Salieron cuatro ministros y se nombró a autoridades de Energía y Medio Ambiente
Dejaron sus cargos Blanlot, Veloso, Solís y Espejo
La Presidenta sostuvo una serie de reuniones y por la tarde se dio el tiempo para conversar con los timoneles de la Concertación sobre los anuncios que haría. Ya cuando se acercaba el cambio, llamó a los jefes de partidos y les informó su decisión.
Foto: El ministro vocero fue el encargado de dar a conocer el ajuste de gabinete
La Nación |
Un día de intensas reuniones culminó ayer con el segundo cambio de gabinete de la Presidenta Michelle Bachelet, tras cumplirse un año de gobierno. Si bien en La Moneda existía conciencia de la necesidad de reformar los equipos ministeriales, la crisis desatada por el Transantiago fue el factor detonante de la determinación presidencial de pedir a los secretarios de Estado que pusieran sus cargos a disposición.
En la práctica, la posibilidad de designar a un coordinador del sistema de transporte público fue frenada, porque -tal como se planteó durante el fin de semana- se requerían atribuciones con las que sólo cuenta un ministro. De ahí que la reunión que sostuvo Bachelet el sábado con el nuevo ministro de Transportes, René Cortázar, fue clave para que se aceptara la renuncia, que el viernes presentó el ex secretario de dicha cartera, Sergio Espejo (DC). También influyó la reunión que sostuvo la timonel DC Soledad Alvear a solas con el ministro del Interior Belisario Velasco donde, según trascendió, se habría aceptado la salida de espejo.
Sin embargo, los análisis de palacio apuntaban a la necesidad de concentrar el rediseño ministerial en una sola jornada y, además, dar una clara señal de que -tal como señaló la Jefa de Estado en su intervención de anoche- que en esta nueva etapa que comenzó el Gobierno el 11 de marzo, no se aceptarían errores.
Por ello, Bachelet -tras una jornada de intensas reuniones, tal como lo anticipó a las 07:45 horas de ayer cuando ingresó a La Moneda- decidió también solicitar la renuncia de los ministros de Defensa, Vivianne Blanlot; de la Secretaria General de la Presidencia, Paulina Veloso; y de Justicia, Isidro Solís.
El factor común de los ministros salientes fue una gestión considerada como “deficiente”. Recién iniciada su gestión, Blanlot tuvo un fuerte entredicho con el ministro de Hacienda, Andrés Velasco, cuando señaló que Chile debería otorgar créditos blandos a países como Haití y, en las últimas semanas, la defensa mediática de su hijo, procesado por haber ingresado a un departamento, fue considerado un error por La Moneda.
En contra de Veloso jugó el entrampamiento en la designación del nuevo contralor de la república, mientras que Solís había sostenido una serie de diferencias con el Poder Judicial, además de cuestionar la suspensión que se le aplicó el juez express, Guillermo Cádiz.
“Me tomé las horas necesarias para encontrar respuestas y escoger quienes debían encabezar una nueva etapa, en la que no se acepten errores”, afirmó anoche la Presidenta Bachelet en el Salón O’Higgins.
De esta forma, la Mandataria decidió salir al paso de los cuestionamientos que enfrentó el Gobierno debido al silencio, que mantuvo en las últimas 72 horas.
Durante la tarde, la Presidenta se dio tiempo para reunirse brevemente con los timoneles de la Concertación y les comentó a grandes rasgos los cambios que vendrían, así como los anuncios que haría sobre el Transantiago. Por la tarde, llamó uno a uno a los jefes de las colectividades y les confirmó sus nuevas designaciones.
Jornada
La preocupación se respiró en el ambiente durante la jornada de ayer. Antes de las ocho de la mañana, Bachelet ingresó a La Moneda para reunirse poco después con su comité político.
Desde el viernes circulaban rumores respecto de un inminente cambio de gabinete y estos comenzaron a tomar fuerza ayer cerca de las 15 horas y se confirmaron, extraoficialmente, unas horas después cuando -sin previo aviso- ingresaron al palacio gubernamental los secretarios de Estado Blanlot, Solís, Espejo y los titulares de Salud, María Teresa Barría; de Educación, Yasna Provoste; de Hacienda, Andrés Velasco; y de Minería y Energía, Karen Poniachik.
Su ingreso y posterior abandono de palacio sin hacer declaraciones dieron pie a un sinnúmero de especulaciones sobre posibles enroques, renuncias y nuevas designaciones, asunto que se dilucidó poco antes de las 21 horas, cuando el ministro portavoz, Ricardo Lagos Weber, leyó un comunicado en el salón azul informando la nueva conformación del gabinete: en Defensa asume José Goñi; en la Secretaria General de la Presidencia, el PS José Antonio Viera-Gallo; en Justicia, Carlos Maldonado (PRSD), Transportes, René Cortázar (DC).
Además, Bachelet designó en el Ministerio de Medioambiente, Ana Lya Uriarte y como ministro de Energía, Marcelo Tokman. Con esta designación se pone fin a la doble función que cumplía Poniachik como ministra de Minería y Energía. La decisión se adoptó debido a la importancia vital que tiene para Chile el desarrollo energético y la deficiente gestión que –en este ámbito- desarrolló Poniachik. LN
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ANALISIS DE PALACIO
Una de las consecuencias inmediatas que surgieron tras el cambio de gabinete fue que en la embajada de México, con la salida José Goñi (PPD) y su llegada a la cartera Defensa, se podrá nombrar a un nuevo representante más alineado con el Presidente azteca, Felipe Calderón, probablemente proveniente de las filas de la DC. Lo anterior, fue parte del análisis ulterior que se hizo en La Moneda. Dentro de esa misma lógica, gracias a los cambios, sería posible “ajustar” también la embajada de Venezuela con alguien “más de izquierda” sin que la Falange se sienta.
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