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Centros Chilenos en el Exterior

Cuando las Golodrinas emigran al Este

Cuando las Golodrinas emigran al Este

El avión comenzaba a abandonar los cielos argentinos. Por los altavoces se escuchó al capitán anunciar:

‑" En estos momentos vamos a sobrevolar los macizos de los Andes. Frente de nosotros está la república de Chile‑"

Kamil, abrió los ojos, se acomodó mejor en el asiento. Observó a través de la ventanilla ubicada a su lado izquierdo. La nieve cubría con un blanco manto plácido las azules cumbres. El cielo era límpido y claro. Estaba adormecido, estiró las piernas y trato de dormir. Cinco días atrás había abandonado la ciudad de Beirut. Por su mente desfilaron las montañas repletas de verdes cedros. Al fondo el mar Mediterráneo y las blancas casas derramadas como lentejuelas. Había terminado su misión. El entrenamiento en la furtiva guerra de los seis días contra el ejército sionista, para él había llegado a su fin. Los soldados de la RAU habían sido mal entrenados, por instructores franceses y rusos. La mala dirección y el liderazgo de los oficiales árabes más las constantes disputas de mando, habían ocasionado el fracaso de la guerra. Decepcionado había regresado a Beirut.

Las noticias en la capital del Líbano, corrían de boca en boca. "Los judíos se preparan a invadir el país".

‑¡Los americanos intervendrán !‑se dijo‑ Pero lo que el no sabía, es el incondicional apoyo de los Estados Unidos al impuesto estado de Israel, creando por la ONU en el año 1947. Una bofetada al mundo árabe por las potencias aliadas, en la próxima estrategia del apoderamiento de los recursos naturales, sobre todo el petróleo.

Toda esa mañana, había estado sentado en el jardín de su tío abuelo Antón, cuya casita tenía una hermosa vista panorámica de Beirut. Desde lo alto de los cerros que la circundaban podía dominar toda la bahía. Meditó, pensó y planeo la hora de seguir a las golondrinas que emigran a Egipto en busca del Sol. Había decidido volver a América, pronto habría elecciones en Chile. Tenía que visitar la tumba de su padre y abuelos que siempre quisieron volver a su tierra libanesa, mas en su segunda patria junto con otros paisanos, durmieron el sueño eterno.

Mientras recordaba y meditaba, una emisora de radio transmitía una canción de Paúl Anka: "My Home Town”, que la locutora iba traduciendo la letra al árabe.

Se despertó al anuncio de la azafata de vuelo, indicando a los pasajeros colocarse el cinturón de seguridad. Estaban sobrevolando Santiago, la capital del país trasandino. Una nube gris que destellaba a causa de los rayos del sol, cubría el valle, diviso una carretera, vehículos ir y venir. Sintió las llantas del avión tocar la pista una y otra vez, para luego deslizarse placidamente hasta la terminal aérea.

Ya instalado en una habitación de un hotel frente a la Estación Central, se tiró a la cama a leer el periódico "El Mercurio":

- ¡ Diario derechista!, para lo único que sirve es para los avisos comerciales, las defunciones y los remates‑ murmuró‑.Y volvió a dormirse.

Despertó muy de madrugada a causa del ruido del tráfico que cruzaba por avenida La Alameda. Encendió el pequeño receptor a pilas, radio Minería dejaba oír: "Hay Humo en tus ojos" cantaban The Platters. Se cambió rápidamente y bajó a la calle. Caminó por la ancha avenida .Nada había cambiado durante esos largos años de ausencia. Apenas tenía familia en el país. Salvo algunos primos y tíos lejanos que tenían fábricas textiles en la capital .Otro tío con un fundo agrícola en el sur. Pero dejó los recuerdos a un lado para ingresar a una cafetería.

Mientras saboreaba un humeante café con leche, tostadas y jugo de naranja, marcaba en el periódico los posibles alquileres. En un rincón del local, había una máquina tocadiscos de chillones colores. La música que se dejaba oír, era un vals peruano, cantaba Maritza Rodríguez:

"Contestación a la Ilusión Perdida"‑

Se levantó de la mesa, cambio un billete por monedas, buscó en la lista y seleccionó: Paúl Anka, un tema romántico “Puppy Love”:

Ahora los recuerdos pasaban por su mente como una película. Su estadía en las minas trabajando durante las vacaciones. En esa época varias empresas mineras contrataban a estudiantes para ayudarles a costearse los estudios. Allá en la montaña, sumergido a veces a 200 o mas metros bajo tierra, bajando por el pique principal; siniestro, siempre húmedo y hediendo a podrido. Caminar a través de chiflones por donde corrían los carros repletos de material, que vaciaban en los buzones, luego a través del hinche era transportado al exterior

Charlar con sus amigos mineros -¡Cómo ganar los pliegos de peticiones!, ante los futres cada vez mas exigentes. Por las noches se reunían allá por el nivel 15. Lejos de los capataces que generalmente eran los ojos y oídos de los patrones. Allí en las profundidades de la tierra, nacieron los sindicatos combatientes. Habían ganado una batalla, pero los cabecillas ya no estaban. Las empresas los marcaban y los despedían.

Kamil, había estado absorto en los recuerdos. Afuera los micros y trolebuses iban cargados de gente, aglomerados, apretados unos a otros en las puertas. ¡Pobres proletariados!-se dijo, encogiéndose de hombros.

Consiguió un departamento, con balcón a pocas cuadras del hotel donde se alojaba y a una cuadra de la avenida La Alameda, como era su intención estar en pleno centro.

Todas las mañanas las dedico a visitar la Biblioteca Nacional. Leer viejos periódicos del tiempo de las salitreras. Hoy pueblos fantasmas y detenidos por el polvo de los años, siendo los únicos habitantes los perros o alguna familia que se enraizó en el lugar. Kamil, había recorrido esas impresionantes oficinas donde se explotó tanto el "oro blanco" en su adolescencia. Las vías férreas enmohecidas por la camanchaca, fueron testigos de sangrientas represiones. Inmunes chimeneas, donde los principales dirigentes socialistas y comunistas, regaron con su sangre la arena y que sirvió de abono a los tamarugos que hoy se ven regados a los costados de la carretera panamericana, que llega hasta Arica.

