El sistema chileno de fondo de pensiones
Héctor Vega
Ruego a mis lectores paciencia con los fríos números, pero, no me queda otra alternativa que mostrarles en cifras lo que los viejos pueden sentir cuando en algún momento de sus vidas se encuentren frente a la realidad - desgraciadamente demasiado tarde como para cambiarla. Se trata del ya famoso sistema de fondo de pensiones fundado en Chile hace ya casi 25 años [Decreto Ley 3500 de mayo de 1981].
Hace algunos días, la prensa publicó ampliamente la noticia que el gobierno estudia la eliminación de una comisión fija cobrada a los imponentes del fondo de pensiones y sobre la cual – como otras tantas comisiones fijas, entre otras las telefónicas, eléctricas, etcétera – nunca existió una explicación racional. El gobierno advierte que su eliminación beneficia a trabajadores que están bajo el ingreso medio del país [$350.000, alrededor de 648 dólares americanos]. Se recuerda que la comisión fija se descuenta del fondo de capitalización individual de cada afiliado y que calculado el impacto para un trabajador que cotiza por el mínimo su pensión subirá en un 4%.
En la encuesta EPS [2006] aparece que el público carece de conocimiento sobre el sistema: 93% de los encuestados desconoce las comisiones que le son cobradas por su AFP, ya sea se trate de comisiones fijas o variables. [Véase, Ministerio del Trabajo y Previsión Social y Centro de Micro Datos de la Universidad de Chile. Encuesta de Protección Social, EPS 2006, en www.proteccionsocial.cl.]
Para aclarar las cosas, digamos que hay dos variables que permiten medir el impacto de la medida. Una, es el monto de la remuneración por la cual se cotiza en el sistema y otra, la extensión del período en el cual se realizan las cotizaciones [técnicamente eso se llama la “densidad de cotizaciones”].
Si tienes en suerte tener trabajo durante todos tus años activos [para las estadísticas entre 18 y 65 años], y además cotizas religiosamente en tu Administradora de Fondo de Pensiones tus posibilidades de obtener un beneficio mayor con la eliminación de la comisión fija serán óptimas.
La Comisión Marcel que calculó el asunto, estimó que para una comisión fija de $550 mensuales con una jubilación de $60.000 para un trabajador que recibía un salario mínimo de $135.000 y que [por supuesto] cotizó por ese mínimo durante 20 años, el efecto de la eliminación de la comisión fija sería de 4%, y su pensión subiría a $75.000. Con 40 años podría llegar a un 80% del sueldo mínimo, es decir $108.000.
Si el ejercicio se rehace con el óptimo mencionado anteriormente, esto es el supuesto - llamémoslo “heroico” – que has trabajado sin interrupciones y has cotizado religiosamente en ese período [“densidad de cotizaciones” a 100%] te encontrarás con la agradable sorpresa que el incremento de tu jubilación será de 6,3%.
Sin embargo, el ejercicio no debería terminar allí pues junto a la tasa fija, el sistema prevé una comisión variable. Y me temo que ahí se acaban las buenas noticias. Si para el salario mínimo de $135.000 [250 dólares] tomamos una comisión variable de 2,55%, deberías pagar $3.442,5 [6,37 dólares]. Aclaremos que la comisión variable, se define como un porcentaje del salario imponible que se deduce de la planilla, mientras que la comisión fija por cuenta, se deduce del fondo acumulado. Agreguemos que entre las 6 AFP del sistema, las comisiones variables fluctúan entre 2,23% la más baja y 2.55% la más alta.
Lo interesante del caso es que si se eliminara la tasa fija, bastaría elevar la tasa variable a 2,95% para que la AFP recuperara la comisión fija que se eliminó. Es decir lo que obtienes de una manera te lo pueden anular de otra. Pero eso no es todo pues si investigamos el efecto para rentas más altas, por ejemplo $550.000 mensuales [1.019 dólares], el aumento de la tasa variable, para que la AFP se “recupere” de la eliminación del costo fijo, sería menor. Esto es, en lugar de la tasa del 2,95% para el salario mínimo, bastaría reajustar la comisión variable en 2,65%.
Un sistema así blindado como para eliminar sorpresas o filtraciones a los accionistas, esto es los propietarios del sistema, ha alcanzado notoriedad mundial, pues de lo que se trata es de incitar a un ahorro previsional a millones de potenciales afiliados durante su vida laboral. Sistema por el cual a partir de un patrimonio accionario fundacional de 500 millones de dólares en 1981 – actualmente alrededor de 800 millones de dólares – se logró reunir en Chile, a diciembre de 2006, la no despreciable suma en fondo de pensiones de 88,6 mil millones de dólares. Es más, si Usted visita la página web www.safp.cl se informará que en el período 1999-2005 la rentabilidad de los propietarios [accionistas] del sistema – constituido por 6 AFP - fue de 536%. Esta cifra demuestra que quienes realmente ganan con el ahorro previsional de los viejos son los accionistas propietarios de las administradoras de fondos de pensiones.
