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Centros Chilenos en el Exterior

Todavía hay demasiadas mujeres que no se masturban

Todavía hay demasiadas mujeres que no se masturban

Domingo 15 de febrero de 2009   

 Por Juan Sharpe / La Nación Domingo 

María Gracia Subercaseaux, conductora de "SOS, la sexualidad de los chilenos"

 Ellas cambiaron el mapa sexual. Empoderadas, rompieron el molde. Vivimos tiempos libertinos, con abundancia de experiencias múltiples, bisexuales o grupales, de libertades insospechadas hace pocos años. La fotógrafa que abrió su camino retratándose desnuda, opina sin risitas ni eufemismos de la oleada caliente.

Nunca imaginó que su vida iba a jugarse en las comunicaciones. Conductora, junto a Rodrigo Guendelman, de "Divertimento", un espacio diario de tendencias urbanas en Radio Zero, donde se afana en los temas ambientales -su principal preocupación actual-, ahora ha saltado a la conducción del docureality con que Chilevisión indaga en la sexualidad nacional. Subercaseaux (38), madre soltera de dos hijos adolescentes, fue pionera en ocupar hace 15 años el centro de Santiago, en desnudarse, en romper el molde previsto para su vida.

-Antes de entrar al sexo, cuéntanos tu percepción del estado de la conciencia colectiva, según tus intereses.

-Para mí es fundamental crear conciencia para cuidar el medio ambiente. No solamente en las medidas que uno puede adoptar en su casa, que son beneficiosas porque puedes ahorrar plata, si no para que la gente entienda que tenemos que cuidar el ambiente en que vivimos.

-Alguien me dijo no eras la oveja negra, sino oveja rica de una familia conservadora.

-(risas) Tenemos una vida tan corta que nos podemos morir mañana sin haberla aprovechado. Y ya que tengo la suerte, quizá porque hice unas fotos en pelotas, de haber llegado a trabajar en televisión y en radio, actúo con gran responsabilidad y vivo mi vida lo mejor que pueda.

-¿Qué tiene de bueno tu programa de sexo?

-Muchas cosas. Una, que es importante no seguir hablando de sexo con esas risitas o con eufemismos. Hay que hablar directamente, tocar cada una de las disfunciones sexuales, proponerles una solución, otorgarles alguna terapia y que esa pareja que se presta para salir en televisión sirva a muchos que ni lo han hablado con su pareja, aunque los dos saben que tienen un problema.

-¿Cómo ves la libertad personal de las mujeres chilenas?

-Parto hablando de herencias morales y de mochilas, porque somos individuos únicos, pero contaminados de lo que nuestros padres, amigos, infancia, colegios, nos metieron en el disco duro. Es súper difícil saber quién realmente uno es, y por Dios que nos han coartado vivir libremente nuestra sexualidad.

-¿Qué dudas sobre aspectos normales siguen escondidas?

-Todavía hay preguntas de gente casada, que cuando el sexólogo le dice que se debería masturbar piensan que le están siendo infiel a su pareja. Hay demasiadas mujeres que dicen que no se masturban. Pensaba que era mentira, pero al parecer es verdad. Todavía lo ven como pecado y eso tiene que ver con una carga católica inconsciente. Como que ni siquiera con tu propio cuerpo tienes la libertad de explorarlo como sea.

-¿Cuál es tu experiencia de esa práctica?

-Desde chica pensé que si Dios nos regaló este placer que se lo puede uno auto otorgar, no puede ser malo. No sé si soy una gran patuda, pero yo siempre encontré que si una la podía usar para ser más feliz, ¿porqué no? Además, no le estaba haciendo mal a nadie.

-Hay una oleada libertina. Los hombres están sorprendidos de la liberalización de sus mujeres.

-Es una respuesta lógica a tanta represión. No represión concreta, porque nadie a uno le ha impedido tener relaciones sexuales si ha querido, pero sí una represión que está en el inconsciente. Mi generación tenía temores a rebelarse contra estas formas impuestas del deber ser, así que nos empezamos a rebelar como subrepticiamente, subterráneamente.

Las libertinas

 

-¿Qué tiene que ver en esto el empoderamiento femenino?

-Me causa un poco de gracia también, porque se presta para desbandarse, nada más que para ser una completa libertina. No tengo juicio de valor. Cada uno hace lo que quiere con su vida, cada uno después responderá si se agarra sida, si se agarra virus del papiloma humano o lo que hace si no se cuida.

-Claro, pero también muchas personas descubren una satisfacción inesperada.

-También y lo que es fantástico, que uno puede decidir sobre su cuerpo y sobre su cabeza como se le antoje, evidentemente mientras no estés jugando con sentimientos ajenos. Estas nuevas generaciones están tan hartas del discurso moral, de este deber ser, que se rebelaron y fue como la ley del péndulo, que se han pasado al otro extremo, de venga, vivamos Sodoma y Gomorra.

-Lo que rompió el molde es el bisexualismo.

-Lo veo todos los días en el parque. Una sicóloga me decía que ni siquiera alcanza a ser bisexualismo, sino homo-afectividad, que tiene que ver con un período en la adolescencia en que se están descubriendo, y también con una rebeldía natural de decir "yo elijo a quien quiero para mí, en mi vida". Es una explosión que se produce por la excesiva represión moral.

Me decías que era oveja negra en mi familia, y soy la que me salí de ese carril, y no hice lo que debería haber hecho, haberme casado con un tipo tal, vivir en La Dehesa y tener un auto grande. Al revés, soy la rara que vive en el centro de Santiago.

-Se critica mucho a los hombres, como si fueran culpables de todos los males de sus parejas.

-A no ser que tengan un problema biológico de anorgasmia o de frigidez, creo que no hay mujer que al ser tocada bien no tenga excitación inmediatamente. Los hombres debieran aprender que antes de llegar a la penetración debieran haberla hecho tener un orgasmo. Porque la mujer tiene uno y puede seguir tres más.

-En defensa de mi género, quiero decir que los hombres se quejan de que las mujeres viven en esa autocomplacencia, pero tampoco saben hacerlo.

-También, y digámoslo: hay desidia, tontera y falta de educación entre nosotras. Y autocomplacencia en la idea de que todo lo tiene que hacer el hombre. Y muchos hombres dicen que se tiran una muerta. La sexualidad femenina es mucho más compleja que la del hombre, porque el hombre una vez que entra siempre queda contento, excepto si la mujer no lo pasó tan bien. Pero al final, por lo menos para mí, lo rico es tener un orgasmo y que la relación sea exquisita.//LND

 

 

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