Toda una mañana permaneció sentado en la terraza del cerro Santa Lucia, desde donde podía dominar parte de la ciudad capital, veía el sur, este y oeste. Sonrió recordando su primer atentado terrorista, allá por 1952, cuando era estudiante, en el norte del país. Unos hombres le habían pagado unas cuantas monedas por colocar clavos afilados en la calle por donde pasaría el automóvil del candidato de la derecha un tal Enrique, del partido conservador.

Esa mañana, tomó un ómnibus para viajar a Viña del Mar. Allí vivía don Elías, un acaudalado palestino, originario de Belén. Quién había llegado a Chile, desde Bolivia, donde había amasado una considerable fortuna junto con sus primos los Yarur en la cruenta Guerra del Chaco y dicen que fue producto del contrabando de municiones y licor. Visitó la fábrica de toallas que este emigrante había instalado allí, para no aburrirse y permanecer activo. Las otras empresas fundadas en la capital, fueron entregadas a los hijos, como herencia. Discutieron aspectos legales y dejó varias recomendaciones a los administradores, para no tener problemas con los impuestos, que una de las grandes preocupaciones de la mayoría de los industriales árabes.

En tren retornó a la capital, lo consideraba muy cómodo y tranquilo. Sentado en el coche comedor tomando café, miraba desfilar el paisaje de campos sembrados, huertas y bosques. Terminó de servirse el café, luego sacó de un maletín el libro de Khalil Gibran Khalil, titulado: "Alas Rotas" que leyó. Hasta que el convoy entró en la Estación Mapocho.

Volvió a los días al norte. Allí en la ciudad de Copiapó, encontró a Alex. Este había sido uno de los compañeros de la secundaria. Convertido ahora en un exitoso joven empresario, cuyo padre era senador del partido de gobierno. Ahora dirigía una importante empresa minera de la familia, considerados los "reyes del oro". Allá por la década de los 30. Su abuelo había sido uno de los dirigentes rojos de las salitreras, pero se había hecho rico al descubrir una veta de oro y de ser un simple operario salitrero, se convirtió en un magnate.

Se había iniciado la campaña para la próxima elección presidencial. Alex, siendo un buen cristiano había nivelado considerablemente el nivel de vida de sus trabajadores y brindado mejoras en escuelas, viviendas, campos deportivos en las faenas mineras. Aunque estos cambios radicales no gustaba a los parientes que a su vez eran accionistas en las empresas.

En aquel encuentro ‑ Alex pidió a Kamil, apoyo en convencer a la gran masa electora minera, votar por el candidato oficialista. Más Kamil, tenía otras ideas y se las planteó:

‑Ahora, le toca al pueblo gobernar. Ustedes han hecho la primera parte y cimentado un camino que la derecha nunca lo hubiese permitido. Ellos todavía tienen su mente en los tiempos de la colonia, con sus apellidos ilustres y consideran al pueblo unos "rotos"‑

‑ ¡No te cierres! Pídeme lo que quieras. Tú puedes convencer a la gente. ¡Ellos te creen!‑ exclama Alex

‑ Alex, Alex...el tiempo ha terminado, no se puede volver atrás con el proceso, el pueblo quiere mas cambios y más aún, la juventud que marchó por ustedes con “La Marcha de la Patria Joven” uniendo norte‑sur‑ este‑oeste‑ fueron meras quimeras que se esfumaron. No ves que ustedes mismos se han dividido y ha nacido “La Izquierda Cristiana”‑ No puedo, Alex....no puedo traicionar mi propio pensamiento.

‑ ¡Gana ALLENDE!...responde Kamil.

Alex, ya sin ganas de discutir le dice: Volveremos a encontrarnos aquí mismo, y veras que te has equivocado.

Kamil, le estrecha la mano afectuosamente. Los padres de ambos habían sido muy amigos y también emigrantes libaneses. Luego responde:

‑ Aquí te estaré esperando cuando termine la campaña. ¡No te olvides!‑

Allende, se transformó en el primer presidente socialista elegido por voto popular. En las provincias del norte ganó por mayoría absoluta. Kamil, se encontraba en una zona minera al interior de Copiapó, apoyando a sus amigos mineros.

Las emisoras bolivianas, cuya señal llegaba nítida desde las minas Siglo XX y Nacional de Huanuni .Anunciaron esa mañana el triunfo del candidato socialista chileno Salvador Allende. Luego se escuchó cantar a Raúl Shaw Moreno un tema que pegaba mucho por esos lugares: "Sabrás que te quiero"....

Terminada su labor en las minas. Bajó a la ciudad .Ubicó al doctor Oviedo, quien era diputado por el partido socialista .Se conocían desde la época de estudiante. El tenía su oficina en un edificio en la plaza de la ciudad de Copiapó.

- Has realizado un excelente trabajo Kamil. ¡Sabes que me han ofrecido el Ministerio de Salud!- el propio Allende me ha llamado anoche desde Santiago y esta tarde viajo en avión. ¿Vas a irte a la capital también, tú ?‑ pregunta.

El joven mirando a través de la ventana, admira esos antiquísimos árboles pimientos leñosos, llenos de cicatrices que rodean la plaza principal de la ciudad-responde:

‑ Me iré el domingo por la noche en ómnibus a Santiago. Mañana subiré a las minas para despedirme de mis amigos.

El doctor Oviedo, estrecha la mano de Kamil y juntos bajan a la plaza. El doctor sube a un auto y el joven se dirige al restaurante favorito llamado “Acuario” a tomarse un trago.

El restaurante estaba vacío, coloca una moneda en el tocadiscos automático, luego sentado en el bar pide al mozo:

‑ Una vaina, por favor.