Tales resultados en el mundo de los negocios no pasan inadvertidas. Por eso, los dueños y patrones del sistema no son otros que los grandes consorcios internacionales – Bansander; Santander Investment S.A; CityGroup Inc.; Grupo BBVA; ING Group – los cuales nunca dudaron en invertir en esta maravilla financiera que se reproduce a pasos agigantados.
Cuando Milton Friedman visitó Chile en los años 70, durante la dictadura militar, le preguntaron en conferencia de prensa acerca de este sistema de fondo de pensiones. Francamente no sé si Friedman estaba capacitado para dar una respuesta pues a mi conocimiento, en aquella época aún los americanos no habían tenido el “privilegio” de conocer esta maravilla que nos recomendaba Miguel Katz y José Piñera, los fundadores del sistema. En todo caso, su respuesta fue que esto le parecía un negocio redondo para los inversionistas privados de las Administradoras de Fondos de Pensiones. Pero – agregó - que si bien estaba seguro del negocio que el sistema privado de pensiones representaba para los inversionistas, no lo estaba tanto con respecto a los beneficios que los cotizantes del fondo de pensiones podían devengar de él.
El sistema ha experimentado cambios. En 2002 los activos del fondo de pensiones representaron poco más de 35 mil millones de dólares. A diciembre del 2006 se contabilizaron 88,6 mil millones de dólares. En casi 4 años el fondo de pensiones se incrementó 2,5 veces. En ese mismo período las preferencias de inversiones cambiaron notablemente. En 2002 las inversiones en instrumentos del Estado representaban 33%; hoy no sobrepasan 13%. Si bien hoy la inversión en el sector financiero privado es importante, 27%, no es menos cierto que la tendencia se inclina hacia las inversiones en empresas, 27,3%, contra 18% en 2002; e inversiones en el extranjero, 32,2%, contra apenas 18% en 2002. En el frente interno el débito de las empresas privadas se engrosó con los aportes del fondo de pensiones. Plata de los viejos que sirvió para reflotar empresas pertenecientes a los grupos económicos. Fue el caso de Madeco [manufactura de cobre], filial del grupo Luksic. A comienzos de julio de 2002, el grupo planeó a través de Quiñenco [matriz financiera] un aumento de capital de US$90 millones destinado a pagar deudas con los bancos [liderados por el BankBoston y el BCI]. Operación que fracasó pues se logró recaudar sólo 60% de los requerimientos de los bancos. La deuda de corto plazo representaba US$ 120 millones, eso sin considerar los bonos en manos de las AFP, que sumaban US$ 105 millones, los cuales viabilizaron financieramente la empresa en el pasado. Este caso de salvamento se produjo, en parte importante con la plata de los viejos, acreedores estos últimos de aumentos de capital o préstamos relacionados de negocios que dependen del ritmo del ciclo económico. Recuérdese que la caída de las bolsas a nivel mundial a fines de 2002 significó una contracción de 41.3% para la totalidad de los ADR locales negociados en Nueva York, esto es una pérdida patrimonial de US $ 1.200 millones.
Algunas de las empresas involucradas habían colocado parte de su propiedad en el sistema de fondo de pensiones. Fue el caso de Madeco, con una pérdida de 91% de su patrimonio negociado en ADRs. Con la pérdida su patrimonio llegó a US$ 460 mil contra US$ 5,7 millones en diciembre de 2001. Otras empresas con importantes pérdidas patrimoniales fueron Enersis [82%], Masisa [73%], Almendral [70%], Endesa [67%], Andina A [60%], Lan [59%], SM Unimarc [55%], Gener [47%], D&S [45%].
Frente a estas eventualidades cabe recordar que la encuesta EPS [2006], citada más arriba, establece que 70,6% de los afiliados no conoce cómo se invierten los fondos de sus cuentas individuales. La ideología de los negocios ha calado tan profundamente en la sociedad chilena, soslayando toda sombra de dudas sobre lo bien fundada de las decisiones de sus gobernantes y hombres de negocios, que cuando con cinismo – “o realismo” – el gobierno de Lagos instauró la Cartera de inversión de los fondos de pensiones - cinco cuentas de riesgo diferencial, A, B, C, D, E con proporciones diferentes de rentas fija y variable – se asumió sin más, que todos los trabajadores, jóvenes, maduros y viejos estaban no sólo imbuidos del negocio, sino que además podían tomar decisiones sobre materias financieras complejas, y variables [aleatorias], sujetas al ciclo mundial de ningún control posible por agentes locales. Reconozcamos que fue la guinda de la torta del mejor negocio en la historia de la humanidad.
El autor es Director de Fortin Mapocho
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