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Guillermo Teillier en Acto Aniversario del Partido Comunista de Chile

Guillermo Teillier en Acto Aniversario del Partido Comunista de Chile

Escrito por oficina de prensa    

 Santiago, 06 de Junio 2010.- 

 “Hace 98 años, Luis Emilio Recabarren…”

Estimados y estimadas amigos y amigas que nos vienen a acompañar a este  aniversario: sean ustedes bienvenidos y sepan que los acogemos de todo corazón.

 Quisiera saludar especialmente a todos los dirigentes y dirigentas del Partido Comunista de Chile. A quienes que muchas veces de  manera anónima realizar un trabajo de hormiga, abnegado, de un valor muy grande. Me refiero a los dirigentes de células, de comités locales, de comités regionales, a los miembros del Comité Central de nuestro Partido y también de nuestra  Comisión Política.

 Cómo no va a ser emocionante entregar la medalla Luis Emilio Recabarren a nuestro querido compañero Luis Corvalán.

Hay algo que he visto en la biografía y lo quisiera tomar aquí en el primer punto de mi discurso: es que él fue el secretario general que encabezó el Partido en todo el camino a la elección de Salvador Allende como presidente de Chile, fue uno de los más grandes puntales de su gobierno y posteriormente bajo la dictadura tuvo la fortaleza de seguir dirigiendo el Partido y de ingresar a Chile clandestinamente, cuando era todavía muy difícil hacerlo.

Quiero decirles también que el día jueves pasado fue muy emocionante para los parlamentarios comunistas el hecho de que después de 36 años, no sabemos si antes se habría hecho, pero por primera vez en estos 20 años, pudimos rendir un homenaje a la fundación de nuestro Partido en la sala plenaria de la Cámara de Diputados. Y quiero también agradecer aquí, ante varios parlamentarios y parlamentarias presentes, el hecho que las bancadas hayan permitido que se hiciera de esa forma este homenaje que de aquí en adelante se va a hacer de la fundación de todos los partidos políticos. Es decir, los comunistas hemos iniciado una nueva tradición en el parlamento de Chile.

En lo que voy a decir ahora, voy a tomar una parte de ese discurso en el parlamento, que se ha completado con algunas ideas que hemos visto en la dirección del Partido.

El 4 de junio de 1912, Luis Emilio Recabarren, obrero tipógrafo, junto a un puñado de trabajadoras y trabajadores fundó el Partido Obrero Socialista de Chile.

Han pasado 98 años de este nacimiento que se gestó en la dura realidad de la pampa salitrera y vio la luz en el histórico puerto de Iquique. Allí mismo, un hecho trágico de nuestra historia, la matanza de la Escuela Santa María, había marcado profundamente al movimiento sindical chileno, que sintió con ello la necesidad urgente de dar vida a un partido político que representara esencialmente sus intereses de clase.

Desde entonces, nuestro Partido, que el año 1922 cambió su nombre por el de Partido Comunista de Chile, ha hecho suya esta misión histórica, ampliando el arco de su representatividad al campesinado, a la llamada clase media de pequeños y medianos empresarios, a profesionales e intelectuales, a sectores de nuestra sociedad excluidos o discriminados, como los pueblos originarios, la diversidad sexual, los sectores de tercera edad y pensionados.

Desde hace 67 años contamos con la inapreciable contribución de nuestras queridas Juventudes Comunistas de Chile, que en estos días han dado muestra de su alta moral al jugársela por entero para llevar la solidaridad a las familias afectadas por el terremoto, para muchas de las cuales aun no llega la ayuda oficial o ésta es insuficiente. Por esta actitud permanente, que es de las tradiciones que han implantado los jóvenes comunistas en nuestra patria, se explica la importante influencia que ha desarrollado con los estudiantes hoy en pie  de lucha por la defensa de la educación publica. Ello explica también el gran arraigo que han alcanzado entre los trabajadores jóvenes y entre los allegados y sin casa, en su mayoría parejas jóvenes y un gran porcentaje de madres solteras jefas de hogar.

¡Gloria y honor a nuestras Juventudes Comunistas, aquellos jóvenes que pletóricos de los más nobles y justos ideales no trepidaron en exponer sus vidas para terminar con la dictadura y que hoy continúan junto a su Partido la lucha por alcanzar las más plena democracia en nuestra patria!