Y se deja oír a Paúl Anka, cantar: "So its good bye", canción veraniega de moda.

De retorno a la capital Kamil visitó a los paisanos de la colonia árabe. Todos estaban temerosos de Allende. Les habían dicho que les quitarían las fábricas, las casas, sus bienes. Hasta don Elías le tenía loco con sus llamadas. Los calmó, nada pasaría.

-¡Deben estar tranquilos! les ayudare cueste lo que cueste. Por esos días corrían muchos rumores y los medios de comunicación alimentaban la preocupación en la población.

Un viernes, Kamil es invitado junto a otros jóvenes intelectuales nortinos a visitar “ Isla Negra”, a la casa del poeta Pablo Neruda, allí estarían el elegido Salvador Allende, Oviedo, y otros miembros de la coalición de izquierda.

Cuando llegó a la mencionada isla, se sorprendió de encontrar a Alex entre los invitados. El doctor Oviedo al verlo lo lleva a un lado y le cuenta. ¡Yo te hice llamar! El hermano de Alex, ha sido nombrado por Allende como representante de la Corporación del Cobre-Codelco en Londres, Inglaterra. Alex irá al Ministerio de Minería. No te asombres es una deuda del presidente electo con el abuelo de Alex, quien aportó con mucha plata para las campañas de diputado y senador.

‑ ¡Ahora entiendo!

Alex, se acerca a Kamil, le abraza y le lleva a caminar por la pequeña playa privada del poeta:

-Voy al Ministerio de Minería. ¿No quieres trabajar conmigo? le propone Alex

En el salón se divisa reír a don Pablo junto a Salvador Allende, mientras el Doctor Oviedo observa.

‑ Me han ofertado la División de Proyectos e Inversiones de Corfo. Iré como supervisor. ¡Como me gusta viajar me sentiré cómodo! responde Kamil.

‑ Pero yo te ofrezco un items más alto y serás mi mano derecha.

Kamil, mirandole fijamente, le responde:

‑¡Gracias! de veras que te lo agradezco, pero le he dado mi palabra al flaco Sergio Silva. Su hermano irá como Jefe Regional Corfo Norte a la oficina en Antofagasta.

Alex, riéndose agrega:

‑Eso ya es pasado para nosotros. Aquí la capital es el centro neurálgico del país. Santiago es Chile. Kamil, ríe a grandes carcajadas, luego agrega:

‑Si no fueran por las riquezas del norte y la Guerra del Pacífico ganada con la ayuda de los ingleses a Bolivia. Santiago, nunca sería Chile... Te has olvidado de la revolución de los Matta y Gallo... la muerte y fusilamiento de los dirigentes que querían crear un Chile Federal....

Alex, deteniéndose le murmura:

‑ Siempre has sido un revolucionario de café‑

Kamil, sonrió y encogiéndose de hombros se alejó para unirse a un grupo que saltaba y entonaba un estribillo que aludía a los partidarios de la derecha:

"El que no salta es Momio...el que no salta es Momio"‑

Allende agradece a todos los presentes y a cuantos hicieron posible su triunfo, levanta su copa y exclama:

‑ ¡Ahora nos debemos al pueblo! Efectuaremos los cambios sociales más importantes para Chile y que sirva de ejemplo para el resto de América Latina ‑que nos libere para siempre del imperialismo norteamericano: la Chile Exploration Company, Andes Mining Company, la ITT y otras tantas más. Las primeras medidas serán darle al obrero, al campesino, al trabajador el verdadero protagonismo para el desarrollo del país‑ Para ello nombraré como ministro de Obras Públicas a un obrero, de la construcción, es nortino como muchos de los presentes y nada menos que de Atacama. Haremos de los trabajadores los dueños de las fábricas e Industrias.

En ese instante todas las miradas se dirigieron en dirección a Pedro Vuskovich, de quien se murmuraba, sería Ministro de Economía. Por esos días era catedrático de la Universidad Técnica del Estado y socialista desde su juventud.

Los jóvenes siguieron charlando en la terraza de la cabaña. Hasta allí se escuchaba una canción que decía:

"Te recuerdo Amanda, la calle vacía.........cantaba: Víctor Jara,

Luego siguieron Los Inti Illimani y después, Quillapayun.

Amanecía cuando una hilera de vehículos desfilaba desde Isla Negra en dirección a Santiago. Kamil a ratos trataba de dormitar, un montón de incógnitas sacudían su cabeza. La radio del auto dejaba escuchar al "Gorrión de París", Edith Piaf cantar: “Milord”

Las sombras de los edificios de la capital eran ahora distantes brumas pintadas de grises. Don Pablo le había comentado:

‑Para escribir no hay fórmulas, todo nace de una sublime inspiración...dejad que las odas vengan a ti y las ninfas del Olimpo guiaran tu mano. Ustedes tienen la máxima expresión de la literatura del Medio Oriente, el gran Khalil Gibran Khalil.

Esa semana en las oficinas de Corfo Proyectos e Inversiones fue muy agitada. Kamil recibió una lista de empresas a nivel nacional que debían ser visitadas, incluían un viaje a Isla de Pascua, el proyecto Corfo Pesquero para los isleños. Ellos reclamaban más atención del gobierno del continente y Allende había prometido prioridad uno integrar plenamente a los pascuenses a Chile. Se sabía de la intención de Francia integrar la isla a Tahití y ponerla bajo el protectorado del gobierno galo.

Mirando a través de los ventanales escuchaba a una emisora que tocaba temas del recuerdo. Los Beatles interpretaban: "Michele"...... Ese día viernes, Kamil, bajó tarde de la oficina, que se ubicaba a tres cuadras del palacio de Gobierno ‑Caminó por la calle Ahumada hasta ingresar al restaurante “Savory2”, subió al segundo piso. Pidió una vaina para beber como aperitivo y para cenar un bife con arroz y palta. Mientras comía, leía sus apuntes y compromisos.

