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Centros Chilenos en el Exterior

CNI de exportación

Enviado por Pedro Alejandro Matta p.matta@vtr.net  

17 de Diciembre de 2007


Por  Antonio Gil

La privatización de la guerra no es un fenómeno nuevo. Ha existido desde la noche de los tiempos. Enrolamientos de mercenarios son consignados ya desde antes del Imperio Romano. Y fue, según algunos historiadores, el abuso de este recurso el factor clave que, habría desencadenado la caída de ese imperio antaño todopoderoso.

La existencia de mercenarios chilenos en guerras extranjeras tampoco es un fenómeno de ahora. Son conocidas las actuaciones de compatriotas nuestros combatiendo tanto bajo la bandera boliviana, como bajo la paraguaya, en la interminable guerra del Chaco, auspiciada por dos grandes petroleras rivales.

Y está también la menos conocida y más reciente actuación de comandos chilenos contratados por Ecuador en su guerra contra Perú. "Boinas negras" que participaron deportivamente en ese conjunto de escaramuzas y operaciones bélico publicitarias montadas por Fujimori y conocida como la Guerra de la Cordillera del Cóndor.

También los hubo en Malvinas, encubiertos, combatiendo contra los argentinos. Los hay en Colombia colaborando en la lucha contra la guerrilla. Hoy y otra vez ligados al dinero del petróleo combaten en Irak ciento veinte mercenarios chilenos. Son muy apreciados estos ex oficiales y suboficiales chilenos en el mercado internacional de lo que se ha dado en llamar “soldados universales”.

No, son por cierto, los más apreciados, ya que en el ranking vienen muy por debajo de los brutales serbobosnios, los mercenarios ingleses que lucharon en Irlanda la guerra subterránea contra el IRA y a años luz de los mejor pagados de todos, los top de los top: los desalmados y robóticos sudafricanos entrenados en la criminal guerra antiterrorista durante los años del apartheid.

Los ex militares chilenos han recibido una intensa formación militar e ideológica por parte de instructores norteamericanos en la Escuela de las Américas en Panamá. Y poseen una particular afinidad con el ejército de ese país. Incluso admiración rastrera. Pero el grueso del contingente lo constituyen ex oficiales y suboficiales adscritos a la CNI. Se ha privilegiado su contratación, afirman, por su experticia en interrogatorios (tortura) de prisioneros, eliminaciones y ejecuciones sumarias.

No sería raro que reediten allá en el remoto Irak centros de brutalidad como Villa Grimaldi o la Venda Sexy. Claro que todo parece indicar que es muy distinto enfrentarse a un conflicto de alta intensidad como aquel que al cogoteril atropello al que estaban acostumbrados aquí. Algunos ya están llorando por volver. Se han atrevido incluso a demandar a sus contratantes. Se equivocaron rotundamente los de Blackwater llevándose a esa escoria del pinochetismo a una verdadera guerra.

 

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