Queridas compañeras y compañeros: nuestro aniversario se da en momentos políticos en que la lucha por los derechos humanos y nuestra permanente búsqueda de verdad y justicia, necesita ser reforzada ante las pretensiones de poner fin a los procesos e incluso de otorgar indultos a condenados por crímenes de lesa humanidad. Expresamos hoy nuestra solidaridad y reconocimiento por su lucha consecuente a las agrupaciones de familiares de detenidos desaparecidos y de ejecutados políticos. En esta lucha se necesita, más que nunca, de la unidad de todas las organizaciones de ex presos políticos y torturados, de exonerados, de exiliados. No es la hora de la autocomplacencia, hay todavía mucha injusticia no reparada, son demasiados los casos en que no se produce la verdad, en que no hay justicia.

Junto con lo anterior, debemos hacernos cargo de que se ha hecho mucho mas difícil y compleja la lucha por los derechos de los trabajadores y las personas, como el derecho a educación y salud pública gratuitas y garantizadas para todos, el derecho a la vivienda, al trabajo, a salarios dignos, a la igualdad de la mujer y el hombre que como familia y como personas tienen derecho a habilitar en un medioambiente libre de contaminación.

El terremoto y tsunami del 27 de febrero dejó a 90.000 personas sin su fuente de trabajo. A ello debemos agregar más de 15.000 despidos injustificados, que se hicieron por “razones de fuerza mayor” aprovechándose del terremoto. Y ahora debemos sumar los más de mil despidos arbitrarios en la administración pública, que suman y siguen día a día, con causales no conocidas, con una falta de respeto a la dignidad de los trabajadores, que además están provocando un gran daño a las familias porque son despidos sin desahucio y ningún tipo de reparación. Los empleados públicos sienten que están siendo victimas de verdaderas razzias, que les provocan gran temor, como lo sintieron en otros tiempos.

Esta situación contrasta con las promesas del presidente de crear un millón de empleos y con sus promesas electorales cuando afirmó en una carta que no habría despidos de empleados públicos y que todos, ya fueran a honorarios, contrata o planta, serían respetados en sus derechos y promovidos en sus méritos. En conversaciones con la ANEF, hizo un gran reconocimiento a la labor desplegada por los empleados públicos con motivo del terremoto, agregando que el rol del Estado es fundamental y que la intención de su administración no era reducirlo, sino potenciarlo y fortalecerlo.

¡El señor Piñera no ha dicho la verdad al pueblo de Chile!

Nosotros expresamos nuestra solidaridad con los empleados públicos, todo nuestro apoyo a la ANEF y nuestra exigencia que terminen los despidos arbitrarios, que se investigue, y que se repare a las víctimas de esta injusticia.

Pero algo más huele mal en nuestro país:

las concesiones hospitalarias. Hay hospitales cuyo financiamiento ya estaba en el presupuesto de este año, comenzando por el Fricke de Viña del Mar, el Barros Luco y el Exequiel González Cortes de la zona sur de  Santiago, pero el gobierno decidió que a cambio de ello estos hospitales serán concesionados junto a otros 20 a través de  todo el país. Eso significa que al menos el 75 u 80% del hospital se traspasa a la administración de privados. Esto es un negocio escandaloso, cuyo principal objetivo es el lucro. Y más aun, el ministro de Salud recibió a los dirigentes de la zona sur de Santiago y frente a parlamentarios les dijo que estaba dispuesto a retirar el Barros Luco de la lista de hospitales concesionados y además a crear una comisión con trabajadores y usuarios para determinar cómo sería la gestión de ese hospital. Sin embargo, a los dos días dijo que entre los primeros hospitales concesionados estará el Barros Luco.

Le decimos desde aquí al señor ministro y al señor presidente de la Republica que así no se puede tratar al pueblo de Chile, que no es la forma de llevar adelante la relación del gobierno con los trabajadores y los usuarios.

Hoy se habla de la mala calidad de la educación. Nosotros decimos que esa mala calidad es un monumento a la desigualdad social. Este gobierno pretende seguir con la  fórmula para terminar con la educación pública y para que un tercio fundamental de la educación pública recaiga en el sector privado, un gran negociado para que unos pocos empresarios puedan lucrar con las necesidades del pueblo.

