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Prensa cubana admite corrupción en empresas

Prensa cubana admite corrupción en empresas

A pesar de las constantes cruzadas del líder cubano Fidel Castro, según el diario oficial Juventud Rebelde, gran parte de las empresas del país, están involucradas en corrupción y en el tráfico de diferentes productos en el mercado negro.


Por Joaquín Ivarz

La Vanguardia

The New York Times Syndicate

Pese a las campañas promovidas por Fidel Castro, la corrupción sigue imperando en Cuba. Más de la mitad de las compañías de La Habana - todas estatales- engañan a sus clientes o al Estado, según publicó el diario oficial, Juventud Rebelde.

Un director de inspecciones denunció que cerca de 11.700 empresas, de un total de las 22.700 compañías fiscalizadas en agosto, vendieron sus productos a un precio mayor o rebajaron la cantidad que el cliente compró.

Muchos cubanos justifican las estafas y engaños con el argumento de que buscan sobrevivir y el Estado no les da medios suficientes. La corrupción alcanza desde el trabajador que cobra unos diez dólares mensuales hasta profesores, médicos, arquitectos o ingenieros que tienen un salario un poco mayor. En los últimos años se destaparon incluso casos de corrupción que implicaron a ministros.

El jefe de inspectores declaró a Juventud Rebelde que entre los peores casos destacan los mercados de productos agrícolas, restaurantes y gasolineras.

El amplio reportaje fue publicado días después de que el Presidente provisional Raúl Castro, en un discurso al sindicato de trabajadores, exhortó a los cubanos a participar “en esta batalla contra toda suerte de actos de corrupción, ilegalidades y robos en las empresas estatales con los que se nutre el extenso mercado negro del país”.

Campañas ineficaces

Aunque las autoridades se esfuerzan por evitar los robos, desvíos de recursos y despilfarros que desangran a la economía de la isla, según ha criticado el propio Fidel Castro en repetidas ocasiones, los hechos evidencian que estas campañas no dan muchos resultados.

Los bajísimos salarios obligan a los cubanos a inventar formas de conseguir dinero para vestidos y alimentos. La lucha contra la corrupción no es fácil porque están implicados

funcionarios de todo nivel.

Estas prácticas, que se vienen realizando desde hace muchos años, han creado una cultura del resolver. De hecho, los que practican pequeños hurtos al Estado no lo consideran delito.

En muchas bodegas (tiendas de alimentos en pesos cubanos) se trafica con los productos que llegan racionados para la población, desde el azúcar y el aceite hasta el jabón y la pasta de dientes. Prácticamente no hay nada que no se pueda conseguir en el mercado negro.

Consciente de que la corrupción se entronizó en el país, Fidel Castro admitió que esta falta de honestidad era el mayor peligro para la subsistencia del régimen comunista. De hecho, el propio Presidente envió personalmente a miles de jóvenes trabajadores sociales a las gasolineras para detener el tráfico de combustible.

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