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... para una víctima de tortura

... para una víctima de tortura

El coronel Paul Ndokayi, de 64 años, nunca podrá olvidar el 29 de noviembre de 2006. Ese día, seguramente el peor de su vida, fue torturado por la policía de su país, la República Democrática del Congo, durante cinco largas horas. En los tres años que han pasado, nunca le ha visitado un médico para tratarle las heridas y se le ha negado el derecho a defenderse en un juicio y a impugnar su detención. ¿Hasta cuándo?

Aquel 29 de noviembre, a Paul le encadenaron por los tobillos y le obligaron a tumbarse en el suelo. Después le golpearon con correas, porras y palos; le dieron patadas en la cabeza y le apuñalaron en un pie hasta que perdió la consciencia. Luego, le reanimaron y le rompieron una mano por varios sitios con un trozo de madera.

Aquella sesión de tortura fue la peor, pero no la única. Por favor, dedica dos minutos a firmar nuestra petición al Gobierno congoleño por el derecho de Paul a recibir atención médica, un juicio justo y compensación.

La tortura es repugnante, inmoral y nunca está justificada. Te garantizo que, desde Amnistía Internacional, seguiremos utilizando todos los medios a nuestro alcance para denunciarla hasta ponerle fin. Coincidiendo con el Día Internacional de las Víctimas de la Tortura, el 26 de junio, queremos invitarte a ti, que estás del lado de los derechos humanos, a hacerlo posible uniéndote a nosotros.


De todo corazón, gracias.


Esteban Beltrán
Director Amnistía Internacional - Sección Española 

PD. En el momento de su detención, Paul dirigía un programa para reinsertar a excombatientes en la sociedad. Si te horroriza su historia, comparte esta información con todos tus amigos y amigas. Cuantos más seamos, más fuertes seremos.

 

 

 

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