Blogia
Centros Chilenos en el Exterior

Felipe González: “El fenómeno del populismo es un drama para los pueblos”

Felipe González: “El fenómeno del populismo es un drama para los pueblos”

EX PRESIDENTE DEL GOBIERNO HISPANO REFLEXIONA SOBRE AMÉRICA LATINA Y LA ELECCIÓN DE BACHELET

En la foto: El ex Presidente del Gobierno hispano Felipe González pasó por Chile en el contexto del triunfo de la doctora Michelle Bachelet en el balotaje del 15 de enero.


Andaluz por nacimiento y socialista por adopción, Felipe González es una de las figuras políticas más influyentes de la política hispana. De paso por Chile, destacó el aporte que significará Michelle Bachelet y esbozó su impresión sobre el proceso de “izquierdización” que exhibiría la región.

Por Leonardo Miranda  -  www.lanación.cl

Sin recurrir al ultra manoseado cliché de declararse “latioamericanista”, admite, a modo de confesión, que profesa un cariño muy especial por América Latina, afectividad que no duda en explicarla como “bastante irracional”. Tras esta íntima admisión, no resulta extraño que Felipe González, principal referente del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), siga con particular atención los procesos histórico-sociales que se desarrollan en estas latitudes.
Este interés, condimentado con altas dosis de sentimentalismo político, fue lo que lo motivó a estar presente hace algunos días en Chile para testimoniar su respaldo a Michelle Bachelet, la mujer que en algunas semanas pasará a la posteridad como la primera Presidenta chilena.
Con el plus que le dan sus 14 años como jefe del Gobierno español (1982-1996) y sus 30 años de trayectoria pública, González asume, sin mayor presunción, que él no es un “aparecido” a la hora de analizar los tiempos políticos que marcan el ritmo de Latinoamérica. En diálogo con La Nación, el ex premier hispano repasó de manera general el panorama regional, al tiempo que dio algunas pinceladas sobre la imagen que pudo construirse de la flamante ganadora del balotaje del domingo 15.
 

-Usted es una figura política reconocida en América Latina. Dada su condición de socialista, ¿se considera un referente para la izquierda latinoamericana?
-No, en ningún caso. Lo que sí creo es que los líderes políticos con experiencia en América Latina pueden observar que la evolución política, económica y social de España en los últimos 25 años, catorce de los cuales estuve en el poder, ha sido muy positiva para mi país. Me siento partícipe de ese buen desempeño, que le ha permitido a España dejar de ser un país emergente.
 

-Entonces, ¿cuál es la percepción que, a su juicio, se tiene de usted en la región?
-Estimo, más bien, que la izquierda latinoamericana me considera pragmático. Y tienen razón. Soy pragmático, pero en el sentido originario del término: me gusta que las ideas se lleven a la práctica. No comulgo con ese discurso de defender ideas que no se transformen en realidades que mejoren las condiciones de vida de la gente.
 

-¿Por qué, por ejemplo, no se siente próximo a una alternativa de izquierda como la que impulsa en Latinoamérica el Presidente venezolano Hugo Chávez?
-Porque no soy capaz de identificarla tanto en sus fines como en los instrumentos para conseguir sus objetivos. Como no la identifico con claridad, no puedo decir que estoy de acuerdo en esos instrumentos para conseguir esos propósitos. También es verdad que hay algunas cosas que no me gustan…
 

-¿Cómo cuáles?
-Cuando se tiene una alta responsabilidad, hay que medir mucho lo que se dice en el discurso. Es más, lo creo incluso cuando los candidatos dejan de ser candidatos y ya son presidentes electos. La impresión es que, a veces, el Presidente Chávez está siempre en campaña. Y no se puede gobernar en campaña.
 

-¿Tiene alguna otra reticencia?
-Si alguien se define como socialista o socialdemócrata, en principio me parece bien, pero quiero saber cuál es su propósito, para entender si ese camino conduce a transformaciones como las que yo identifico como socialdemócratas. Estoy dispuesto a discutir con él, de buena fe, sin representar nada, porque no represento nada.
 

