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Centros Chilenos en el Exterior

Lloran al maestro

Lloran al maestro

Por PAULINA OSSA M / possa@diariollanquihue.cl

Consternados estaban profesores, ex alumnos y funcionarios del Liceo.

Banda de Guerra

El joven Tito Cáceres, fue uno de los pocos alumnos que alcanzó a llegar a las afueras del departamento en calle O'Higgins. Acosado por los medios de comunicación, el estudiante no pudo ocultar su emoción al ser consultado por la relación de cariño que el rector cultivó con sus alumnos.

"Él era una persona especial. Era súper bravo, pero aún así recuerdo que siempre nos brindó su apoyo como integrantes de la banda de guerra. Fue un padre para nosotros", dijo.

Según el mismo estudiante afirmó, la banda de guerra se reunirá a las 10.30 horas de hoy, para rendirle un último homenaje.

Esto sólo puede ser obra de mentes desquiciadas. Nadie puede hacerle daño a alguien tan noble", decían consternados profesores y ex alumnos impactados, quienes al enterarse de la tragedia corrieron a reunirse en las afueras del edificio.

La indignación y la sorpresa rápidamente dio paso a una profunda tristeza. Y es que nadie mejor que la comunidad escolar del Liceo de Hombres puede ser consciente de la pérdida que significa su muerte.

Víctor Salvo, administrador del Liceo y cercano al sacerdote, no dudó el resaltar el gran aporte que fue su figura al establecimiento educacional. "Si el colegio llegó a estar entre los 15 mejores del país fue gracias a él, cuestión que nos llena de orgullo porque aparte de ser mi jefe directo, fue un amigo. Y a pesar de ser un sacerdote, él tuvo la sabiduría de mantener el Liceo como una institución pluralista, que acepta a una gran diversidad de alumnos", dijo con palabras entrecortadas.

"Esta es una terrible pérdida no sólo para el Liceo, sino para la comunidad educativa en general. Desde que lo conocí encontré en él a un gran colaborador, un amigo, un hombre que quería mucho a su colegio", agregó Luis Peroti, director del Departamento de Educación Municipal (DEM).

 

ÚLTIMA GRADUACIÓN

 

Rubén Añazco, presidente del Centro de Ex Alumnos, enfatizó que Benedicto Piccardo cultivó un vínculo perdurable con todos quienes fueron sus alumnos. "Nos va a costar recuperarnos de esta pérdida. Todos lo queríamos mucho, alumnos, profesores, padres, administrativos", pudo decir en un hilo de voz.

Añazco agregó que durante la licenciatura de 4º medio, en diciembre del 2005, el rector se vió especialmente emocionado puesto que sabía que sería su última ceremonia de graduación. "Él sabía que tendría que acogerse a la jubilación. Incluso recuerdo que dijo que empezaría arreglar sus cositas porque iba a dejar la rectoría. En todo caso, estaba confiado en que el que llegare sabría cumplir con el colegio", comentó.

Juan Álvarez, no sólo fue un ex alumno, también era su amigo. "Más que un vínculo profesor- alumno, teníamos una relación de hijos con él.

Había un círculo cercano compuesto por profesores, alumnos y personas que trabajaban con él, que éramos como su familia. Siempre sabíamos si necesitaba algo y acudíamos en su auxilio. Él tenía una úlcera varicosa en la pierna que le provocaba dificultades al caminar, desde hace ya más de 10 años. Por eso siempre sabíamos si estaba enfermo", explicó.

HASTA EL ÚLTIMO DÍA

El mismo Arzobispo de Puerto Montt, Monseñor Cristián Caro Cordero se enteró poco después del mediodía de ayer, de la trágica noticia. Monseñor destacó su espíritu de servicio y su entrega a la labor educativa. Resaltó que hasta el viernes de la semana pasada Bendicto Piccardo Olivos acudió normalmente a su trabajo en el Liceo de Hombres, gesto con el cual el sacerdote demostró hasta el último su gran vocación por la que fue su actividad durante los últimos 30 años.

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