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Cuba comienza a abrir la puerta del closet

Cuba comienza a abrir la puerta del closet

La Nación

Sábado 24 de mayo de 2008   

 Por FERNANDO GARCÍA / LA VANGUARDIA 

 El Día Internacional contra la Homofobia se celebró en la isla caribeña con un despliegue insólito. Se abrió así oficialmente el armario de los cambios que promueve Mariela Castro, la hija del Presidente. Un transexual y dos gays nos contaron su visión y sus experiencias.

 La bandera arco iris ondeó el sábado 17 de mayo por primera vez en la historia de Cuba. La enseña que simboliza el orgullo gay se desplegó en el centro de La Habana en el marco del Día Internacional contra la Homofobia que reunió a cientos de personas. Un hito en un país que no por revolucionario deja de ser machista, y donde los gays fueron víctimas de persecución y castigo durante los años sesenta.

Aunque no todo está superado, ahora es la hija del Presidente, la directora del Centro de Educación Sexual, Mariela Castro, la que lidera la lucha por el reconocimiento de derechos a los homosexuales, las parejas gays y los transexuales. Una lucha que sólo se entiende escuchando a sus protagonistas directos.

“ME HACÍAN HORRORES”

Ella se llama Bety porque así lo decidió cuando pudo. De sus atributos varoniles no queda ni rastro gracias a la operación que se hizo en algún lugar que prefiere no decir. Sí le quedan recuerdos de una infancia de pesadilla. “Fue muy duro. Quería vestir de niña pero no podía. Me llevaron al sicólogo con 5 años. Por ‘amaneramiento’, dijeron. En la escuela, los chicos me hacían horrores, evoca.

Bety emprendió su propia revolución a los 12 años, cuando salió a la calle con un vestido de su hermana. A los 18 recibió la citación para el servicio militar. “¿En qué puedo ayudarle, señorita”, le preguntó el capitán. Ella le explicó y le mostró una carta del Cenesex que verificaba su condición transexual. “Estaba asombrado pero no puso problema. Cuando me iba, me di la vuelta y ahí estaba medio cuartel, mirándome”.

Bety se deshace en elogios a Mariela Castro. Asegura que “la represión policial contra los gays ha mermado”, y precisa que lo que se persigue es el escándalo y la circulación de drogas en fiestas frecuentadas por homosexuales. No obstante, Bety nos acompañó a la zona gay del malecón y allí asistimos a la detención de dos travestis. “El cambio es lento, pero avanzamos”, comentó Bety.

“SI SE SABE, NO SE PREGUNTA”

Cuba acaba de abrir la puerta para que los homosexuales puedan salir del armario. Domingo Vega Alfonso, de 51 años, master en Educación Física y profesor de masaje, lo hace en esta entrevista, pero en general nunca lo comenta. “Si no me muestro, no tengo problema. A los que no actuamos como lo que llaman ‘una loca’ no suelen molestarnos”, señala. No es que la gente que le conoce ignore su orientación, pero “lo que se sabe no se pregunta”.

Domingo afrontó su tendencia sexual cuando apenas tenía veinte años y era el secretario general de la Juventud Comunista en su escuela preuniversitaria. “Tenía grandes contradicciones. Lo pasé mal. Tuve muchas novias. Hasta que un día me fui con un chico. Al principio me sentí mal...”. Ahora no es como entonces. “La gente de más de 50 años sigue siendo homófoba, en su mayoría. Pero cada vez hay más cubanos que nos aceptan. Lo que hace la hija de Raúl es valiente”, resalta.

FALTAN DERECHOS

Pero aún hay que ver los resultados de los cambios prometidos, opina otro gay, un diseñador español que reside desde hace 15 años en la isla. “Hoy no se persigue a los homosexuales en Cuba. Pero faltan derechos”, asegura. Por un lado, “todo es más fácil y laxo porque el sexo está más presente en la vida. Por otro, los avances no acaban de llegar. Veremos”, concluye.

 

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