El pedregoso futuro de Lucía Hiriart
Cambios que sufrirá el entorno de la viuda de Pinochet
Todos los lujos a los que por casi tres décadas se acostumbró como Primera Dama y luego como esposa del comandante en jefe de Ejército, desaparecerán con la muerte de su esposo. Ahora deberá vivir con 1,6 millón de pesos y con los procesos del caso Riggs a cuestas.
Nación Domingo |
Por C. Alonso, A. Chaparro y F. Saleh
Fiel al mito que la describe como una mujer de hierro, Lucía Hiriart “se mostró entera durante el funeral, pero se notaba, por el rictus de la boca, que estaba demolida”, relata un viejo conocido de la familia que durante años maquilló a la viuda del dictador Augusto Pinochet. Como una manera de reafirmar todo lo que se ha escrito en relación a que ella era el poder en las sombras durante la dictadura, la matriarca del clan Pinochet fue la única que dispuso de una sombrilla negra para cubrirse del sol que el martes derretía el asfalto del Patio Alpatacal en la Escuela Militar.
Vestirse con un traje negro de dos piezas, con discretas líneas blancas que estiran su figura, tampoco fue nada especial. Desde que Pinochet estuvo detenido en Londres, su esposa dejó atrás los vestidos de tonos claros y alegres. Desde esa época su atuendo es de colores oscuros, y de ahora en adelante, como católica a la antigua que es, se vestirá de riguroso negro en señal de luto. Sus hijos se sentaron de mayor a menor: primero, Inés Lucía; luego, Augusto Osvaldo; más allá, María Verónica; a continuación, Marco Antonio, y por último Jacqueline Marie. “A sus hijos los adoraba, pero les ponía límites todo el tiempo”, dice un ex empleado.
EN LA RUTA DEL RIGGS
Inés Lucía es su hija preferida. Gracias a ella, que estuvo casada cuatro veces, cambió su opinión sobre la gente que contrae segundas nupcias. Durante su “reinado” no toleraba ningún desliz. “Cuando el coronel Alberto Labbé [padre del alcalde] se separó de su mujer, la señora Lucía ordenó que lo llamaran a retiro. Hizo causa común con la esposa, de la que era muy amiga”, cuenta un ex colaborador que presenció el episodio.
Según cercanos, la mayor de los Pinochet se convertirá en su mano derecha. En importancia le sigue Marco Antonio, con quien vivirá los días siguientes cuando abandone la mansión de calle Los Flamencos. Su hijo menor vive en la misma cuadra, y mientras Pinochet estuvo enfermo mantenían estrecho contacto con él, sobre todo respecto al estado de salud del general.
Además, comparten haber estado procesados el año pasado por fraude tributario y declaraciones maliciosas en el caso Riggs. “Ella y Marco Antonio van a llevar todo el peso de los problemas con el banco”, asegura una persona que ha acompañado a la familia en estos días. En el frente de defensa, confirman cercanos al clan, seguirá el abogado Pablo Rodríguez.
Sin embargo, un ex general cercano a la familia Pinochet asegura que los hermanos “aún no han pensado con quién vivirá Lucía Hiriart. Se va a quedar en su casa, posiblemente en compañía de sus nietas. Siempre está acompañada por ellas. Lucía les sabe todas las historias”. Amigos de la familia no descartan que pueda quedarse con su nieta María José Martínez Pinochet, más aún después de que la estudiante de derecho asegurara en su discurso que “la mami” –como le dicen los cercanos a Lucía– “nunca va a estar sola”.
Como sea, ha trascendido además que Marco Antonio y Lucía Pinochet piensan armar un referente político y llegar al Congreso. A él, en dos ocasiones la UDI le ha ofrecido ocupar un cupo parlamentario. Muy distinta es la posición de “Augustito”, con quien su madre mantiene una relación distante. No le perdona sus excesos durante los años 80, época en que debió “exiliarse” en Estados Unidos para no seguir dando problemas. Lucía sí perdonó, en cambio, a Marco Antonio, también enviado a EEUU para que se “calmara” de sus agitadas andanzas nocturnas.
