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¿ES POSIBLE MEJORAR LA ANTICIPACIÓN DE LAS CIFRAS ECONOMICAS?

¿ES POSIBLE MEJORAR LA ANTICIPACIÓN DE LAS CIFRAS ECONOMICAS?

Por: Omar Villanueva Olmedo Dir. OLIBAR  Ing. Lic. Universidad de Chile 

En medio de altas temperaturas, festivales diversos, atentados religiosos, acusaciones políticas cruzadas de nepotismo y plutocracia frente a la perplejidad de la mayoría de ciudadanos sin partido lamentablemente la elite de expertos y autoridades económicas nuevamente equivocan en sus pronósticos y proyecciones para Enero reciente e inicios de Febrero. Estas señales y anticipaciones fallidas sobre: tpm, tasas, inflación, crecimiento(s), empleo, precio del dólar, exportaciones, entre otras,  son las que provocan -por secretaría- transferencias de riqueza y utilidades de gran magnitud todas ellas legales pero lejos de una mayor productividad y eficiencia en libre competencia de sus actores.

Mientras en paralelo una gran revolución de innovación tecnológica recorre el mundo y los espacios cambiando los parámetros de riqueza de las empresas, ciudadanos y las naciones con la aparición de nuevas industrias y labores que exterminan  muchas otras clásicas como por ejemplo la vieja educación. ¿Quedaremos dentro o fuera de esta nueva era del planeta? La gobernanza nacional y las empresas tienen  los recursos y el poder de decisión para impulsar estos ineludibles cambios.

Las desviaciones ocurridas entre  las cifras económicas anticipadas el año recién pasado y la realidad han sido más que repetidas.  Nos referimos a la inversión, la TPM, la inflación, el tipo de cambio o el imacec. Estas anticipaciones son realizadas por diferentes personas ubicadas tanto en el sector público como en el privado con el propósito de ayudar en los diferentes procesos decisionales que realizan las empresas y las personas. Por ejemplo, la encuesta de expectativas económicas (EEE) es uno de esos instrumentos de anticipación, que representa  las respuestas  de un “selecto grupo de académicos, consultores y ejecutivos o asesores de instituciones financieras.” que muestra que en Diciembre pasado pronosticaron para ese mes una inflación de -0,2  y   fue de -0,4, anticiparon una inflación de 0 para enero pasado y fue de +0,1, y en Enero pronosticaron una inflación para ese mes de -0,2 y fue de +0,1.

Cuando se revisan las cifras anticipadas de otros indicadores  se observa que las desviaciones  son similares, siendo muy destacado el continuo y casi permanente cambio de estimación del crecimiento del PIB durante el año. Mientras algunas lo subían,  otras tantas lo bajaban, y no sólo eran cifras originadas por nacionales sino que también por miembros de prestigiadas instituciones extranjeras, y eso porque las desviaciones no  sólo ocurren en el país, sino que son una realidad internacional.

Hemos insistido que el futuro es incierto y que no existe hasta que ocurre y que por lo tanto hay que ser muy precavido para informar, con la mayor amplitud y profundidad, sobre la incertidumbre que rodea a estas anticipaciones.

Tampoco hay que olvidar que cuando una persona es consultada sobre cuál podría ser el valor de una variable   en un tiempo futuro su respuesta puede ser  muy diferente si es que es “lo que cree que ocurrirá”, versus si es “lo que lo gustaría que ocurriera”, o si es “lo que piensa que creen otras personas”, o si es “el resultado de un minucioso estudio sobre variables relacionadas o por posibles cambios en las tendencias” o aun por estudios muy acabados. Dicho esto: ¿Cuál es criterio que emplean los encuestados?

Finalmente, proponemos algunas mejoras a ser introducidas en materia de anticipación: (1) ser más explícitos en las bases metodológicas  usadas por las personas que continuamente hacen   anticipaciones sobre cifras económicas,  que pueden ser empleadas por los diferentes decisores del ámbito económico y social (2) realizar, aparte de las variadas anticipaciones actuales, un trabajo de escenarios para períodos mayores de  5 y más años para algunas de las variables más relevantes de la futura economía. Por ejemplo, escenarios sobre el crecimiento de la economía  en el año 2020 o siguientes sería de ayuda para dar luces sobre si Chile podría o no llegar a ser un país desarrollado en algún momento en el futuro,  o si tal estadio será sólo una ilusión, que hemos escuchado desde mediados del siglo pasado. Una revolución tecnológica e innovación profunda está cambiando los posibles escenarios de Chile. Se debe poner mucha atención y acción, y que después nadie se haga el sorprendido por sus múltiples efectos o por haber llegado tarde a tomar sus grandes oportunidades.

Como consultores independientes hacemos estas recomendaciones -quizás para algunos incómodas- sin emitir boleta de honorarios ninguna a cobrar ni al sector público ni al privado  como parte de nuestra (RSP) responsabilidad social profesional a la antigua usanza, por el bien de nuestra patria.

 

Omar Villanueva Olmedo
Director OLIBAR ASConsult
Lic. Ing. Universidad de Chile

ovillanueva.comunica@gmail.com

 

 

 

 

 

 

 


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