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Frei nunca creyó que fuera posible un entendimiento con la UP

Frei nunca creyó que fuera posible un entendimiento con la UP

HISTORIADOR CRISTIÁN GAZMURI, AUTOR DE LA BIOGRAFÍA MÁS EXHAUSTIVA DEL PRESIDENTE ENTRE 1964 y 1970

El historiador de la UC Cristián Gazmuri ha escrito hasta ahora la más completa biografía del Presidente Eduardo Frei Montalva (1964-1970), un texto que -en todo caso- no gustó del todo a la familia del Mandatario de cuya muerte hoy se cumplen 25 años. A propósito de este aniversario, el académico analiza las claves para entender la figura más relevante que ha tenido la Democracia Cristiana.

Foto: Según el historiador Cristián Gazmuri, “Frei no quería un golpe de Estado, pero tampoco quería pasar a la historia como el Presidente que le entregó el poder al marxismo y a la dictadura comunista”.

La Nación

IVONNE TORO A.

 -Su biografía, “Eduardo Frei y su época”, no gustó mucho a la familia Frei, por la cuestión del apoyo al golpe de Estado de 1973. ¿Usted mantiene su tesis?

-Sí. Es verdad que la familia quería algo ajustado a sus pretensiones y para eso podrían haber contratado un plumario. Soy historiador y lo que dice la historia es que la mayor parte de la DC estaba convencida de que el golpe era inevitable. No les gustaba, es cierto, pero consideraban que era imposible que no se produjera algo así para frenar a un Gobierno marxista. ¡En la DC protestaron 13 personas! Aylwin calló y en circunstancias como las del ’73, el que calla, otorga.

-¿Cómo fue la relación del Presidente Frei Montalva con Salvador Allende? Usted da a entender que siempre primó la desconfianza.

-Frei habló dos veces con Allende antes de que éste asumiera. Las conversaciones fueron en la casa de Gabriel Valdés y en las dos oportunidades Allende le dijo: “Eduardo, necesito tu ayuda”. Frei le respondió: “Salvador, no te puedo ofrecer mi ayuda porque creo que tú vas a instaurar un Gobierno marxista”. Allende le aseguró que estaba por la vía democrática, pero Frei mantuvo las dudas y le planteó que iba a esperar para ver cómo se desarrollaban las cosas.

-¿Se equivocó Frei al no colaborar con Allende, como proponían otras figuras de la DC?

-La coyuntura era muy compleja. Cuando el cardenal (Raúl) Silva Henríquez le pide a la DC dialogar con el Gobierno, en junio de 1973, y hay tres o cuatro reuniones en casa del cardenal, a donde acuden (Patricio) Aylwin y Allende, don Patricio, que presidía la DC, se convence de que Allende busca ganar tiempo y que el diálogo no conduce a nada. Allende prometió cambios, está la tesis de que iba a llamar a un plebiscito, aunque no se precisó el mecanismo legal. La cosa estaba muy complicada y muy tensa. Un grupo militar medio bebido había cercado La Moneda y eso demuestra en qué estaban los uniformados. Los comunistas estaban a favor de llegar a un acuerdo con la DC y los socialistas se oponían fervorosamente.

-¿Frei Montalva nunca apostó a un entendimiento con la UP?

-Frei nunca creyó que fuera posible un entendimiento con la UP y por eso, cuando se produjo el golpe, lo justificó. Frei tenía la convicción de que no había otra posibilidad. El país estaba paralizado, se veía un impasse político difícil de solucionar. La oposición no estaba dispuesta a ceder nada; el Gobierno muy poco y en la DC, Aylwin estaba convencido de que Allende estaba ganando tiempo a través de las conversaciones con la DC para imponer una administración marxista. Frei no quería un golpe de Estado, pero tampoco quería pasar a la historia como el Presidente que le entregó el poder al marxismo y a la dictadura comunista.

-Era además la guerra fría…

-En el tiempo de Frei ningún país que había ingresado al marxismo había salido de él. La lógica de Frei era que el marxismo -representado por Cuba- era una espiral a la que se ingresaba y de la que jamás se salía. Él tenía un dilema terrible: por principio, no le gustaba el golpe, pero sabía que a veces los políticos tienen que hacer algunas cosas que les desagradan.