Augusto Pinochet Hiriart tiene algunas similitudes con Fredo, el hijo mayor de Vito Corleone, el protagonista de “El padrino”. En ningún aspecto alcanzó la notoriedad de su padre. Fue capitán de Ejército y pasó a retiro. Cuando intentó cobrar protagonismo sólo logró escándalo, como en marzo de 1999, cuando reaccionó con un furibundo discurso al fallo de la Cámara de los Lores que desconocía la inmunidad de su padre. Ninguno de sus hermanos asistió a su segundo matrimonio, con la vendedora de arte Macarena Blass, celebrado en 2004. Lucía Hiriart se excusó aduciendo un dolor de estómago.
“Augustito” tampoco participó en la organización del funeral. “Él no era partidario de que lo cremaran, pero primó la idea de Marco Antonio”, comenta un miembro de la Fundación Pinochet. Dada su reputación virulenta, el acuerdo familiar fue que no interviniera a la hora de los discursos. Por esa razón, en su lugar lo hizo su hijo Augusto Pinochet Molina, con los resultados ya conocidos. Ni siquiera se enteró de que estaba planeado poner la banda presidencial sobre el ataúd cuando llegó la ministra de Defensa, Vivianne Blanlot.
EL SELLO DE LA GENERALA
Durante las tres horas que duró la ceremonia en el Patio Alpatacal de la Escuela Militar, la ex Primera Dama derramó lágrimas discretamente, sólo en dos ocasiones. La desaparición de su marido, con el que estuvo casada más de 60 años, y el fin de una época llena de boato, expresado en su debilidad por los sombreros, los zapatos y las joyas que compraba en Casa Barros y en Joyería Ibáñez, ya era parte del pasado. “Antes de llegar al poder tenía un pequeño neceser con joyas. Pero cuando Pinochet fue Presidente fue comprando más. Refinó sus costumbres aprendiendo de las mujeres de los gremialistas”, cuenta una ex empleada. Bajo esta influencia se hizo fanática de la “hora del té”. Tanto así, que hasta en La Moneda se tomaba “sus ricas infusiones con pan amasado fresco”, relata un cercano que la “enchulaba” en esa época.
En su época dorada, Lucía Hiriart se vestía en la tienda de José Cardoch, hasta donde llegaba con cajitas musicales y chocolates para las costureras amigas. La maquillaba Gonzalo Cáceres; su peluquero privado era Óscar García (que ahora peina a Don Francisco y niega haberla peinado), y su fotógrafo era Ignacio Pérez Cotapos, director de la desaparecida revista “Paparazzi”.
Una de sus costumbres era regalar su ropa al personal de confianza, que de ganársela, la mantenía por mucho tiempo. Como sus secretarias Pía Espejo (que comenzó como telefonista en La Moneda y guardó la banda presidencial desplegada en el ataúd) y Mónica Ananías, procesada también por fraude tributario y que, a diferencia de Espejo, se mantendrá como su empleada.
A pesar de la relación fría con su hijo Augusto, Lucía Hiriart se ha encargado de proteger a su nieta María Verónica Pinochet Molina (hija del primer matrimonio de Augusto y hermana de Augusto III). Según un informe de la Brigada de Lavado de Activos en el marco del caso Riggs, al que LND tuvo acceso, Verónica Pinochet Molina trabajó en Cema Chile y recibió “crédito” de la entidad benéfica.
“Esta persona habría prestado servicios como encargada de relaciones públicas entre el 14 de abril de 1997 y el 30 de septiembre de 2002, sin que firmara planillas como el resto del personal. En el informe pericial contable Nº 199 del 23 de diciembre de 2005, se establece que la Fundación Cema Chile canceló una deuda personal a Verónica Pinochet Molina por concepto de servicios educacionales a dos hijos suyos durante el 2001”. El dinero, según el documento, fue devuelto como “ayuda social” el 21 de marzo del año pasado, cuando ya no existía relación laboral entre las partes.
Con Pinochet hecho cenizas habrá varios cambios en el entorno de su viuda. En los próximos días, el Ejército reducirá a menos de la mitad la planta de 15 personas que hasta ahora estaban a su disposición. Ya partieron el médico, un enfermero, dos guardias y el Mercedes con su chofer. Sus ingresos se reducirían sólo a 1,6 millón de pesos que le corresponden como viuda de comandante en jefe. Según un cercano a la familia, por ahora se muestra con entereza, aunque de a poco toma conciencia de que Pinochet ya no está. “Estos días son muy difíciles para ella, y a medida que pase el tiempo va a ser peor”, relata un antiguo amigo de la “dama de hierro”. LND
|
0 comentarios