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Centros Chilenos en el Exterior

Hoy parten otros 80 chilenos a la Misión Milagro

Hoy parten otros 80 chilenos a la Misión Milagro

VUELO SE RETRASÓ UN DÍA POR RAZONES CLIMÁTICAS

El caso de María Salomé Figueroa no atemorizó a nadie. Los viajeros de la segunda delegación chilena se despidieron criticando a los detractores del programa y ansiosos de ser intervenidos gratis y sin listas de espera en Venezuela. Misión Milagro espera que de aquí a fin de año unos 500 chilenos hayan sido operados.

Por José Miguel Jaque

www.lanacion.cl

Foto: El concejal Mauro Tamayo entrega las últimas instrucciones a los vecinos de Cerro Navia que ayer esperaban tomar el vuelo rumbo a Venezuela. Finalmente, el avión parte hoy.

Se suponía que lo de ayer iba a ser una cálida despedida para los 80 chilenos que partían a Venezuela. Pero sólo en teoría. El salón principal de la Casa del Escritor, ubicada en Almirante Simpson, era una caldera. No estaba el embajador de Venezuela en Chile, Víctor Delgado, para darles el adiós a los viajeros. La testera estaba ocupada por el ejecutivo del Capítulo Chileno del Congreso Bolivariano de los Pueblos, Iván Muñoz, quien se encargó de defender la misión que presta ayuda a “los sectores pobres y marginados” de nuestro país que “la privatización y la mercantilización” de la salud han dejado al margen. Y lo hizo entre gritos de protesta contra los detractores al programa y a favor de Hugo Chávez y Fidel Castro de diversas organizaciones sociales y vecinales que se hicieron presentes.

Los apasionados defensores de Misión Milagro agradecían la oportunidad de acceder a una intervención gratuita y sin listas de espera. Algunos eran parte de la primera delegación y otros tenían su maleta lista para partir al aeropuerto. “¿Si tengo temor por lo que le pasó a la María Salomé? No, nada”, responde Digna Navarrete, de 72 años, una de las chilenas que mandó la carta a Chávez solicitando ser parte de la Misión y que despega hoy con destino a la ciudad de Barquisimeto. “Si me va a pasar algo en Venezuela, aquí también me puede pasar. Confío en los médicos cubanos. ¿Por qué no les tengo fe a los médicos chilenos? Por la forma en que a una la tratan y la tramitan, provoca rechazo. Si la atención médica en Chile fuera buena, ¿usted cree que nos iríamos a operar allá?”.

Digna es dueña de casa y vive en Concepción. Le detectaron cataratas y pterigion en el consultorio de su barrio y la sometieron a los exámenes para acceder a una intervención en el Hospital Regional de esa ciudad. “En noviembre me hicieron todos los exámenes para operarme, recién en febrero me entregaron los resultados y me dieron hora para el 26 de julio... justo ahora que me voy”.

Junto a la delegación viajó el concejal de Cerro Navia, Mauro Tamayo, acompañando a los cuatro vecinos de su comuna. “El lunes pedí autorización al concejo para ausentarme por este viaje y hubo un acuerdo unánime”, comenta. “Ellos asumen que esta es una misión que entrega soluciones, que la situación del país no permite dar respuestas a todos y que con esto se puede mejorar la salud de estas personas. Incluso, René Solano, el concejal de la UDI -partido que ha criticado la Misión-, quedó de mandarme a dos personas puesto que se dan cuenta de que esto no discrimina”.

Así como las opiniones políticas están divididas sobre el programa, también hay médicos que lo recomiendan. “Tengo colegas del sector público que me mandaron pacientes a Misión Milagro porque no los atendían, sobre todo por el pterigion, que no está en el AUGE y quedó postergado”, cuenta Oriele Núñez, una de las especialistas que colabora con el programa.

Núñez, oncóloga chileno-venezolana especializada en la Universidad de Chile, trabajó cinco años en el consultorio Dr. Adalberto Steeger de Cerro Navia y lleva seis en el Hospital San Juan de Dios. Con experiencia en el sistema público y colaboradora de Misión Milagro, explica que “es obvio que la salud en Chile tiene deficiencias y es elitista. Yo veo los servicios de urgencia colapsados. Es lógico, la mayoría de la gente no tiene acceso expedito a la salud”. La mujer agrega que “con el AUGE tampoco damos abasto. Puede haber leyes o escritos en el papel, pero si no se invierte en abrir más camas y contratar más médicos, auxiliares y enfermeras, el tema seguirá igual”.

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