-¿Contribuye Frei al no entenderse con Allende a que se produzca la intervención armada?

-Todos los actores de la época contribuyeron. Si don Carlos Altamirano no se hubiese pegado el discursito aquél del Estadio Chile, donde dice que tiene datos de que en la Armada estaban conspirando, el golpe habría venido igual, pero después… Merino reaccionó por esa intervención política en la Marina, entonces, en perspectiva, más contribuyó Altamirano, que prendió la fogata.

GOLPE LIMPIO

-Usted mencionó el rechazo del “grupo de los 13” al golpe. ¿Cómo se explica que alguien con la relevancia de Frei no sopesara lo que significaría el quiebre democrático?

-El “grupo de los 13” tampoco previó lo que venía con la dictadura, la rechazó por un asunto de principios. Lo que pasa es que Frei creía que iba a tratarse de un golpe limpio, que si había muertos iba a ser por tiroteos en las calles, que la dictadura iba a ser corta, dos o tres años, y que luego habría elecciones. Eso esperaba y por eso legitimó el golpe.

-¿Sólo lo legitimó o es posible deducir que estuvo al tanto de que se preparaba?

-La noche del 10 de septiembre a Frei lo llama su ex edecán y le dice “don Eduardo, vaya a dormir a otra casa” y Frei sale de su hogar y se va a casa de su hija Carmen, residencia que deslindaba con la embajada de Australia. Ése es el único contacto del que hay certeza. Ahora, yo creo que conversó con generales de Ejército. (Óscar) Bonilla, (Sergio) Arellano, eran simpatizantes DC. La noche antes del golpe, al menos, estuvo al tanto.

-¿Tuvo contactos previos con quienes preparaban el golpe?

-No es posible saber si estaba al tanto de la conspiración, pero hay sospechas.

-¿Cuándo Frei se da cuenta de la magnitud de la dictadura?

-Frei confió en los militares más tiempo del que hubiera sido prudente o necesario. Mientras Arellano y Bonilla tuvieron injerencia, él confió. Frei recién se convenció de que el asunto iba para largo cuando se entrevistó con Pinochet en noviembre del ‘73. Cuando él llegó a su casa, después de la reunión con Pinochet, sus hijos le preguntan “papá, ¿cómo le fue?” y don Eduardo movió la cabeza haciendo un gesto que sus cercanos interpretaron como “no hay nada que hacer”.

-¿Cuándo es el quiebre?

-A fines del ‘74 o principios del ‘75. Ahí Frei se dio cuenta de que no podía seguir justificando este golpe que era sangriento, con torturas, con asesinatos, con exiliados, y que no era una cosa de tres años y volver a la democracia. Don Jaime Castillo Velasco, con esa cosa tan moral que tenía él, se iba a parar a Villa Grimaldi y yo sé que Lucía Pinochet, que respetaba mucho a don Jaime, supo esto y pidió ir a Villa Grimaldi, donde le mostraron puras cosas inocuas. Con esto quiero decir que lo de las violaciones de los derechos humanos empezó a ser conocido por todos y Frei también dimensionó que Pinochet era un dictador. Peor aun, que Jaime Guzmán era el ideólogo detrás del régimen. Guzmán había sido franquista, es decir, partidario de una dictadura larguísima. Además estaba la reforma neoliberal que impulsaba Pinochet y que para consolidarse requería muchos años.

ACUERDO CON IZQUIERDA

-Al momento de ingresar a la Clínica Santa María el ‘81, ¿Frei vislumbraba un posible pacto con la izquierda para retornar a la democracia?

-Absolutamente. Estaba el problema de que los comunistas habían adoptado la vía armada, pero ya había un cambio de rumbo del PS y los radicales estaban alineándose con la DC. Al momento de ingresar a la clínica, Frei sí podía vislumbrar la convergencia, porque además estaban la Iglesia Católica y Estados Unidos ayudando a los opositores al régimen.

-¿Frei pudo haber encabezado a los opositores a la dictadura?

-Frei era la persona indicada para hacerlo porque era el líder indiscutido de la oposición. Si no hubiera muerto, habría jugado el rol que jugó don Patricio Aylwin. Recordemos la relevancia que tuvo el discurso de Frei en el Teatro Caupolicán en 1980.