Miró en rededor, en una mesa cercana de él, había una joven rubia, de ojos verdes cenando también sola. El siguió en su mundo mascullando pensamientos. Pero sentía que alguien le observaba. Ambos se sorprendieron mirándose a hurtadillas. Kamil rió, se levantó y se acercó a donde estaba la joven.

‑¡Hola! Buenas noches. Perdona mi imprudencia. ¿Podríamos cenar juntos?‑ Así no nos sentiremos tan solos y náufragos en esta isla de concreto y vidrio ¿No crees?‑

‑Ella se sonrió y respondió:

‑ ¡Porque no! La noche recién comienza.

Bebieron unos cuantos pisco sour más, hasta salir en busca de una discoteca.

‑ ¡Removeremos el polvo de los siglos! exclamó Kamil

‑ ¡Excelente idea! Ya me imaginaba que nos iríamos a encamar, responde ella.

‑ Todavía estoy chapado a la antigua- agrega el.

‑ Caminaron subiendo por la calle Huérfanos, doblaron en la próxima esquina en San Antonio, girando siguieron por la calle Agustinas, hasta ubicar la disco llamada “La Caverna”. En el primer piso había un bar con show, llamado ”Bon Bijou”, “Donde te diviertes tú"‑ lo decía un letrero luminoso en el frontis del local .En el sótano funcionaba la discoteca. Muy oscuro el lugar tal cual como una caverna de verdad.

May, se llamaba la joven .Pidió de beber vodka con naranja. Kamil prefería su trago favorito: "pisco sour". Pasaron la noche bailando y riendo. En un rincón, algunos hacían el amor y los gemidos de hembra en celo eran apagados por la estridente música.

La madrugada los sorprendió caminando por la avenida La Alameda. Se detuvieron ante la cafetería ‑"El Negro Bueno"‑y entraron. Este local funcionaba las 24 horas y era el lugar de reunión de los artistas de la noche, bohemios y noctámbulos. Tomaron un café amargo, que les revivió el cuerpo. Allí encontró a Oscar, su primo lejano que era periodista y escribía en la revista sobre cine llamada: "Ecran". Le acompañaba el director de cine Aldo Francia quien había producido y dirigido una película chilena ambientada en el puerto de Valparaíso, es presentado a ambos. Ellos con unas cuantas copas de más ya se iban a dormir. Al despedirse, Oscar, pregunta:

‑ Todavía guardas la foto autografiada de Paul Anka.

‑ A lo que Kamil, responde:

‑ ¡Si! –Es un recuerdo de nosotros los coléricos de los ’50.

‑ ¡Qué tipo más Bárbaro!- deberías tener una foto grande de la Marilyn Monroe. Le replica haciéndose la burla.

‑Kamil y May tomaron un trolebús .El vehículo los dejó a una cuadra de la calle donde vivía la joven. En la puerta de un bloque de departamentos, se despidieron. La joven suavemente le murmura:

‑ Gracias Kamil, ¡la pase súper regio! de veras no me lo imaginaba. Has sido muy dulce. Ella le beso fugazmente en la mejilla.

‑ Kamil, le acarició la barbilla, murmurando:

‑ También la pase muy bien contigo ¡Llámame cuando quieras!‑

‑ Okay. ¡Lo haré!, te lo aseguro. Bye.

A los días siguientes, May llamó a Kamil a la oficina varias veces Los fines de semana se encontraban, ir a cenar y luego a una discoteca, bailar, acortar las horas. Pasada la medianoche, la retornaba al departamento donde vivía con una amiga. Así pasaron las semanas del primer mes. May era dirigente y activista de izquierda, había trabajado mucho por la campaña política de Salvador Allende en las fábricas. Dentro de unos días, la joven debía ir por una semana a Concepción. En la Universidad Penquista había una importante reunión con altos dirigentes.

Una tarde May vino a recogerlo a la oficina. Mientras caminaban por la calle Ahumada, rumbo al bar “Munich” en la calle Agustinas, le propone:

‑ ¡Que tal May!- ¿si viajamos juntos a Concepción en el tren expreso nocturno ?‑

- Pero, ¡debo viajar mañana viernes!.‑

No hay pena. También yo puedo hacerlo. Tengo una comisión por cuenta de Corfo, allá.

-¿De veras ?‑exclamó ella. ¡La pasaremos más que bien!

Al día siguiente, Kamil arregló su equipaje, buscó un taxi y fue en busca de May. Luego de recogerla se dirigieron a la Estación Central. Subieron al tren, ubicaron el camarote guiados por el inspector. Los coches dormitorios tenían una doble cama, una arriba y otra abajo, alfombrado, con un lavamanos pequeño en un costado. Una vez instalados, ubicaron el equipaje. Mas tarde fueron al coche comedor. Cenaron, entrada de jamón a la polinesia, palmitos con un suculento bife. Bebieron una botella de vino Undurraga tinto, " tinto para el asado y blanco para el pescado", tararearon. Finalizaron con un postre de frutillas con crema y un café negro.

Charlaron hasta altas horas, ya cansados retornaron al coche dormitorio.

May, se desnuda bajo una luz tenue .Su cuerpo blanco brilló como un marfil, se acurrucó en la cama como una gata en celo. Kamil se recostó a su lado también desnudo. Sus bocas se buscaron con la sedienta sed que solo el buen vino apaga. Galoparon lentamente y luego espigaron las espuelas en un mar brumoso de calidez y transpiración perfumada hasta caer en el sueño, acompañados por el monótono vaivén del tren en marcha.

Por la mañana fueron despertados por golpes en la puerta. El inspector del tren anunciaba:

‑ ¡Señores pasajeros! En dos horas estaremos en la capital del Bío‑Bío, Concepción.

La semana fue agitada, Kamil estuvo efectuando un recorrido por la zona de extracción en las minas carboníferas de Curanilahue. May, en largas y tediosas reuniones con la cúpula del MIR en la ciudad universitaria de Concepción. Al final el plan a desarrollar, fue crear un servicio de inteligencia para proteger a Salvador Allende, en caso de que la derecha creara un ambiente artificial de inestabilidad económica y social.

