El respiro de Chile en la vecindad
Presidenta Bachelet sorteó el difícil escenario que le deparaba la Cumbre del Mercosur, consiguiendo que Argentina defina oficialmente el lunes el alza que tendrá el gas y revise el sobreprecio de bencinas a vehículos chilenos. Con Bolivia, estableció las bases para un diálogo energético y ratificó la agenda sin exclusiones.
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Sin grandes anuncios, pero sin ningún revés tampoco, la diplomacia chilena sorteó ayer el complejo escenario vecinal que el abastecimiento energético y la demanda marítima boliviana planteaban para la Presidenta Michelle Bachelet en la trigésima Cumbre del Mercosur.
Al despegar el avión presidencial con destino a la ciudad trasandina de Córdoba, donde se celebró el encuentro, el gobierno tenía claro que los intereses de Chile estaban centrados en las bilaterales que la mandataria sostendría con sus pares de Argentina y Bolivia..
El delicado escenario de abastecimiento energético transformó a la cita de Bachelet con su anfitrión, Néstor Kirchner, en la más prolongada de la cumbre. Durante 45 minutos, los jefes de Estado debatieron sobre cómo la Casa Rosada traspasará a Chile el alza en el precio del gas que importa desde Bolivia, en función de los cinco dólares que ahora le cobrará La Paz a Buenos Aires por cada millón de BTU (Unidad Térmica Británica) que reciba.
Y aunque al indicar que éste “no debiera superar los 4 dólares” el ministro de Planificación trasandino Julio de Vido se limitó a confirmar que su país se apresta a traspasar a Chile el cien por ciento de los US$ 110 millones adicionales que cada año deberá pagar por el suministro altiplánico, Bachelet vuelve al menos con la certeza de que el lunes tendrá una información oficial.
También retorna con la voluntad trasandina de “garantizar todo lo vinculado a gas residencial y comercial", diluyendo así el riesgo de un eventual desabastecimiento energético.
“En la reunión –dijo- he planteado con claridad la posición que Chile tiene sobre la integración energética”. “Quiero decir sobre esa conversación, que los chilenos no tienen nada que temer respecto de cortes”, aseveró.
“Respecto del alza dispuesta por el gobierno argentino en el precio de los combustibles para vehículos con patente extranjera, Bachelet informó sobre la voluntad trasandina de revisar la disposición de subir el precio de los combustibles a los vehículos chilenos. “He recibido la certeza de que vamos a trabajar en la revisión de estos criterios cuando se construya el reglamento de esta resolución y se va a dar un trato amistoso a todo lo relativo a la frontera con Chile”, anunció.
Sin desbordes de mar
Y las pausadas declaraciones de Morales al término de su dialogo franco y “sin exclusiones” con Bachelet, sirvieron para asentar la tesis de que la incorporación del “tema marítimo” en el documento final de la reunión que tuvieron el martes los vicecancilleres Alberto van Klaveren y Mauricio Dorfler tuvo por fin evitar la inconveniencia de que Bachelet desembarcara en Córdoba con dos frentes abiertos.
Morales indicó que tuvo con Bachelet “un diálogo con la agenda abierta, sin excluir ningún tema”, y “a partir de esta reunión empieza el trabajo de equipo”, pues “estamos en la obligación de complementarnos en función de las necesidades de nuestros pueblos, y por eso tengo mucha esperanza que esta nueva etapa de relaciones del país, buscando soluciones a nuestros problemas".
El tenor de estas declaraciones permitió a la mandataria chilena cerrar sin sobresaltos su agenda, ya que el canal directo de entendimiento con La Paz bloqueó también los eventuales arranques que Cuba y Venezuela podrían haber tenido a favor de la reivindicación boliviana.
La jefa de Estado declaró que “no hablamos de gas específicamente, pero hay algunas posibilidades de mirar proyectos energéticos en común”. Para ello, anunció que encomendará a la ministra de Energía Karen Poniachik reunirse con el ministro de Hidrocarburos altiplánico para iniciar las tratativas.
Si bien la cuestión energética no está presente en la agenda lanzada por los vicecancilleres de ambos países en La Paz, Evo Morales puso el tema sobre la mesa al declarar en una entrevista a La Tercera su disposición a vender gas a Chile.
Respecto a la demanda marítima, Bachelet se ajustó al libreto que ha seguido La Moneda para abordar esta nueva etapa de la relación bilateral con La Paz. Asimismo, fue enfática en que "la palabra soberanía no existió por parte de ninguna de las dos delegaciones".
En tal sentido, ratificó la “disposición de dialogar en esto que señalamos hace tiempo ya en nuestro país que es un diálogo en una agenda de futuro, sin exclusiones, porque cuando uno quiere relacionarse con otro país de buena manera, con franqueza, con sinceridad, transparencia, el diálogo tiene que ser sobre todos los temas pero también con la capacidad de siempre tener en vista, por cada uno de los Presidentes, los intereses de cada país. Por lo tanto, la mejor voluntad para conversar y avanzar en una serie de materias de cooperación que son muy importantes”.
Atrás quedan de momento episodios como el mediático intento de Hugo Chávez de multilateralizar el conflicto, sentenciando que su sueño era bañarse en el mar de Bolivia. También la tirantez que generaron los reiterados intentos del ex mandatario altiplánico Carlos Mesa de instalar en los foros internacionales la reivindicación marítima, los que tuvieron su punto más crítico el 2004, cuando el ex Presidente Ricardo Lagos lo interpeló a establecer relaciones diplomáticas “aquí y ahora” en la Cumbre de las Américas de Monterrey.
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