Está el problema de la emergencia: el gobierno dice que ha construido prácticamente 60.000 mediaguas y que con eso se termina la emergencia. Nosotros decimos que hay amplios sectores que no han recibido ningún tipo de ayuda, y otros en que las ayudas han sido mezquinas y apenas sirven para reparar una parte ínfima de las viviendas. A muchos municipios, apenas les alcanzan los recursos para retirar los escombros o echar abajo los muros que están en peligro de caerse. Por eso es que en algunas comunas, como Pedro Aguirre Cerda, hemos tenido que llevar adelante trabajos voluntarios para cubrir lo que el gobierno no ha sido capaz de poner a disposición del pueblo.

Reconstrucción o negociados

Y decimos también ¡cuidado con la forma en que se está planteando financiar la reconstrucción! Hay un proyecto en el parlamento, pero cuando hemos sacado las cuentas respecto de la reforma tributaria o del alza del royalty, que van a durar un año y medio, nos damos cuenta que lo que recaudaría el Estado no alcanza para la reconstrucción.

Pero, además, esto es apenas un préstamo que le hacen las grandes empresas al Estado, que se devolverá con creses en los próximos 8 ó 10 años mediante franquicias tributarias que se les están dando a las grandes empresas, en especial a las trasnacionales del cobre.

Por eso estamos muy atentos a lo que pase en estos días en el Senado y lo que tendremos qUe hacer en la Cámara de Diputados, porque no es posible aprobar una ley de reconstrucción  cuando vemos que el daño que se le hace al país es mayor que el beneficio que se dice entregar a los damnificados.

Además de esto, la ley aprobada el 20 de enero de este año no regula las concesiones. Es decir, se le ha entregado al Ejecutivo un cheque en blanco para que lleve adelante todas las concesiones que quiera y como quiera sin limites.

Este gobierno que pretende llevar el neoliberalismo a su posición más extrema, que   más daño le hace a los trabajadores, pretende vender los activos del Estado, entre otros las sanitarias, parte de CODELCO, de ENAP, de ASMAR, y tampoco podemos contar con que el parlamento se cruce frente a estas pretensiones porque ya las ha aceptado con otro cheque en blanco entregado al presidente Sebastián Piñera. La única empresa en la cual creo que tenemos todavía la posibilidad de oponernos es CODELCO, y espero que en eso el pueblo de Chile, los trabajadores, los parlamentarios democráticos, progresistas, de centro, de izquierda seamos capaces si así se llegara a plantear de parar cualquier intento. Esta es una lucha en la cual jamás cesaremos.

Esta política del gobierno está resultando ser un engaño, sólo anuncios que aparecen hasta atractivos: reforma tributaria, que paguen las grandes empresas, alza del royalty para las empresas mineras, ayuda extraordinaria para la  pequeña y mediana empresa. 

El Bicentenario

 Hasta el Bicentenario de la Republica está resultando ser un fraude. Le hemos preguntado al ministro secretario general de la Presidencia cuál es el proyecto de celebración. Alguien me decía el otro día que para el centenario se construyeron grandes obras, el Museo de Bellas Artes y otros que son parte del patrimonio, que cualquiera puede distinguir como hechos que nos honran, que elevan nuestra mirada cultural. Pero a este gobierno al parecer lo único que le interesa son los desfiles; bueno, que son importantes; las cuecas, que comamos empanadas y tomemos harto vino y chicha. Sí, claro, eso dignifica nuestras tradiciones, pero resulta que es el Bicentenario de la independencia de nuestro país y dónde está el significado de ese hecho histórico; dónde está el reconocimiento a las ideas libertarias de igualdad, del espíritu americanista, que llevaron adelante nuestros próceres; dónde están las ideas progresistas de Bernardo O´Higgins, de Manuel Rodríguez, de los Carrera.

Identidad y aporte del Partido Comunista

La existencia del Partido Comunista de Chile está fuertemente vinculada a la vida democrática y republicana de nuestra nación, cuyo proceso de desarrollo complejo y a veces contradictorio está a las puertas del Bicentenario. No es poco decir que en dos años más nuestro Partido cumplirá sus primeros 100 años, que los sentimos como continuación de las luchas emancipadoras que encabezaron nuestros padres de la patria y antes, durante tres siglos, el pueblo mapuche.

Formamos pare de la identidad popular nacional de Chile; hemos contribuido al perfeccionamiento democrático y a su defensa, al desarrollo de las artes, la cultura, la ciencia y la educación, concebidas como parte del desarrollo del país; a la organización obrera, a los derechos y la emancipación de la mujer y de los jóvenes.