Recién el día sábado, ambos jóvenes se encontraron en el hotel San Pedro cerca del muelle en el puerto de Talcahuano. Almorzaron en los comedores populares a orillas del mar: un rico chupín de congrio, locos con salsa verde y lenguas anaranjadas de erizos con bastante limón. Para bajar tan suculento festín, bebieron dos botellas de vino blanco Undurraga.

De regreso al cuarto del hotel, a medio vestir hicieron el amor en el piso sobre la alfombra, los gemidos de May, enardecieron las sienes de Kamil. Volvieron a echarse en la cama, transpirados terminaron metidos desnudos en la bañera, para calmar la calentura....vaciaron una botella de champagne Subercaseaux.

Por la mañana, despertaron con dolor de cabeza. Apenas podían sostenerse de pie, los ojos les ardían y se veían estos rojos en el espejo.

Esa misma tarde tomaron el tren de retorno a Santiago. El regreso a la capital fue tranquilo y la pasaron durmiendo.

La madrugada los sorprendió entrando a la Estación Central. Kamil acompañó a May a su casa y el retornó a su departamento.

A las 8 de mañana, estaba el joven instalado en su oficina ubicada en el piso once de la calle Huérfanos a escasas cuadras de La Moneda. Preparó su informe y luego pasó a la oficina del Vicepresidente Ejecutivo del Departamento de Inversiones Mineras, Juan Agustín, era economista y tenía a cargo esa repartición pública, era muy amigo de Alex

‑ ¡Cómo ha sido el viaje –Kamil!‑ pregunta al verlo entrar a la oficina ‑ ¿Sin novedades ?‑

‑ ¡Bien! ‑Juan Agustín. Allí en esta carpeta, tienes el informe, incluí las sugerencias....

‑ Las veré mas tarde. Hoy tenemos reunión del partido ‑¿Quieres venir ?‑

‑ Te lo agradezco. Pero estoy muy trasnochado por el viaje y me gustaría recogerme temprano.

‑ Puedes tomarte, el resto del día libre ‑¡si te agrada!

‑ ¡Claro que sí! –gracias. Se dan un apretón de manos despidiéndose.

El joven abandona el edificio, camina por la calle Ahumada y se dirige al Café Haití. Allí solía reunirse la "tucoma" como solía decir su tío Joseph. ¡Turcos concha de su madre!‑ Bueno, a los árabes se les decía turcos, porque durante la gran emigración a causa de la invasión otomana al Medio Oriente, todos los habitantes árabes salieron al exterior con pasaporte turco.

Unas chicas muy bien escogidas, buena figura, excelente maquillaje y atentas con los parroquianos servían el humeante café, cortado, leche con crema. Allí encontró a don Wady Sedan, otro árabe palestino que tenía una fábrica de ropa interior para hombres. Se divisaba a don Carlos Yarur, presidente de la industria Textil Yarur S.A., don Juan Hirmas de Algodones Hirmas, a viejos y jóvenes descendientes de árabes.

A un lado había unos casilleros pegados a la pared, donde se dejaban mensajes. Si uno quería comprar repuestos para máquinas textiles, materia prima o prestarse dólares. Solamente se dejaba en uno de los casilleros el mensaje y quien podía prestar el servicio lo llamaba cualquier día por teléfono. Kamil bebió su café, saludó a unos cuantos conocidos y salió en dirección de su departamento.

En los siguientes días, no se pudo contactar con May. Esta había desaparecido por encanto. Kamil se dedicó por entero a su trabajo y a leer en su departamento.

Una noche se encontraba cenando en su lugar favorito, Savory2. Cuando vio venir a May. Ella solía vestirse muy bien, tenía un aire de elegancia ‑buena figura y alta. Cómo esas divas de la década de los treinta., Carole Lombard o Joan Fontaine.

‑ ¿Donde te has perdido mujer?‑pregunta el joven molesto

‑ ¡Por ahí no mas!‑

‑ Te dejé cualquier cantidad de mensajes con tu compañera, ¡ni ella sabía nada de ti!‑

‑ Tengo hambre. Invítame algo de comer.

‑ Cenaron en silencio, May miraba en rededor, y a ratos le sonreía y le acariciaba el rostro.

‑ ¡No sea celoso mi amor! Si usted es el único que se ha robado mi corazón.

El joven no contestaba, seguía molesto por su actitud. Ella se acercó y apoyó su cabeza en su hombro. El sintió su mano tibia acariciarle el miembro por debajo de la mesa. May arrumándose más, murmura suavemente:

‑ Vamos a pasear por el Parque Forestal‑

El mueve la cabeza afirmativamente Kamil, paga la cuenta y salen a la calle. Caminan por la calle San Antonio, ella recuesta su cabeza en su hombro y le abraza.

“Put your head on my shoulder”........Ella canta suavemente y agrega:

‑Sabes esa es una canción de Paúl Anka‑

A lo que el joven responde:

‑ Si, es de las primeras canciones de la década de los cincuenta.

-Vaya que eres viejo. En esa época yo todavía no había nacido. Responde May, abrazándole mas, le dice:

- ¡Pero eres un viejo rico!‑ como para comérselo.

El parque Forestal se veía solitario, los centinelas eran los faroles alumbrando tenuemente. Como siempre con sus hojas caídas en los senderos que al pisar sobre ellas... gemían. Los reflejos de los vehículos pasar daban un toque mágico a la noche. Una vuelta al monumento de bronce llamado la Fuente Alemana. Siguieron caminando en dirección a las Torres de Tajamar. Había relámpagos y truenos, pronto comienza a llover. Ambos corren, para refugiarse sobre unos caídos árboles. Muy pegados uno al otro, esperaron que la lluvia calme. May le besa en la boca, Kamil le muerde una oreja. Ella gime y tiembla. La mano de ella mojada, bajó el cierre del pantalón de él, busca mientras con la otra mano levanta su falta, colocando lo encontrado entre sus labios inferiores, ambos fundidos arremeten en una lucha para alcanzar esa pequeña muerte que da más vida a la vida.

