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La alcancía de María Carolina

La alcancía de María Carolina

Domingo 2 de diciembre de 2007   

Por Angel Carcavilla / La Nación Domingo 

El asesor de imagen

No sabía que antes de donar plata había que presentar un certificado que acreditara la forma en que se ganó. Si fuera así, habría que negarse a las donaciones de empresas, narcos, ladrones y explotadores. Y tendrían que bajarse la mitad de los pelafustanes de farandulandia que lloran y se abrazan sobre el escenario.

La Teletón ha servido para mucho más que socorrer a la población discapacitada de este país. A la dictadura le vino como anillo al dedo lavar su imagen con la obra. Doña Lucía, el gorila y sus colaboradores fueron invitados estelares del evento. Incluso la sangrienta CNI, el año 78, donó una camioneta para un centro de rehabilitación y a nadie le importó. Los políticos y empresarios se han servido de la Teletón para verse más humanos, cercanos y honestos, llenándose el escenario de toda clase de tránsfugas que limpiaron sus inmundicias colaborando con la causa.

Con estos antecedentes, parece una tontería que Don Francisco critique la generosa ayuda de María Carolina, la escort "nombre elegante para referirse a las putas caras que ofreció muy noblemente llevar a cabo la máxima del Padre Hurtado: darle hasta que duela, y lo ganado depositarlo en la 24500-03. No sabía que antes de donar plata había que presentar un certificado que acreditara la forma en que se ganó. Si fuera así, habría que negarse a las generosas donaciones de empresas, privados, narcos, ladrones, explotadores, sartas y toda la gama de torcidos que pueblan nuestro país y que cada año se ponen con los discapacitados. Por lo demás, si hubiera que hacer un ajuste moral, tendría que bajarse la mitad de los pelafustanes de farandulandia que lloran y se abrazan sobre el escenario. Me parece de un cartuchismo sublime la actitud de Don Francisco, sobre todo cuando todo Chile sabe que él, precisamente, no es ningún santo. Por lo demás, cual más, cual menos, en este país todos nos prostituimos trabajando para un sistema económico que nos fornica a diario, y para colmo cobrando muchísimo menos por hora que la pícara escort.

María Carolina, que está en todo su derecho de hacer con su culo lo que quiera, prometió subir la prueba de su generosidad (el recibo del depósito) a Internet. Le deseo suerte y que ojalá junte mucha plata en su intensa jornada solidaria y a todos los que se pongan con ella, por favor, cuiden de no destrozarle la alcancía.

 

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