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Centros Chilenos en el Exterior

El arquitecto de los pobres

El arquitecto de los pobres

ALEJANDRO ARAVENA HABLA DE LA VIVIENDA SOCIAL DIGNA

Cita a Parra mientras expone y no le interesa construir lofts. En el marco de la XV Bienal de Arquitectura de Santiago, la polémica e innovación han estado a cargo de un chileno elegido como uno de los 10 mejores arquitectos del mundo. Su próxima batalla: construir un paseo en la base del cerro San Cristóbal.

www.lanacion.cl Domingo

Por Javier García

Salió hace sólo una década de la universidad y tiene revolucionados a los estudiosos de Harvard. Hace dos años fue seleccionado uno de los “10 arquitectos de vanguardia” del mundo, y el 2000 fue elegido el mejor arquitecto menor de 35 años por el Colegio de Arquitectos de Chile.

Tienen varias joyitas, como la sede de la Escuela de Medicina de la Universidad Católica, pero lo que más le apasiona es trabajar en el Programa Elemental, proyecto que gira en torno a la construcción de viviendas sociales, de calidad, por cierto.

En un medio donde muchas veces destacan el estrellato, los apellidos pomposos y compuestos, Alejandro Aravena se luce en la XV Bienal de Arquitectura de Santiago, que por estos días se realiza en el Centro Cultural Palacio de La Moneda, con sus ideas, y como ejemplo el proyecto Quinta Monroy, de Iquique, donde se radicó a 100 familias que durante 30 años vivieron en una toma. No sólo les dieron viviendas dignas, impidieron que terminaran hacinados en Alto Hospicio, sino que ahora pueden salir al patio a ver las estrellas.

BAJO TECHO

–Al recorrer la bienal, la mayoría de las obras son para núcleos reducidos de gente, como un exclusivo loft, donde las excepciones serían, entre otras, el nuevo Liceo de Isla de Pascua o la Biblioteca de Santiago... Al parecer, la mayor parte de los proyectos están alejados de la población, ¿no?

–Sí, pero es bueno entender que esto es un hecho en el mundo. Incluso, los top ten de la arquitectura están trabajando para cierta elite, y el foco de interés se ha desplazado del ámbito público al privado. Pero el peso creativo que se paga es la irrelevancia; o sea, si no se hacen no pasa nada. El desafío es producir calidad de la vivienda, trabajando arquitectos, la población y los organismos públicos.

–Tú has afirmado que la arquitectura debe trabajar con una pregunta no arquitectónica, que es: ¿cómo superar la pobreza?

–En general, los arquitectos se ocupan de cosas que les interesan sólo a otros arquitectos. Pero el tema es cómo resolver el problema de la desigualdad, el resentimiento, y son preguntas transversales que debieran abarcar todos los campos profesionales, porque el heroísmo sólo aguanta una vez.

¿ADORNOS PARA LA CASA?

–Pareciera que a las constructoras les está yendo tan bien que copian el modelo de otras, y se arma una ciudad de edificios en serie.

–Eso es porque el resultado es tan efectivo que se copia. Entonces, hay tan pocos incentivos para innovar, y como el mercado es imperfecto, no hay otra opción. Ahora es relevante regular este mercado.

–¿Y cómo ves el tema de la dignidad; o sea, el sector más carente de la población tiene que soportarlo todo por no haber tenido nada?

–Por eso es clave que exista un componente de participación. Una vez llevé a unos estudiantes de la Universidad de Harvard a la villa El Volcán, y un joven que hablaba español le preguntó a una señora: “Bueno, ¿y a usted cómo le gustaría que fuese su casa?”, y la señora le dijo: “Mire, yo no elijo cómo me visto, lo que como, ¿y quiere que le conteste cómo prefiero mi casa?”. En ese sentido, el primer paso de dignificación se inicia cuando ellos forman parte del proceso de selección frente a opciones iguales.

–Santiago es una ciudad representativa de la desigualdad. Por ejemplo, en Lo Barnechea hay una avenida que divide a los pobres de los ricos...

–Nosotros con Chile Barrio y la Municipalidad de Lo Barnechea estamos haciendo un proyecto para 770 viviendas al lado de la villa El Esfuerzo, para radicarlos, en vez de erradicarlos, eso porque sus redes sociales y laborales están ahí. Lo peor es la gente que viaja una hora en micro para ir a trabajar al “primer mundo” y volver en la tarde al “tercer mundo”, donde vive; y eso tiene que ver con la terrible política habitacional de los ’80. Santiago no tiene un espacio común de integración. El único lugar donde uno se puede pasear seguido por cinco kilómetros son las canchas de golf del Country Club, y para eso tienes que ser socio.

–¿Y cuál sería la opción?

–Es un paseo en la base del cerro San Cristóbal, un zócalo peatonal de 10 kilómetros de largo ¡que no cuesta nada hacerlo! Este es un proyecto del ’97, pero apareció la Municipalidad de Providencia con los túneles que pasarían por el cerro, y el MOP y las concesionarias, de común acuerdo, hacen todo lo que haga falta para saltarse los procedimientos de control de calidad ambiental, urbana, ¡no hay estudio de tráfico!, y eso lo sabe el ministro Eduardo Bitran, ¡ellos están ejecutando un proyecto que saben que no va a funcionar! Pero, como dice Nicanor Parra, “la izquierda y la derecha unida jamás serán vencidas”. LCD

En acción

La XV Bienal de Arquitectura de Santiago se realiza en el Centro Cultural Palacio de La Moneda hasta el 29 de octubre. Se puede visitar todos los días de la semana.

 

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