tratar de influir en una actividad que se va a hacer, tratando de infundir miedo diciendo que hay minas”, planteó el ex presidenciable.

No obstante, Humala subrayó que Chile cae en una contradicción, porque es uno de los países que ha suscrito el convenio internacional de eliminación de minas terrestres. Acotó que “la actitud del Gobierno chileno no ayuda al entendimiento y más bien busca poner un elemento de temor y miedo”.

INTERCEPCIÓN

Pese al entusiasmo de los manifestantes y del propio Humala, que estuvo la noche del martes en Tacna, la policía peruana impidió que la movilización llegara hasta la frontera con Chile, a través de un operativo a la altura del kilómetro 1.300 de la Panamericana Sur, donde se les cerró el paso a los humalistas para proceder a revisar todos los vehículos que iban hacia la Línea de la Concordia, lo cual provocó la inmediata ira de los manifestantes y un enfrentamiento a pedradas con la policía.

Los convocantes acusaron al Gobierno de Lima de impedir su libre desplazamiento por el territorio nacional. Uno de los organizadores del acto, el congresista tacneño Juvenal Ordóñez, acusó al Gobierno de Alan García de -a través del Ministerio del Interior y la policía- bloquear el libre tránsito de los ciudadanos. “Éste es un acto soberano del pueblo del Perú, este es un acto que no tiene revanchas, este no es un antichilenismo, es un acto hacia adentro, porque la incapacidad de los gobernantes que hemos tenido anteriormente ha hecho posible que en 50 años el Perú no tenga el mar de Grau”, afirmó.

Sin embargo, el Gobierno peruano no transó con los manifestantes y cumplió con las medidas que había advertido en la víspera. En ese sentido, y junto con aclarar que fue el Ejecutivo el que ordenó impedir el paso de la movilización, el presidente del Consejo de Ministros, Jorge del Castillo, calificó de “poco valiente” al dirigente opositor, por irse la noche anterior antes de la marcha a que había convocado.

De acuerdo con el premier, la negativa de la jueza que le prohibió a Humala pasar más de 24 horas fuera de Lima no fue el motivo real de su inasistencia, pues “vi un programa en que el 78% calificaban de manera peyorativa su presencia (en Tacna) y no tuvo más remedio que volver”.

Tras señalar que el nacionalista “no tuvo la valentía de ponerse al frente” de la movilización de sus adeptos, enfatizó que de acuerdo con la Constitución, sólo el Gobierno, a través de la Cancillería, tiene la facultad de dirigir la política exterior. “Es un grupo de ciudadanos que de manera irresponsable pretenden alterar las relaciones internacionales del país, creando una asonada y confusión en una zona de frontera. Ésta es una actitud malintencionada disfrazada de actitud patriótica para confundir a la gente”, postuló el primer ministro. LN



La coordinación de las cancillerías

Pese a que tanto el Gobierno peruano como el chileno vieron con preocupación la marcha convocada por el nacionalista Ollanta Humala, lo cierto es que la coordinación entre ambos gobiernos -producida a nivel de cancillerías- no sólo logró bajarle el perfil a la manifestación, sino que además dejó en claro que en materia de relaciones bilaterales ninguno de los dos países quiere enturbiar las relaciones.

En ese sentido, el ministro de Relaciones Exteriores, Alejandro Foxley, destacó ayer el accionar del Ejecutivo de Alan García, al señalar que “el Gobierno de Perú ha tomado medidas a dos kilómetros de la frontera para impedir o procurar impedir el paso de los vehículos, lo cual confirma lo que ya dijimos, que hemos estado en contacto con el Gobierno del Perú, con un buen entendimiento y tanto ellos como nosotros creo que estamos preparados para evitar lo que nadie quiere, que es un incidente en la frontera misma”.

Respecto de las palabras de Humala, el canciller dijo que no comentará “la política interna de Perú”, pero –insistió- “estamos tranquilos y hay colaboración entre las fuerzas policiales de los dos países y las dos cancillerías”.

Por su parte, y en clara referencia al líder del PNP, el canciller peruano, José García Belaunde, señaló que “nuestra preocupación es, pues, por la seguridad de los compatriotas, por evitar que estos actos de provocación puedan generar tensiones, que ya sabemos, finalmente, a quiénes convienen”.

En conferencia de prensa, el titular de Torre Tagle afirmó que la población peruana en su conjunto rechazó el “ejercicio aventurero” realizado por integrantes del nacionalismo en la frontera con Chile y recordó la advertencia a sus organizadores en cuanto a que la marcha “es un acto de provocación y peligroso” debido a la existencia de antiguas minas.

Finalmente, el ministro señaló que en lugar de realizar marchas de ese tipo, se debería recordar lo que significó el 5 de abril hace 15 años, en alusión al autogolpe dado por el ex Presidente Alberto Fujimori.

 

Mala nota a Alan García por su posición frente a Chile

El sentimiento que genera en Perú el diferendo marítimo con Chile no sólo lo hicieron sentir los centenares de manifestantes convocados por Ollanta Humala, sino que además la última encuesta de la Universidad de Lima también recogió el recelo que existe. Según el sondeo, 56,5% de los limeños que aseguran estar informados sobre el tema opinan que el desempeño del Gobierno peruano en esta disputa es regular, mientras que 30% lo catalogan como malo y sólo 8% lo califican como bueno. Asimismo, un categórico 94,1% estima que está pendiente la delimitación marítima con Chile.

La encuesta además constata que 47,9% de los peruanos confían poco en el Gobierno de Chile, mientras que 47,5% no confían nada. Asimismo, 43,5% confían poco en el pueblo chileno y 49,8%, nada. Los encuestados creen que para que La Moneda se reinvidique con Perú debería pedirle disculpas (38,1%), devolver el Huáscar (30,6%) o devolver los libros peruanos “saqueados” (21,9%).

En tanto, 64% de los consultados consideran que las relaciones diplomáticas entre Perú y Chile son regulares, frente a 24% que las califica de malas; y creen que un conflicto armado con la nación vecina es poco probable -50,1%- o nada probable -18,4%-, frente al 26,1% que sí lo ve probable.

En una lista de los países vecinos que los peruanos consideran más amigos de Perú, Chile ocupó el último puesto, con apenas 2,2% de menciones, después de Brasil, visto como el más amigo con 54,8%; Bolivia, con 15,7%; Colombia, con 10,2%; y Ecuador con 7,1%. Este resultado revela una caída en la percepción de amistad que los peruanos tienen de Chile, ya que en noviembre del 2006 el país ocupaba el puesto cuarto, por encima de Ecuador. El margen de error del sondeo es cercano al 4%.

 

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