Habían transcurrido varios meses del nuevo gobierno de Allende. Problemas con los empresarios, la banca y la derecha que hacia olas y más olas. Pronto sería el aniversario de triunfo de la izquierda y se preparaba un gran acto en la plaza Constitución frente al palacio de gobierno "La Moneda".

Juan Agustín, el vicepresidente de Corfo Inversiones Mineras, le llamó una tarde a su oficina.

Kamil, se aprestaba a salir y pensaban viajar a Viña del Mar. Don Elías lo necesitaba con urgencia. Tomó su maletín y cruzó el largo pasillo hasta las oficinas de su jefe.

‑ ¡Hola!, que tal ‑siéntate‑ le dice, Juan Agustín

‑ Gracias‑ ¿Hay un nuevo viaje?.....pregunta

‑ ¡No! Esta noche hay una reunión...existe una muy delicada situación, no lo comentes con nadie. Te esperamos en una oficina en el sexto piso de la galería donde están los cines City y York. Antes de llegar a la calle Moneda, hay una entrada, sube por el ascensor. Allí te esperaran dos compañeros de seguridad del partido...la clave es: "Hoz y martillo"

‑ ¿A que hora es la reunión?‑

Debes estar a las 10 de la noche, debes ser puntual. Luego serán cerradas las entradas a la galería.

‑ ¿Hay algo mas?- Juan Agustín.

‑ Nada más‑ te agradeceré la asistencia. No lo comentes ni siquiera con Alex. ¿De acuerdo?‑

‑ Okay. nos veremos allí. Cuenta conmigo, amigo y compañero.

Kamil, había aprendido a ser puntual. Faltando apenas cinco minutos ya entraba en el salón de un noveno piso del edificio. Un pasillo, hasta desembocar en la sala. Al centro una mesa larga y una veintena de personas a media luz, apenas podía distinguir los rostros. El humo era pesado .Un joven alto, con sombrero, fumando una pipa se le acerca y pregunta:

‑ ¿Eres el que trabaja con Juan Agustín‑es así?‑ pregunta

‑ ¡Si! trabajamos juntos en el Departamento de Minería- responde

‑ Entonces compañero, esta noche seremos ojos y oídos. Afuera seremos mudos. ¿Comprendes?‑

- Okay‑

‑ Ambos se estrecharon las manos. De pronto hay un movimiento de sillas, todos se levantan y aparece Juan Agustín, con José, alto dirigente del MIR. Kamil, le reconoció pues May, le había mostrado una foto de ellos tomada en el Salón del Campus de la Universidad de Concepción.

Ubicado en la cabecera de la mesa, teniendo a sus costados a Juan Agustín y Violeta, otra integrante del MIR. Ella era la encargada de los contactos internacionales y otro de los personajes de la foto. José, se pone de pie y comienza a hablar:

‑ Compañeros, han sido citados y escogidos selectivamente. Lo que aquí se diga, se muestre, debe ser un secreto absoluto. Deben estar preparados por si algún día son detenidos. Su boca debe permanecer cerrada aun ante las amenazas de muerte. El futuro del nuevo Chile y del gobierno de Salvador Allende está en juego....

‑ ¡Si‑compañero‑estamos preparados!‑exclamaron todos al unísono.

En la pared, se mostró una gran cartulina. Allí se habían marcado las diferentes células que tendrían a cargo el espionaje a grupos, personas y entidades. Un grupo que ya estaba definido por José y otros dirigentes del partido socialista se habían ya infiltrado en la marina, fuerza aérea y ejército. Ninguno de ellos estaba presente, habían sido los primeros en entrar en acción. Los enlaces, mensajes y contactos estarán a cargo de la compañera...MAY, una excelente colaboradora que tiene bastante experiencia ‑Su misión ha sido, saber el pensamiento y los movimientos de la derecha económica, la clase alta y miembros del ejército.‑

Kamil, quedó sorprendido. Mientras hilvanaba las ideas. May, hizo su entrada acompañada de dos jóvenes, portando maletines. Tomaron ubicación en el otro extremo de la mesa.

‑Bien, compañeros. Ahora cada grupo se reunirá con su contacto, para recibir información.

May, se levantó en dirección de Kamil, le abrazó y le besó suavemente en la boca, luego le murmuró en el oído:

‑¿Todavía estas enojado conmigo?...tesorito.

-¡Ya no! solo que te he extrañado demasiado...

‑Sólo piensa que te amo mucho y serás siempre el único en mi corazón...

Luego, formaron los grupos, intercambiaron ideas y planificaron el trabajo. Faltaba apenas una semana para el Aniversario del triunfo de Allende.

Todos ya tienen parte del plan maestro. Ahora atención y mucho cuidado. La compañera May, tiene algo importante que agregar....compañera...adelante.

Gracias compañero José. Una de nuestras células ha detectado que se está fraguando un golpe de estado contra el presidente Allende. Hemos contactado con grupos del exterior. Ellos nos están proporcionando información sobre el movimiento diplomático. Hay infiltrados en organizaciones internacionales en los Estados Unidos. Evaluamos la actuación del "águila americana" en la política interna de Chile.

‑Como se darán cuenta compañeros, la información que nos ofrece May es de suma importancia. Ahora -¿Qué nos toca desempeñar?‑ Aquí es cuando cada uno de nosotros puede aportar si de verdad cree en el proceso y esta firmemente convencido de seguir en el grupo. Nos puede costar incluso la vida. ¿Que dicen?‑

-¡Patria o muerte VENCEREMOS!- corean todos ‑

Hemos invitado a Kamil, por su experiencia en la guerra de los seis días en la RAU. El será un importante contacto para buscar financiamiento en la colonia árabe y grupos de inteligencia de Al‑Fatah. Es una recomendación del Ministro Oviedo‑

Recuerden que Allende es compadre de don Juan Hirmas de la fábrica Algodones Hirmas...Que nos dice el compañero.

