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Bachelet: los diálogos tienen que ser entre los países y con una mirada de futuro

Bachelet: los diálogos tienen que ser entre los países y con una mirada de futuro

Presidenta rechazó intento de Bolivia de multilateralizar demanda marítima

Mientras la Jefa de Estado chilena decidió ingresar al debate marítimo para señalar que La Moneda no ha pensando en cambiar la tesis de defensa a la intangibilidad de los tratados y la bilateralidad del diferendo, su par boliviano, Evo Morales, instó a escuchar el clamor de los pueblos que piden mar para Bolivia.

Carolina Miranda
www.lanacion.cl

La invitación formal de Bolivia para que secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, visite La Paz e intervenga en la demanda de una salida soberana al mar frente a Chile, obligó ayer a la Presidenta Michelle Bachelet a ingresar al debate, y recalcar que este es un debate bilateral, en el que no cabe el multilateralismo.

En Talcahuano, la Mandataria chilena recalcó que “nosotros hemos tenido una sola palabra desde el comienzo: Chile está dispuesto a un diálogo político, a una agenda de futuro, manteniendo la intangibilidad de los tratados, pero sí creemos que debemos avanzar en una cooperación en el ámbito educacional, cultural, industrial, minero con Bolivia”.

A renglón seguido, la Jefa de Estado aseguró que la demanda marítima de Palacio Quemado es un asunto “bilateral y, por lo tanto, nos parece que los diálogos tienen que ser entre los países y con una mirada de futuro. No hemos cambiado ni hemos pensado en cambiar nuestra postura”.

Con ello, la Presidenta Bachelet desechó de plano los intentos bolivianos por explorar con la OEA cursos de acción para obtener una salida soberana al mar, y respondió a su par Evo Morales, quien el jueves solicitó a ese organismo multilateral que convoque a una reunión urgente y extraordinaria para discutir la demanda marítima de La Paz.

Ayer, sólo veinticuatro horas después de ese discurso, Morales confirmó la oficialización de la invitación a Insulza a visitar La Paz, e indicó que ésta podría producirse durante la primera semana de abril.

“Hoy (ayer) mandamos una carta de invitación al secretario general de la OEA, y consultando a algunas personalidades allegadas a él, hay posibilidad que el señor Insulza venga lo antes posible, puede ser la primera semana de abril”, afirmó Morales.

En todo caso y consciente de la histórica posición de Chile, el mandatario andino explicó que si bien cada país es libre de defender sus conceptos, se debe escuchar el clamor de los pueblos de ambos países, que piden mar para Bolivia.

“Las necesidades de los pueblos nos obligan a cambiar políticas. Acá no se trata de una posición de los gobiernos, ya que los gobiernos, Presidentes y Estados fracasaron, ahora los pueblos piden reparar ese daño histórico”, afirmó Morales.

El Palacio Quemado está apelando así a la denominada “diplomacia ciudadana”, uno de los tres ejes que forman la nueva estrategia boliviana en materia marítima. El diseño de La Paz incluye además trabajar con Chile y solicitar el apoyo de la comunidad internacional para que La Moneda acceda a dialogar sobre sus reivindicaciones.

“No nos vamos a mover”

En Santiago y horas antes del pronunciamiento presidencial, el canciller Alejandro Foxley ya había anticipado la postura oficial chilena al declarar que “los problemas entre Chile y Bolivia son de carácter estrictamente bilateral, y de eso no nos vamos a mover”.

Es más, reiteró la histórica posición de La Moneda al precisar que “no corresponde que ningún organismo multilateral, ni tampoco la OEA, intervenga en un asunto que es estrictamente bilateral”, ya que “los límites quedaron zanjados por el Tratado de Paz y Amistad de 1904, los pactos son intangibles”.

Es precisamente bajo este argumento, la bilateralidad, que Chile ha rechazado la intervención de terceros países y de organismos multilaterales en asuntos que considera de Estado.

Esta tesis ha logrado el respaldo de países vecinos como Brasil, Argentina y Perú, siendo la decisión de este último país clave, ya que en virtud del mismo Tratado de 1929 Lima deberá pronunciarse si Chile y Bolivia llegan a un acuerdo marítimo,

En este contexto, el canciller Foxley reiteró la voluntad del gobierno chileno para iniciar un diálogo, “una agenda abierta, sin exclusiones con Bolivia, pero los temas son bilaterales, con la mejor voluntad, con la mejor disposición de encontrar soluciones en el plano bilateral”.

Y respecto de una posible intervención de la OEA, Foxley aseguró que “no nos ponemos en esa situación, no corresponde que la OEA intervenga en un problema bilateral, y sin el acuerdo de Chile, la OEA no debiera intervenir en este tema”.

La guinda...

En todo caso, la voluntad chilena de dialogar sobre la base de una agenda de futuro, abierta y sin exclusiones, no logra satisfacer del todo al gobierno de Morales. De hecho, el cónsul de Bolivia en Santiago, Roberto Finot, señaló que La Moneda busca priorizar una agenda que, aunque es interesante, no va “al fondo del problema”.

“Una guinda en la torta es por ejemplo, un aspecto que puede ser muy relevante, la apertura unilateral del mercado chileno a los productos bolivianos. Es una cosa muy interesante, pero no va al fondo del problema”, explicó.

A su juicio, “no se trata simplemente de ponerle unas guindas más en la torta para hacer ver que las cosas están marchando bien. No, de lo que se trata es de amasar todo el pan, meterlo al horno y después se le podrán meter todas las guindas que se quieran”.

Para Finot “el fondo del problema es que Bolivia necesita imperativamente para su desarrollo acceder a los mercados del Pacifico para la exportación del gas”. “Podemos quedarnos dos años más, cuatro años más negociando cosas complementarias que pueden ser muy interesantes, pero no es lo esencial”, afirmó.

El diplomático boliviano explicó que la tesis chilena de reanudar relaciones diplomáticas como un paso para conversar puntos más de fondo, como el fin de la mediterraneidad, “no dio frutos en 1975”, por lo que se debe intentar obtener soluciones como paso previo al restablecimiento de los vínculos entre Santiago y La Paz.

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