Creemos en una democracia participativa y popular, pluralista e independiente de ingerencias imperiales.

Somos un partido de arraigo nacional, que a pesar de los intentos por exterminarnos, de los terrorismos de Estado y los genocidios, sobrevivimos y miramos el futuro con alegría y esperanza cierta. Si bien es difícil la reconciliación, pensamos en el reencuentro de las chilenas y chilenos como algo necesario y posible.

Compañeras y compañeros: celebramos nuestro aniversario cuando en el mundo se acentúa la crisis de neoliberalismo que se estremece en sus raíces y en su estructura.

Saludamos a los pueblos y gobiernos democráticos, de izquierda y progresistas que en nuestro continente abren camino a nuevos horizontes y nuevos tipos de sociedad, más justas, igualitarias e independientes. ¡Cómo no saludar, por ejemplo, al pueblo de Venezuela,  de Ecuador, de Bolivia, de Uruguay, de Nicaragua, y a todos los pueblos del mundo que luchan por su independencia! No podemos dejar de mencionar el ejemplo que siempre nos han dado el Partido Comunista y al pueblo vietnamita, que fueron capaces de derrotar al imperio más grande del mundo y que hoy pacíficamente llevan a cabo su desarrollo.

El Partido Comunista de Chile mantiene en alto su solidaridad con el pueblo cubano, que sufre las consecuencias de más de 40 años de bloqueo acompañado de una persistente y multimillonaria campaña de desestabilización por parte del gobierno de los EEUU. ¡Toda nuestra solidaridad para el pueblo de Cuba!

No podemos dejar de manifestar nuestra protesta ante el ataque criminal cometido por las fuerzas armadas de Israel contra personas que llevaban ayuda humanitaria a la sitiada Franja de Gaza. Nuestro repudio para este complot que han formado Israel y EEUU para aplastar al pueblo palestino. Nuestra solidaridad seguirá siempre.

Somos partidarios de la integración de nuestros países, en especial ante la grave crisis económica y energética que vive el mundo. Tenemos que ser capaces de poner nuestros recursos naturales a disposición en primer lugar de nuestros pueblos, es el imperativo del actual momento. 

Hacia una nueva mayoría nacional

Planteamos la necesidad de una reconstrucción nacional con igualdad y con justicia social. No se puede ni se debe reconstruir sobre las mismas bases que se han desplomado y que pueden reproducir inquietudes, desigualdad, odiosidades sociales mayores incluso que antes del gran terremoto.

Chile necesita una nueva economía, que sin dar la espalda a la realidad nos permita una inserción en América y en el mundo que resguarde nuestros recursos y riquezas naturales, con el fin de sostener políticas públicas de mayor igualdad social.

Con estas premisas, desde hoy mismo debemos proponernos la celebración de los 100 años de nuestra fundación. Una fiesta en grande, educando para nuevas conquistas de los trabajadores y el pueblo, entregando a la sociedad todo el contenido cultural e ideológico transformador que con consecuencia hemos mantenido a lo largo de nuestra existencia.

Los comunistas, en este 98º aniversario, sentimos el orgullo de haber vuelto al parlamento del cual estuvimos excluidos por más de 36 años. Debemos plantearnos tener más diputados, también senadores, más alcaldes y concejales, porque Chile necesita un nuevo sistema político, plural, representativo y participativo, que enfrente de verdad la profunda crisis de participación que ahoga su sistema político.

Reformar el sistema electoral binominal es imperativo, porque la exclusión no ha terminado.

Consideramos de un alto valor el acuerdo alcanzado con el Partido Radical, con el PRI, e independientes, en el parlamento, con la finalidad de presentar un proyecto para una reforma electoral.

Sin esa reforma del sistema electoral, tanto la inscripción automática como el voto voluntario, que apoyamos, no solucionarán el problema de la exclusión.

Respecto al voto de los chilenos en el exterior, que es un derecho, no estamos de acuerdo con que se discrimine entre chilenos buenos y chilenos malos como lo pretende hacer el señor Piñera. Todos, sin exclusión, deben tener derecho a voto, salvo las restricciones por delitos cometidos que hoy impone la ley electoral, pero no vamos a aceptar que se deje a una parte fundamental de los chilenos en el exterior sin derecho a voto, como se pretende al excluir a aquellos que salieron exiliados por la dictadura de Pinochet.