‑El joven aludido, se levanta y dice:

‑ Agradezco la confianza que han tenido en invitarme, por lo tanto estoy dispuesto a trabajar en la célula que me asignen. May sonríe.

José, toma la palabra y agrega:

‑ Gracias compañeros. La gobernabilidad y el proceso democrático dependen de nosotros. Hay que tener cuidado con las llamadas telefónicas, comuníquense solamente personalmente en lugares públicos o en plazas o paseos. No hablen con amigos que no sean de las células. Hay agentes de la CIA en Santiago, están como reporteros. Las multinacionales no han quedado contentas con la "nacionalización" de sus empresas y como todas las guerras habidas y por haber. Siempre han sido por intereses del capital.

Terminada la reunión, Kamil bajó por las escaleras, aunque eran muchas, para el eran un ejercicio.

En la esquina esperó a May. Ella al verlo corrió a su lado abrazándole. Se besaron largo rato, ante la mirada sonriente de los transeúntes.

‑Bueno compañero, -¿ahora adonde nos vamos? pregunta

El, tomándola entre sus brazos, dice:

A mi departamento, compremos algo de comida para llevar.

‑¡Regio! responde ella.

Tomaron un taxi que rápidamente les dejó frente al edificio donde vivía Kamil.

Llegó el día 4 de Septiembre Aniversario del triunfo de la izquierda y Allende como presidente. El desfile era impresionante. Los Sindicatos, los trabajadores, los universitarios, estudiantes secundarios y el pueblo. Kamil, se ubicaba cerca de Juan Agustín, José y otros funcionarios de Corfo en el escenario instalado frente al Palacio la Moneda. Alex al otro lado con ministros y oficiales de las fuerzas Armadas. El acto había llenado toda expectativa y se veía al presidente, muy alegre. Por la noche todo el departamento de Corfo, tuvieron una cena en el restaurante del Pueblito del parque Cousiño. Allende llegó tarde. Compartió un largo rato y allí confidencia:

‑Mi compadre Fidel Castro, me dijo: “Si no te pones bien los pantalones los milicos te darán un golpe”. El no sabe que en Chile los militares no son deliberantes y se deben a su comandante en jefe.‑

Juan Agustín y otros compañeros se miraron sonriendo.

Durante esos días escaseaba el azúcar. La carne apenas se conseguía. Para conseguir un pollo, había que hacer largas colas, como así mismo el pan se conseguía levantado a las dos de la mañana para hacer fila ante una panadería. En los escaparates no se encontraban televisores, radios, lavadoras, etc. El mercado negro, se había trasformado en un cáncer en la sociedad chilena. Era una argucia de la derecha, esconder los productos básicos, para enardecer al pueblo. Los transportistas entraron en paro, bloquearon carreteras. Los dólares eran escasos. Los recados en las celdas del café Haití eran decenas. Los judíos especulaban con el dinero prestando a altas tasas de interés. El tío Joseph, tuvo que recurrir a prestamistas árabes para financiar sus compras de materias primas.

El combustible también era difícil de conseguir. Todo el país vivía convulsionado. Los servicios de inteligencia del MIR, ya daban señales que cerca estaba el golpe de estado. Las células se movían rápidamente para detectar la fecha y por donde saldría la chispa para tan eminente explosión.

Kamil apenas lograba dormir, por su mente desfilaban tantos acontecimientos y detalles.

Esa noche caminaban May y Kamil por la Alameda, pasaban al costado del Ministerio de Defensa y vieron algunos vehículos de guerra. En la próxima esquina se chocaron con un oficial. Era Jorge, un compañero de infancia ahora oficial del Grupo 27 Motorizado de Calama. La charla fue rápida, escasa. Sus compañeros le llamaron. Quedaron de verse en los días siguientes.

La joven pregunta: -¿Que dijo tu amigo, por que están aquí ?‑

Este responde: Dice que vienen por maniobras, en Valparaíso ha anclado la Misión Unitas de Estados Unidos para los ejercicios con la armada...¿Sabes? ‑algo raro pasa.

‑Ve tú y avisa a Juan Agustín que yo iré en busca de José.

Ambos tomaron diferentes taxis. La hora corría, era la medianoche, cuando Kamil irrumpió en el departamento de Juan Agustín en el Edificio Las Torres de Tajamar‑

El le escuchó atentamente y dijo: Vuelve a tu departamento Kamil, nos vemos mañana a las 7 en la oficina, Yo iré a ver a Carlos Altamirano. El se pondrá en contacto con el presidente.

Llegaron las 6:30 del día martes 11 de septiembre de 1973. Kamil, bajó a la calle, y caminando subió por la avenida frente a la Moneda, vio mas movimiento de oficiales, buses y autos llegando al Ministerio de Defensa. Faltaban 15 minutos para las 7 de la mañana. El kiosco de la esquina a la entrada de la Galería Matte, donde estaba el Banco del Estado, estaba a medio abrir. Compró el diario “ El Siglo “, que pertenecía al partido comunista y en la portada con rojo se leía : “HAY GOLPE DE ESTADO”‑ una radio transmitía un discurso de Allende que instaba a los trabajadores proteger las fábricas, a defender al gobierno si había una tentativa de derrocarlo.

Apuró el paso. Llego a la calle Bandera hasta alcanzar Huérfanos, por fin llega al edificio de CORFO, División Inversiones Mineras. Subió los ascensores, no había el personal que siempre solía operarlos. Se encogió de hombros. Llegó a su oficina, algunas personas se movían nerviosas. Otros corrían preocupados por los pasillos.

‑Sabes ¡Dicen que hay un golpe de estado!‑ Le anunció Carlos, un ingeniero de minas.

