Blogia
Centros Chilenos en el Exterior

Bachelet valora instalación de gobiernos “progresistas sin apellido” en la región

Bachelet valora instalación de gobiernos “progresistas sin apellido” en la región

LA JEFA DE ESTADO DEFENDIÓ LA ESPECIFICIDAD DEL ESQUEMA CHILENO DE DESARROLLO

Sus afirmaciones fueron interpretadas en el escenario que se planteó ayer en Quito: la asunción de un Mandatario que no ocultó los guiños al Presidente Hugo Chávez en su discurso y en su oferta programática. Debido a esto la Mandataria remarcó los matices que hay en el continente.

Foto: En el Congreso asumió ayer el nuevo Presidente ecuatoriano, el economista de izquierda Rafael Correa, que no eludió hacer gestos al gobernante venezolano Hugo Chávez. Foto: Presidencia.

Carolina Miranda
La Nación

Quito (Enviada Especial)

 La Presidenta Michelle Bachelet destacó ayer la instalación de gobiernos de signo político “progresista” en América Latina y los definió como un modo de implementar reformas sociales que apunten a un crecimiento con equidad, ecuación que marcó como la identidad de su propia gestión. Momentos antes de trasladarse al Congreso ecuatoriano para participar en la ceremonia en que Rafael Correa asumió como nuevo Presidente, Bachelet hizo un punto de prensa en el hotel donde alojó, instancia en que subrayó que “todos los gobiernos democráticos electos en el último período, todos, son gobiernos de corte progresista, sin otros apellidos, porque hay obviamente matices, diferentes maneras de enfrentar los desafíos que cada país tiene”.

En este sentido, Bachelet explicó que existe la percepción de que las reformas estructurales que se realizaron en América Latina en los años 80 y 90 no incluyeron cambios sociales, razón por la cual aquéllas “no trajeron los frutos de bienestar que muchos querían y por eso hay muchos buscando otros instrumentos y otras posibilidades”.

En Chile, agregó la Mandataria, tras el retorno a la democracia “los gobiernos entienden desde el primer momento que no hay posibilidad de crecimiento sin equidad y por ende a las reformas estructurales se introducen otras de tipo social”.

Tras precisar que si bien hay desafíos comunes, como la lucha contra la pobreza, cada país vive diversas circunstancias que determinan la forma de encarar sus problemas. “Hay diferentes maneras de mirar cómo estos problemas se resuelven, pero quisiera dejar claro aquí lo fundamental: son todos gobiernos electos por los ciudadanos, democráticamente, en elecciones reconocidas y respaldadas por la OEA y observadores internacionales y es auspicioso para América Latina que tengamos gobiernos democráticamente electos”, afirmó.

Las tesis de Bachelet fueron interpretadas en el particular escenario que se planteó ayer en Quito: la asunción de un Mandatario que no ocultó los guiños al chavismo en su discurso y en su plataforma programática. Debido a esto, Bachelet apuntó a subrayar la especificidad de Chile y a defender que la inclinación de la región hacia la izquierda no sólo se puede analizar a la luz del chavismo, que es el modelo al que parece apuntar Correa. Éste, de hecho, selló un pacto implícito con Chávez y con el gobernante de Bolivia, Evo Morales, a quienes definió como “hermanos”.

En la línea que secunda a Chávez, el Presidente de Nicaragua, el sandinista Daniel Ortega, señaló que “Latinoamérica está caminando indiscutiblemente hacia la izquierda, porque no hay más alternativas que buscar una nueva vía para lograr cumplir con los grandes objetivos que tenemos de paz, trabajo y erradicación del hambre”.

Según Ortega, el desafío “es borrar la frontera para unirnos, tenemos que convertirnos en una gran nación, tal como lo han hecho los europeos. Tenemos que tener un parlamento común, una moneda común, tener planes comunes para erradicar la pobreza y el hambre de nuestros pueblos”.

ESTRATEGIA

La Moneda quiere perfilar una doble estrategia regional: mantener abiertas las vías de comunicación con el espacio más izquierdista, al cual se acaba de sumar Ecuador, pero también sostener las alianzas estratégicas que se han alcanzado en los últimos años con EEUU, México, Colombia y en los últimos meses Perú.

Si bien se sabe que Correa mantendrá un estrecho vínculo con Chávez y Morales, Bachelet apostará a que el giro hacia el chavismo no afecte el objetivo de mantener una relación cercana con Quito, ya que Santiago siempre ha considerado a Ecuador un aliado clave. Éste ha respaldado a Chile ante la petición de Perú de revisar la delimitación marítima y además existe la idea de negociar un TLC. Este punto precisamente fue planteado por el canciller Alejandro Foxley a su homóloga ecuatoriana, María Fernanda Espinoza, durante un encuentro bilateral la noche del domingo. El ministro explicó que propuso a Espinoza profundizar el Acuerdo de Complementación Económica (ACE), aunque advirtió que “es una decisión que tendrán que tomar ellos, nosotros estamos disponibles con nuestros equipos negociadores”.

“No se ha concretado todavía la voluntad recíproca de avanzar hacia un TLC. Ya tenemos acuerdos con Perú, Colombia, Centroamérica, México, por lo tanto en una proyección al Pacífico la única pieza que falta en Sudamérica es Ecuador. Así se lo hemos planteado a la ministra Espinoza”, afirmó Foxley.

En su oferta el Presidente Correa ha sido impreciso en torno a la idea de suscribir acuerdos de liberalización comercial que se inserten en un modelo de globalización que él rechaza y por ello el Ejecutivo chileno apostará a persuadirlo sobre la conveniencia de tener una posición menos antiliberal. A lo menos en su discurso de instalación no se encaminó en la senda más favorable a un TLC “clásico”. LN

MEDIDAS FUERTES

El Presidente Rafael Correa convocó a una consulta popular para el 18 de marzo para que la población se pronuncie sobre la instalación o no de una Asamblea Constituyente. Correa firmó el decreto mediante el cual convocó directamente a consulta sin solicitar autorización al Congreso. “Dijimos que firmaríamos el decreto 002 y aquí está, jamás hemos estado jugando y no hemos cedido un milímetro”, dijo Correa al referirse al apoyo en el Congreso del partido Sociedad Patriótica, del ex Presidente Lucio Gutiérrez, que le posibilitó la mayoría necesaria para convocar a la Asamblea Constituyente. Al firmar el decreto Correa estuvo acompañado del Presidente Hugo Chávez. También suscribió un decreto por el que dispone la reducción de los salarios de los funcionarios públicos, para que ninguno reciba más dinero que el propio Presidente, que disminuyó sus haberes de 8 mil a 4 mil dólares.

Correa prometió una “revolución ciudadana” para generar un “cambio radical” del sistema político, económico y social ecuatoriano. “El momento histórico de la patria y de toda el continente exige una nueva Constitución que prepare al país para el siglo XXI, una vez superado el dogma neoliberal y las democracias de plastilina que sometieron personas, vidas y sociedades a las entelequias del mercado”, dijo.

 

0 comentarios