-¿Es posible deducir que al momento de su muerte Frei estuviera arrepentido de haber apoyado el golpe o de no haber colaborado con Allende?

-Frei nunca se arrepintió de haber legitimado el golpe en un primer momento. Creo que sí se arrepintió de no haberse opuesto antes a la dictadura, de haberla validado durante meses. De su relación con Allende, ya lo he dicho, consideraba imposible un entendimiento con la UP.

-¿Cómo será recordado Frei Montalva en la historia?

-Como uno de los grandes presidentes de Chile, un estadista, un hombre muy culto. Él inició la reforma estructural que transformó a Chile desde un país feudal a un país moderno con la reforma agraria. Para la Concertación, Eduardo Frei Montalva es una figura que inspira respeto, aunque el PS no olvida el papel que tuvo tras el golpe. LN


El enigma de la muerte a 25 años

-La familia Frei ha dicho que este año es clave para esclarecer la muerte del Presidente Frei Montalva. En su libro no hay indicios claros de que haya sido asesinado y ha salido un informe que habla de gas mostaza en su cuerpo. ¿Cuál es su opinión?

-La familia Frei, especialmente Eduardo, Carmen y Eugenio Ortega, el esposo de Carmen, han dado por sentado que al Presidente Frei lo asesinaron cuando no hay ninguna prueba de que eso haya sido así. Es verdad que hay cosas extrañas: los llamados a la clínica y que la operación resultara mortal, pese a que tenía un riesgo bajísimo y a que fue realizada por un gran equipo médico en un excelente centro clínico. Además está la situación política: al poco tiempo la dictadura manda a matar al dirigente Tucapel Jiménez, que era un riesgo mucho menor para el régimen en comparación con la amenaza que era Frei.

-¿Usted se inclina por la tesis de que falleció por complicaciones de la intervención quirúrgica?

-Yo no descartaría ninguna opción. La hermana de Marta Larraechea era enfermera jefa de la Clínica Santa María y ha dicho que no hubo ninguna intervención, el doctor (Alejandro) Goic también asegura que murió por complicaciones de la operación. Mi impresión es que si la situación hubiese sido como dice la familia se habría aclarado hace tiempo.

-¿Cómo se explica la cadena de hechos que condujo a su muerte?

-A Frei lo operan cuatro veces por complicaciones y no se recupera. Recibe los mejores antibióticos del mundo y su organismo se debilita al punto que fallece por la presencia del hongo candida albicans, que ataca a personas con las defensas muy bajas. Que la dictadura haya intervenido en eso no es descartable.

-¿Por qué mantiene abierta esa posibilidad?

-Porque lamentablemente Frei se descuidó, no tomó ninguna seguridad. Durante el tiempo que permaneció en la UTI se formó una especie de guardia para cuidarlo. Un día incluso estuve yo afuera de su habitación, porque Enrique Krauss me llamó y me dijo que habían tomado la decisión de que siempre hubiese alguien de confianza cerca del Presidente. Esta “guardia” que se montó no podía controlar el ingreso a la UTI. Había otras cuatro puertas y claramente si alguien lo hubiese envenenado no habría ingresado por la principal… No hubo precaución.

La polémica por la muerte de Frei se suscitó después de la publicación de la biografía que yo hice. En el período en que el senador Frei fue Presidente no se habló una palabra al respecto y habría sido el mejor momento. Eso es extraño.

-¿En qué sentido?

-Creo que se trata de enaltecer y rescatar para la historia la figura de don Eduardo, que justificó el golpe en distintas instancias y que fue por eso muy cuestionado, cosa que le molesta a la familia. Es cierto que Frei cooperó hasta el ‘75 con el golpe, pero también es verdad que después fue un gran opositor a Pinochet.

-¿Haber sido asesinado por el régimen lo reivindica?

-Demostraría que Frei también estuvo en contra de la dictadura, lo que es cierto, y tan en contra estuvo que finalmente lo mataron. Eso reivindica su figura. Creo que eso tiene algo que ver. No digo que sea el argumento de fondo, porque ningún hijo va a estar jugando con el cadáver del padre para solucionar una deuda histórico-política, pero son hechos que se suman.

 

 

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