‑ Anteriormente hubo uno pero fue amagado-¡gracias al General Pratt!‑ responde

‑ Si , pero este no tiene vuelta, parece. El Jefe amaneció en la oficina...

‑ ¿Juan Agustín, esta desde la madrugada aquí? ‑preguntó

‑ ¡Así es! Fui a verlo, hace poco, estaba pegado a los teléfonos.‑

Kamil, se encaminó a la oficina del Director.

‑ Al verlo Juan Agustín ‑se acercó y le dice:

‑ ¡Tenías razón!, hermano. Parece que este golpe va en serio. Ahora debemos deshacernos de todo documento comprometedor. Vuelve a tu oficina, esperen allí. Que en un rato más me comunico con La Moneda.

En la oficina, Kamil no tenía que esconder.‑ Fue al baño, y vio montones de papeles destruidos. Unos corrían con documentos que lanzaban a la boca por donde se tiraba la basura cerca del ascensor de carga.

Eran las 8: de la mañana, Allende seguía hablando a través de radio Magallanes. Los teléfonos de las oficinas sonaban sin parar. Alguien hablaba a sus familiares. La secretaria de Kamil llegó junto con su esposo. Ella estaba embarazada y temblaba. Todos trataban de calmarla. El joven se acercó a la ventana para mirar en dirección de las esquinas Bandera y Huérfanos, abajo se divisaban soldados correr con armas.

Tanques de los carabineros cruzaron velozmente. Alguien trajo café y se hizo un grupo alrededor de una radio a pilas. Mucho susto en los rostros, Kamil, a cada rato salía a observar a través de la ventana.

Llegaron las 9 de la mañana. Juan Agustín, llamó a todo el personal a su oficina.

‑ Compañeros, se ha levantado la marina en Valparaíso, ¡hay golpe de estado!. No bajaremos hasta que nos lleguen instrucciones. Hay balacera en la Plaza de Armas y en la Alameda. Ya se están enfrentando las tropas leales al gobierno y los golpistas. Si dice que el cabecilla es un tal Pinochet.

Todos volvieron a sus lugares de trabajo. Casi nadie hablaba, algunos trataban de leer un periódico o estaban absortos en sus pensamientos. De pronto May aparece en la puerta. Al ver ella a Kamil corre a abrazarlo. Luego ella le toma de un brazo y lo lleva al pasillo.

‑ Se destapo la olla. ¡El golpe es decisivo!-Esta apoyado por la CIA. Se han nombrado a los generales de las cuatro fuerzas armadas para derrocar a Allende. Los que se harán cargo del gobierno. Comentan que van a bombardear al palacio de Gobierno.

‑ ¡Entonces es hora de actuar!- Vamos en busca de Juan Agustín-exclama Kamil

Ambos lo convencen a huir. Nada hay que hacer allí ya. Alguien grita que los militares están subiendo por las escaleras. Algunos funcionarios habían saboteado los ascensores. Los tanques en las esquinas del centro están disparando a los ventanales y tejados de los edificios donde hay francotiradores, sobre todo donde se ubican las oficinas de Sercotec.

May, ubica el ascensor de carga y se introducen. Ella era hábil, lo lleva hasta los subterráneos. Allí suben a unos pasillos siniestros. Un grupo que los había seguido va detrás. Al fin llegan hasta la parte trasera del cine Plaza. Pasan por un costado del telón de proyección. Hasta lograr salir a la calle Amunategui. Las entradas de los edificios están cerradas con grandes puertas de fierro. Suben por ella ayudados por los cuidadores de las galerías y el sereno del cine. En la calle se escuchan disparos, sirenas y gente correr. Un grupo de soldados les detienen. El oficial lleva en su manga un pañuelo rojo y dice:

-¡El enfrentamiento no es contra civiles!‑Es entre militares. Hay toque de queda a contar de la 1 de la tarde.

-Tienen que salir rápidamente del centro de la ciudad. -¡Hay una guerra interna!-.

Kamil les guía para que atraviesen la calle Ahumada. Hay balaceras y franco tiradores en todos los edificios. Un grupo de soldados corre por la Plaza de Armas disparando en dirección al Correo Central.

Ellos corren y lograr refugiarse en el Portal Fernández Concha. Un montón de gente yacía en el suelo. Mujeres y niños. Muchos lloraban de miedo. Rostros pálidos, desfigurados. Para Kamil era como volver a la guerra. May se apega a el. En la próxima esquina Juan Agustín se abraza a ambos .Se despiden sin saber cuando volverán a encontrarse. El camina rápidamente en dirección al norte por la calle Estado. Ellos bajan al sur. En la próxima esquina ven muertos que se desangran. En un kiosco de diarios una pareja de jóvenes yacen baleados por la espalda. Las balas se sienten como avispas pasar .Agarrados firmemente de las manos corren en zigzag a la próxima cuadra. El piso se estremece y el impacto los impulsa al suelo a unos metros adelante, la tierra tiembla. Es la primera bomba que impactó el edificio de la Moneda‑ lanzada por un avión de guerra.

‑¡Malditos ....vendidos a los gringos!‑ grita May.

En la Alameda, abierta al centro como una cicatriz, los trabajos del futuro tren subterráneo dan cobijo a unas multitudes que grita, reza y llora.

Ambos corren a refugiarse y saltan al interior de las abiertas excavaciones. May, se estremece y cae herida en los brazos del joven.

Las manos de Kamil se llenan de sangre y un grito desgarrador escapa de su garganta:

‑ ¡Hijos de puta!....¡Hijos de puta!..

Siente un dolor fuerte en el pecho y cae lentamente al suelo sin soltar a la joven. Ve edificios girando, los árboles, rostros angustiados. Escuchó el repique plañidero de las campanas de la iglesia San Francisco. Bandadas de golondrinas levantaron vuelo en dirección al este. Una luz resplandeciente le ciega, luego todo va oscureciéndose y cae al suelo.

Caracas, Venezuela, julio de 1982

a.i.Tawfik Seeman

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