Joan Garces: Ricardo Lagos gestiono la impunidad de Pinochet.
Enviado por Pedro Alejandro Matta p.matta@vtr.net
Para Garcés, la causa principal que ha impedido que en ninguna de las numerosas causas judiciales abiertas contra el dictador se hubiera dictado sentencia, «hay que buscarla en la actitud que tomó el presidente Ricardo Lagos cuando Pinochet volvió libre a Chile en 2000». «Si en Chile no hubo sentencias contra Pinochet, en uno u otro sentido, fue debido a una serie de maniobras que se hicieron para evitar que se produjeran». Garcés recuerda que «cuando llegó Pinochet a Chile en 2000, el entonces presidente Lagos lo elevó a cargo de ex presidente de la República, a través de un proyecto de ley que llevó al Congreso. Fue así que un Gobierno democrático le confirió, a un ex presidente de facto, un reconocimiento a posteriori, con la correspondiente inmunidad».
Garcés acusa a Lagos de haber dado al dictador «un manto protector, que le posibilitó a este retrasar los procedimientos. En cada caso se debía decidir previamente levantarle la inmunidad, y, si se hacía, se recurría luego la medida, y así una y otra vez. No fue casualidad, fue algo buscado». Este veterano luchador por los Derechos Humanos se muestra convencido de que «si los tribunales chilenos no hubieran sido imposibilitados para dictar sentencia, habría supuesto un aporte a los valores democráticos».
Garcés aclara que «el jefe de la banda ha desaparecido, pero muchos de sus cómplices están sometidos a juicios, e incluso hay muchos que están cumpliendo pena, gracias a que ellos no gozan de la misma impunidad que se otorgó a Pinochet. Tampoco con ninguno de ellos se utilizó la falsedad del estado de demencia que se le atribuyó a Pinochet».
Garcés acusa a Lagos de haber dado al dictador «un manto protector, que le posibilitó a este retrasar los procedimientos. En cada caso se debía decidir previamente levantarle la inmunidad, y, si se hacía, se recurría luego la medida, y así una y otra vez. No fue casualidad, fue algo buscado». Este veterano luchador por los Derechos Humanos se muestra convencido de que «si los tribunales chilenos no hubieran sido imposibilitados para dictar sentencia, habría supuesto un aporte a los valores democráticos».
Garcés aclara que «el jefe de la banda ha desaparecido, pero muchos de sus cómplices están sometidos a juicios, e incluso hay muchos que están cumpliendo pena, gracias a que ellos no gozan de la misma impunidad que se otorgó a Pinochet. Tampoco con ninguno de ellos se utilizó la falsedad del estado de demencia que se le atribuyó a Pinochet».
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