-¿Teme que estos proyectos alternativos desemboquen en proyectos populistas?
-Sí, lo temo con frecuencia. Y debo decir con claridad que yo sólo conozco un fenómeno más peligroso que el populismo de izquierda: el populismo de derecha. El fenómeno del populismo es un drama para los pueblos. En este ámbito, tengo una honrada preocupación por el destino de América Latina y por sus posibilidades.
 

-Usted fue testigo privilegiado del claro triunfo en las urnas de Michelle Bachelet. ¿Qué impresión le dejó la Presidenta electa?
-Me parece una persona de fuerte carácter, con la impronta femenina del sentido común, que va directamente a los asuntos y que tiene menos retórica que la habitual en la política, lo cual me parece un rasgo importante en términos de innovación y aportación.
 

Experiencia
 

-¿Qué cualidad especialmente resaltaría de ella?
-Lo que puede ser un factor nuevo es su propia condición femenina. Esto, junto a su triunfo, configuran un hecho histórico. Creo que su impacto le va a hacer bien a Chile y el conjunto de los países de la región.
 

-Imagino que se siente bastante identificado con sus postulados…
-Básicamente sí. La verdad es que eso no es demasiado sorprendente, ya que me siento muy vinculado a todo el proceso vivido en Chile y también soy capaz de ver los elementos que han sido comunes con el camino que recorrió España.
 

-A propósito de España, ¿la llegada al poder de Bachelet podría estrechar aún más los lazos que existen entre Chile y el Gobierno que encabeza en su país José Luis Rodríguez Zapatero?
-Es difícil imaginar que se refuercen, porque las relaciones entre los dos países han sido permanentemente buenas. Incluso cuando ha habido alternancia del poder en España los nexos con Chile nunca han experimentado una diferencia sustancial en la calidad y la cantidad. Por tanto, en ese sentido de lo que sí se puede hablar es de una continuidad y de un crecimiento en la plataforma de las relaciones, pero sobre la misma base.
 

-Con catorce años en el poder, usted sabe lo difícil que resulta gobernar. ¿Qué recomendaciones o consejos daría a la futura Mandataria?
-No me atrevo a dar consejos, sólo traslado parte de mi experiencia. Creo que los compromisos electorales pueden resultar difíciles porque tienen un nivel de resistencia mayor, por lo que deben hacerse al principio. Hay quienes prefieren empezar los mandatos con los aspectos más gratos. Para mí, los temas complejos son los que hay que colocar sobre el tapete desde el principio porque, en el fondo y en la forma, gobernar el espacio público es el arte de administrar las expectativas. Si desde el principio se definen las expectativas por las dificultades, entonces se está en condiciones de hacer el camino más llevadero.
 

La otra teoría sobre un jarrón
Durante su reciente estadía en Chile, Felipe González se dio tiempo para reencontrarse con quien considera un viejo amigo: el Presidente Ricardo Lagos. “Lo vi muy bien”, fue la primera impresión que manifestó el ex jefe del Ejecutivo español. Aunque por razones de intimidad no ahondó sobre las temáticas que tocó con Lagos, de las palabras de González se desprende que la próxima condición de “ex mandamás” que deberá asumir Lagos ocupó un lugar destacado en la cita.
“Los ex presidentes somos todos como jarrones chinos grandes en departamentos chicos, es decir, se nos supone valiosos, pero estorbamos mucho. Tenemos una experiencia acumulada que se puede exteriorizar en opiniones, las que a veces proyectan demasiada sombra u obstáculos. Con cierta frecuencia se nos utiliza contra el propio Gobierno, por lo tanto, objetiva como subjetivamente, somos un cierto estorbo”, señala al respecto.
Más en el plano personal, González indicó que su salida del poder la vivió como una “liberación”. “El sentimiento de libertad que da el decir no, esto no lo haré, que no se puede tener cuando se gobierna, fue el cambio más importante. Si uno termina por asumir esa condición, es hasta divertido”, resalta.

0 comentarios