 Estamos dispuestos a ir más lejos. A contribuir para alcanzar una nueva mayoría nacional, como lo hemos hecho a través de toda nuestra historia, para conquistar un gobierno de nuevo tipo, que abra paso a una nueva Constitución Política, a un Estado democrático sólido e independiente.

Hemos sido críticos de la Concertación, sin desconocer sus méritos. Pero es indudable que muchos de sus errores hoy pesan en la situación del país. Siempre una crítica va encaminada a buscar una salida, que en política puede darse en dos sentidos: o se aprende la lección y se produce una rectificación de fondo, o simplemente se va al fracaso más profundo. Este dilema de un conglomerado tan importante como la Concertación, que gobernó 20 años, es lo que caracteriza el momento político de hoy y puede pesar de manera determinante en el mañana.

La derecha, con un gobierno empresarial de alto vuelo, que pretende llevar el neoliberalismo a su extremo más favorable al gran capital y más negativo para los trabajadores, no deja de hacer esfuerzos por llevar a parte de la Concertación a su redil para eternizarse en el gobierno. Las promesas de Piñera han sido de 8 a 10 años, no sólo a los 4 de su mandato. El mensaje de sus pretensiones es claro y directo. La concertación, ante ello, debe expresarle claramente a sus electores y al pueblo en general si quiere que siga la derecha en el gobierno, o no. Y el mensaje no puede ser el mismo de antes de las elecciones.

Cualquiera sea el desenlace de la crisis de este conglomerado, está claro que de igual manera la unidad de las fuerzas democráticas y progresistas, todas ellas de centro y de izquierda, es una necesidad para el país, considerando en ello la vital importancia de las organizaciones sociales que cada vez con más fuerza exigen respuestas claras frente a este imperativo.

Nuestro punto de partida es el Juntos Podemos y el Frente Amplio, los Socialistas Allendistas con los que mantenemos muy vigente el programa que presentamos al país con la candidatura de Jorge Arrate. Un camino de búsquedas es efectivamente tener en cuenta las coincidencias programáticas de las diversas candidaturas presidenciales, como se dio por ejemplo con los doce puntos acordados para la segunda vuelta.

Una convergencia opositora firme, propositiva y constructiva en el parlamento y junto a quienes se organizan y unen por la defensa de sus derechos, es también una buena forma de encuentro con perspectivas futuras.

Al cumplir 98 años de vida, los comunistas hemos querido compartir estas ideas con nuestros aliados, con nuestros amigos y con quienes pensamos que debemos hacer esfuerzos por construir una democracia de verdad.

Lo decimos cuando estamos a las puertas de la convocatoria a nuestro Congreso Nacional, que se realizará este año y deberá discutir y analizar los logros y deficiencias de nuestra política y diseñar nuestra línea para los próximos 4 años. Será un proceso en que mediremos la calidad de nuestro Partido, su desarrollo y crecimiento, de manera crítica, autocrítica y constructiva, y será el momento de elegir dirigentes a todos los niveles.

Queremos un congreso con el pueblo, no queremos realizar una discusión internista; queremos discutir con los trabajadores y trabajadoras, con los pobladores, campesinos, con los mapuches. Que den a conocer sus problemas, queremos conocer su pensamiento, para llevarlos a las municipalidades, al parlamento. Pero además para formar un solo torrente de lucha para conquistar una sociedad mejor para las chilenas y chilenos. Ese tiene que ser nuestro congreso, no algo para encerrarse mirando el ombligo. Es para mirar hacia el futuro con altura de miras, porque nosotros no trabajamos para el Partido Comunista: nosotros trabajamos para la clase obrera, los trabajadores en general y el pueblo de Chile.

Y para terminar, quisiera nombrar a algunos compañeros y compañeras. Es imposible nombrar a tantas y tantos que han dado todo por la lucha a favor del pueblo y de la democracia. Aquí ya se los ha nombrado pero creo que es necesario saludar a Volodia Teitelboim, creo que es imprescindible saludar a Pablo Neruda, Víctor Jara y Violeta Parra. Hay un gran escritor chileno que a veces es olvidado pero que fue un fiel militante: me refiero a Francisco Coloane. Pocas veces se nombra a Alejandro Lipschutz. Cómo no nombrar a Víctor Díaz y a Fernando Ortiz. Es también pertinente nombrar a Raúl Pellegrín, y nombrar también a nuestra querida compañera Gladys.  

Compañeras y compañeros: ¡mil veces venceremos!

 

 

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