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¿El eslabón perdido?

¿El eslabón perdido?

Miércoles 20 de mayo de 2009   

La Nación.cl / Agencias 

Descubierto el antepasado humano más primitivo

 Su cuerpo fue encontrado en 1983, por coleccionistas privados que dividieron y vendieron sus restos de 47 millones de años. Ayer un grupo de paleontólogos

-que recuperó el 95% de su esqueleto fósil y lo mostró al mundo- anunció que se trata del ancestro humano más antiguo hallado. Nuestro eslabón con el resto de los mamíferos.

 Un equipo internacional de científicos presentó ayer en el Museo de Historia Natural de Nueva York el ancestro más primitivo de los humanos y todos los primates modernos que se ha descubierto hasta ahora. Se trata de un prosimio relacionado con los antropoides, similar a los lémures actuales, que vivió hace 47 millones de años en Grube Messel, cerca de Darmstadt (Alemania).

La primitiva especie europea, fue descubierta en 1983 por coleccionistas privados, que lo vendieron y separaron en partes, en una feria en Alemania, antes de que los científicos comprendieran su importancia. Finalmente, pudieron recuperarse sus restos y se inició la restauración, que concluyó este año, con el 95% del esqueleto completo (sólo le falta una pierna).

Los científicos aseguran que el nuevo ejemplar -bautizado oficialmente como "Darwinius massillae" y coloquialmente como Ida- es parecido a un lémur, tenía un metro de altura, era de sexo femenino y podría ser una suerte de eslabón perdido, un antepasado común a monos y hombres.

"Es como encontrar el arca perdida", dijo Jorn Hurum, paleontólogo noruego de la Universidad de Oslo, integrante del grupo que durante los dos últimos años puso en evidencia la importancia del fósil para la comprensión de la evolución y el origen del hombre.  

Todo indica que Hurum no exagera. De hecho, los expertos consideran que el impacto de este hallazgo en el mundo de la paleontología es tal, que podría significar haber completado la búsqueda de una conexión directa entre los humanos y el resto del reino animal que inició Darwin con su Teoría del Origen de las Especies.

Según ha declarado el famoso naturalista y divulgador británico sir David Attenborough, "Darwin se habría emocionado" de haber visto el fósil, porque expresa lo que el ser humano es y de dónde procede. "Esta pequeña criatura va a enseñarnos nuestra conexión con el resto de los mamíferos. Es el único que nos conecta directamente con ellos", añadió. "El eslabón que faltaba por fin se ha encontrado".

Primates del Eoceno

Gracias a lo completo que se encuentra, ha sido posible analizar y comprender la paleobiología de los primates del Eoceno como nunca se había conseguido hasta ahora. Los resultados de la investigación se acaban de publicar en la revista PLoS ONE.

Su análisis ha revelado que se trataba de una hembra joven. Por sus manos y sus pies, y la disposición de los dedos, se sabe que era un primate. También se ha podido averiguar, por su tripa, que era un herbívoro que comía frutas, semillas y hojas. Cuando murió, Ida no tenía más de nueve meses

Los investigadores, dirigidos por Jens L. Franzen, explican en su artículo que en el Eoceno, después de la extinción de los dinosaurios, comenzó a establecerse el modelo de mamíferos modernos que hoy conocemos, como los caballos, las ballenas y, cómo no, los primeros primates, que disfrutaban de un clima subtropical en Europa y buena parte de todo el planeta.

Como todos los primates, también tenía cinco dedos en cada mano, lo que era muy útil para subir a los árboles y recoger fruta, y unos brazos flexibles y cortos, como las piernas, y también como nuestra propia especie. Las radiografías han revelado que tenía una muñeca rota, fractura que pudo llevarla a una muerte temprana. En aquella época, el lago Messel se cubría a menudo de un gas de dióxido de carbono de origen volcánico, lo que hizo más difícil su supervivencia con un hueso roto.

Finalmente, se hundió en el agua, quedando atrapada en su parte inferior, donde unas condiciones únicas permitieron que sus restos se preservaran a lo largo de 47 millones de años.

"Este fósil va a obligarnos a reescribir nuestros conocimientos sobre la evolución temprana de los primates", ha asegurado el paleontólogo Jörg Habersetzer, del Instituto Senckenberg de Frankfurt (Alemania).

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VISIÓN EN TRES DIMENSIONES

Ida posee un revestimiento en los ojos parecido al nuestro, lo que quizás le permitía ver en tres dimensiones, una gran ventaja adaptativa.

Poseía una especie de garra en formación en el segundo dedo del pie, y una fila fundida de dientes en mitad de su mandíbula inferior.

Del mismo modo, disfrutaba de cinco dedos, unos brazos flexibles y cortos como los nuestros.

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